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Julia de Burgos, la nuestra • Luisa Sherezade Vicioso

Julia de Burgos, la nuestra

Luisa Sherezade Vicioso

Resumen

La autora ubica a Julia de Burgos en el contexto de la celebración de su centenario iniciado en la República Dominicana presentando diez afirmaciones sobre la poeta y su obra que la analizan a la luz de las transgresiones que la caracterizaron. Este artículo fue una ponencia leída en la Feria del Libro de La Habana, Cuba, el 16 de febrero de 2014.

Palabras claves

Julia de Burgos, trujillismo, Juan Isidro Jiménez Grullón, Juan Bosch

Abstract

The author places Julia de Burgos in the context of the hundred-year-old celebration in the Dominican Republic, presenting ten characteristics of the poet and her Works analyzing her in light of the events that characterized her. This article was read at La Habana Book Fair celebrated on February 16 on 2014 in Cuba.

Keywords

Julia de Burgos, Rafael Leonidas Trujillo, Juan Isidro Jimenes Grullón, Juan Bosch

Conmueve la edición, la número 173, de la Colección Latinoamericana y Caribeña de la obra completa de Julia de Burgos, con motivo de su centenario, cuya conmemoración se iniciara oficialmente en Santo Domingo, país que tanto amó, como una manera de reivindicarla del exilio y la imposibilidad de visitarnos, dada su lucha contra la dictadura de Trujillo.

El 4 de febrero de 2014, Julia arribó a la República Dominicana vía una veintena de artistas y académicos puertorriqueños que participaron en el simposio internacional Juia, la nuestra, (título tomado del libro del mismo nombre (Julia de Burgos, la nuestra) que escribí en 1987, y donde rescato los aportes políticos de Julia a la libertad del pueblo dominicano y su labor aquí

en Cuba, junto a Juan Isidro Jimenes Grullón, su compañero sentimental, y Juan Bosch, ambos líderes del exilio dominicano acogidos por Cuba, que tanto nos congrega y revive, país donde Julia vivió en la calle Jovellar número 107, entre 1939 y 1942.

En Santo Domingo, en un comité que presido, organizamos, además, un recital poético, el día 5 y la puesta en circulación de un sello conmemorativo de Julia, por el Instituto Postal Dominicano. Lo más hermoso, la develación de una escultura de Julia, creo que la más bella, porque el rostro que el artista escogió fue el de Julia a los 18 años, emergiendo de las olas, es una escultura montada en un arrecife, de unos seis pies, que coloca a Julia donde debe estar: mirando la desembocadura del río Ozama, en su encuentro con el mar Caribe, en el parque más bello de la zona colonial, dedicado al poeta Pellerano Castro, que hemos rebautizado como Parquecito de los Enamorados, por sus asientos circulares y barrocos.

Como aportes críticos de la Antología poética de Julia, cito diez afirmaciones que me parece que reubican la obra de Julia donde debe estar: 1. Que el yo lírico de Julia proyecta una obsesiva lucha interna guiada hacia la justicia social e individual. Julia pertenece a la generación del treinta, cuya poesía se circunscribe a dos vertientes aparentemente contradictorias: la vertiente metafísica y la del compromiso sociopolítico. A ese movimiento pertenecían Luis Lloréns Torres, Luis Palés Matos y Evaristo

Ribera Chevremont, entre otros. “Con su obra poética responde a las interrogantes de carácter retrospectivo: ¿Que somos? ¿Como somos”.

Al igual que Tomas Blanco, Luis Palés Matos, Francisco Manrique Cabrera y Margot Arce, se propone desentrañar la esencia de la puertorriqueñidad a través de su obra literaria, búsqueda ontológica en la cual radica el esfuerzo mayor de todos los poetas del treinta, individual y colectivamente”. Sustenta su poesía un lirismo casi trágico, que nos habla con palabras, imágenes y símbolos densos, herméticos y difíciles.

“La poesía de Julia nos revela una modalidad personalísima, que huye de formas gastadas, que no busca modelos, que abre caminos nuevos a la vieja emoción. En sus versos la forma jamás limita el contenido, ni la idea mutila la expresión. Hay una perfecta unidad de fondo y forma. La manera de “emocionalizar” una idea es algo nuevo y es solo suya” [Colorado, Antonio J.]

Julia ha descubierto un modo de la metáfora que no se parece a la de Góngora porque no busca el artificio verbal, la transposición, o el retruécano, sino que posee una arquitectura transparente. No trata de deslumbrar con motivos novedosos. Dice que lo eterno es una forma única; la suya. Su poesía es candor estético, fina sensibilidad del matiz, captación de

Julia y el político dominicano Juan Isidro Jiménes Grullón, quien fuera su compañero en Cuba mientras vivían allí.

formas fluidas y dinámicas, evocación y sugerencia, emoción armoniosa. En ese sentido, es, a mi juicio, la mayor de las poetas de América. Opinión que externaran en su tiempo nuestros dos Juanes y poetas como Neruda y cito:

“El (Juan Isidro Jimenes Grullón) está encantado con mi obra, y me llama superior a la Ibarborou…Juan Bosch opina lo mismo y Raúl Roa dondequiera me presenta como “la mejor poetisa de las Antillas”. Me alegra por Puerto Rico, pues dondequiera que vaya seré puertorriqueña”.

2. Que el erotismo sin dobleces de Julia y su actitud resueltamente erótica ante la sociedad la dejaron descolocada para ubicarse en cualquier posición social. Y cito: “...con su rebeldía digna, su erotismo sin hipocresía y la militancia critica, se buscaba problemas en todos los lugares, y por eso fue una desterrada perpetua dondequiera que llegara”.

Aunque poemas como “Canción de la Verdad Sencilla” recuerdan la noche amorosa de San Juan de la Cruz o las noches amorosas en la poesía de Pablo Neruda. Para una feminista reflejan la visión limitante de la mujer, como ser abocado a una fusión avasallante con el ser amado; pero, ¡qué curioso! Julia, la mujer liberada por la inteligencia y la cultura podía ser la camarada del hombre…y cito a Juan Antonio Rodríguez Pagán, autor de Julia en blanco y negro:

“Para los audaces y soberbios tuvo tolerancia. Para los que merecían su respeto y admiración intelectual tuvo la opinión honrada, la frase sincera, sin alardeos vanos ni arrogancia ruin. Para los que se acercaban a ella como amantes del

verso, con pleno derecho de afinidad, como la gran poetisa que era, tuvo la comprensión sin límite, la palabra de aliento”.

3. Su defensa de la unión de razas americanas, al estilo de Gabriela Mistral, y su sentido afroantillano, influenciado por la poesía de Palés Matos y Nicolás Guillén. Para nosotros, la más bella expresión de esa conciencia es su poema a su mejor amiga, la dominicana

Thelma Fiallo de Cintrón, y al héroe cubano Rafael Trejo, asesinado por la dictadura de

Machado: Yo vislumbro tu espíritu anudando las islas Las Antillas que juntas o se mueren o salvan. Las tres sufren cadenas, las tres rezan y lloran, Y las tres, encendidas, romperán su desgracia”. Rafael, por tu símbolo se entrecruzan las islas. El gran Máximo Gómez a tu mano se enlaza Y con alma fundida de Quisquella y de Cuba, A su patria de sangre sus impulsos traslada.

4. Su audacia discursiva, solo comparable a la de Gabriela Mistral: El mar asciende a veces la lápida del monte. Es allá cielo verde…, como queriendo auparse hasta mis manos La loma no ha querido crecer más alto que una espiga. La tierra mirase y crece. Van detrás de los trinos saludando los pájaros, Aquí mi corazón, cabalgando el paraje, Dice, “te amo “en el verde lenguaje de los bosques”. …Una paz retraída me columpia el espíritu, Y mis pasos se tumban como muertos al aire.

5. Sus códigos de expresión del cuerpo, teniendo en cuenta la forma de transgresión perturbadora hacia espacios imaginarios de angustias, solo comparables a los de la pintora mexicana Frida Kahlo: Que adónde voy con esas caras tristes? Y un borbotón de venas heridas en mi frente? …Voy a quedarme sola, Sin canciones, ni piel Como un túnel por dentro,

Donde el mismo silencio Se enloquece y se mata. (Poema a la tonada última).

6. Su elaboración, según el inefable y muy amado de todos nosotros poeta José Emilio González, en el mundo que no le pertenecía mediante su construcción con tantos no es de un sí gigantesco.

7. La reclasificación de Julia no como una poeta neo-romántica, para quien el intimismo era la norma, sino como perteneciente a una literatura parecida a la de la argentina Alfonsina

Storni, a quien en los ochentas ubicamos junto con ella a Juana de Ibarborou, Delmira

Agustini y Gabriela Mistral, como poetas posmodernistas. Esto en referencia, claro está, a

Rubén Darío y como poetas de una poesía cuasi coloquial, que emerge con fuerza en los años cincuenta, de los cuales Roberto Fernández Retamar es pionero y pontífice indiscutible, al igual que Ernesto Cardenal.

8. Dice Juan Nicolas Padrón: “Su poética neo romántica adelanto un dialogo conversacional de intimidad, mediante enfrentamientos de su ser interior al abarcar ocultos temas de una plenitud nunca conseguida y de una cultura controlada por el coloniaje”.

9. La reproducción por Julia de un ser nacional que, según Padrón, todavía explora el idioma en que piensa, es la única aseveración que no comparto, porque no es casual que los últimos poemas de Julia, en el hospital donde falleció, fueron en inglés. Me permito citarme: “Tanto combatió Julia la muerte que, aun cuando esta parece haberle ganado la partida, se burla y decide morir en el idioma que simboliza la muerte de Puerto Rico: el inglés, para vivir en español, donde resiste nuestra esperanza” For my soul asks just Solitude My smile depends on Solitude My eyes are full of Solitude And all of me is loneliness In a rebellious heart.

…It has to be from here Forgotten but unshaken

My farewell to the world. Goldwater Memorial Hospital [Welfare Island, 30 de abril de 1953.]

10. Y la conclusión de Padrón de que la angustia de Julia no fue solo personal, sino producto de su alienación, como lo reflejan sus airados poemas políticos, donde Julia, y cito: “Se moja con el llanto campesino; escucha el grito de sus ancestros indígenas: se pronuncia contra la extranjera invasión; celebra a nuestros libertadores, denuncia a dictadores tan espantosos como Trujillo, y le da la bienvenida “a la hoguera de la revolución:” Lancemos un grito de adioses al viento Por todas las fugas que cortan distancias. Un místico y suave adiós al ensueño Que engaña las mentes y teje la nada; Un grave y piadoso adiós al imbécil Que vive tan solo de sol, aire y agua. Un fuerte y cortante adiós al cobarde Que vive sumiso a credos y trabas. Y un loco y salvaje adiós a nosotros En ritos y normas y gestos y máscaras.

…“En cuanto a la controversia mundial de fuerzas capitalistas versus pueblo, en su aspiración a una completa justicia y equidad, no hay más alternativa que luchar por el pueblo, si es que queremos ser dramáticos, ya que el pueblo es la mayoría; o de lo contrario ser cómplices y sostenedores de las fuerzas explotadoras e imperialistas que han sido las provocadoras de todas las hecatombes sociales. Ser o no ser es la divisa”. (Burgos, 1945.)

Hoguera de la Revolución, donde confío arderemos todos. Muchas gracias.

Referencias

Burgos, Julia de. Carta desde La Habana, (S.F). Burgos, Julia de. “Ser o no se es la divisa”. Pueblos Hispanos, 1945. Impreso. Rodríguez Pagán, Juan Antonio. Julia en blanco y negro. San Juan: Sociedad Histórica de Puerto Rico, 2000. Impreso. Vicioso, Chiqui (Editora). Julia de Burgos, la nuestra. Grabados de Belkis Ramírez. Santo Domingo: Santo Domingo, 1987. Impreso.

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