
2 minute read
Un astronauta seré Carolina Marcano Santiago, Gustavo Castellanos Torres y Carlos F. Ramón Gutiérrez (3er lugar
Un astronauta seré
Autores: Carolina Marcano Santiago, Gustavo Categoría: 11mo. a 12mo.
Advertisement
Castellanos Torres y Carlos F. Ramón Gutiérrez
Escuela de procedencia: Colegio Radians Grado: 11mo. y 12mo. 3er. lugar
Rafael era un niño de once años que vivía en el pueblo de Sololá en Guatemala. Era muy distinto a los demás. No le gustaba jugar con carros de carrera, ni salir al patio a la hora de almuerzo. Todos los niños en su salón de clase pensaban que era un niño muy vago por su falta de interés en la escuela. Un día, mientras estaban en el salón de clase, la maestra preguntó: ¿Qué quieren ser cuando sean mayores? Bombero – dijo un niño. Policía – contestó otro.
Astronauta – dijo Rafael en voz baja, asustado de lo que pensarían los demás.
Todos los niños se empezaron a reír, y Rafael bajó la cabeza frustado y triste, ya que sentía que nadie creía en él. Rafael llegó a su casa con lágrimas en la cara y le preguntó a su mamá: ¿Crees que logre ser astronauta? ¡Por supuesto! Todo es posible con mucho esfuerzo y determinación. –le contestó su mamá y le dio un fuerte abrazo. Al oír esto, Rafael se inspiró y comenzó a estudiar. Se propuso a leer todos los libros sobre el mundo de los astronautas y buscó mucha información sobre las oportunidades de llegar a un nuevo planeta. Cuando ya estaba enfocado, le ocurrió algo muy desagradable. Había llegado a su casa después de un día largo en la escuela, cuando su papá le dijo que su mamá había tenido un accidente, lo cual causó su muerte. En ese momento, Rafael no sabía que hacer. Su mamá había sido su motivación para seguir su sueño, y sin ella sentía que no tenía propósito.
Días después, Rafael se dio cuenta que a su mamá le hubiera gustado que siguiera su sueño, así que decidió seguir trabajando por lo que quería. Pasaron los años y Rafael ya era mayor. Se graduó de la escuela con las mejores notas, lo cual sorprendió a todos en su salón de clase. Entró a la mejor Universidad y tras esto, por fin llegó el momento para ir a hacer las pruebas que lo convertía en astronauta. Tuvo que tomar muchas pruebas y exámenes, pero cuando acabó todo, volvió a su casa para esperar los resultados. Después de un mes, llegó la carta más esperada por Rafael y decía: “¡Felicidades! Has logrado pasar las pruebas. Ya eres astronauta”. Rafael estaba tan contento que no podía creérselo y sabía que su mamá hubiera estado sumamente orgullosa de él. Celebró la gran noticia, y al día siguiente, decidió ir a trabajar en la NASA. Nunca se cansó de aprender cosas nuevas y su determinación nunca disminuyó. Logró ser uno de los astronautas más famosos del mundo y ahora sus compañeros de clase lo saludaban y felicitaban.
Rafael, ¿cómo lo lograste? – le preguntaban. Y Rafael, que no era vengativo a pesar de las burlas que había recibido, les dijo a todos: Con mucho esfuerzo y determinación, todo se puede conseguir. Recuerden siempre confiar en uno mismo. Todos vieron a Rafael como un guatemalteco digno y modelo a seguir y a la vez aprendieron que con mucha determinación todo era posible.