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Ante el umbral un semestre más con las Pruebas Puertorriqueñas: reflexión de una actividad académica
Ante el umbral de un semestre más con las Pruebas Puertorriqueñas: reflexión en torno a una actividad académica
Gladys R. Capella Noya
Gladys R. Capella Noya es Catedrática del Departamento de Estudios Graduados de la Facultad de Educación de la UPR-Río Piedras, en el Área de Currículo y Enseñanza. Entre sus líneas de interés e investigación figuran las relaciones de poder dentro de los ambientes de aprendizaje; currículo y cultura; y embarazo y maternidad en la adolescencia. Es egresada Escuela Graduada de Educación de Harvard y directora del Proyecto Aurora, organización educativa de base comunitaria.
En enero abrirán sus portones las escuelas del País para recibir a sus estudiantes. Comienza así el segundo semestre y se avecinan las Pruebas Puertorriqueñas. Pronto escucharemos la insistencia de los dirigentes del Departamento de Educación (DE) respecto a la importancia de las pruebas. Competirá con esa insistencia la de maestros exhortando a las familias a evitar que los estudiantes las tomen. Al caminar por los pasillos de las escuelas, veremos a demasiados niños practicando cómo contestar una prueba en lugar de tener la oportunidad de diseñar un sistema de reciclaje para su comunidad, de debatir sobre asuntos de equidad y género o de escribir un poema. Esta situación tan familiar, como tan inquietante, despierta preguntas impostergables. Afloran preguntas que es menester abordar con apertura, honestidad y serenidad. Estudiantes del Departamento de Estudios Graduados de la Facultad de Educación del Recinto de Río Piedras de la UPR llevaron a cabo durante el pasado año académico un intento de abordar algunas de estas preguntas. Como parte del curso Principios de Currículo, organizaron un panel-diálogo celebrado el 6 de noviembre de 2013 bajo el título: Nuestras es
cuelas, maestras(os), niñez y jóvenes frente a las
pruebas puertorriqueñas. La discusión del Panel fue guiada a través de las siguientes preguntas abiertas: n ¿Es posible implantar currículos críticos y creativos, al mismo tiempo que preparamos a nuestros niños y jóvenes para ser exitosos en las Pruebas? n ¿Es posible nutrir una cultura de solidaridad y compañerismo—que propenda al bienestar del estudiantado—ante la presión de las Pruebas Puertorriqueñas?
Como panelistas, tuvimos el privilegio de contar con cuatro destacados y comprometidos educadores(as), quienes abordaron cada una de las preguntas desde sus diversas perspectivas. Luego abrimos el foro a las preguntas y observaciones de un nutrido y apasionado grupo de sobre cien personas que se dieron cita. Los panelistas fueron el profesor Hugo Delgado, la profesora María Rodríguez, el profesor Jesús Torres y la doctora Ana Helvia Quintero. Participaron como moderadoras las estudiantes del curso y maestras de nuestro Sistema Educativo Melissa Arroyo Rivera y
Liza Navarro Colón. De igual forma, Viviana Torres Rivera, nos brindó unas reflexiones finales que resultaron muy atinadas. En torno a la primera pregunta que guió el panel, el profesor Hugo Delgado, de la Federación de Maestros de Puerto Rico, compartió su percepción al sostener por su naturaleza las pruebas operan contrario al pensamiento crítico y creativo, y que son sumamente perjudiciales para los niños que las toman, pues están diseñadas para el fracaso. Incluso, señaló más adelante durante el diálogo que la presión de enseñar para las pruebas llega a limitar la libertad de cátedra de los docentes. La profesora María Rodríguez, de la Asociación de Maestros de Puerto Rico, destacó la figura de los maestros(as) como profesionales innovadores y creativos, pero, que lamentablemente, se “dan contra la pared” al tener que “trabajar para las Pruebas”. El Prof. Jesús Torres, Superintendente de Asuntos Federales de la Región de Bayamón del Departamento de Educación, cuestionó la medida en que las facultades de educación están preparando adecuadamente a los futuros maestros. Afirmó que no debe de haber conflicto entre un currículo crítico y creativo y la administración de las pruebas. La doctora Ana Helvia Quintero, profesora del Recinto de Río Piedras de la UPR, postuló por su parte que si somos exitosos en desarrollar e implantar currículos verdaderamente críticos y creativos, los estudiantes ejecutarán satisfactoriamente en las pruebas. En torno a la segunda pregunta, el profesor Delgado destacó que en lugar de promover la solidaridad, las pruebas promueven la competencia y el chantaje. De manera cónsona con Delgado, la profesora Rodríguez expresó que la administración de las pruebas genera en los planteles escolares un ambiente de tensión continua y de amenazas. Apuntó también a cómo “mercaderes” dentro del sistema se benefician ofreciendo talleres que no fortalecen la experiencia ni las destrezas académicas de los estudiantes. El profesor Torres reconoció el valor de fomentar un organigrama “más circular”, que permita cultivar la solidaridad entre los diferentes sectores del sistema educativo. Finalmente, la doctora Quintero resaltó la importancia de trabajar con los resultados de las Pruebas, de tal forma que no conduzcan a la penalización de ningún sector. Exhortó a que trabajemos más “desde la escuela”; a que una vez se tenga claro “lo que se necesita”, las escuelas y los maestros “inventan”. Con esta exhortación, la doctora Quintero afirmó el respeto a la labor del maestro(a) como gestor curricular, perspectiva muy afín con las voces de los otros panelistas, particularmente de los profesores Delgado y Rodríguez. Como profesora del curso, comparto esta experiencia como una celebración de la labor de los dieciocho estudiantes del curso que imparto en la Facultad de Educación (UPR-RRP) al concebir y abrir este espacio de reflexión y diálogo. Desde inicios de semestre hasta ese seis de noviembre de 2014, fecha en la que se celebró este encuentro, dedicamos parte de cada clase a ir dando forma a la idea, desde cuáles serían las preguntas guías, cómo llevaríamos a cabo la promoción, hasta quién traería las servilletas para los refrigerios. En el camino, a veces me preocupé de que estábamos dedicando demasiado tiempo a la actividad, en perjuicio del contenido del curso. Cuando llegó ese miércoles en la tarde y el anfiteatro se desbordó de gente, cuando escuché las reflexiones de los panelistas y la calidad del diálogo que se generó, me sentí tranquila, agradecida y orgullosa de los estudiantes. Estos dieciocho educadores y educadoras lograron crear un espacio respetuoso, en el cual la apertura, honestidad y serenidad, provocó preguntas en torno a realidades impostergables. Nos escuchamos y reflexionamos en torno a lo planteado. También comparto esta experiencia a modo de invitación. Ante el umbral de este nuevo segundo semestre, invito a que estas preguntas—y otras igualmente impostergables—se mantengan vivas. Invito a que se mantenga viva la voluntad de abordarlas y de ir elaborando respuestas conceptuales y prácticas que llenen nuestros salones de maestros gestando currículos que propendan al desarrollo pleno de la inteligencia y la creatividad de niñas, niños y jóvenes escribiendo poemas que miran críticamente su entorno y que generan soluciones creativas para una mejor calidad de vida, de tal forma que se pueda lograr una sociedad más justa.