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Liderazgo más humano: el poder de las “seis H”

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SALUD PÚBLICA

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Autor: Alejandro Melamed, doctor en Ciencias económicas, speaker internacional y consultor disruptivo*.

En tiempos de cambios vertiginosos y un mundo impulsado por tecnologías disruptivas, el liderazgo tradicional enfrenta una creciente crisis de legitimidad. Hoy en día, las organizaciones no solo persiguen resultados, sino que buscan alcanzarlos con un enfoque humano fundamentado en valores que fomenten la confianza, la agilidad y un claro sentido de propósito. En este contexto, el concepto de Liderazgo Más Humano adquiere relevancia, anclándose en seis pilares fundamentales denominados las “seis H”: Honestidad, Humildad, Honradez, Honorabilidad, Huella y Humanidad.

1- Coherencia entre palabras acciones

Un líder honesto no se limita a decir la verdad:; sus decisiones están alineadas con sus valores. La transparencia en su comunicación y la coherencia entre lo que piensa, dice y hace inspiran confianza, un recurso indispensable en cualquier entorno organizacional o colectivo.

2- Reconocer fortalezas y limitaciones

La humildad se traduce en la capacidad de admitir que siempre hay algo por aprender. Un liderazgo humilde promueve el trabajo en equipo, aprecia las contribuciones de otros y no teme reconocer errores. Lejos de ser una debilidad, este enfoque fortalece la autoridad del líder, quien es capaz de equilibrar perspectivas con la dosis justa –y saludable- de ego.

3- Hacer lo correcto, siempre

La honradez implica hacer lo correcto incluso cuando nadie está observando. Este principio es esencial tanto en la ética profesional como personal. Los líderes que encarnan este valor generan entornos donde la confianza y la credibilidad son clave para un clima organizacional saludable.

4- Cumplir la palabra dada

Un líder honorable no busca excusas ni dilaciones: asume compromisos y los cumple, sin excusas ni pretextos, sabiendo que su credibilidad depende de ello. El trato digno y con respeto a cada uno de los interlocutores es un valor que no se negocia.

5- Dejar un impacto duradero

El liderazgo efectivo trasciende los resultados inmediatos y se mide por el legado que deja. La huella que un líder deja en su equipo, en el medio ambiente y en la sociedad es el verdadero testimonio de su impacto. Inspirar, transformar, generar impacto positivo y trascender son objetivos clave de un liderazgo con propósito.

6-Liderar con empatía y compasión

En épocas marcadas por incertidumbre y constante agitación, la humanidad es el diferencial que distingue a los grandes líderes. Esto implica preocuparse genuinamente por el bienestar de los demás, comprender sus necesidades y responder con empatía y sensibilidad.

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De la incertidumbre a las respuestas ágiles

El contexto actual no solo presenta volatilidad e incertidumbre, sino también una transformación continua a una velocidad sin precedentes. Para enfrentar estos desafíos, es necesario abandonar modelos jerárquicos rígidos e introducir formas de gestión más ágiles y colaborativas que prioricen la adaptabilidad. Las decisiones ya no pueden tomarse de manera aislada; el verdadero éxito surge de la capacidad colectiva para innovar y aprender de los errores sin temor al fracaso. Un liderazgo efectivo se sustenta en cinco pilares esenciales:

• Propósito y valores compartidos: Un liderazgo centrado en lo humano no se enfoca únicamente en alcanzar metas financieras, sino en forjar un propósito compartido. Cada vez más personas buscan desempeñarse en proyectos que generen impacto positivo y sentido. Las organizaciones que alinean sus acciones con valores genuinos logran mayor compromiso y motivación en sus equipos.

• Seguridad psicológica: Las organizaciones más exitosas son aquellas en las que los colaboradores pueden expresar sus ideas sin temor a juicios ni represalias. Promover un entorno que valore la autenticidad y el pensamiento diverso es fundamental para estimular la creatividad y la innovación.

• Adaptación y aprendizaje constante: El liderazgo tradicional basado en el conocimiento absoluto ya no tiene cabida. Hoy liderar implica estar dispuesto a aprender constantemente, desaprender paradigmas obsoletos y reinventarse frente a nuevos retos.

• Confianza y transparencia: La confianza es uno de los activos más preciados en cualquier organización. Un líder auténtico basa su influencia en la transparencia y la coherencia entre sus ideas, palabras y acciones. Los equipos trabajan mejor cuando perciben esta consistencia.

• Bienestar integral: El éxito ya no puede medirse solo en términos de productividad. Un liderazgo verdaderamente efectivo promueve el bienestar de su equipo, entendiendo que un grupo saludable en lo físico, mental y emocional será más resiliente y eficiente. El equilibrio en todos los aspectos de la vida es clave.

El liderazgo ha transitado desde estructuras rígidas y verticales hacia modelos más dinámicos y participativos. Ya no se necesitan figuras autoritarias que impongan órdenes, sino facilitadores que impulsen el desarrollo de sus equipos y promuevan la interdependencia en lugar de la dependencia.

El liderazgo del futuro no estará basado en la perfección técnica, sino en la habilidad de inspirar, conectar y transformar realidades.

La clave radica en evolucionar desde la competencia individual hacia la inteligencia colectiva, en la que cada persona aporte valor desde sus conocimientos, habilidades y experiencias. Las organizaciones que adoptan esta filosofía ganan en agilidad y fortalecen su capacidad para afrontar desafíos con creatividad y velocidad.

Asimilar que, ante el incesante avance de la tecnología, el componente humano persiste como el verdadero factor diferenciador dentro de las organizaciones. Un modelo de liderazgo fundamentado en los valores intrínsecamente humanos no solo contribuye a la creación de un entorno laboral enriquecedor, sino que también promueve la innovación, impulsa la productividad y asegura una sostenibilidad integral a largo plazo.

El liderazgo del futuro no estará basado en la perfección técnica, sino en la habilidad de inspirar, conectar y transformar realidades. En este camino, los principios representados por las “seis H” –Honestidad, Humildad, Honradez, Honorabilidad, Huella y Humanidad– trascienden su carácter aspiracional para constituirse en los pilares esenciales que permiten construir organizaciones más resilientes y centradas en las personas. Aquellas instituciones que abracen este modelo se adaptarán mejor a los cambios del entorno y, se posicionarán como agentes transformadores y protagonistas del cambio, generando un impacto significativo y sostenible en el tiempo.

* Alejandro Melamed es autor de nueve libros, entre ellos Liderazgo + humano - Historias de (mi) vida para inspirarnos (2025), El futuro del trabajo ya llegó (2022), Tiempos para valientes (2020), Diseña tu cambio (2019) y El futuro del trabajo y el trabajo del futuro (2017).

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