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Refracción: de vicio óptico a enfermedad ocular progresiva
En el marco del Día Mundial de la Visión, el Consejo Argentino de Oftalmología organizó una nueva edición de la Jornada de Refracción, un espacio ya consolidado dentro de las actividades académicas del consejo, que reunió —nuevamente— a una nutrida audiencia de médicos jóvenes, residentes y especialistas con una propuesta formativa amplia, profunda y actual.
Finalizada la jornada, el Dr. Leonardo Fernández Irigaray —coordinador de la jornada junto al Dr. Roberto Albertazzi— compartió con Revista MO su balance sobre la actividad: “Fue altamente positivo. El auditorio del CAO estuvo lleno, incluso con muchos asistentes espontáneos que no estaban preinscriptos, lo cual refleja el interés creciente por las temáticas propuestas”, destacó. Pero el dato más relevante no fue solo la cantidad, sino la calidad del debate y la participación, atravesado por un mensaje claro: la prescripción refractiva va mucho más allá de recetar anteojos.
Desde el inicio, la jornada propuso un enfoque integral. “Diseñamos un programa que abarcó desde el crecimiento ocular infantil hasta la presbicia, pasando por lentes de contacto, filtros oftálmicos, prismas y casos complejos, como las ectasias corneales”, explicó Fernández Irigaray. El Dr. Gabriel Negrete abrió el encuentro con una exposición sobre optimización refractiva en ojos operados por catarata en niños, enfatizando sobre cómo medir a ese paciente para que tenga un buen desarrollo visual y funcional a largo plazo. Luego, el Dr. Guillermo Gómez abordó la hipermetropía con un enfoque comparativo y contenidos de aplicabilidad inmediata en el consultorio. “La hipermetropía es una condición que muchas veces genera incertidumbre diagnóstica ya que, a diferencia de la miopía, donde solemos tener parámetros más claros de corrección, exige considerar múltiples factores clínicos, como la acomodación o la presencia de síntomas”, enfatizó Fernández Irigaray.
Precisamente, el Dr. Fernández Irigaray fue el encargado de hablar sobre miopía escolar y la necesidad de cambiar el enfoque en el abordaje de esta patología en vertiginoso aumento: “Hoy no podemos abordar a un niño miope igual que hace 30 años. Necesitamos tiempo para analizar, explicar, intervenir desde lo óptico, farmacológico y epigenético. Cada dioptría cuenta”, remarcó el especialista.
En ese sentido, hizo hincapié en la necesidad de diagnosticar al paciente pre-miope, aquel que aún no presenta miopía, pero tiene altas probabilidades de desarrollarla. “Si no trabajamos en prevención, vamos a seguir viendo casos de alta miopía con complicaciones. Necesitamos formar a los médicos jóvenes con una mirada más preventiva, como lo venimos haciendo junto a referentes como el Dr. Rafael Iribarren”.
Lentes, filtros y prismas
La jornada también ofreció actualizaciones prácticas. El técnico óptico Guillermo Saracco brindó una clase sobre lentes de contacto, con foco en innovaciones y aplicaciones en pacientes especiales. Por su parte, Martín de Tomás desarrolló una completa exposición sobre filtros oftálmicos en la que destacó la importancia de personalizar cada prescripción según la actividad y patología del paciente.
El Dr. Esteban Travelletti, actual presidente del Consejo Argentino de Estrabismo, ofreció una clase fundamental para la práctica cotidiana: el uso de prismas en la prescripción de anteojos para pacientes con diplopía. “Es clave que el médico oftalmólogo sepa identificar y tratar estas situaciones porque, de no hacerlo, corremos el riesgo de que ese terreno lo ocupe alguien no médico”, advirtió Fernández Irigaray.
En el mismo sentido, el Dr. Albertazzi disertó sobre refracción en ectasias, subrayando los desafíos técnicos y clínicos que presentan estos pacientes, mientras que el Dr. Rafael Iribarren cerró la jornada con una clase sobre presbicia y comunicación efectiva con el paciente, utilizando un roleplay como herramienta pedagógica.

Revalorizar la clínica
Más allá del contenido académico, el Dr. Fernández Irigaray compartió su visión sobre el rol del oftalmólogo en el contexto actual. “Una consulta oftalmológica no puede durar 10 minutos. Hay que revisar de manera completa, porque la refracción también es prevención. Si no lo hacemos nosotros, lo hará alguien que no es oftalmólogo”, advirtió.
En ese sentido, destacó la importancia de realizar una refracción completa bajo cicloplejía, especialmente en niños, así como tests sensoriales, evaluación binocular, presión ocular y fondo de ojos. “Tenemos que formar generaciones que examinen como nos enseñaron nuestros maestros. La clínica no puede ser reemplazada por un autorrefractómetro”, subrayó.

La jornada dejó en claro que el camino hacia una oftalmología centrada en el paciente, integral y preventiva, requiere actualización constante. “Hoy tenemos acceso a una cantidad de contenidos formativos como nunca antes. Es nuestra responsabilidad, como médicos y como formadores, seguir capacitándonos y transmitir esta visión a las nuevas generaciones”, invitó Fernández Irigaray.
Tips de refracción

En noviembre de 2023, gracias a una iniciativa de los doctores Roberto Albertazzi y Rafael Iribarren, el Consejo lanzó “Tips en Refracción”, una serie de videos cortos que permite aprender o repasar paso a paso temas relevantes en la atención diaria en consultorios y hospitales. Todos los videos están disponibles en el canal de YouTube del consejo, junto a otros recursos y materiales de estudio.
Refracción y óptica
Durante 2024, el CAO profundizó su compromiso con la formación en enfermedades oculares refractivas y aunó esfuerzos con referentes de la óptica y la contactología para ofrecer diversas actividades que tuvieron una alta convocatoria.
En junio se realizó Refracción 2.0: Enfocate, con análisis de casos clínicos y prácticas en dry labs. En octubre, la sede del CAO fue escenario del curso “Óptica y Refracción: lo nuevo y lo que hay que saber”, coordinado por los doctores Tomás Pförtner, Rafael Iribarren, Roberto Albertazzi y Leonardo Fernández Irigaray, con transmisión simultánea por Zoom y participación de oftalmólogos, técnicos ópticos y contactólogos.
Como cierre del ciclo, se desarrolló un Curso Hands On con cuatro sesiones prácticas en el Laboratorio Pförtner, donde los asistentes rotaron por áreas clave como contactología, óptica de anteojos, baja visión y prótesis oculares, para aplicar los conocimientos adquiridos.
“Aceleremos el proceso: la visión clara no puede esperar"
Los errores de refracción (miopía, hipermetropía, astigmatismo, presbicia) no corregidos son la principal causa dediscapacidad visual en todo el mundo ya que afectan el rendimiento escolar, la productividad laboral y la calidad devida. Más de 800 millones de personas viven con presbicia no corregida, y el acceso limitado a la atención oftalmológicagenera pérdidas de productividad estimadas en más de 244 mil millones de dólares estadounidenses cada año.Paraenfrentar estos desafíos, la OMS lleva adelante la Iniciativa SPECS 2030,con el objetivo de apoyar a los paísesaalcanzar las metas globales de cobertura efectiva de errores de refracción y de cirugía de catarata para 2030.
En las Américas persisten grandes inequidades, especialmenteentre poblaciones rurales, indígenasy de bajosingresos. El pasado 16 de octubre, la OMS realizó ellanzamientoregional de SPECS 2030 que promoverá políticasyaccionesparaintegrarlasaludocularenlaatenciónprimaria de salud, fortalecer la capacidad delpersonalsanitario, ampliar la educación en salud ocular,reducirbarreras financieras y mejorar la vigilancia epidemiológica”, sostienen.
“La refracción es la primera barrera de la vía óptica”
“Estamos ante un cambio de paradigma. Cuanto mejor refraccionás a un paciente, mejores resultados obtenés. Ya se están probando lentes con aberraciones y pronto se aplicarán en lentes intraoculares. Parece complejo, pero una vez que te involucrás, se vuelve apasionante”. Previo a la Jornada de Refracción organizada por el CAO, Revista MO entrevistó al Dr. Roberto Albertazzi, coordinador del encuentro, que repasó la evolución en el campo de la refracción y anticipó nuevas herramientas para diagnósticos más certeros y tempranos.
MO- ¿Cómo evolucionó la práctica de la refracción en la oftalmología argentina?
RA- En estos 47 años de ejercicio vi una transformación enorme. Pasamos de la esquiascopía artesanal —que requería mucha práctica e interpretación de sombras en una pupila— al autorrefractómetro, que fue un gran salto tecnológico y se convirtió en el gold standard. Sin embargo, el autorrefractómetro solo mide aberraciones de bajo orden, como esfera y cilindro. Hoy sabemos que hay muchas más, y por eso aparecieron los aberrómetros, que permiten detectar aberraciones de alto orden.
MO- ¿Qué avances se lograron en el tratamiento de esas aberraciones?
RA- Estamos desarrollando una caja de pruebas con algunas aberraciones más frecuentes, y vemos que pueden refraccionarse. Hoy un paciente puede decir “no veo bien” y podemos corregir no solo esfera y cilindro, sino también algunas aberraciones con el Excimer Laser, pero ahora podremos probar algunas de esas aberraciones antes de operar al pacient. Esto antes era impensado y nos permite mejorar la visión de muchos pacientes. Es cierto que los aberrómetros siguen siendo costosos, pero desarrollamos un método de refracción asistido por topografía corneal, más accesible y eficaz que el autorrefractómetro solamente. Ya lo validamos científicamente, y está en proceso de publicación.
MO- ¿Puede aplicarse incluso en el examen de enfermedades refractivas?
RA- Sí. Los topógrafos te dan la superficie corneal en dioptrías y este método enseña a usar esos valores para la asistencia de la refracción. Hemos aprendido a transformar los valores en micras que te da la pirámide de Zernicke con una plantilla de Excel para poder mejorar la refracción. Es sencillo cuando lo comenzas a practicar. Son trucos útiles, fáciles de aprender y de aplicar con los equipos que ya tenemos. La topografía de Plácido es económica, no invasiva y ofrece información valiosa. El problema es que no todos los oftalmólogos se capacitan en su uso. Cuanto más te formás, mejor escuchás y mejores preguntas hacés. Todo está relacionado, y lo estamos logrando con el autorrefractómetro y el topógrafo.
MO- ¿Cuál es hoy el paso a paso ideal en una consulta general?
RA- Primero y fundamental, escuchar al paciente. El motivo de consulta ya orienta gran parte del diagnóstico. Luego, autorrefractómetro, presión ocular y fondo de ojos. Si no aparece la causa del problema visual, hay que seguir buscando el “stop visual”, es decir, el punto donde se bloquea la visión: puede estar en la refracción, la retina, el nervio o el cerebro. La refracción es la primera barrera de la vía óptica. Si el problema está ahí y no lo resolvés, todo lo demás se distorsiona. Es un cambio de paradigma porque cuando mejor refraccionás a un paciente, mejores resultados vas a tener, mejores armas para interpretar la visión de ese paciente.
La optometría es como el fast food: rápida y uniforme. Compran un autorrefractómetro, miden y entregan anteojos, sin buscar la causa. El oftalmólogo, en cambio, diagnostica. Un optómetra vende zapatos; nosotros vemos cómo camina el paciente. Por eso solo el oftalmólogo está preparado para detectar la causa de un problema visual. Nosotros buscamos dónde se interrumpe el estímulo visual







