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GRÚAS DE ARRASTRE: “PADECEMOS LOS MISMOS MALES”
GRÚAS DE ARRASTRE:
De acuerdo con la Secretaría de Infraestructura Comunicaciones y Transportes (SICT), en 2021 se contabilizaron 2,596 permisionarios prestadores del servicio de arrastre, salvamento y depósito de vehículos a nivel nacional. En total, la flota registrada por los grueros ascendió a 11,646 unidades, que incluye Grúas Tipo A, B y C, según sus dimensiones y capacidad de carga.
De acuerdo con Luciano Jiménez Laveaga, delegado de CANACAR en Mexicali, Baja California, y destacado empresario con más de 20 años en este segmento, es difícil contabilizar con exactitud el volumen de los servicios de este segmento, y por ende, del impacto producido por la pandemia. En ese sentido, no existe comparativa en términos de productividad entre diversos periodos, sin embargo, Laveaga reconoció que han emergido diversos fenómenos internos que han impulsado el desarrollo y ordenamiento de los servicios de arrastre, salvamento y depósito en las carreteras del país.
De acuerdo con Laveaga, la incursión de militares como dirigenrtes de la Guardia Nacional, trajo cosas positivas para los permisionarios formales en este segmento. “Llegaron con el objetivo claro de impedir malas prácticas, y ello se tradujo en un ordenamiento en la aplicación del reglamento vigente y de los roles”.
No obstante, tras la pandemia, el segmento impulsó la informalidad, en la modalidad de competencia desleal, con permisionarios que buscan prestar sus servicios en tramos ya asignados. “El sector evolucionará en la medida en la que se eliminen las malas prácticas”, afirma Laveaga.
Este segmento de transporte, por otra parte, comparte retos históricos del gremio como los son la sobrerregulación y la escasez de conductores, y son estos factores los que mantienen a los permisionarios cercanos a CANACAR. “Si los transportistas de carga general sufren de conductores, nosotros lo padecemos al doble, porque nuestros operadores deben tener cierto grado de especialidad para maniobras. Tenemos ya un estándar de competencias laborales en la materia y creemos que, de la mano de la cámara podremos hacer frente al reto”, detalla Laveaga.
En materia de sobrerregulación, los permisionarios no están excentos de las imposiciones de permisos y restricciones de horarios para carga y descarga en las ciudades. Por el lado de la inseguridad, este nicho también resulta golpeado, en la modalidad de amenazas y saqueos de depósitos de vehículos por parte del crimen organizado. “A nosotros no nos roban las grúas en el camino, sino nos roban los vehículos que llevamos en resguardo, y que muchas veces son utilizados para cometer otros delitos, y al final el afectado es el dueño del vehículo arrastrado”, explica Laveaga.
El año 2023 será, para este nicho, de aprovechar las oportunidades que alcance esa eliminación de las malas prácticas por parte de la autoridad, así como de la actualización del reglamento para regular servicio de grúas en el territorio nacional.