Semana Santa 2021
Crónica de Viernes Santo prólogo
M
e dispongo a escribir, como todos los años, el artículo que titulamos Crónica de Viernes Santo, aun sabiendo de antemano que la de este no sería igual que en otras ocasiones. Ya la Crónica de hace dos años fue un poco diferente, pues como recordaréis, la lluvia hizo que fuera un tanto especial y viviéramos todos momentos de gran tristeza, pero a la vez disfrutamos emociones que nunca antes habíamos sentido y aunque ninguno queríamos que ocurriera así, hizo que el hermanamiento y la fraternidad de esa tarde fueran tan grandes que pienso que nos ayudó a tener más emociones. Este año, todos teníamos mucha ilusión y unas ganas enormes de que llegara la Semana Santa, pues como informamos en el boletín del año pasado, íbamos a estrenar el palio para el trono de nuestra Virgen de la Amargura y necesitábamos mucho tiempo y trabajo para un menester que era totalmente desconocido por todos nosotros.
Obviamente, sabíamos que el trono no podía entrar y salir de la iglesia con el palio puesto debido a las reducidas dimensiones que tiene la puerta, por lo
tanto, debíamos de hacer esa función en el exterior del templo. Habíamos visto “in situ”, aunque hace algunos años, a distintas Cofradía de Baeza que tenían el mismo problema que nosotros y, más en concreto, en la tarde del Miércoles Santo la salida de la Virgen de La Caída, por lo que acordamos ponernos en contacto con ellos. Conocíamos y teníamos amistad con Manuel López Garrido, en esos momentos miembro de la Junta de Gobierno, y desde el 19 de noviembre de 2020 Hermano Mayor electo de la Cofradía de Jesús Nazareno de la Caída y María Santísima de Gracia y Esperanza, de Baeza, y habíamos visto salir en la tarde del Miércoles Santo a su Virgen del convento de Santa María Magdalena, de las Madres Agustinas Recoletas. Debido a la estrechez de la puerta, lo tiene que hacer sin palio para posteriormente colocárselo en la calle. Es por ello por lo que con suficiente tiempo, a primeros del mes de febrero, nos desplazamos Ilde, Toni y yo a la vecina ciudad baezana y nos reunimos en la nave donde recogen el trono, lugar en el que habíamos quedado con el amigo Manolo y con Juan Miguel Rodríguez, capataz del trono de la Virgen de Gracia
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