pastoral penitenciaria alkarrenbarri230apirila2016
Cuando saben que pertenecen a nuestra Iglesia, ¿les cuesta más trabajar? No. Hay quien puede tener sus prejuicios, pero a través de Pastoral Penitenciaria y las distintas entidades que tenemos una vinculación con el Obispado ha sido siempre una presencia muy habitual: la Iglesia siempre ha estado muy presente en la prisión, no es una presencia que se viva como extraña ni sorprendente, está muy normalizado. Por otra parte, en los procesos de inserción desde nuestra espiritualidad cristiana y desde nuestra misión evangélica no hay una imposición de nada: hacemos una intervención psicoeducativa y de incorporación social de las personas. Si alguien quisiera ser voluntario en Bidesari, ¿qué le diría?
Heraclio Varona
bién la vertiente jurídica, penitenciaria de cada persona, y ahí entra mi trabajo. Este trabajo que empieza dentro de la prisión, tanto en Basauri como en la de Nanclares de la Oca, que ahí cumplen condena buena parte de los presos vizcaínos, trata de continuar luego cuando estas personas acceden a los pisos de acogida e inserción que Bidesari tiene en el exterior, en aplicación de algunas de las alternativas que tiene la legislación penal y algunos de los regímenes que posibilita el reglamento penitenciario.
¿En la parte más personal, qué tal lo lleva? Me siento privilegiado de poder desarrollar este trabajo: acompañar a personas que están en esta situación y aportar mi experiencia de estos años y mi conocimiento. ¿Cuál es la situación o caso que más le ha reconfortado? Cada vez que vamos a la prisión a recoger a una persona porque se va a incorporar a un proceso de inserción en alguno de nuestros pi-
¿Es más fácil o más difícil encontrar a Dios entre los muros de la cárcel? Nos sorprende muchas veces que muchas personas presas, cuando lo han perdido todo, encuentran a Dios y a Jesús en la prisión. El apoyo de la fe para muchas personas viene siendo importante en una sociedad en la que todas las cosas que tenemos en el día a día no nos dejan tener ese tiempo para estar, para ver, para encontrar; a veces sí es un espacio para eso.
sos en el exterior, ese es el día. El día que se materializa la segunda oportunidad, de hacer las cosas de otra manera y de empezar una vida nueva. Suelen ser días muy emocionantes y muy valiosos. ¿Y la peor? Las situaciones de personas que son trasladadas a otras prisiones y perdemos el vínculo con ellas; personas a veces extranjeras que son expulsadas a sus países y todo su proceso migratorio se pierde; las situaciones de recaí-
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Le animaría, porque es una realidad que necesita muchos apoyos, que la tenemos en nuestras comunidades, que una de las claves es acercar la realidad de la prisión a la comunidad; tender puentes, favorecer una apertura. La realidad de las personas que están en prisión es que son personas pobres, personas vulnerables y personas que necesitan ayuda y que el sistema al final ha reaccionado con una respuesta que no viene a solucionar esos problemas, sino solo a hacer el acento en el castigo y la retribución • Javi Atxa
da, muchas veces en consumo o de abandono de procesos de las personas; son situaciones delicadas. Hemos aprendido a trabajar con objetivos intermedios; a veces el trabajo y las estancias de las personas en procesos de este tipo son muy valiosos en sus vidas. Trabajamos con personas con situaciones tan delicadas que quizás su objetivo nunca va a ser tener acceso a vivienda, trabajo normalizado, una familia… que en su situación estar apartados del consumo, de la calle, del delito, ya es un objetivo muy valioso •