
A mil millas de aquí hay un pueblo llamado Amblurró.
Las casas tienen tonos vivaces, en los prados brotan flores de colores deslumbrantes, las calles están hechas de confeti y las escuelas de ladrillos variopintos.

En una colina de hierba verde y suave se levanta una casita de piedras naranjas con el techo de color turquesa.
Allí vive Leo, un niño muy fantasioso y siempre atareado.


Leo tiene dos grandes pasiones.
La primera es jugar rodando colina abajo y la segunda es observar las nubes.

Una mañana, mientras está asomado a la ventana, avista enormes nubes grises con forma de sombrero: se llaman cumulonimbos y traen tormenta.
Todo viaje puede transformarse en una gran aventura. Basta perseguir la meta y disfrutar del camino.

