El agradecimiento de la Diócesis de Bilbao a tu "amoris officium" En la medida en que vamos tomando conciencia del nuevo servicio pastoral que le ha sido encomendado a nuestro Obispo Don Ricardo, en todos los rincones de la Diocesis, como pequeñas lamparillas en el corazón de los fieles, brotan con sencillez y profundidad muchas expresiones de sentido agradecimiento: "Gracias Don Ricardo". San Agustín describe el ministerio episcopal como un oficio de amor. Esta bella expresión toca el misterio profundo de la identidad y la misión del Obispo. Quienes hemos sido colaboradores cercanos de Don Ricardo, hemos percibido su amor profundo al Señor y a la Iglesia y el amor entrañable a todos y cada uno que se manifiesta en el trato exquisito con toda persona y en el desempeño de todas las dimensiones del ministerio episcopal. Ha sido, además, un hombre de profunda fe y esperanza en la vida cotidiana. La meditación asidua de la
Mario Iceta Gavicagogeascoa. Obispo Auxiliar
Palabra en la comunión de la Iglesia lo ha constituido en testigo del Evangelio de Jesús, manifestado en su estilo de vida, en su predicación y en su abundante producción teológica. De palabra cálida y estilo sobrio, nos ha permitido descubrir el verdadero rostro de Dios, manifestado en Jesús, abriendo en nuestra mente y nuestro corazón un nuevo horizonte por donde trazar el camino que nos lleva a amar a Dios y a los hermanos, que nos capacita para ser sal de la tierra y luz del mundo. Ante las dificultades, las incomprensiones, las mezquindades y miserias, puedo afirmar que jamás he oído de su boca una queja,
2009
Fallece monseñor Larrea Bilboko Gotzainek, neurritasun, zuzentasun eta alkartasunaren aldeko ekimenak proposamenak eskatzen dabez eta, aldi berean, bizitza politiko eta ekomonikoko egituretan erreforma eskatzen dabe idazki batean. Urte honetan hil zan On Luis Maria de Larrea (argazkia), Bilboko gotzain lez urte gehien egon zana: hamasei urtez izan zan Bilboko gotzain eta on Ricardo hamalau urte eta erdi.
un reproche. Todo lo ha visto con los ojos de Dios y se ha asociado existencialmente al misterio de la Cruz. El servicio a la comunión es uno de los más hermosos, pero también de los más delicados del ministerio episcopal. El ministerio de Don Ricardo ha prestado un servicio impagable a la comunión en nuestra Iglesia. Ha sido el Obispo de todos, fomentando los diversos carismas y ministerios, promoviendo las diversas sensibilidades, tendiendo puentes, reparando grietas, alentando siempre el espíritu de comunión y fraternidad. Esta unidad y comunión brotan del misterio Eucarístico, que es verdaderamente el sacramento de unidad y caridad. A pesar de la progresiva escasez del número de presbíteros, Don Ricardo ha procurado que las parroquias y comunidades estén atendidas del mejor modo posible. Ha querido atender siempre personalmente a sus presbíteros, mostrándoles entrañas de padre, hermano y amigo, atento con exquisita delicadeza y discreción a sus necesidades personales, materiales y espirituales. Ha cuidado del Seminario procurando una sólida formación en todas sus dimensiones. Así mismo, ha instituido en la Diócesis el Diaconado Permanente, ha vivido en estrecha cercanía a los diversos carismas de la vida consagrada y ha seguido impulsando la corresponsabilidad de los seglares en el servicio de la Iglesia. Atento siempre a las necesidades de nuestra sociedad y del mundo, de la familia, de los jóvenes, de los ancianos y enfermos, ha promovido la acción sociocaritativa de la Iglesia en todos los ámbitos donde se han detectado necesidades. Esta atención integral a toda persona ha traspasado los confines de la Diócesis por medio del servicio misionero. La promoción de la paz en nuestro pueblo, los continuos llamamientos a la erradicación del terrorismo y a la edificación de la verdad, la justicia, la fraternidad y la reconciliación en una sociedad tan compleja como la nuestra, así como la cercanía y atención esmerada a las víctimas, han sido aspectos fundamentales en su ministerio. Este trabajo infatigable a favor de la paz y la reconciliación, muchas veces no suficientemente conocido en su profundidad y por ello en algunas ocasiones malinterpretado, no ha estado exento de sacrificios y sufrimientos. Estamos seguros, querido Don Ricardo, que el Señor recompensará tu entrega abnegada y generosa. Nuestra Iglesia y todos nosotros te llevaremos siempre en lo profundo de nuestro corazón acompañado de nuestro agradecimiento. Bihotz bihotzez, Don Ricardo, gure Artzain On, eskerrik asko.