HACIENDOHISTORIA
El patrimonio musical de los Salesianos en Uruguay
P. Jorge Martínez Lena sdb:
“Si mis canciones sirven para ayudar a rezar, con eso me basta” “Hasta que el pueblo las canta, las coplas, coplas no son, y cuando las canta el pueblo, ya nadie sabe el autor. Procura tú que tus coplas vayan al pueblo a parar, aunque dejen de ser tuyas para ser de los demás. Que, al fundir el corazón en el alma popular, lo que se pierde de nombre se gana de eterni‐ dad”. Aludiendo a “La copla” del poeta Manuel Machado, el sacerdote Sa‐ lesiano Jorge Martínez explicita el sentido más profundo de las bellas com‐ posiciones que él mismo ha regalado a nuestra Iglesia y que han enri‐ quecido nuestro cancionero. El P. Jorge forma parte de ese importante repertorio de grandes músicos salesianos, que han dejado huella desde los tiempos en que cada casa sa‐ lesiana había un encargado de la música nombrado por el Padre Inspector. Los tiempos y sus urgencias cambiaron y ya no hay un Salesiano en cada ca‐ sa dedicado a la música pero esta sigue siendo el alma de cada fiesta y cele‐ bración. 10
¿Cómo comienza a incursionar en la música y el coro la Familia Salesiana? En la época de Don Bosco los coros eran muy im‐ portantes. Se habla de que en tiempos del Ora‐ torio hubo una fiesta de María Auxiliadora con dos coros simultáneos dentro de la Basílica, que cantaban a ocho voces (cuatro cada coro), con el respectivo acompañamiento de órgano, dirigidos por un solo director y que sonaban una cosa im‐ presionante, con centenares de cantantes. Don Bos‐ co siempre cultivó la música, él la amaba. Siendo adolescente y joven tocaba el violín, pero des‐ pués lo abandonó por razones personales. Él era también amante de la música como compositor. En estos días celebramos al ángel custodio, bue‐ no, Don Bosco le escribió una canción al ángel de la guarda, la música y la letra: ”Angelito de mi Dios" (Angioletto del mio Dio).