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Grandes Maestros

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Grandes Maestros

Grandes Maestros

En un principio, se encontraba muy a gusto con el arte del maestro Kano. Hasta que: "Vi el Karate en la universidad, en aquel tiempo, conocía su existencia, pero no sabía lo que era realmente como arte marcial. Cuando tuve oportunidad de conocerlo, decidí practicarlo. Me sentí atraído por su fuerza, por su rapidez, por su mentalidad. En aquellos años casi todos los jóvenes se sentían atraídos por este arte marcial y yo no podía ser una excepción."

Su padre se llevó un gran disgusto cuando le pidió permiso para poder practicarlo. De hecho, se lo prohibió, ya que era una deshonra para una familia de samuráis que lo entrenara:

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"Mi padre no quería que lo practicara porque mi vecino y compañero de universidad, lo entrenaba y había tenido varias peleas. En aquellos tiempos, el Karate tenía muy mala fama, parecía que era el arte marcial de los pandilleros y la gente de los barrios bajos. Por eso me lo prohibió, me decía que Judo o Boxeo sí, pero Karate, no."

Yosuke Yamashita empezó a entrenar bajo la tutela del maestro Yoshikiro Urakawa, alumno directo de Yamaguchi Gogen, el máximo exponente de la Goyu ryu. Aquello lo hizo en secreto, sin el beneplácito de su progenitor; pero...

¿A que obedecía tanta esta obstinación? ¿Qué tenía el Karate que no tuvieran las otras artes marciales?

"Ante todo mentalidad, espíritu. En 1945, cuando terminó la segunda guerra mundial, todo Japón estaba destruido. Ciudades como Tokio, Osaka, Nagoya etc. estaban totalmente quemadas. No quedaba nada y apenas había nada que comer. Los jóvenes buscaban algo donde no quedaba nada. No existía el fútbol, ni el béisbol, ni posibilidad de entrenar ningún deporte. En nuestro interior algo nos decía que había que hacer algo para defenderse y desarrollarse. La vida era muy dura y las calles también. El Dojo era un reflejo de lo que había en las calles. Todos los días al finalizar la clase cuatro o cinco personas estaban sangrando, pero nadie abandonaba, era lo único que nos quedaba. Si se miran fotos de aquella época se puede apreciar que las miradas, la aptitud y las posturas son distintas."

Durante dos años lo pudo mantener en secreto, hasta que un día apareció con un diente roto. Era imposible ocultar la evidencia: "En casa decía que practicaba Judo, en esos días, los entrenamientos de Judo también eran muy duros, pero no era comparable al del Karate, donde todos teníamos lesiones, unos en las costillas, otros en la clavícula, yo tenía fisuras en varios dedos de la mano etc. Pero nadie abandonaba. Habíamos perdido la guerra, lo habíamos perdido todo. Tan solo nos quedaba el honor y la dignidad. El faltar hubiera sido un acto de cobardía."

Aquella época era dura y la calle también, pero nada igualaba al espíritu del Karate: "Cuando se aprobaba el primer dan, el maestro decía: <<Muy bien, vamos a ver si realmente eres digno de llevar ese cinturón, acompáñame. >> En todas las calles había tres o cuatro jóvenes camorristas o aprendices de Yakuzas (mafia japonesa), que siempre andaban buscando pelea y que solían llevar cuchillos. Entonces el maestro decía: <<Echa de aquí a esos maleantes>>. Esto, hoy en día puede parecer duro. Pero en aquellos tiempos el concepto del entrenamiento del Karate era solo de defensa personal y la calle, aunque parezca increíble, era más suave que el Dojo, al menos, los rivales, no tenían las manos endurecidas en el makiwara." Por esto y por otras muchas razones existía un gran respeto hacía lo cinturones negros. "Se respetaba mucho la jerarquía de grados y no por imposición, si no por méritos y aptitud. Por esta razón nunca hablabas directamente con el maestro. Hubiera sido una falta de respeto hacia tus superiores. Cuando tenías alguna duda o querías saber algo, te dirigías a ellos y solo, si ellos te lo indicaban, al maestro."

Fueron años de largos y duros entrenamiento, cuando alcanzó un cierto nivel era frecuente que fuera a realizar kumite a otros gimnasios, casi siempre del mismo estilo. En 1964 el maestro fue subcampeón en el torneo de la Goyu Kay, pero aquello no se podía denominar competición, pues no existía ningún tipo de reglamento. "Era una especie de combate sin reglas, donde no existía ningún control en los golpes. Tanto las defensas, como los ataques, eran reales. -El maestro, bromeando, añade-: Así no existían dudas. El perdedor, terminaba sangrando o lesionado."

Tras terminar sus estudios universitarios, una rama de filosofía y letras, el maestro se dedica en "cuerpo y alma" a la Goyu ryu. Al poco tiempo, decide salir al mundo para dar a conocer su estilo. El primer país donde instala es en Dinamarca, más tarde, se trasladó a Alemania.

Grandes Maestros

En 1970 es invitado por el maestro Suzuki para participar en el campeonato europeo "senior" de W.U.K.O. celebrado en Londres. En esta ciudad tomó una decisión que cambiaría su vida. "Allí acudimos cuatro representantes de la Goyu Ryu. Los maestros Ogawa, Tokio Funashako, Gosen Yamaguchi, el segundo hijo de Yamaguchi Gogen y Yo, que en aquellos días daba clases en Dusseldorf. En esta ciudad era muy normal el estar a cinco o siete grados bajo cero. La ciudad estaba cubierta de nieve durante todo el invierno. Por el clima no se podía ser muy sociable. Me parecía que la gente era muy triste, seca. Es difícil de imaginar lo que influye el sol en el carácter de una persona. A lo largo de los meses de invierno, se sucedían las semanas sin que saliera el sol y casi todos los días nevaba. Por la tarde, enseguida se hacía de noche. Yo

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