Las aventuras de Hugo. Aventura en el lejano oeste

Page 1

Capítulo 1.

UNA EXCURSIÓN DEL SIGLO XIX

AVISO: NO VEAS LA PÁGINA

FINAL DE ESTE LIBRO HASTA QUE LLEGUES A ELLA. ¿NO QUERRÁS HACERTE UN GRAN SPOILER, ¿NO?

Atentamente Hugo.

¡¡Hola!! Llevamos mucho tiempo sin vernos aquí, ¿no? Como ya sabéis, a mí me gustan mucho, demasiado, bastante, ¡¡muchísimo… las aventuras!! ¡DATO CURIOSO! ¡Me apetece irme otra vez! La última vez…, bueno, me fui un poco lejos de España… A Estados

3

Unidos, exactamente ¡¡NEW YORK!! La gran manzana, por cierto, Gruñis sigue sin ser actriz de HOLLYWOOD, pero eso creo que nunca lo será. Hoy en el instituto… (Siempre que os hablo del instituto es porque alguna aventura se está acercando), nos contaron que íbamos a hacer dentro de poco una excursión, no nos han dicho a dónde, pero nos han dicho que vayamos preparados y que es una excursión del siglo XIX. Yo antes de preparar la mochila, me puse a buscar en Wikipedia, en el ordenador, quienes vivían en ese siglo, y me ponía: «Entre el siglo XIX y el siglo XX durante la expansión de frontera de Estados Unidos de América hacia la costa del océano Pacífico…». En resumen, que vivían en el LEJANO OESTE indios, vaqueros, etc.. Entonces nos vamos a ir a América, en autobús. ¡IMPOSIBLE! A mí no me han dicho nada de que hay que coger ningún pasaporte de avión, porque de España a Estados Unidos hay que ir en avión. Por curiosidad, voy a seguir leyendo:

«Las casas y cabañas son de madera, se desplazan en carruajes de caballos, y

4

a los indios y a los vaqueros le tienen completamente prohibido ir a el pueblo fantasma “Bodie California”. Cuenta la leyenda que, entre todos los habitantes del pueblo, había un impostor que tendría que matar a los demás sin que le descubrieran. Si le descubren, todos los sobrevivientes deberán matarlo. A día de hoy, esa tradición ya no se realiza».

¡EN SERIO! ¿Si me llevan a ese pueblo extraño, moriré? Ya me empiezo a preocupar… En ese momento tocaron la puerta. Yo estaba solo en casa, porque…, bueno, no es el mejor momento para contarlo. Entonces agarré el cojín que más duele de mi cama; fuera bromas, duele, lo sé por mi experiencia, y por mi gato. Por cierto, se llama Nube, le gusta comer, morder, saltar y jugar. Uno de sus juegos favoritos es sacarles el algodón a los peluches, mordiéndolos hasta romperlos, ojalá algún día de estos rompa el que duele, porque ¡qué casualidad!, rompe todos menos el que tiene que romper. Por cierto, ya se habrá ido la persona que tocó

5

el timbre porque me he enrollado un poco. Al abrir la puerta no había nadie, solamente me encontré un libro azul marino titulado: IMPOSTORES.

¡Un libro de historia, no tengo otra cosa mejor que hacer! En ese momento abrí el libro y había una foto quemada pegada con celo sucio, y en la foto había un pueblo lleno de cabañas hechas de madera, y al lado había un texto que, por cierto, me suena la letra, y decía:

«Hola, Hugo, te invitamos a una fiesta fantástica, se celebrará en mi rancho de caballos, te puedes llevar a tus mejores aliados, que pena si vas solo, ¿no? Pero cada uno tiene una IDENTIDAD SECRETA. Esa identidad la seleccionarán unas cartas que os repartiremos. No os preocupéis, el día que vayáis será sorpresa. Te espero en el siglo XIX. LSH».

¡¡Yo no voy!! Qué casualidad. ¡Y encima no me dijo el día que voy! Si fuera una fiesta normal, pues voy porque sería divertido, pero eso de unas cartas, identidades secretas… ¡No me huele bien! Pero ahora

7

que lo pienso, me ha dicho que puedo ir con aliados, ¿Y si recluto a un ejército de todo tipo de personas? O me hago una armadura como la de Iron Man. Bueno, mejor no… Pero… ¿y si voy solo? ¡Mejor no, porque si muero, prefiero morir con… mis amigos! Solo que a ellos les tendré que avisar. En cuanto encendí el móvil, me empezaron a llegar un montón de mensajes del grupo de amigos y…

—¿A alguien más le ha llegado una invitación a un tal pueblo llamado Bodie California? —preguntó Carol.

—¡SÍ! A mí me han tocado a la puerta y había una carta en el suelo —contestó Imanol.

Entonces… ¿a ellos les ha pasado lo mismo que a mí? Todo cuadra, pues la persona que nos ha mandado esto está tirando indirectas muy directas. En ese momento llamé a Imanol y le dije:

—IMANOL, VENTE PARA MI CASA RÁPIDO, NO HAY MÁS EXPLICACIONES.

—¿Es para lo del tema del libro y de las invitaciones?

8

—Sí, tráete la invitación que la quiero ver.

—Ok, voy para allá.

30 MINUTOS DESPUÉS…

Pues 30 minutos después estaba yo en mi habitación esperando a que llegase, de hecho, me dio tiempo hasta de merendar una tostada con… «¡TOC, TOC!». En ese momento sonó la puerta y fui corriendo a por mi cojín que hace daño. Imagínate que vuelve a ser otra cosa rara, a ver si es que yo me imagino muchas cosas. Entonces, fui, abrí la puerta de mi casa y resulta que estaban TODOS mis amigos ahí.

—¡Imanol, has traído a todo el mundo! —reaccioné yo..

—Bueno…, todos tenemos curiosidad por ver lo que te llegó a ti —contesta Imanol.

—Pues a mí me ha llegado un libro que ponía: «Estás invitado a una fiesta en mi rancho de no sé qué, no sé cuántos… ¡Y se titulaba IMPOSTORES! Y no me decía ni la fecha ni nada —les dije.

—Entonces, a todos nos ha llegado lo mismo que a ti —dijo Celia.

9

—¡Claro! A mí me decía que no me preocupase, que la fecha era sorpresa —recordó Paula.

—Pero… ¿vosotros queréis ir? —preguntó Aitana.

—Pues claro, será divertido, ¿no? —preguntó Carol.

—A mí me da mal rollo, ¿eh?… —dijo Noemí no muy convencida.

—Oye, una cosa… ¿Ya habéis preparado el equipaje para la excursión? —preguntó Daniel.

—¡¡ES VERDAD, LA EXCURSIÓN!! —exclamé yo sin acordarme.

—¡LA EXCURSIÓN! Bueno, me tengo que ir a mi casa, que mañana me tengo que despertar pronto, y también tengo que preparar la mochila y …—dijo Álvaro.

—¡Pero si son las 18:00 de la tarde! ¿Tan pronto te duermes? —insistí yo.

—¡Luego por la noche vas a estar como una moto!! —dijo Imanol riéndose.

—De eso no te preocupes, ya me las apañaré yo para que el motor se me apague, bueno me tengo que ir —dijo Álvaro

10

saliendo por la puerta mientras vacilaba a Imanol.

—¡Pero espera! —le dijo Imanol.

En ese momento agarró la puerta y se marchó. Como nos parecía muy sospechoso, en cuanto se fue corrimos a la ventana, abrimos las cortinas y vimos a Álvaro yéndose, corriendo como si no hubiera un mañana. Justamente lo pensé bien y…

—Eh… Entonces, ¿qué hacemos? —dije pensativo.

—Yo no le daría importancia. Creo que ha sido algún graciosillo que la ha puesto para vacilarnos, o simplemente que nos quieren invitar a una fiesta —dijo Carol.

En ese momento todos se fueron, y yo solo pensé en una cosa: LA EXCURSIÓN. Entonces fui corriendo a mi habitación, agarré la mochila más grande y metí: mis peluches, la Nintendo, mis zapatos de la buena suerte por si morimos. (De todas formas, si yo muero con ellos, moriré feliz). También metí a Nube, porque donde voy yo, va ella. Y punto. Y se me olvidaba. Un gorro de vaquero, porque a lo mejor me

11

ven cara de buena gente. ¡Ya está! Ahora… ¡a cenar y a dormir! (AVISO: Tengo miedo de dormir en la misma habitación que el libro).

AL DÍA SIGUIENTE…

Como siempre, nada de novedad, me levanté como un zombi y me dije a mí mismo: «Ok, Hugo, plantéatelo que puedes morir hoy. (Yo sigo con la misma teoría: MORIR). Y como siempre, tampoco ninguna novedad, llegué tarde, me vestí rápido, no desayuné y salí corriendo de casa con mi súper mochila de Doraemon. En cuanto llegué al instituto, una profe que, si te digo la verdad, no sé cómo se llama, nos empezó a ordenar en fila para entrar en el autobús. Eso significa que me he perdido la explicación de la excursión. Yo, mientras en la excursión no muera y pueda comer, me sirve (porque tengo un hambre…). Yo seguía pensado la manera de cómo cruzar en mar con un autobús, pero bueno… Empezamos a entrar en el autobús y nos sentamos. Yo lo voy a reconocer, estoy muerto de miedo. Empezó

12
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.