Amar lo que se transforma | Boletín Salesiano - Abril 2025

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CARTA DEL INSPECTOR

El que hace nuevas todas las cosas

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CONFIAMOS EN CADA PASO

El motor de nuestra misión

18 AQUÍ Y AHORA

¿Y si cambio de carrera?

24 DEL ÁRBOL SALESIANO

Moverse sin perder la esencia: Lo único que se transformó es el lugar desde donde vivo el carisma

04 ¡SÍ, HAY ALGO NUEVO BAJO

EL SOL!

Nuevo Rector Mayor: un “profundo contemplativo de la vida”que pone a las personas “en el centro”

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VALE LA PENA

VIVIR ASÍ

Misioneros que sueñan y vuelan alto

22 PANTALLA INTERIOR

La cuerda accesible al bien

26 LATIDOS DEL EVANGELIO

Volver a Jesús

28 LA CIVILIZACIÓN DEL AMOR

El compromiso y la opción de acompañar

07SINTONIZANDO CON DON BOSCO Con el corazón de Valdocco

14 CON NOMBRE Y APELLIDO

Discernimiento y cambio: ¿cómo tomamos decisiones en clave de Dios?

23 SABOR A BUENAS NOCHES

Raíces errantes

27 SINTONIZANDO CON DON BOSCO

31 EN POCAS PALABRAS

Buenos cristianos, honrados ciudadanos

Revista de información sobre la Familia Salesiana y de cultura religiosa

Director: Lic. Juan José Malvárez

Editor responsable: Lic. Gonzalo Martínez

Salesiano asesor: P. Sebastián Ferreyra sdb

Columnistas: P. Juan Algorta sdb, Victoria Casal, Juan Manuel Fernández sdb y Valentina Rivero.

Equipo de redactores: Fabián Caffa y Elisa Juambeltz. Fotografías: ANS, Sebastián Andión, Sofía Cayota, Disney, Laura Nieles, Pixabay, Universidad Católica del Uruguay y archivo del BS.

Corrección: Manuela Harretche

Diseño: Gustavo Baumann

Impresión: Mosca

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Creer que resucitó
Boletín Salesiano

El que hace nuevas todas las cosas

En la conocida película La Pasión, dirigida por Mel Gibson, hay una escena muy particular que nos saca del perfil un tanto sangriento que tiene casi toda la obra. Mientras Jesús va cargando con la cruz, María busca entre la multitud encontrarse con Él, y de lejos lo ve caer desfallecido.

Mientras se lanza hacia Él, en la película comienza un flashback, un recuerdo en el que se ve al pequeño Jesús dando pasos con dificultad, tropezando y llorando, mientras la joven madre corre en su ayuda... Y en ambos casos, las escenas terminan con María diciendo la misma palabra en hebreo: Hinení que significa aquí estoy, una expresión con gran relevancia en la tradición bíblica.

Este momento de la película, con el paralelo entre las dos escenas, ya es suficiente por la profundidad del mensaje, pero los guionistas quisieron darle una vuelta más. El Jesús ensangrentado, con la cruz a cuestas, le dice a María: ¿Ves, madre? Yo hago nuevas todas las cosas.

Esta frase, que el libro del Apocalipsis pone en labios del Jesús glorioso (21,5), tiene en este con-

texto de sufrimiento un nuevo valor. Pone el acento sobre una realidad profunda y concreta de nuestra fe: nuestro Dios es creador. No solo porque haya creado todo al inicio, sino porque Él, en Jesús resucitado y en su Pascua, crea y recrea continuamente todo.

Con los ojos de la fe descubrimos esta novedad en todos lados: en el nacimiento de una nueva vida, en una pareja que se decide a dar un paso en un proyecto común, en un joven que se entrega a Dios totalmente... También en los cambios y los desafíos que la vida nos regala: en lo personal, lo familiar, lo comunitario y lo social. Y, finalmente, también en el sufrimiento y el dolor, aunque nos suene complicado y nos cuesta verlo.

El Boletín Salesiano que tenés en tus manos quiere ser una ventana hacia muchas de estas novedades, muchas de estas transformaciones que ocurren alrededor nuestro... Ojalá podamos contemplarlas con los ojos de Dios. ¡Cuánta bondad y hermosura en la nueva creación!

P. Francisco Lezama Inspector

Nuevo Rector Mayor: un “profundo contemplativo de la vida” que pone a las personas “en el centro”

El Capítulo General 29 eligió al sacerdote maltés Fabio Attard como decimoprimer sucesor de Don Bosco. Salesianos que lo conocen lo definen como alguien muy a la mano que mira todo desde una perspectiva de fe.

Una llamada telefónica tomó por sorpresa al P. Fabio Attard en la mañana del 25 de marzo. Apenas contestó, el sacerdote maltés pudo escuchar, del otro lado, la voz del presidente del Capítulo General 29 (CG29), el P. Stefano Martoglio, que, sin mucho preámbulo, le comunicó que había sido elegido como nuevo Rector Mayor.

En la sala, la intensidad del momento podía sentirse en el aire y los capitulares hicieron un silencio profundo para escuchar su respuesta. Attard estaba en Roma, a casi 700 kilómetros de Turín cuando, visiblemente emocionado, respondió: si mis hermanos han depositado su confianza en mí, con la gracia de Dios, haré lo mejor que pueda. De esa forma, se convirtió en el decimoprimer sucesor de Don Bosco y el primero, además, en ser elegido por fuera del Capítulo General.

El clima de fiesta y júbilo se hizo sentir en la asamblea y enseguida se extendió por portales y redes sociales salesianas. Sin embargo, la emoción fue aún más pronunciada cuando, tras algunas horas de viaje en tren, Attard llegó a la casa madre de los Salesianos de Don Bosco y fue recibido con el abrazo y el aplauso de los capitulares.

Culminada su profesión de fe, el nuevo Rector Mayor expresó que, en su elección, el sujeto más importante no es él, sino la congregación salesiana y al día siguiente, durante la primera celebración como sucesor de Don Bosco, Attard manifestó que

recibe su designación como un don y una responsabilidad. Es un llamado a acompañar a los jóvenes y a la Familia Salesiana en este viaje hacia la Tierra Prometida, guiados por el amor de Cristo, indicó, antes de invitar a todos a renovar el compromiso con la misión. Con Jesús, en Jesús y a través de Jesús podemos continuar caminando juntos este hermoso camino, expresó.

EL ESTILO DEL SUCESOR DE DON BOSCO

Con 66 años y 45 de vida religiosa salesiana, Attard es considerado un hombre polifacético y con numerosos talentos, conocido en la congregación especialmente por su servicio como consejero general para la Pastoral Juvenil entre 2008 y 2020. En ese rol coordinó actividades para abordar asuntos como la marginalización, la pobreza y las migraciones y durante su gestión se publicó el Cuadro de Referencia de la Pastoral Juvenil Salesiana. Ese importante documento contiene lineamientos actualizados para el quehacer pastoral salesiano a nivel mundial y, en alguna de sus páginas, define a Don Bosco como alguien que se mete en la piel de los jóvenes

Para el P. Sergio Álvarez, que recuerda de memoria esa expresión y que compartió con el nuevo Rector Mayor varios encuentros y días de convivencia durante sus años de trabajo por la Pastoral Juvenil, asegura que en Attard hay una concreta materialización de esa frase. También señala que del nuevo superior se puede esperar la real actualización de un Don Bosco que vivía viendo al Invisible.

En su opinión, Attard es un profundo contemplativo de la vida y de las personas con las que está y un hombre que mira todo desde una perspectiva de fe, traduciendo todo ese movimiento interior en acción y fuerza pastoral. Para el P. Sergio, su estilo es el de alguien práctico, organizador y maduro, pero a la vez muy a la mano y presente porque enseguida te hace sentir que le interesa algo de vos

En un sentido similar va la opinión del P. Húber Puglia, que conoció al flamante Rector Mayor en algunos encuentros en los que coincidieron años atrás. Me pareció una persona que está disponible y muy atenta a escucharte, asegura, y agrega que en el saludo de los capitulares observó que el sucesor de Don Bosco prestaba mucha atención a cada salesiano que se le acercaba. Eso, dice el P Húber, es signo de que para el nuevo superior el centro de interés está en la persona

El P. Francisco Lezama lo confirma.

En diálogo con el BS, señala que cuando Attard los vio acercarse para recibir su felicitación,inmediatamente los recibió con el grito alegre de ¡los uruguayos!. Pancho quedó sorprendido de la memoria muy zarpada del sacerdote maltés, que le preguntó con lujo de detalles por el presente de varios salesianos de nuestro país.

Es un hermano cercano, afable, humano, con gran capacidad reflexiva y una sensibilidad a flor de piel, resume el otro capitular, el P Raúl García

LA INVITACIÓN A URUGUAY Y SU PATERNIDAD ASEGURADA El Espíritu Santo nos ha regalado al Rector Mayor que precisamos hoy. Algo así fue el primer pensamiento que tuvo el P. Raúl cuando se confirmó la elección de Attard. Esa misma reflexión la ha ido confirmando con el devenir de los días del CG29. Desde el primer momento se ha posicionado en el servicio que le hemos encomendado y, al mismo tiempo, tiene claro que sigue siendo Fabio y que lo que cuenta es la congregación, cuenta al BS.

El nuevo Rector Mayor ya tuvo una conversación con el inspector, donde fue invitado a visitar Uruguay, y Pancho dice que tiene tremenda fe de que su llegada pueda concretarse en el mediano plazo. Él nos tiene muy presentes y eso está bueno, subraya.

Attard encabezará el gobierno de la congregación por los próximos seis años junto a un Consejo General parcialmente renovado y, como decimoprimer sucesor de Don Bosco, está llamado a ser el centro de unidad de toda la Familia Salesiana. Para el P. Raúl, en Fabio, como en Don Bosco, la paternidad está asegurada.

Queridos amigos del Boletín Salesiano: No es indiferente celebrar un Capítulo General en un lugar u otro. En Valdocco, cuna de nuestro carisma, tenemos la oportunidad de redescubrir la génesis de nuestra historia y la originalidad que constituye el corazón de nuestra identidad como consagrados y apóstoles de la juventud.

Estando aquí, en esta tierra salesiana, me siento casi obligado a recordar aquel diciembre de 1859, cuando Don Bosco tomó una decisión increíble, única en la historia: fundar una congregación religiosa con jóvenes.

Hacerlo realidad llevó tiempo. Luego de la propuesta de Don Bosco a sus muchachos, hubo un silencio inusual y varios deambulaban por el patio llenos de sentimientos contradictorios. Pronto se vio que nuestro fundador había hecho bien en proceder despacio y con prudencia.

Finalmente, el deseo de quedarse con Don Bosco se impuso en la mayoría. Juan Cagliero pronunció aquella frase que se convertiría en histórica y nos sigue iluminando hoy: «Fraile o no fraile, yo me quedo con Don Bosco».

En aquella incipiente Congregación, el primer Capítulo General, en 1877, tuvo 23 participantes y duró tres días completos. Hoy, para el Capítulo General 29, hay 227 personas que han venido de todas partes del mundo, en representación de todos los Salesianos.

UN CAMBIO DE

ÉPOCA

La expresión evangélica Jesús llamó a los que quiso con él y los envió a predicar, dice que Jesús elige y convoca a los que quiere. Entre estos estamos también nosotros. Los 12 son un modelo y un ejemplo porque no eran perfectos, sino personas comunes y corrientes, con virtudes y defectos.

Saben, como dijo el Papa Francisco, que vivimos en un cambio de época

más que en una época de cambio. En Valdocco, en estos días de encuentro, hay un clima de gran conciencia. Todos los hermanos sienten que es un momento de enorme responsabilidad. En la vida de la mayoría de los hermanos y de la Congregación hay muchas cosas positivas, pero esto no basta ni puede servirnos de consuelo porque el clamor del mundo, las grandes y

no en Su nombre y para el bien de los jóvenes.

Tenemos un fuerte deseo y mucha expectativa de que este sea un Capítulo General valiente, en el que se digan cosas que no se pierdan en frases correctas y bien elaboradas que no tocan la vida.

nuevas pobrezas, y la lucha diaria de tantas personas se eleva con fuerza como un pedido de ayuda.

A través de las consultas a las distintas inspectorías, creemos haber identificado los motivos de preocupación y, también, los signos de vitalidad de nuestra Congregación. Nos estamos preguntando lo que significa para nosotros ser verdaderamente salesianos apasionados por Jesucristo, porque sin esto podremos ofrecer buenos servicios y hacer el bien a mucha gente, pero no dejaremos una huella profunda.

La misión de Jesús se hace visible en el mundo de hoy a través de nosotros, sus enviados. Estamos llamados a construir amplios espacios de luz para el mundo de hoy. El Señor nos llama a educar evangelizando, a llevar su presencia y a acompañar la vida con oportunidades de futuro. A buscar nuevos modelos de presencia y renovadas expresiones del carisma salesia-

No estamos solos en esta misión. Sabemos y sentimos que la Virgen María es un modelo de fidelidad.

Es hermoso volver con el corazón al día de la Solemnidad de la Inmaculada de 1887, cuando, dos meses antes de su muerte, Don Bosco dijo a algunos salesianos que, conmovidos, le miraban y escuchaban: Hasta aquí hemos caminado sobre terreno seguro. No podemos equivocarnos; es María quien nos guía.

Ella es la Madre de todos nosotros y es Ella quien nos repite, como en Caná de Galilea: Hagan lo que Él les diga. Que nuestra Madre Auxiliadora nos ilumine, como hizo con Don Bosco, para ser fieles al Señor y no defraudar nunca a los jóvenes, especialmente a los más necesitados.

Mensaje del Vicario

en cada paso El Aguinaldo 2025 con el lente juvenil

La vida, a menudo una montaña rusa de emociones, nos presenta subidas y bajadas, alegrías e incertidumbres. En esos momentos, el Aguinaldo de este 2025 nos recuerda el valor inestimable de la esperanza, un ancla firme en nuestra fe en Dios, que nos mantiene en pie incluso cuando las cosas se ponen difíciles.

Como animadora de jóvenes, la esperanza en clave salesiana es mi pilar. En cada encuentro, en cada historia que escucho, busco el diamante en bruto, la chispa de bondad que Don Bosco vio en cada joven. Y cuando la vida se torna difícil, o cuando la montaña rusa se hace más empinada, recuerdo que no estoy sola. La fe en Dios me impulsa a seguir adelante y a tender ese lazo invisible que une corazones.

La esperanza salesiana, sobre todo para nosotros, los jóvenes animadores, es mucho más que un simple sentimiento: es el motor que impulsa nuestra vocación y da sentido a cada paso que damos en el acompañamiento de nuestros gurises. Es la convicción profunda de que, incluso en los contextos más difíciles, en cada persona existe un potencial inmenso de bondad y transformación.

Esta esperanza nos enseña a mirar más allá de las apariencias y, sobre todo, a creer en la capacidad de cada joven para construir un futuro mejor. Nos invita a ser testigos de la alegría y el optimismo, y a contagiar esa chispa de vida que Don Bosco supo encender en tantos corazones.

La esperanza salesiana nos fortalece en los momentos de desaliento, nos recuerda que no estamos solos en esta misión y que contamos con la guía de un Dios que nunca abandona a sus hijos. Nos anima a ser creativos, a buscar nuevas formas de llegar a los jóvenes, a adaptarnos a sus realidades y a hablar su propio lenguaje.

Y, en definitiva, sé que al final eso es lo más importante: la esperanza salesiana, esa chispa que Don Bosco encendió y que hoy arde en mi corazón, la brújula que nos orienta en la construcción de un mundo más justo y fraterno. Es la certeza de que, juntos, podemos hacer realidad el sueño de Don Bosco de formar jóvenes que sean buenos cristianos y honrados ciudadanos.

Pero más allá de eso, es la convicción de que cada sábado en el oratorio, al ver a esos gurises sonreír, al sentir ese lazo invisible que nos une, sé que estoy dejando una huella imborrable en sus vidas, una semilla de esperanza que florecerá en un futuro mejor Y esa, para mí, es la mayor recompensa.

Juntos sigamos adelante, con la mirada puesta en el horizonte, con la certeza de que, guiados por la esperanza salesiana, podemos hacer realidad el sueño de Don Bosco. Un sueño que se construye día a día, con cada paso que damos y con cada corazón que tocamos.

Valentina Rivero
vale
Historias
Elisa Juambeltz

Un grupo de jóvenes de Centro Bosco La Tablada transformó una experiencia de misión en un proyecto que sigue creciendo e inspirando a otros. Este año, irán al Jubileo de los Jóvenes, y en Roma sueñan experimentar lo que han vivido desde el inicio: acompañar a otros y dejarse acompañar.

Alexander Gutiérrez, Nada Bíquez, Adriana Quintero, Mariana Quintero y Milagros Barboza son cinco jóvenes que se conocieron en el barrio La Tablada. Varios de ellos hace más de 10 años forman parte de Centro Bosco, una obra social salesiana que funciona en la zona desde hace tres décadas.

En 2024, invitados por el P. José Pérez, ellos, junto a otros siete chicos, se fueron a vivir a Centro Bosco durante el Triduo Pascual y compartieron los días más importantes de la Semana Santa reflexionando, haciendo oratorio y otros servicios con la comunidad.

Esa experiencia, que muchos recuerdan como feliz y de cambio personal, despertó sus ganas de hacer algo más. Así nació Misioneros Soñadores, un grupo que surgió como una olla semanal para los gurises de su propio barrio, pero luego trascendió y se convirtió en un espacio que tiene que ver, esencialmente, con los encuentros.

LOS PRIMEROS PASOS

Luego de identificar que varios gurises llegaban al oratorio de Centro Bosco sin comer, y de ver que los más grandes ya estaban atendidos por otras propuestas, el grupo se planteó atender las necesidades de los más chicos.

En junio hicieron el primer guiso. Empezamos a cocinar temprano, después fuimos a buscar a los niños por el barrio, hicimos la recorrida y llegamos a Centro Bosco para almorzar con ellos, recuerda Milagros.

Lo mismo sucedió el sábado siguiente, el siguiente y el otro.

El vínculo con los chicos se dio naturalmente y sigue siendo espontáneo cuando, por casualidad, se encuentran por las calles de La Tablada. Muchos de los animadores tenemos hermanos en edad escolar, entonces,

cuando los llevamos a la escuela, nos cruzamos con otros niños que nos dicen que el sábado nos vamos a ver, explica Nadia. Milagros cuenta que, cuando va al almacén de su cuadra, algunos chicos la saludan y le recuerdan que se verán en Centro Bosco el fin de semana.

Lo que comenzó como un almuerzo para chicos de entre cinco y 12 años poco a poco se fue ampliando a otras realidades. Se sumaron hermanos, amigos y conocidos. El grupo, lejos de poner un freno, les dio la bienvenida a todos los que se acercaron.

Nosotros somos del barrio y sabemos que lo que pasa ahí es complicado. Cuando los gurises van a almorzar tienen un lugar en el que pueden estar acompañados y ser escuchados, reflexiona Adriana.

A medida que la propuesta se fue consolidando, distintos jóvenes del barrio se sumaron al grupo y eso es un orgullo para los que empezaron con Misioneros Soñadores: Alexander, por ejemplo, dice que saber que han inspirado a otros es lo más lindo.

El P. José, en tanto, asegura que la transformación interior, el compromiso y la creatividad de los gurises para llevar adelante el espacio es impresionante.

CENTRO BOSCO: ELLOS ESTÁN Detrás de esta historia hay una experiencia de familia, de comunidad, de encuentro. Nos une el vínculo que tenemos entre nosotros porque convivimos en Centro Bosco, dice Mariana, y Adriana cuenta que, a veces, cuando llegan mal por alguna situación, cruzan la puerta de la obra social y les cambia todo.

Es que, detrás, en la base, está ese lugar que los une hace tanto tiempo. De hecho, al consultarles qué significa Centro Bosco para ellos, todos tienen algo para decir. Ahí podés ser vos mismo. Siempre tenés a alguien acompañándote sin juzgar, dice Alexander. No importa con quién te cruces en Centro Bosco, sea quien sea, sabés que quiere lo mejor para vos, agrega Nadia. Para Mariana, es un refugio: Cada vez que tengo un problema, ellos están, explica.

La experiencia de Misioneros Soñadores ha sido una forma de aprovechar toda la vida que hay en la obra. Yo siento orgullo por lo que construimos, dice Adriana, quien destaca que el apoyo y la confianza de el Negro como le dicen cariñosamente al P José ha sido fundamental. Pero el impacto de lo que han construido los trasciende.

Muchos educadores, que conocen a los gurises del grupo desde que eran chicos y formaban parte de las propuestas de Centro Bosco, están emocionados por ver el proceso que están haciendo en Misioneros Soñadores. Para el P José, la movida también los ha transformado a todos ellos

UNA INVITACIÓN ESPECIAL

Hace unos meses, un sábado como cualquier otro, los chicos estaban terminando el almuerzo con los gurises del barrio cuando el Negro les mencionó algo que los descolocó: Me voy a ir de viaje a Italia y me gustaría que vinieran conmigo. Dijo eso y se fue, recuerda Milagros, quien confiesa que en ese momento se sintió confundida. Con el correr de los días, sin embargo, la noticia se fue materializando como algo más que un deseo.

Nosotros somos del barrio y sabemos que lo que pasa ahí es complicado. Cuando los gurises van a almorzar tienen un lugar en el que pueden estar acompañados y ser escuchados
Adriana Quintero

El próximo 24 de julio, el grupo partirá a Roma al Jubileo de los Jóvenes para, después, ir a conocer la tierra de Don Bosco en Turín. Estarán en el viejo continente hasta el 10 de agosto.

Las expectativas que tienen son altas. Para todos, será su primer viaje en avión y, si bien eso les da algo de nervios, están convencidos de que valdrá la pena. Vamos abiertos, dice Adriana. Queremos que nos sorprenda, agrega Nadia. Todo es emoción, concluye Alexander.

ALGO PARA NUESTRA GENTE

Después de un buen rato de charla, todos han perdido la vergüenza y hablan con más soltura. Y es en ese contexto que el Negro los invita a dar un mensaje para el barrio. Para su barrio. Durante los primeros instantes, todo es silencio. Pero, de a poco, salen las palabras.

Alexander vuelve a tomar la iniciativa: Yo les diría que se den la oportunidad de estar en Centro Bosco porque, si tienen alguna idea que puede servir para el barrio, ahí siempre van a ayudar a que eso se haga. Eso fue lo que nos pasó a nosotros, dice. Nadia, por su parte, está convencida de que el camino es el de abrirse a cosas nuevas: No se pierde nada con probar. Milagros es concreta con sus palabras y elige, por su parte, invitar a la gente de La Tablada a hacer las cosas sin pedir nada a cambio.

Yo les diría que confíen en el proceso, dice Mariana, que habla poco, pero es firme en sus intervenciones. Su hermana, Adriana, está sentada a su lado. No se siente segura sobre lo que quiere decir. Piensa un ratito, hasta que, al cabo de unos minutos cierra el encuentro con una frase que deja reflexionando a todos: Yo quiero decirles que se dejen acompañar en el camino.

con nombre y apellido

DISCERNIMIENTO Y CAMBIO:

¿cómo tomamos decisiones en clave de Dios? ¿cómo tomamos decisiones en clave de Dios?

Los cambios suelen venir atravesados por una serie de preguntas y cuestionamientos. Y algo clave para tomar decisiones a la luz del Espíritu es el discernimiento.

El sacerdote jesuita Álvaro Pacheco conoce en primera persona de lo que se trata. No solo porque lleva muchos años dentro de la orden religiosa de la Compañía de Jesús, donde el discernimiento ignaciano es clave, sino porque, además, está viviendo un tiempo personal de transformaciones y cambios: en diciembre se mudó a Argentina para asumir como nuevo superior de los jesuitas de Argentina y Uruguay.

En entrevista con el BS, Pacheco explica que hay que disponerse con mucha libertad interior y mucha indiferencia a lo que puede resultar cada discernimiento y que la clave está en examinar los sentimientos y luces que van surgiendo para saber, en definitiva, qué es aquello que viene de Dios.

¿Cómo vienen siendo estos primeros meses como provincial de los Jesuitas de Argentina y Uruguay?

Son meses de adaptación, de mucha escucha para ir dimensionando los distintos aspectos de esta misión. Como asumí en diciembre, el tiempo de vacaciones fue muy útil para rezar y dejar reposar las emociones que van surgiendo. Tuvimos, luego, el tradicional encuentro de provincia, donde empezamos a delinear entre todos un nuevo plan apostólico, y en febrero ya empecé las visitas canónicas, como llamamos a la recorrida que tiene que hacer el provincial por todas las comunidades para hablar personalmente con cada jesuita y visitar las obras. No es simple ese calendario, somos unos 150 jesuitas, y más de 20 comunidades, con sus colegios, parroquias, universidades y centros sociales.

¿Cómo te tomó personalmente esta designación?

Si hay algo que está claro en nuestro modo de proceder es que estos cargos no se ambicionan, tampoco hay listas de candidatos que tengan que convencer a los demás con un programa de gobierno. El proceso de nombramiento es muy cuidado y participativo, pero luego llega de un día para el otro el decreto del Padre General (N. de R.: el superior de la orden religiosa) y siempre es una sorpresa. Obviamente tengo muchas razones para no sentirme con las condiciones para un rol así, que implica mucho liderazgo, pero lo tomo con mucha confianza en Dios, sabiendo que una misión como esta viene siempre acompañada de la gracia del Espíritu Santo para hacerlo

lo mejor posible. Ciertamente es alentador saber que uno cuenta con el apoyo, el cariño y la ayuda de los compañeros jesuitas y de nuestros colaboradores laicos. Eso se siente desde el primer día.

¿Qué ha cambiado en vos, en tus tiempos y en tu quehacer cotidiano luego de tu asunción como provincial?

Eso está siendo lo más desconcertante. En primer lugar, porque me tuve que mudar de Montevideo a Buenos Aires y, sobre todo, porque la rutina de un provincial es muy distin-

ta a la de una universidad o un colegio, que era a lo que estaba acostumbrado. Por supuesto que siempre hay entrevistas y reuniones, pero ahora tengo que estar más atento a la relación con la Curia General en Roma y, sobre todo, estar bien disponible para viajar de una ciudad a otra: discurrir por unas partes y por otras, como decía San Ignacio.

¿Cómo te llevás con los cambios?

En estos tiempos no es fácil asumir este servicio de autoridad en la Iglesia, quizás tampoco en otros ámbitos. Por eso, más que como una dignidad,

En la base de todo está la oración. Sin una oración sostenida, sin un examen de lo que se mueve en el corazón, no es posible el discernimiento.

lo tomo como una carga, en el buen sentido de la palabra, como responsabilidad y servicio. En latín decimos un munus A veces bromeo con mis compañeros y les digo que por ahora estoy funcionando como si fuera un 911, resolviendo problemas y emergencias. Pero confío en poder circunscribir esa dimensión de lo urgente para concentrarnos en lo prioritario, con una visión más de futuro. El plan apostólico provincial nos ayudará.

Para tomar decisiones y hacer cambios en nuestra vida, un aspecto importante es el discernimiento.

¿Qué tiene para enseñar San Ignacio de Loyola en este sentido? ¿Por qué es importante discernir?

Por supuesto, el discernimiento está en la base de los Ejercicios Espirituales de San Ignacio para quitar los afectos desordenados, buscar la voluntad de Dios para nuestra vida y para nuestras obras y, así, tomar buenas decisiones. Es algo propio de nuestra espiritualidad, pero también un regalo para toda la Iglesia, por eso el Papa Francisco ha insistido tanto en este punto. Hoy se habla mucho, por lo menos entre nosotros, del discerning leadership, porque un discernimiento espiritual profundo siempre se tiene que combinar con herramientas de liderazgo que hacen a toda buena organización. El portavoz de esta corriente es Chris Lowney, que fue jesuita y luego empresario, y que escribió El liderazgo al estilo de los jesuitas.

¿Cuáles son las claves para un buen discernimiento?

En la base de todo está la oración. Sin una oración sostenida, sin un examen de lo que se mueve en el corazón, no es posible el discernimiento. El Padre

Perfil

Pacheco nació el 7 de octubre de 1965 y es abogado. Ingresó al noviciado de la Compañía de Jesús en 2001 y nueve años más tarde fue ordenado sacerdote en manos del entonces obispo de Montevideo, Nicolás Cotugno.

Realizó sus estudios de filosofía en la Facultad de Teología del Uruguay y sus estudios teológicos en el Centre Sèvres de París. Posteriormente, tuvo estudios de posgrado, maestría y doctorado en Derecho Canónico y Filosofía del Derecho. Ocupó diversos roles en la Universidad Católica del Uruguay, fue administrador parroquial de Nuestra Señora de Fátima y, también, rector del Colegio Seminario.

General, Arturo Sosa, nos mandó una carta con algunos elementos: en primer lugar, hay que elegir bien la materia sobre la cual hacer elección y disponerse con mucha libertad interior, con mucha indiferencia a lo que pueda resultar. La clave está luego en examinar los sentimientos y luces que van surgiendo, consolaciones y desolaciones, para saber qué viene de Dios y qué puede venir del mal espíritu. Algo importante, al final, es que se concrete lo que hemos visto como voluntad de Dios: un discernimiento que se alargue mucho, que no llegue a una elección clara, o que no se termine implementando, se queda a mitad de camino.

Durante el Capítulo General 29, concretamente durante el proceso de elección del Rector Mayor, el P. Amadeo Cencini expresó que discernir es esperar y esperar es discernir. ¿Qué te suscita esa expresión?

El P. Cencini siempre nos sorprende con sus reflexiones que nos dejan pensando. Vinculo esta expresión a lo que te venía diciendo: hay un tiempo que necesitamos darle al

discernimiento. Es un proceso y la paciencia es importante. Pero también tenemos que estar atentos, en esa espera, a los signos que nos muestran claramente que llegó el momento de tomar una decisión y ponerla en práctica.

¿Qué situaciones recordás donde el discernimiento te llevó a tomar alguna decisión u opción que no estabas considerando?

Pasa muy seguido, porque Dios siempre nos sorprende. ¡El Espíritu sopla donde quiere! Como provincial tengo un equipo que es la consulta de provincia. Son una gran ayuda y a través de ellos, muchas veces, aparecen elementos nuevos que ayudan a reorientar decisiones. Y como todos los jesuitas volvemos a hacer cada año los Ejercicios espirituales, Dios nos habla en ese espacio íntimo y ese discernimiento personal es muy importante también para el provincial cuando converso con cada compañero, porque tenemos que estar todos disponibles a la misión que el mismo Cristo nos da, al envío que Él nos hace en medio de la Iglesia.

¿Y si cambio de carrera?

Una psicopedagoga y tres jóvenes que modificaron sus rumbos académicos reflexionan con el BS sobre cómo transitar la duda, la sensación de fracaso y el desconcierto que muchos atraviesan cuando no están convencidos de lo que están estudiando.

Mateo García estaba en los últimos meses de Bachillerato cuando empezó a tener dudas sobre qué carrera elegir. Lo que siempre había tenido claro, años atrás, era que iba a seguir Científico e Ingeniería. Los números, la lógica y la física fueron algo en lo que siempre me fue bien, cuenta. Luego, se atendió con una psicóloga especializada en lo vocacional y ahí fue que se decantó por Ingeniería.

En 2020, con 18 años, Mateo ingresó a la Facultad de Ingeniería en la Universidad de la República (Udelar) y las dos primeras semanas fueron las mejores, pero la llegada de la pandemia empezó a cambiar todas las lógicas. El primer semestre fue bastante fácil, dice, pero el segundo se empezó a complicar.

Mientras tanto, comenzó a trabajar en una empresa que ofrecía talleres de Robótica en colegios y liceos, y ahí descubrió un mundo que le gustaba. La facultad, por su parte, no era algo que lo entusiasmara y, si bien asistía a clase, no se presentaba a los exámenes.

A mediados de 2022, abandonó la carrera y dedicó el resto del año a trabajar, animar y hacer deporte. Ese proceso, recuerda, lo vivió con incertidumbre: No me visualizaba. No quería estar toda mi vida detrás de una computadora.

Era febrero de 2021 y Sebastián Parada no sabía qué carrera hacer Agronomía ya había quedado descar-

tada, aunque se había graduado de bachiller con esa orientación. Averiguó en Udelar y en otras universidades y, si bien nada le convencía, descubrió que la UCU, ese año, lanzaba Ingeniería Ambiental. Mezclaba el área de ciencias con lo ambiental y lo ecológico, y pensé que era lo mío, dice.

Sebastián comenzó su vida universitaria y un tiempo después se empezó a preguntar si lo que hacía realmente le gustaba o si iba a la facultad por una cuestión de inercia. En julio de ese año, en pleno receso, tomó la decisión de cambiarse de carrera, aunque optó por completar el primer año. Y lo hizo, pero sin motivación.

Alguien que tiene un apoyo social bueno o estable hace la diferencia para vivir y contener el fracaso de una manera distinta que una persona que está sola

Lo que tenía en mente ahora era Ciencias Biológicas. Ingresó en marzo de 2022 y, en paralelo, comenzó a animar. Una nueva pregunta no tardó demasiado en aparecer: ¿cómo se conecta esto con lo que estoy estudiando?.

Hizo todo el primer año, pero, atravesado por sus cuestionamientos, el segundo ya no lo completó ni rindió ningún examen. * * *

Victoria Echenique había hecho una lista con todas las carreras universitarias que conocía, clasificadas por los colores del semáforo. Con rojo, aquellas que no le gustaban nada; con amarillo, las que le podían interesar; y con verde, las que estaba decidida a estudiar. En esa lista aparecían nombres de opciones que no tenían nada que ver entre sí: Arquitectura, Agronomía, Odontología. Quería una carrera que tuviera números, letras, una parte social y Biología.

Cuando salió del liceo se inscribió en la Facultad de Veterinaria de la Udelar,

aunque ese verano las dudas sobre su opción profesional habían comenzado a surgir. En paralelo, dio una prueba de ingreso en la EUTM (Escuela Universitaria de Tecnología Médica) para cursar la Licenciatura en Psicomotricidad.

Solo estuvo tres meses en la Facultad de Veterinaria. Me acuerdo que el último día que fui, agradecí porque, aunque me gustaba mucho, no me daba lo que yo buscaba, relata. Se abocó así a sus estudios en la EUTM, cuyas clases se dictaban solo a distancia. Eso la desmotivó. Tiempo después, también abandonó.

UN PROYECTO PARA ACOMPAÑAR A OTROS

María Massimelli, psicopedagoga y educadora social, opina que el acompañamiento en el discernimiento vocacional que realizan los liceos es insuficiente. Desde hace muchos años no se abre a nivel público, en la Facultad de Psicología, algún curso sobre orientación vocacional, explica, y por este motivo cree que es complejo que haya profesionales que

se especialicen para acompañar a otros en este tema.

Junto a Natalia Avero psicopedagoga y María Noel Mainentti psicóloga, Massimelli es cofundadora de Brújula, un proyecto que surgió a principios del año pasado y que tiene como propósito acompañar a jóvenes y adultos en procesos de búsqueda y reorientación profesional.

Por lo general, el público que atienden son adolescentes de entre 15 y 18 años, la mayoría de colegios privados. Cada tanto aparece algún universitario. El cambio de carrera es más autodidacta que elegir cambiar de orientación. El que ya está en la universidad busca por sí mismo, de acuerdo a sus gustos, explica Massimelli, aunque reconoce que abandonar una facultad para comenzar otra puede llevar a la persona a un desgaste muy grande

Según los especialistas, hay varios motivos por los que alguien puede perder la motivación con su carrera. Un informe del diario La Nación señala que los factores más importantes tienen que ver con una orientación vocacional deficiente, con el abismo entre la oferta curricular y la demanda laboral; y con el deterioro de la formación preuniversitaria.

Pero hay más. Sentirse solo también puede ser determinante y otro motivo muy fuerte, explica Massimelli, tiene que ver con la presión social por parte del entorno: A veces, el sueño de ciertas familias es que el hijo o la hija estudie lo mismo que estudió el padre o la madre, subraya la psicopedagoga.

¿FRACASO?

Si bien un informe publicado en 2021 por el Ministerio de Educación y Cultura señala que el 38 % de quienes se inscribieron en la Udelar ya están anotados en otras carreras, en Uruguay no hay datos oficiales sobre qué porcentaje corresponde a estudiantes que han abandonado una facultad para comenzar otra.

No obstante, cifras de otros países hablan de que 1 de cada 5 cambia de carrera en los primeros semestres. En

Argentina, por ejemplo, el porcentaje es del 25 % del total de nuevos inscriptos, según el Ministerio de Educación. Y los expertos aseguran que el número crece cada vez más. Las historias de quienes transitan ese proceso tiene tantos matices como casos. En concreto, si bien muchos superan sus dudas con algún test vocacional, Victoria dice que a ella no le sirvieron para nada, pero que sí fue clave escuchar a gente que le pasó lo mismo.

Desde Brújula consideran que los testimonios de estudiantes avanzados o profesionales recibidos son una buena herramienta para las nuevas generaciones de universitarios porque pueden contar lo bueno y lo malo.

Además, Massimelli explica que el fracaso cada uno lo vive de manera diferente, porque todos tenemos particularidades y cualidades distintas. La red de contención que tiene cada persona influye mucho en cómo se procesa todo. Alguien que tiene un apoyo social bueno o estable hace la diferencia para vivir y contener el fracaso de una manera distinta que una persona que está sola, agrega.

Por ello, para la psicopedagoga es fundamental educar desde la resiliencia a través de estrategias y herramientas y ver qué aporta equivocarse porque también esos errores pueden tener una perspectiva positiva.

QUERER APRENDER

Mateo tiene 23 y está cursando su tercer año de Recreación Educativa. Sigue vinculado a la Robótica a través de un proyecto de Fe y Alegría, y subraya que su gusto por la Ingeniería nunca terminó y puede ser una opción en un futuro, pero ya no como una carrera profesional.

Sebastián, en tanto, reflexiona que lo principal es preguntarse qué es lo que a uno le llena y que, si bien los cambios incomodan, si los enfrentamos, el proceso puede no ser tan malo No me arrepiento de haber hecho ninguna de las carreras que hice porque todas aportaron a mi

crecimiento, subraya. Hoy tiene 22 años y está cursando segundo de Profesorado de Física.

Victoria está en el tercer semestre de Psicomotricidad, pero ahora estudia en la UCU. Siento que avanzo y voy bien, que me gusta, y que día a día voy reafirmando por qué lo elegí, explica.También está haciendo, con menos ritmo, algunas materias de Trabajo Social. Sabe que terminar el proceso le llevará quizás unos 15 años, mientras que la Psicomotricidad siga siendo la prioridad. Pero está tranquila: No tengo presión de recibirme, sino de aprender

INFORMACIÓN GRÁFICA

1 de cada 5

cambia de carrera en los primeros semestres, según datos de varios países.

38% de quienes se inscribieron en la Udelar ya están anotados en otras carreras. 38%

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La cuerda accesible al bien

Serie: Espartanos (2025) Disponible en: Disney+ Director: Sebastián Pivotto

Las cárceles son lugares de sombras. Lugares donde la vida parece haberse detenido, donde la desesperanza se instala y las personas parecen haber llegado a un punto final. Donde nadie espera nada de nadie. Pero en una de esas cárceles de Argentina, un grupo de hombres encontró algo distinto: un balón de rugby, una oportunidad y, sobre todo, una mirada nueva sobre sí mismos.

Espartanos: una historia real, narra la historia de Eduardo "Coco" Oderigo, un abogado penalista y exjugador de rugby que se negó a creer que había vidas descartables. En vez de ver criminales, vio personas. En vez de ver historias rotas, vio seres humanos capaces de cambiar Y así nació el primer equipo de rugby en una cárcel argentina, pero no fue solamente un deporte. Fue una escuela de vida, de fraternidad, de valores. Para muchos, fue la primera vez que alguien les exigió con amor y que los corrigió sin humillarlos.

Don Bosco decía que en todo joven hay una cuerda accesible al bien. Coco y los Espartanos lo entendieron a la perfección: nadie es del todo malo, nadie es solo su peor error. Pero para llegar a él, alguien tiene que acercarse con paciencia, con fe o con perseverancia. Es fácil señalar al que se equivoca, cerrar la puerta y decir que ya es tarde. Lo difícil es quedarse, mirar con atención y creer que todavía puede amar, construir, levantarse.

Ahí está el desafío de todo educador. No basta con estar delante de un grupo o enseñar un contenido. Educar es mirar más allá. Es ver la chispa escondida en el que parece perdido. Es buscar el bien en el que ya no cree en sí mismo, del que ha sido marcado por el fracaso o el rechazo. Es sostener la esperanza cuando el otro no la tiene.

Porque la clave está ahí: en la mirada con la que elegimos ver el mundo. Podemos seguir creyendo que hay personas irremediablemente perdidas o podemos animarnos a descubrir la chispa de bien que arde en ellas. Podemos resignarnos a la dureza de la vida o podemos elegir ser aquellos que tocan la cuerda correcta y ayudan a que vibre.

¿Nos animamos a ser esa mirada atenta? ¿A tocar esa fibra del bien en quienes el mundo ya dio por perdidos? Ojalá nos veamos reflejados y elijamos ser como los Espartanos en la cárcel. Ojalá nos animemos a mirar más allá de lo evidente.

RAÍCES ERRANTES

¿En qué se parecen una sacristía, un refugio, un dormitorio, un cementerio y un prado? ¿Qué tienen en común estos lugares que, a simple vista, parecen tan distintos? Si esta misma pregunta se la hiciéramos a Don Bosco en 1846, su respuesta sería que en todos ellos es posible hacer un Oratorio.

Ese año, Don Bosco compró la casita Pinardi en el barrio de Valdocco, donde se asentaría el Oratorio de San Francisco de Sales. Pero el oratorio, como tal, había comenzado mucho antes, cuando Don Bosco transformaba simples espacios en verdaderos oratorios. Fue la época del llamado oratorio ambulante, ya que el punto de encuentro con los muchachos iba cambiando, pero siempre mantenía la magia de la propuesta.

En 1841, tras encontrarse con Bartolomé Garelli, Don Bosco comenzó a reunir a algunos muchachos en la sacristía y el pequeño patio de la Iglesia de San Francisco de Asís. Juegos y catequesis estructuraban la jornada. Al poco tiempo, eran tantos que el lugar quedó chico y el oratorio fue trasladado al Refugio de la Marquesa Barolo.

Aunque el espacio no era mucho mayor, le daba más autonomía a Don Bosco. El lugar de reunión era su propia habitación, pero eran tantos que algunos se ubicaban en pasillos y escaleras para escucharlo. Él y sus colaboradores ofrecían charlas, catequesis, celebraban los sacramentos, organizaban juegos y apoyaban en las tareas escolares. Pero ante algunos conflictos entre los muchachos y las chicas que vivían en el Refugio, la Marquesa le pidió a Don Bosco que se retirara.

Tras días de incertidumbre, Don Bosco consiguió un lugar en una iglesia cerca de los Molinos Dora, en las afueras de Turín. Allí, el teólogo Borel, su mano derecha, pronunció un discurso memorable: Las coles, queridos jóvenes, si no se trasplantan, no se hacen grandes y hermosas. Digamos lo mismo de nuestro Oratorio. Hasta ahora ha ido pasando de sitio en sitio; pero en cada lugar en que estuvo, logró siempre un notable incremento, ayudando no poco a los jóvenes que lo han frecuentado. ¿Pasaremos, pues, aquí mucho tiempo? No nos preocupemos de cuestiones semejantes; pongámonos enteramente en las manos del Señor, que él cuidará de nosotros.

Poco duró la alegría. Las quejas de los vecinos obligaron a trasladarse nuevamente. El oratorio pasó por un cementerio, otra iglesia y finalmente un gran prado baldío de los hermanos Filippi. En todos surgían dificultades o quejas de terceros que forzaban un cambio. Así fueron creciendo, con raíces errantes, hasta que esa peregrinación terminó, felizmente, con la adquisición de la casita Pinardi.

Juan Manuel Fernández SDB
Moverse sin perder la

esencia:

“Lo único que se transformó es el lugar desde donde vivo el carisma”

Bernabé Ghuisoli volvió a Uruguay después de tres años y desde febrero está acompañando la pastoral del Colegio San Miguel.

El reel publicado en Instagram dura casi un minuto y medio. Bernabé Ghuisoli mira a cámara. Lleva una camiseta negra, jeans claros y una sonrisa tranquila. Se presenta. Se define como paciente, alegre y animador. Dice que prefiere el mate amargo antes que el dulce. Señala que su frase preferida de Don Bosco es: No basta amar a los jóvenes, es preciso que se sientan amados, y agrega que, si tuviera la oportunidad de conversar con él, le pediría un consejo para las juventudes de hoy.

Con este breve video, Bernabé 35 años, sanducero y profesor de Filosofía se presenta como nuevo referente de pastoral del Colegio San Miguel, en Mercedes. Así, de manera simple, dice: Estoy aquí para acom-

pañar a toda la casa, al personal, a los docentes y a los gurises.

En 2021 dejó la congregación como consagrado, pero nunca se alejó del todo. En su biografía de Instagram escribió: Me quedo siempre con Don Bosco. Con el tiempo empezó a pensar en un voluntariado en la Patagonia, donde llegaron los primeros salesianos a América.

Al año siguiente se instaló en la capital de Chubut. Desde allí acompañó la presencia salesiana en Rawson y en Trelew, que se distancian por 22 kilómetros. Misionó en la meseta chubutense, trabajó como docente y responsable de curso en el colegio Padre Juan Muzio, en Trelew, y luego también como docente y

coordinador de pastoral en la Casa Salesiana Don Bosco, en Rawson, donde no había un referente salesiano. Su desafío fue hacer presente el carisma. Lo logró con lo que sabía y sabe hacer: animar, escuchar, estar.

En febrero regresó a Uruguay para acompañar a otros jóvenes y seguir viviendo el carisma de Don Bosco. Sobre todos estos cambios (y permanencias), además de los desafíos para este año, es esta entrevista con el BS. ¿Cómo fue el proceso de cambio de dejar Argentina para instalarte en Mercedes?

Era algo que ya tenía pensado. Hacía tres años que me había ido como misionero. El primer año hice un voluntariado en la parroquia Nuestra

Señora de la Paz, en Trelew, que tiene un gran espíritu misionero. Yo estaba en el grupo de la localidad de Laguna Fría y tres veces al año íbamos al lugar a generar encuentros con los vecinos. Me gustó la experiencia, por eso me quedé un tiempo más. Pero el año pasado ya tenía pensado en volver a Uruguay porque extrañaba. Justo se dio este llamado [de referente pastoral en el colegio San Miguel] y daba con el perfil. Me gustó la idea de venir a Mercedes porque estoy cerca de Paysandú, donde vive mi familia y, por supuesto, de poder venir a trabajar a una casa salesiana.

¿Cómo cambió tu rutina?

En cuanto a lo que es el trabajo no tuve cambios. En Rawson estaba en la pastoral del colegio, hacía el mismo trabajo, no tanto a la escala de toda la presencia, sino solo en la pastoral de secundaria. Pero de alguna manera, voluntariamente, porque soy de meterme en todo, casi trabajaba en la pastoral de toda la casa. Además, estaba en la parte asociativa, en el MJS, que está por fuera del horario escolar

¿Cómo te recibió la comunidad de Mercedes?

Muy bien. La verdad que eso fue una de las cosas de las que estoy muy agradecido. Regresé a Uruguay sin tener nada. De entrada, [recibí] mucha ayuda para conseguir un lugar y lo básico. También con una apertura muy linda para empezar a trabajar, esperando que yo pueda dar mi impronta. De alguna manera, eso me permitió que pueda empezar a conocer, ver cómo se venía trabajando y, de a poco, empezar a integrarme junto con el equipo director y de pastoral.

¿Qué implica tu cargo como referente de Pastoral?

Implica acompañar a la pastoral de maternal, inicial, primaria y secundaria y, a la vez, coordinar los grupos asociativos del MJS que abarca la pastoral social y el oratorio que funciona en el barrio Parque Don Bosco. Y, por otro, lado está la gestión junto con el equipo director: las directoras de cada nivel y la administradora.

¿Qué expectativas tenés para esta nueva tarea?

Lo que siempre busqué y esperé de este cargo es trabajar en equipo y, de alguna manera, ayudar a que la presencia crezca. Cuando llegué, me dijeron que las actividades que son propias del carisma estaban un poco apagadas. El grupo de pastoral ya había empezado a trabajar en eso y generaron un grupo más grande de jóvenes que se sigue fortaleciendo. Así que una de las expectativas es trabajar para que crezca el carisma, que a veces no se puede explicar, pero que contagia y hace que los gurises y sus familias se sientan bien. Tengo mucha esperanza, sobre todo este año que es el Jubileo. Ojalá que la vivencia del carisma sea más intensa y más fuerte, con los gurises que forman parte y todos aquellos que quieran acercarse a la comunidad de Mercedes.

¿Cómo vivís este proceso de volver a la congregación en un rol laical?

La verdad que rebién, porque el proceso de salida fue muy acompañado. Mi vocación salesiana no estaba en cuestión, sino más bien de qué forma vivir el carisma. Dedicar mi vida a los jóvenes siempre estuvo. Lo único que se transformó es el lugar desde donde vivo el carisma, pero lo sigo viviendo muy fuerte. Tanto los salesianos de Uruguay como de Argentina me acompañaron mucho y siempre estuvieron muy presentes, guiándome. Eso fue lo lindo de este discernimiento No fue algo cortante, no fue algo que de alguna manera me exigió alejarme del carisma o de las casas salesianas No, todo lo contrario

Se dio con tal naturalidad, así como hice un proceso de discernimiento para empezar la formación, hice también un proceso para salir y seguí trabajando siempre por los jóvenes.

latidos del evangelio Teología

VOLVER A JESÚS

En la regla de vida de los salesianos encontramos la expresión de lo que queremos vivir como religiosos consagrados a Dios y a la educación de los jóvenes. De hecho, en el artículo 11 de nuestras Constituciones está la invitación a volver incesantemente a Jesús para lograr una vida más plena y llena de sentido.

De aquí la urgente necesidad de mirarlo a Él, apóstol y revelador del Padre Dios todoamoroso. Jesús nos enseña con su vida, con su palabra, con su actitud benevolente hacia cada uno de nosotros, hacia toda la humanidad, que todo el proyecto de Dios se cumple en el mandamiento del amor (Cf. Mt 22,34-40; Mc 12,28-34).

VOCACIÓN, ESPERANZA Y DISCERNIMIENTO

Estando internado en el Sanatorio Gemelli, el Papa Francisco nos invitó a reconocer nuestra vocación de seguidores de Jesús, con esperanza viva y con capacidad de discernimiento.

Francisco vincula vocación y esperanza, que "es mucho más que un simple optimismo humano: es más bien una certeza arraigada en la fe en Dios, que obra en la historia de cada persona", según sus palabras textuales. De ahí que "el mundo necesita jóvenes que sean peregrinos de esperanza, valientes al dedicar su vida a Cristo, llenos de alegría por el hecho mismo de ser sus discípulos-misioneros"

Junto a estas dos actitudes, otra

actitud clave es el discernimiento, un camino que "nunca es solitario, sino que se desarrolla dentro de la comunidad cristiana y junto a ella" "Queridos jóvenes, el mundo los empuja a tomar decisiones apresuradas, a llenar los días de ruido, impidiéndoos experimentar un silencio abierto a Dios, que habla al corazón. Tengan el valor de detenerse, escuchar a su interior y preguntar a Dios qué sueña para ustedes", resaltó el Papa, quien animó a entregarse a la oración para leer la llamada de Dios en la propia historia y para dar una respuesta libre y consciente. "Quien se pone a la escucha de Dios no puede ignorar el grito de tantos hermanos y hermanas que se sienten excluidos, heridos, abandonados", subrayó, animando especialmente a los fieles laicos a "ser sal, luz y levadura del Reino de Dios a través del compromiso social y profesional".

Francisco también llamó a los líderes de las comunidades a "promover el cuidado de la vocación cristiana en los diversos ámbitos de la vida y de la actividad humana, favoreciendo la apertura espiritual de cada uno a la voz de Dios"

"La Iglesia necesita pastores, religiosos, misioneros, esposos que sepan decir 'sí' al Señor con confianza y esperanza. La vocación nunca es un Tesoro que permanece encerrado en el corazón, sino que crece y se fortalece en la comunidad que cree, ama y espera", sostuvo Francisco, quien culminó su mensaje lanzando un

mensaje de esperanza: "La Iglesia está viva y es fecunda cuando genera nuevas vocaciones. Y el mundo busca, a menudo inconscientemente, testigos de esperanza, que anuncien con su vida que seguir a Cristo es fuente de alegría. No nos cansemos, pues, de pedir al Señor nuevos obreros para su mies, seguros de que Él sigue llamando con amor".

LA PASCUA ES UNA OPORTUNIDAD DE TRANSFORMACIÓN

Volver a Jesús es, en definitiva, tenerlo siempre presente en nuestra vida, es leer diariamente alguna página del Evangelio, es comentar en nuestras comunidades juveniles qué nos está diciendo a partir de lo que estamos viviendo y de la Palabra, es prestar atención cuando leemos alguna página de los Evangelios en nuestras celebraciones litúrgicas.

Cuando Jesús llena nuestro corazón y nos seduce, nuestra vida se va transformando. Descubrimos su sentido cuando entendemos que vale la pena pensar en los demás y en el Dios de Jesús que nos ha creado por amor y nos invita a participar en el proyecto de amor y solidaridad que él soñó. La vida se llena de sentido cuando somos constructores de fraternidad aquí, ahora y en toda circunstancia. Cuando nos damos a los demás, como lo hizo Jesús en su Pascua, la vida es más plena.

Creer que resucitó

A los amigos del Boletín Salesiano de Uruguay:

¡La fuerza de la Resurrección penetra en nuestra vida como un rayo de luz! Como una intuición deslumbrante que nos permite comprender aquello que todavía parece sin sentido.

En los días de Pascua repasamos los primeros pasos del camino de una Iglesia que late de amor a Jesús, el Cristo, el Hijo de Dios. Una Iglesia compuesta por apóstoles y discípulos que vivieron con Él una vida cotidiana extraordinaria, pero que flaquearon en la fe, cayeron en el miedo, dudaron de la palabra del Maestro ante el acontecimiento histórico tangible y, al mismo tiempo, trascendente de su Pascua. Sin embargo, la Iglesia se transforma por la fuerza misma de Jesús resucitado, fuente de alegría y de esperanza.

La vida triunfa sobre la muerte más allá de lo que vemos y experimentamos en nuestra realidad diaria.

El Evangelio de la Vigilia Pascual nos pone en contacto con el grupo de mujeres, testigos fieles e intrépidos, que resistieron con valentía y amor junto a Jesús en su pasión y muerte.

Es interesante notar que, según Lucas, Jesús se aparece a las mujeres que guardan cerca de su corazón los aromas para Él y no se detienen ante los peligros de una mañana que, a primera luz, todavía parece oscura y desierta. No se frenan ante la piedra removida que puede inspirar una natural vacilación, o una sospecha de peligro, y no se quedan fuera del sepulcro, sino que entran en él, porque su ardiente y único deseo es honrar el cuerpo del Maestro.

Al no encontrar el cuerpo del Señor Jesús, y delante de los dos hombres de vestiduras resplandecientes, reaccionan con asombro ante lo divino que

están percibiendo: presos del temor, mantienen la cara inclinada hacia el suelo. En la Biblia, el rostro representa a toda la persona, e inclinarlo indica sumisión, veneración y, por tanto, también oración.

Son las mujeres quienes acogen, de los dos mensajeros, el gran anuncio de que nada es imposible para Dios. Saben creer en la palabra de los ángeles y están llenos de la alegría de la vida que estalla, de la fe que transforma a los creyentes en testigos. Son ellas, las mujeres de la mañana de Pascua que, con su fe, llevan el anuncio gozoso que resonará a través de los siglos: ¡Jesús ha resucitado! ¿Por qué buscan entre los muertos al que vive?

Lo que el Maestro había dicho estaba siendo asimilado en sus vidas: les bastaba recordar, llamar a su corazón, a sus más profundos pensamientos y deseos íntimos para creer en el Resucitado.

La fuerza salvífica de la Pascua nos permite vivir con alegría y esperanza, especialmente en este Año Jubilar, que nos invita a experimentar la verdadera misericordia, aunque en este tiempo experimentamos el sufrimiento del mundo, la guerra, la violencia o las calamidades naturales

que golpean a tantos hermanos nuestros.

Como las mujeres, todas sentimos la responsabilidad y la urgencia irreprimible de dar voz y testimonio de la gran verdad: ¡Jesús está vivo! ¡Nuestra fe no es en vano! ¡La vida ha vencido a la muerte! El amor es posible, la paz es posible, la alegría es posible.

El mundo necesita este antídoto poderoso e inexpugnable contra la cultura de la muerte, que se insinúa en el mundo y mina nuestros deseos de bien; contra la cultura del desinterés, de la indiferencia, de la avaricia, del poder injusto, del despilfarro.

Es el Aleluya de la esperanza, que el Jubileo recuerda como aportación eficaz para la nueva evangelización de la humanidad. ¡Es el don liberador de Jesús Resucitado que transforma el sufrimiento del mundo en luz de salvación y devuelve a nuestros ojos la capacidad de mirar más allá, porque el sepulcro está vacío y la muerte ha sido vencida para siempre!

Por todos estos motivos es que todavía podemos desearnos una feliz Pascua.

El compromiso y la opción de acompañar

Una modificación en los reglamentos salesianos votada durante el CG29 reconoce oficialmente a las obras sociales como un sector propio dentro de la pastoral salesiana, equiparándolas en importancia a las escuelas, parroquias y universidades.

En Uruguay, más de 5.000 niños, niñas, adolescentes, jóvenes y sus familias encuentran acompañamiento, oportunidades y sentido en los proyectos socioeducativos y laborales de las obras sociales salesianas. A través de cada una de ellas se sostiene una misión firme: ser un puente para la educación, como motor de integración social, en ambientes amables y con un acompañamiento que ayude a construir sentido en cada vida.

Desde Montevideo, Canelones, Cerro Largo, Durazno, Soriano, hasta Paysandú, Salto y Rivera, las obras sociales salesianas están presentes para multiplicar oportunidades donde más se necesitan y para quienes más las necesitan. Además, los oratorios

salesianos que congregan a más de 350 animadores voluntarios los fines de semana en zonas vulneradas son un testimonio vivo de un espíritu de presencia, alegría, acompañamiento y educación como respuesta a la exclusión.

En este contexto, en el que la obra social se entrelaza con la misión educativa y pastoral, se enmarca uno de los cambios más relevantes que hoy atraviesa la congregación: el Capítulo General 29 (CG29) consolidó una decisión importante sobre el lugar de estos proyectos socioeducativos dentro del carisma.

UNA OPCIÓN QUE SE LEGITIMA

Durante más de una década se reflexionó sobre la necesidad de dar a las

obras y servicios sociales para jóvenes en situación de vulnerabilidad un estatuto oficial dentro de la normativa interna de la Congregación. En diálogo con el BS, el nuevo consejero para la Pastoral Juvenil, el P. Rafael Bejarano que lleva varios años encargándose de la coordinación de las obras y servicios sociales salesianos explica que se trata de comprender dos elementos centrales: el magisterio de la Iglesia su reflexión y aprendizaje institucional sobre su propia misión, y el derecho propio de los Salesianos, es decir, las reglas y estatutos que los rigen mundialmente.

Según el P. Bejarano, desde sus orígenes, Don Bosco concibió su obra como una respuesta social ante la exclusión de los jóvenes más pobres de Turín. Sus primeros proyectos los oratorios, las escuelas de artes y oficios, los internados nacieron para restituir derechos y reintegrar a los jóvenes excluidos en la sociedad. Con el tiempo, la Congregación amplió sus espacios de acción con las escuelas, parroquias, universidades, y luego, especialmente después del Concilio Vaticano II, a través de la idea de trabajar por proyectos en función de las realidades sociales emergentes.

Así, hace más de 60 años surgieron instituciones especializadas que trabajan con niños, niñas y jóvenes cuyos derechos están siendo vulnerados. Estos espacios, distintos de los colegios y parroquias, fueron formalizándose en torno a una nueva pedagogía, en la que los equipos psicosociales se unían al carisma salesiano para acompañar procesos de inclusión social.

La novedad que trae el CG29 es que se reconoce oficialmente a este tipo de obras como un sector propio dentro de la pastoral salesiana, equiparándolas en importancia a las escuelas, parroquias y universidades. Después de más de 12 años de discernimiento, se establece que las obras sociales para jóvenes vulnerados y excluidos no solo son legítimas, sino son parte esencial y normativa del carisma salesiano.

Su incorporación a los reglamentos internos significa un giro profundo porque deja de ser una opción o una alternativa, para ser ahora un compromiso concreto de cada inspectoría. Según el P. Bejarano, con esta decisión se busca terminar la discusión en muchos espacios sobre si el trabajo social es parte o no de

nuestro carisma". A su vez, para el nuevo consejero, la educación y el acompañamiento a los jóvenes en situación de vulnerabilidad dejará de ser tarea de unos pocos "pioneros" o "valientes" para pasar a ser una prioridad de todos, en todas las obras, sea cual sea su formato y de una manera mucho más decidida.

UNA OPORTUNIDAD DE RENOVAR NUESTRA FIDELIDAD La delegación uruguaya en el CG29 intervino activamente en la discusión sobre la modificación de estos reglamentos. El P. Raúl García subrayó que esta decisión es "una oportunidad de renovar nuestra fidelidad a la opción de Don Bosco" y expresó que reconocer a las obras y servicios para jóvenes vulnerados como un sector propio no limita ni reduce el carisma, sino que ensancha su horizonte. "Provoca y compromete a todas las obras salesianas a preguntarse cuán central es hoy para ellas la opción por los jóvenes pobres, abandonados y en peligro", manifestó.

También remarcó que esta decisión es oportuna y da amplitud porque asegura a cada salesiano la oportunidad de trabajar en obras comprometidas con los más excluidos, y alinearse así con la pasión carismática que Don Bosco sembró desde el inicio. Lejos de reducir, por el contrario, ensancha, subrayó.

Así, el carisma se compromete con latir en cada rincón donde un joven espera ser encontrado.

Buenos cristianos, honrados ciudadanos

Los uruguayos volveremos a las urnas el próximo 11 de mayo para elegir a las nuevas autoridades departamentales y, en ese marco, el Movimiento Tacurú está organizando una serie de encuentros entre jóvenes y educadores de su organización con los candidatos a la Intendencia de Montevideo, de manera de generar un espacio de intercambio que fomente el compromiso ciudadano y el conocimiento sobre el panorama político y electoral

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