Bolboreta Bolboreta

la escuela de la diversidad


Los niños son seres extraordinarios. Tienen dentro de sí todos los matices del universo. Irradian tanta energía que es muy difícil no ser impregnado por ella. Son capaces de llevarnos a lugares inimaginables a priori para nosotros, los adultos, con tan solo unas pocas palabras o un simple gesto inocente. Son lo que algunos denominamos seres de luz. Cualquiera que conviva o trate con ellos lo sabe. Son lo más sagrado de nuestra existencia y, a la vez, lo más sensible y vulnerable.
Por eso es esencial no limitar ese potencial natural que atesoran de manera individual y genuina, independientemente de sus habilidades y capacitaciones físicas, psíquicas o intelectuales. Hemos de ser capaces de acompañarlos a donde se dirijan con la atención precisa y la templanza necesaria para permitir su pleno desarrollo en todas y cada una de las etapas de su crecimiento. De ese acompañamiento dependerá en gran medida que su vida se dirija al tan ansiado oasis de la autosuficiencia.

Pero, si no somos capaces de ver su cielo, jamás podrán volar. Nuestra forma de ver la vida condiciona inevitablemente su sino. La diferencia entre participar en su desarrollo o constituir un enorme obstáculo estriba en considerar su mundo como un lugar lleno de límites insalvables para ellos o acertar a verlo como lo que puede llegar a ser: un inmenso mar de horizontes por conquistar.

Quien alguna vez haya sostenido entre sus manos una bolboreta sabe lo increíblemente sensibles que son. Para mantenerlas a salvo, se debe generar un espacio necesario y emplear la energía justa para no dañarla al ejercer demasiada presión. Y, a la vez, poder sentir en nuestra piel la vibración previa que nos permita percibir el momento justo para abrir nuestras manos y liberar su vuelo. Y eso es, sencillamente, un arte. Es el arte de educar.
Si tú que lees estas líneas no has captado aún a qué me refiero, no puedes tomar mejor decisión en este momento que seguir leyendo el libro que tienes ante ti. Es muy probable que te sea de gran utilidad en el futuro.
Mucha suerte y paciencia infinita.
Jorge Ruiz
Cantante de Maldita Nerea, terapeuta y maestro en Audición y Lenguaje
De muchos colores, como las mariposas. Bolboreta. Así deberían ser todas las escuelas.

Dice la leyenda que las mariposas relacionan todas las energías que nacen del amor. Así sucede en Bolboreta.
Las mariposas sirven de inspiración espiritual a aquellas personas que comprenden que no es posible dejar de aprender, cambiar y evolucionar; así sucede en Bolboreta. A las mariposas se las considera el símbolo perfecto de belleza y transformación. Belleza y transformación es lo que debe haber en la escuela; transforma ción de todas las personas que la habitan, de grandes y pequeños. En la naturaleza no existe un proceso de cambio y crecimiento igual al que sufre una mariposa, que pasa de arrastrarse a encerrarse en un capullo, para luego poder emerger como una colorida mariposa capaz de volar por el cielo azul celeste. En su encierro sucede la transformación y para salir de él deben darse las condiciones adecuadas, pero nunca demasiada ayuda, pues eso la llevaría a la muerte. Soñar con mariposas dicen que da buena suerte, vivir en Bolboreta es buena suerte.
La leyenda dice que «el aleteo de las alas de una mariposa se puede sentir al otro lado del mundo»; yo estoy segura de que la sonrisa de un niño o de una niña también se puede sentir al otro lado del mundo. Al leer este cuento he sonreído como una niña, y eso me dice que esta historia conseguirá el aleteo de muchas mariposas y muchas más sonrisas.
Las mariposas, a pesar de ser tan pequeñas y frágiles, también se consideran una fuente de energía de un poder inimaginable. Bolboreta se convertirá en eso, en una fuente de energía de un poder inimaginable. Un ejemplo es el conocido efecto mariposa, el concepto que hace referencia a cambios minúsculos que pueden conducir a resultados totalmente divergentes. Esta interrelación de causa-efecto se da en todos los eventos de la vida, un pequeño cambio puede generar grandes resultados. Quizá un día hablaremos del «efecto Bolboreta».
Nunca había escrito un prólogo para un cuento, ¡qué responsabilidad!, ¡qué asunto tan serio! Le he dado mil vueltas para estar a la altura, para hacer el enfoque adecuado... En ese momento me di cuenta de que la clave estaba en el nombre. Bolboreta.
Belleza Originalidad Lealtad Bondad Orgullo Risa Extraordinario Tenacidad Alegría
Esto es lo que puedes encontrar entre las páginas de este cuento, además de muchos buenos deseos y, si puedes leer entre renglones y mirar en los secretos de las ilustraciones, podrás encontrar también que el secreto de la verdadera educación está en la Mirada, una mirada hacia la infancia siempre hecha desde la Admiración, creando un Romance único entre adultos y pequeños en el que el Corazón siempre domina las situaciones, sin respuestas elaboradas, con Originalidad, mucho amor y una gran vocación de Servicio.
Mis mejores deseos vuelan como alas de mariposa hacia ese lugar mágico donde se respeta a cada niño y a cada niña por quienes son, no por lo que hacen; a ese lugar donde la diferencia no es el problema y sí el mejor de los recursos.
¡Gracias por existir!
Mar Romera
Maestra, pedagoga y psicopedagoga especialista en inteligencia emocional.

Hola a todos. Me llamo Marcos y tengo nueve años. Esta es la historia de mi escuela. Para mí… ¡es la mejor del mundo mundial! Os preguntaréis por qué «Bolboreta». Su nombre, en gallego, significa mariposa. Se llama así porque nuestros profes siempre nos dicen que todos los niños y niñas, con mayor o menor ayuda, podemos llegar a volar tan alto como soñemos.

En nuestra escuela, siempre nos recuerdan que, igual que hay flores diferentes y todas son bonitas, esto también pasa con nosotros, los niños y niñas, ya que aparentemente podemos ser muy diferentes y a la vez iguales.
En este cuento os presentaré a mis compañeros de clase que, como podréis ver, son muy distintos unos de otros, lo que hace que todo sea tan divertido.

Pero antes de comenzar con cada uno de mis amigos, os voy a contar las «normas» que tenemos en nuestro colegio y que cada día leemos antes de empezar las clases. Si tú no las sigues en el tuyo, te animo a que empieces cuanto antes.

Todas nuestras emociones son buenas y necesarias, tenemos el mismo derecho a estar tristes que a estar contentos. Nunca nos reiremos de nadie.
Trabajaremos en equipo teniendo todos el mismo protagonismo. Respetaremos a nuestros compañeros.
Todos somos igual de importantes.
Cuidaremos tanto nuestro material como el de los demás. No es malo que preguntemos nuestras dudas, al contrario, gracias a eso aprenderemos más. Respetaremos los turnos.
Utilizaremos las palabras mágicas: «hola, adiós, por favor, gracias, lo siento». El último punto y más importante… soñamos a lo grande y creemos en nosotros, ya que podremos volar tan alto como queramos.
Empezaremos hablando de Antoni y Belén. Ellos tienen Síndrome de Down. En clase nos dijeron que poseen un cromosoma extra, que es la causa de todo lo que les pasa.

Físicamente son un poco diferentes a nosotros. Tienen los ojos achinados, el cuello más cortito y el pelo muy liso.
Dicen que todos son muy cariñosos, pero os aseguro que no: a Antoni le encanta que lo abracen, pero a Belén no le gusta nada. Al igual que cada alumno de mi cole… ¡Todos son diferentes!
La escuela «Bolboreta» es muy especial y la mejor del mundo mundial.
Cada niño es diferente y eso…
¡Es lo que la hace tan divertida!
Entre mis amigos están: Antoni y Belén que tienen Síndrome de Down, Arturo autismo, Susana lleva unas gafas grandotas y Silvia va a todos lados con su preciosa silla de ruedas…
¿Quieres conocer nuestra historia?
