Boadilla-Pozuelo Marzo 2020
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NuestroPatrimonio
El Templo de Debod
Luis Andrés Domingo Puertas Historiador y arqueólogo
PARQUE DEL CUARTEL DE LA MONTAÑA (MADRID) n esta ocasión nos acercamos a uno de los bienes culturales más atípicos de Madrid, un exótico monumento que corona un montículo en el Parque del Cuartel de la Montaña y ha llegado a formar parte de la ciudad más castiza del mundo, rompiendo la lógica del tiempo y del espacio. Porque, si es interesante la remota historia de este templo egipcio del siglo II a.C., no lo es menos su más reciente periplo y las ra zones por las que, ahora, en pleno siglo XXI y desde hace ya más de cuatro décadas, se encuentra reconstruido y extrañado en una urbe a orillas de un río que nada tiene que ver con el caudaloso y sagrado Nilo. Y, claro, uno no puede dejar de preguntarse por esas
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dos historias, la que le dio pleno sentido y origen en el Egipto Ptolemaico, y la que, muchos siglos más tarde, le ha traído a este doble exilio, de lugar y tiempo, en el Madrid cosmopolita del presente. El templo de Debod eleva en solitario an tiguas oraciones a los dioses Amón e Isis, hondas plegarias que retumban al interior de sus gruesos muros de piedra y se funden con un lejano fondo del tráfico urbano. Llegó a Madrid como un regalo de Egipto a España en agradecimiento por la colaboración pres tada en el salvamento de monumentos que iban a verse afectados por la construcción de la presa de Asuan, en la región de Nubia. No obstante, las excavaciones y desmontaje
del templo de Debod fueron realizados en 1961 por el Servicio de Antigüedades egipcio y una misión polaca, trasladando las piezas a la isla de Elefantina, donde permanecieron hasta 1970, año en que fueron trasladadas a España, tras la donación en 1968 del Go bierno egipcio. La escasa documentación que aportaron las autoridades egipcias y las deficiencias del proceso de desmontaje, obli garon al equipo de arqueólogos españoles, dirigido por el Dr. D. Martín Almagro Basch, a realizar una ardua y compleja tarea de re construcción en el emplazamiento actual. El proceso duró dos años y requirió la reinte gración de piezas nuevas para suplir a las que habían desaparecido. La inauguración