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Existe una diferencia incluso entre las armas. Para que usted entienda esto completamente, utilizaremos otra leyenda sobre la habilidad de lucha con la espada kenjutsu y las famosas espadas japonesas.
La Leyenda de las Espadas Japonesas Muramasa
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La leyenda cuenta que Muramasa fue un famoso herrero y esgrimista japonés. Vivió en Japón durante el periodo Muromachi, es decir, durante el siglo XVI, y destacó por fundar una escuela de armería (forja) a la que dio su nombre. Las espadas de Muramasa eran conocidas por su gran calidad y su inusual filo, lo que las hizo famosas entre los espadachines. Según la leyenda, Muramasa fue toda una dinastía de herreros, ya que los historiadores distinguen a varios maestros que utilizaron este nombre.
El primero fue Senji Muramasa, cuyo trabajo se conoció ya en 1460. Cuenta la leyenda que el espadachín y herrero Muramasa rezaba constantemente a los dioses para que otorgaran a sus espadas el mayor poder destructivo. La leyenda dice que los dioses escucharon al maestro y dotaron a sus espadas de un filo y una calidad especiales, así como de propiedades de demonios sedientos de sangre. Según esto, las espadas Muramasa están malditas y sus dueños se vuelven locos con un insano deseo de sangre. Si la espada no se utiliza, sino que se guarda como adorno, puede desafiar a su dueño y obligarle a suicidarse para poder encontrar un guerrero más apropiado como dueño una vez muerto el primero. Así, según la leyenda, la espada debe alimentarse siempre con sangre y, si el dueño no la usa, moriría. La maldición comienza con el Shogun Tokugawa Ieyasu (su abuelo fue asesinado por la espada y su padre y