GUÍA PARA MADRES, PADRES Y DOCENTES
Educar de forma positiva a menores de edad en una sociedad hiperconectada
Educar de forma positiva a menores de edad en una sociedad hiperconectada

Introducción
Es sabido que las TICs -las Nuevas tecnologías de información y comunicación- suponen innumerables beneficios para el día a día de las personas y han mediatizado nuestras vidas en ámbitos como la comunicación, el ocio, el trabajo, la educación, entre otros.
Y son las niñeces quienes las emplean desde muy pequeños, a tal punto que se ha denominado a esa generación como la de los “nativos digitales”. Sin embargo, los conocimientos que manejan los niños y adolescentes en general, son conocimientos sobre la utilización y manejo cotidiano de las TICs, lo cual no supone un conocimiento sobre seguridad, privacidad, legislación aplicable o uso responsable de la herramienta.
De hecho, en los últimos años se ha podido comprobar, que el acceso autodidacta de los menores ha crecido al mismo ritmo que los problemas relacionados con la pérdida de privacidad e intimidad y que este uso abusivo tiene consecuencias, como pueden ser las denominadas tecno-adicciones.
Se entiende por conducta adictiva a Internet (CAI) un patrón de comportamiento caracterizado por la pérdida de control sobre el uso de Internet. Esta conducta lleva al aislamiento y al descuido de las relaciones sociales reales, de las actividades escolares o académicas y de las actividades recreativas, así como la salud y la higiene.
Educar de forma positiva a menores de edad en una sociedad hiperconectada
Uso, abuso y adicción
Se pueden establecer tres grandes categorías en función del tipo de relación que cada persona establece con las TICs. Esta división nos ayuda a diferenciar entre el Uso adecuado e inadecuado y sus posibles consecuencias negativas.
Uso
Cuando decimos uso, nos referimos a un tipo de relación con la tecnología en la que ni la cantidad de tiempo, ni la frecuencia, ni el modo de empleo, dan lugar a consecuencias negativas para el usuario. Por ejemplo, un menor que diariamente después de hacer sus tareas escolares se conecta a internet para comunicarse con sus amigos.
Abuso
Se refiere al uso inadecuado, a aquella forma de relación con la tecnología en la que bien por la cantidad de tiempo, o la frecuencia, o por el tipo de uso, comienzan a manifestarse consecuencias negativas para el usuario y su entorno. Por ejemplo, el uso del ordenador conectado a internet durante 3-4 horas podría no ser considerado excesivo o nocivo, pero si la frecuencia es diaria o genera complicaciones en los estudios o en las relaciones sociales cara a cara, entonces en muy probable que nos encontremos ante una situación de abuso.
Adicción
Ocurre cuando determinada conducta que genera placer en la persona que la realiza se realiza de manera excesiva (por ejemplo, ir de compras, trabajar, coleccionar objetos, etc.).
Lo que caracteriza a la adicción es la tolerancia; es decir, el aumento de la frecuencia de una acción que busca repetir la sensación inicial, llegándose a necesitar cada vez más tiempo para sentir lo mismo. La dependencia asociada a la pérdida de control y al desinterés por todo aquello que no esté relacionado con el objeto de su adicción, es otra de las características de esta problemática. Al igual que la abstinencia, que es el deseo irrefrenable de repetir una conducta más allá del daño que pueda producir.
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Cómo funciona nuestra mente
En nuestra mente no hay acciones neutrales, todos los comportamientos posibles se resumen en dos: buscar el placer y evitar el dolor.
En los primeros años de vida, el uso de internet forma parte de las actividades que se realizan en casa y dentro de los espacios que la familia dedica al tiempo libre, conviven con otros juegos y actividades familiares.
Pero durante la adolescencia, el cerebro sufre una remodelación interna total. Multiplica por cien la velocidad de transmisión, las neuronas se ramifican y su comunicación se fortalece. Al mismo tiempo, la poda sináptica hace que la corteza cerebral (la delgada capa de materia gris donde se produce la mayor parte de nuestro pensamiento complejo y consciente) se torne más fina y a la vez más eficiente. La combinación de esos cambios hace del cerebro adolescente un órgano mucho más rápido y sofisticado. Por ello, la adolescencia es la etapa donde más atentos hay que estar en la incidencia que puedan tener las TICs en el desarrollo y la calidad de vida de nuestros hijos y alumnos. Más puntualmente, en la influencia que puedan tener las pantallas en los denominados “circuitos de recompensa”.
Circuito de recompensa
Es el responsable de nuestro instinto más básico que es el de supervivencia, potenciando el recuerdo de las cosas que nos dan placer y las que no. Es quien nos mueve a alimentarnos, a ser curiosos y a interesarnos por el saber y la cultura, a jugar y a divertirnos, nos mueve a buscar la felicidad.
Ahora bien, los estudios neurocientíficos han demostrado que el uso de los dispositivos tecnológicos provoca inmediatamente la segregación de cortisol y dopamina, intrínsecamente relacionadas con la activación de los circuitos de recompensa. Sin embargo, esto no quiere decir que seamos esclavos de nuestros mecanismos; de hecho, los circuitos no obligan, ni determinan nuestra voluntad y libertad.
Cono de aprendizaje de Edgar Dale
Las personas recordamos...
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10%
30% 50% lo que leemos lo que vemos
lo que escuchamos y vemos 70%
lo que decimos o escribimos
lo que hacemos 90%

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La diversión online positiva en adolescentes
Lo primero que quiere un adolescente ante un juego virtual es divertirse. No prohibamos la diversión, acompañemos responsablemente desde nuestros roles activos de parentalidad y docencia.
¿Cómo podemos guiarlos en este camino?
¿Qué preguntas pueden hacerse sobre su propia vida online?
¿Cuáles son los requisitos que un adolescente puede aceptar y hasta puede intentar tener presentes en su entretenimiento?
He aquí algunas respuestas guía:
• Que la diversión no sea obligatoria ni esclavizante;
• Que la diversión no acabe en hartazgo;
• Que la diversión sea duradera y sostenible;
• Que la diversión no debilite las neuronas.
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Conocé los juegos que frecuentan tus hijos.
Sé exigente con los tiempos. Negociá el tiempo de estudio y el de ocio digital.
Proponé alternativas al uso de pantallas.
Promové la lectura.
Minimizá el uso de pantallas.
Poné atención al gasto económico.
Hablá con tu hijo sobre los contenidos de dudosa procedencia o sobre si crees que juega demasiado.
Preocupate, pero no en exceso, siempre y cuando haga algo más en su vida que sólo estar frente a las pantallas.
Utilizá el control parental de ser necesario.
Pedí ayuda profesional. Cuando tengas dudas, preguntá.
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Recomendaciones para madres y padres
La educación de los jóvenes, principalmente en lo que refiere a la diversión, requiere dedicarles atención y hablar mucho con ellos.
Hablar de vos, de tu música y de su música, de tus planes y sus planes, riéndote siempre de las diferencias generacionales. En ese ambiente generás complicidad, aunque hayas empezado ahora.
Evitar la retórica del “sermón” –que resulta poco eficaz–, o el habitual interrogatorio –siempre desagradable–, a la vez que sembrás confianza para que tengan una vida plena.
Por todo ello, formar a los hijos en confianza es primordial para formarlos en el buen uso del tiempo libre.
Pero recordá: lo principal del juego ahora es sólo la diversión. No todos los jóvenes tienen necesidad de evasión o de huir de la rutina.
Es aconsejable no dar a los hijos muchos medios económicos, enseñándoles el valor del dinero y a ganarlo por sí mismos. Conviene animarlos a que lo hagan, pero no sólo por ganar dinero para sus diversiones, sino también para poder contribuir a las necesidades de la familia o ayudar al prójimo.
No deberías dejar que tus hijos jueguen antes de ponerse a estudiar. El juego digital perturba la capacidad de concentración y aletarga.
Del mismo modo, no es bueno jugar justo antes de irse a la cama o jugar hasta tarde por la noche, pues los centros del cerebro que regulan los ritmos circadianos (cuándo y cuánto debemos dormir y a qué hora) se ven perturbados por el exceso de luz de la pantalla y por la excitación que produce la adrenalina cuando un juego es emocionante. Así, el sueño será menos reparador.
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Bibliografía
“Pasos para evitar la adicción a los videojuegos” - Dirección General de la Familia y el Menor - Consejería de Políticas Sociales y FamiliaComunidad de Madrid.
“Pautas para evitar que los adolescentes apuesten online”www.argentina.gob.ar
“Guía para padres y docentes”- Instituto de Ayuda Financiera a la Acción Social - IAFAS
Marc Prensky, “Nativos digitales, inmigrantes digitales”.