El Arte Marcial y una Posible Realidad Social Maestro Javier Acosta Serrano
El arte marcial y una posible realidad social… ¿Por qué en una sociedad moderna, en la que se supone que estamos más civilizados, estamos interesados en entrenar algo que es agresivo y hasta violento? ¿Por qué? ¿Es acaso que la violencia está en nuestra naturaleza? Como investigador autodidacta en el área de la sociología, muchas veces me he preguntado: ¿Cómo contribuyen las artes marciales a la sociedad? ¿No será que fomentan la violencia? ¿De verdad necesitamos como sociedad, que los niños aprendan a dar golpes y patadas? ¿Por qué son tan populares? ¿Por qué las seguimos entrenando? La palabra Marcial, significa guerra. De hecho, el origen de todos los sistemas de artes marciales, se remonta a la guerra. Así que sin importar qué sistema se practique, las artes marciales son una rama de lo que en la antigüedad fue El arte de la guerra. Otra cosa que me llamó mucho la atención al estudiar a las antiguas culturas, es que casi siempre estuvieron relacionadas las disciplinas espirituales, con las culturas guerreras: Los monjes entrenaban artes marciales, y los guerreros realizaban prácticas espirituales ¿Por qué? ¿No parece ésta una incongruencia? ¿Un hombre que se dedica al arte de matar o de lastimar a otro ser humano, puede ser espiritual al mismo tiempo? Y viceversa ¿Un hombre que se proclama espiritual, puede
aprender a lastimar a otro ser humano, y conservar aun así la congruencia con sus creencias espirituales? Por supuesto que no pretendo aquí meterme en un debate sobre espiritualidad o sobre la moral de los guerreros, simplemente me lo planteé a mí mismo porque, como maestro de artes marciales y como estudiante espiritual, mi conciencia moral me decía que no quería dedicarme una actividad que contribuyera con los paradigmas erróneos, me preocupaba estar fomentando la violencia, sobre todo en la juventud. Así que volvamos al planteamiento: ¿Cómo contribuyen las artes marciales en la sociedad? Defenderse Muchos aspirantes me dicen que quieren entrenar artes marciales porque quieren aprender a defenderse, y yo les contesto que… ¡Defenderse es algo muy peligroso!… que mejor traten de implementar medidas de seguridad en sus vidas, para evitar al máximo tener que enfrentarse a un delincuente porque podría ser trágico, pues aunque seas Khabib, siempre vas a correr el riesgo de que las cosas salgan mal. Aun así, por esta razón es que he desarrollado programas para informar correctamente a las personas sobre los riesgos de la defensa personal en situaciones reales. Las artes marciales sí te sirven para defenderte, pero si es tan peligroso defenderse y es mejor que aprendan a prevenir ¿Por qué entrenar artes marciales de todos modos?
Hacer actividad física. Sí, es verdad, las artes marciales no son un deporte, si contribuyen a la salud pero ¿Por qué no salir a correr? ¿Por qué no practicar baile o cualquier otro deporte? ¿Por qué realizar esta actividad física dándole golpes a otro? Bien, aquí he de empezar a defender un poco mi pasión por las artes marciales, y todos aquellos que las hayan practicado con pasión no me dejarán mentir: He practicado varios deportes, pero la sensación de adrenalina, energía interior y poder que me proporciona entrenar artes marciales, no me las puede dar ningún otro deporte. Después de una sesión de entrenamiento en la que dejé el alma en el Tatami, me siento renovado. Mi cuerpo está cansado, pero mi espíritu se siente libre, poderoso y renovado. Como actividad fisica, entrenar artes marciales me hace sentir ágil, fuerte y elástico. Me siento más ligero y mi mente está más despejada para pensar con claridad Liberar el «estrés» Cuando me he sentido estresado, nada me ha ayudado más a liberar esta energía negativa de mi ser, que una buena sesión de golpes y patadas o de llaves y proyecciones. Cada golpe es para mí como una explosión en la que me deshago de las presiones y los problemas… es sencillamente liberador. Con los azotones y caídas, me recuerdo lo frágil que soy, y me reconecto con el sentimiento de humildad, al recordar que la vida puede derribarme en
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