México el gigante del caribe primera parte (versión internet)

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México “El Gigante del Caribe”

Miguel Ángel Arévalo González


México, el “Gigante del Caribe” Breve Reseña de los campeones Mexicanos en el Clásico Internacional del Caribe Las grandes historias se escriben a través de grandes éxitos, México en esta materia a logrado escribir páginas esplendorosas en la hípica de la Región del Caribe, donde ejemplares excepcionales, dieron muestra de orgullo, calidad y entereza, para salir airosos en competencias de primer nivel que se desarrollan en el Clásico Internacional del Caribe. Diez ejemplares mexicanos han escrito con letras de oro su nombre en el Libro de Historia del Clásico Internacional del Caribe, y esa gran historia, dio origen a que fueran considerados el “Gigante del Caribe”. En 1967, El Comanche, le otorga a México, el primer triunfo en el Clásico Internacional del Caribe, era el debut de la delegación mexicana en dicha justa internacional. Como visitante en el Hipódromo La Rinconada. En 1969, Guadamur, le concede al público mexicano saborear las mieles de la victoria al obtener la victoria en el Hipódromo de las Américas y junto con Gumiel, lograban el primer uno y dos en el evento internacional. En 1970, Hashín, consigue el tercer triunfo a favor de México y su segunda victoria como visitante, ahora en el Hipódromo Presidente Remón y la segunda victoria de manera consecutiva. Y en 1971, Nacozareño, le daba al Arq. Raúl Cano Faro sus segunda victoria consecutiva en el Clásico Internacional del Caribe como criador y propietario. A partir de ese momento, a México se le denomino “El Gigante del Caribe”. Llegaría 1975, y Teziutlan en una extraordinaria victoria, conquistaba el Clásico Internacional del Caribe, por quinta ocasión en siete participaciones, por segunda ocasión lo hacía en el Hipódromo La Rinconada y era el primer ejemplar que se llevaba los honores con una ventaja de más de 10 cuerpos sobre su más cercano rival. Simplemente, México dominaba con plenitud el Clásico Internacional del Caribe. En 1976, México recibía por segunda ocasión la sede del evento internacional y ante los logros obtenidos por los ejemplares “aztecas”, diversas delegaciones declinaron participar en el Ovalo Sotelino; además de expresar lo inconveniente de sus ejemplares en participar a una altura de más de 2000 metros. Y la delegación mexicana de manera arrolladora, lograba el uno, dos, tres y cuatro de la competencia. Era la sexta victoria de México en nueve actuaciones.


Y la tercera ocasión que obtiene el uno y dos en la competencia fue en 1978, Ezgarta y Gran Zar se llevaban los honores de la prueba para su séptima victoria en once competencias. Sin embargo, ese “Gigante”, que demostró en más de una ocasión su esplendor ha entrado en un sueño profundo, que no alcanza a despertar. Un sueño, que lo tiene en un lecho de rosas, viendo pasar el tiempo, sin mayores logros que su propia derrota. Pero, no hay que confiarse, tarde o temprano, ese “Gigante del Caribe”, que logro trascender por meritos propios, logrando triunfos excepcionales, victorias aguerridas y éxitos rotundo, tarde o temprano se pondrá de pie, para mostrar con mayor vigor y fortaleza su grandeza, su espíritu de lucha y su gran calidad. Es verdad que ese “Gigante”, ha querido despertar en dos ocasiones y a pesar de los esfuerzos, por levantarse, ha regresado una y otra vez al sueño de los justos, en estos momentos, esta a punto de cumplir 10 ediciones del Clásico Internacional del Caribe, que no conoce lo que es ganar, triunfar y probar las mieles del éxito. Pero no hay mal que dure cien años, ni hípica que lo aguante, el tiempo se agota y hoy más que nunca ese “Gigante” debe de despertar y enseñar de lo que es capaz, de lo que esta hecho y regresar por la senda del triunfo y pelear a capa y espada, lo que le corresponde, que es la grandeza. Por lo anterior, en este espacio se da a conocer de manera breve, los principales protagonistas que han dejado huella en la hípica de México y en el Clásico Internacional del Caribe, protagonistas que forjaron a un “Gigante del Caribe”, que hoy duerme. Esperando sea de su agrado, se hace la consideración que es una primera parte y que próximamente se dará a conocer la segunda entrega, la cual tendrá como nombre, “El Gigante Dormido”, esperando que este “Gigante” logre despertar el 15 de Diciembre del 2013 y a partir de ese momento, continué su avance para lograr ser una vez más “El Gigante del Caribe”. Agradecemos a todos aquellos que a través de las fotografías históricas, reseñas, comentarios y/o artículos, permitieron la elaboración de este trabajo. Sin ellos, esta obra no se hubiera realizado.

Miguel Angel Arévalo G. Administrador del Blog Rumbo a la Meta


Debut de ensueño de México en el Clásico Internacional del Caribe en 1967 En la segunda edición del Clásico Internacional del Caribe, Venezuela era el anfitrión del magno evento hípico de la Región del Caribe, México hacia su debut en dicha justa internacional a través de dos ejemplares de primera línea uno de ellos era El Comanche, el cual mostraba muy buenas cartas de presentación. El Comanche propiedad de la cuadra San Luis, entrenado por Claudio Hernández y con la monta de Rubén Contreras, salía a la pista con el deseo de realizar una excelente actuación. Otro de los ejemplares de México, era Ferrol, también representante de la cuadra San Luis, llevando en los estribos a C. Barrera. Por parte de la delegación Venezolana, anfitriona del evento, participaba Poligreat, Toronado y Discomo. Eran los amplios favoritos de la justa internacional, no sólo porque competían en su propio terreno, sino por que el año anterior, se habían llevado los honores en la primera edición del Clásico del Caribe, llevada a cabo en Puerto Rico, para así lograr el primer Clásico Internacional del Caribe a favor de Venezuela y se esperaba otro triunfo más de los ejemplares venezolanos. Las gradas del Hipódromo La Rinconada, simplemente estaban a reventar, 40 mil aficionados se encontraban en el majestuoso Ovalo de La Rinconada, no cabía ningún clavo, la expectación era creciente entre la afición venezolana. Por parte de Puerto Rico, participaban Demi Tasse y El Águila; Panamá competía con Iván; República Dominicana decía presente con Autónomo y Joscar. Y finalmente, Colombia, presentaba a dos de sus guerreros, San Diego y Ludovico. Seis países del área del Caribe, asistían en la segunda edición del Clásico Internacional del Caribe, realizado en el Hipódromo La Rinconada en Venezuela.

Las autoridades del Hipódromo La Rinconada, presentaban una grandioso espectáculo en la inauguración del evento, complaciendo a la afición hípica que se reunía en las majestuosas instalaciones de La Rinconada. Antes de salir los corceles a disputar la segunda edición del Clásico Internacional del Caribe, los jinetes tuvieron la oportunidad de imprimir la placa del recuerdo.


Solemnidad y alegría en la Inauguración del evento internacional

Y la expectación creció enormemente, cuando los ejemplares empezaron a tomar sus lugares en el arrancadero. Los momios estaban a favor de los representantes venezolanos. Y al momento de abrirse las puertas del arrancadero, el público asistente a la segunda edición del Clásico Internacional del Caribe, sigue con atención y animo, la contienda.

Todos ellos se encontraban ilusionados con realizar una excelente labor en los controles de sus ejemplares. La segunda edición del Clásico Internacional del Caribe, representaba una prueba que todos desean ganar. Había en el ambiente hípico de Venezuela, la confianza de que la segunda edición sería a favor de los locales, en razón de que estaría en la barrera tres ejemplares de primer nivel.

Era una salida limpia, para todos los ejemplares, y pegado a los palos, los ejemplares venezolanos empezaban a sumir el mando de los controles. Toronado y Discomo, salían a disputar el liderato, cerca se colocaba Poligreat y El Águila se movía por la parte externa de la pista. Mientras que los ejemplares mexicanos, se quedaban en las posiciones secundarias.


Al pasar por la recta de enfrente, Discomo y Toronado seguían peleando la punta, Poligreat continuaban muy cerca en la tercera posición y El Águila e Ivan se mantenían cerca del grupo puntero. Al doblar la curva final, Poligreat lanza su reto por la parte externa de la pista, sobre Toronado, mientras que Discomo se empieza a retrasar y poco a poco se acerca Ivan, representante de Panamá. Al entrar a la recta final, Poligreat disputa palmo a palmo la victoria con Toronado, llevando una clara ventaja sobre sus más cercanos perseguidores. Y a falta de los últimos 200 metros, del sexto sitio, un ejemplar con los colores de la cuadra San Luis y representante de México se mueve como torbellino, acortando distancia de manera vertiginosa, es El Comanche, que va en busca del de los dos ejemplares venezolanos que continúan su batalla por la victoria. Ya en los metros finales, Poligreat domina a Toronado, pero El Comanche se aparece por el lado exterior de la pista. El grito ensordecedor de la gente era evidente a favor de Poligreat, que hacía gran esfuerzo por mantener su ventaja en pleno alambre de meta, pero El Comanche montado por Rubén Contreras, lograba meter la cabeza para llevarse la victoria dejando tenido a Poligreat y a las 40 mil almas que abarrotaron el Hipódromo La Rinconada. El ganador por el esfuerzo final, sufrió una fractura del hueso sesamoideo de la mano derecha. Al dirigirse al cuadrilátero de ganadores, El Comanche recibió el aplauso del respetable, reconociendo con ello, la victoria del ejemplar “azteca”, que se vestía de Héroes y probaba las mieles de la victoria para convertirse en leyenda. Este fue el Debut de México en el Clásico Internacional del Caribe, conquistando el triunfo a sangre y fuego. En tercer sitio arribo, Toronado seguido de Iván, Discomo, Demi Tasse, Ferrol, San diego, El Águila, Ludovico, Autónomo y Joscar. El tiempo del ganador en los 1800 metros fue de 1:56.0.




1967 “El Comanche” Jinete: Rubén Contreras Propietario: Cuadra San Luis Entrena: Claudio Hernández País sede: Venezuela


México asume la sede del Clásico Internacional del Caribe en 1969 En 1969, la Ciudad de México y el Hipódromo de las Américas se visten de gala para recibir con cordialidad y armonía a las diversas delegaciones de la región del Caribe, para el Clásico Internacional del Caribe. México, en esos momentos, pasaba momentos difíciles en lo político y social, por los acontecimientos suscitados en la matanza de Tlatelolco, pero al mismo tiempo, en lo deportivo se encontraba en plenitud, por la organización y desarrollo de los Juegos Olímpicos. México era un país de contrastes, donde la modernidad y el desarrollo de su industria eran su principal motor, así como la creación y desarrollo de instituciones públicas. En cuanto a su historial hípico, cumplía sus 27 años desde que se había inaugurado el flamante Ovalo Sotelino. La hípica mexicana se encontraba en su momento optimo, la cuadra líder era la cuadra Carrusel y los jinetes que sobresalían eran Antonio Noguez, Jesús González y Eduardo Molina. El gusto del público por las carreras de caballos era en esos momentos importantes. Y un ejemplar que había conquistado de manera brillante a la afición era Guadamur. Guadamur en 1969, había conquistado a la afición hípica por su calidad y entrega en cada competencia en que participaba. El hijo de Talgo II y Melusina, propiedad de la cuadra Carrusel, ya había escrito con letras de oro una parte de su historia, como tresañero obtuvo el Stakes Jockey Club Mexicano y el Gran Premio Nacional, perdiendo la triple corona al quedar en segundo lugar en el Derby Mexicano, una derrota que calo muy hondo en los turfanaticos. Después de ese descalabrado, regresa a la pista del Ovalo Sotelino en el Hándicap de las Américas, logrando la victoria sobre El Metralla y Rare Prince, en la carrera que todos quieren ganar. Guadamur, había logrado obtener la victoria como tresañero, ganando el clásico de clásicos e indudablemente sería el gran favorito de la delegación mexicana en el Clásico Internacional del Caribe. Los otros participantes de la delegación mexicana era Gumiel y Fiordo, ejemplares competitivos en la hípica nacional, que junto con Guadamur, abrigaban la esperanza de México para conquistar por segunda vez el Clásico Internacional del Caribe. Guadamur, era el favorito prohibitivo de la afición hípica mexicana y el “chico maravilla” del momento, su récord, previo al Clásico del Caribe, era de cinco victorias y dos segundos lugares en nueve salidas. Doce ejemplares de cinco países estarían en la barrera para recorrer una distancia de 1800 metros. Venezuela competía con Arrecife y Soneto II, Panamá se presentaba con Quimera y melódico, Puerto Rico asistía con Las Mareas.


República Dominicana decía presente a través de Príncipe Azul y Yamasa, y Colombia enviaba a Farsalía III y Tropel. Entre los principales rivales de la delegación mexicana se encontraban Arrecife, de Venezuela; Quimera, de Panamá y Soneto II, de Venezuela. El majestuoso Hipódromo de las Américas vestía de gala para el evento internacional, había un lleno rotundo, no cabía ningún alfiler para presenciar la competencia del área del Caribe. Al abrirse las puertas del arrancadero, sale al frente el representante de Puerto Rico, “Las Mareas”, en segundo se colocaba Melódico de Panamá y Quimera corría en el tercer sitio, en la cuarta posición se colocaba Guadamur. Al pasar por primera vez, las gradas centrales del Hipódromo de las Américas, la afición alienta a los representantes mexicanos, que corrían en posiciones de retaguardia. Al doblar la primera curva, Quimera de Panamá, asume el mando de los controles, en segundo se colocaba “Las Marea” y en tercer sitio se mantenía “Melódico”. Al entrar a la recta de enfrente, Quimera sigue marcando el paso sobre Las Mareas, mientras en tercer sitio ya se encuentra Guadamur y en cuarto Tropel.


Al acercarse a la curva final, Guadamur, el representante de México, se mueve con plenitud y rápidamente asume el liderato y desplaza a Quimera, mientras que Farsalia II de Colombia, ya esta en la tercera posición, y de las posiciones del fondo se mueve Gumiel. Al doblar la curva final, Guadamur ya es dueño absoluto de las acciones con ventaja de tres cuerpos sobre su más cercano perseguidor Quimera de Panamá, Farsalia II continua en tercer lugar y Gumiel ya ocupa el cuarto sitio. Al entrar a la recta final, “Rumbo a la Meta”, Guadamur con paso firme continua en primer lugar, levantado al público de sus asientos, el “chico maravilla”, el consentido de la afición hípica mexicana, domina con placer la competencia, y se dirige con banderas desplegadas para cruzar el alambre de meta con una buena ventaja, ante el regocijo de la afición hípica mexicana que recibía con aplausos a su ídolo, el cual conquistaba con autoridad el Clásico Internacional del Caribe. En segundo lugar seis cuerpos atrás del ganador arribaba Gumiel, compañero de cuadra del vencedor, para lograr a favor de México el primer 1 y 2 de la naciente historia del Clásico del Caribe. En tercer sitio cruza la meta Farsalia III, de Colombia seguido de Arrecife, de Venezuela; Quimera, de Panamá; Soneto II, de Venezuela; Las Mareas, de Puerto Rico, Tropel, de Colombia; Melódico, de Panamá; Fiordo, de México; Principe Azul, de República Dominicana y Yamasa, de República Dominicana. El tiempo del ganador fue de 1:52.0 para los 1800 metros y fue montado por Alberto Zepeda. Cinco países caribeños estuvieron presentes en tierras aztecas, sin complejos ni temores. La altura de la Ciudad de México, no fue pretexto para no asistir y generar un ambiente de hermandad, competencia y sobre todo de impulso a la hípica de la Región del Caribe. México, conquistaba por segunda ocasión el Clásico Internacional del Caribe, era el primer país que lograba registrar el primer uno y dos de la naciente historia y la Cuadra Carrusel se llevaba por primera vez la distinción de ganar el Hándicap de las Américas y el Clásico Internacional del Caribe.



1969 “Guadamur” Jinete: Alberto Zepeda Propietario: Cuadra Carrusel Entrena: A. Justo País sede: México


Hashín y la batalla de inicio a fin En 1970, la sede del evento correspondió a Panamá y el Clásico Internacional del Caribe se realiza por primera vez en el Hipódromo Presidente Remón. La delegación mexicana enviaba a la cuarta edición del Clásico del Caribe dos ejemplares uno de ellos era Hashín, ejemplar tresañero de la cuadra Carrusel criado por Raúl Cano Faro y Temu, representante de la cuadra Los Compadres. México, buscaba su tercera victoria en su cuarta participación en la justa internacional. Hashin, era la carta fuerte de la delegación mexicana, en la primera prueba de la triple corona de potros el Stakes Jockey Club Mexicano, arribar en segundo sitio al ser vencido por Fresa Baby. En la segunda prueba, el Gran Premio Nacional, caía por segunda vez, arribando en la segunda posición detrás de Espingarda. Y finalmente, en el Derby Mexicano, la tercera prueba de la triple corona, con la monta de Alberto Zepeda, derrotaba a Roman Chiantli y Sir Greb. El hijo de Hasty Honey y Agheila, había demostrado condiciones inmejorables como corredor, sus actuaciones lo respaldaban y su mayor prueba sería el Clásico Internacional del Caribe en donde debería demostrar su gran calidad como corredor. Hashin, era un digno guerrero que representaba a México en tierras panameñas y en los estribos estaba Miguel Yañez. Como compañero de la delegación mexicana asistía Temu, llevando en el sillín a Jesús González. Por parte del país anfitrión competían Percal, favorito de la afición hípica panameña, Brigadier, Leblon y Blue Bird. Venezuela, participaba con Don Luis y Pav-Ne, este último era su carta fuerte en esta competencia. Colombia, decía una vez más presente con Arabesco y Guaranday. Puerto Rico competía con Jueyito A. Y cerraba la lista de participantes, República Dominicana con Turbo Jet. Panamá, buscaba sobresalir en esta edición, en las competencias pasadas sus ejemplares había tenido mala suerte y esta era su oportunidad de poder saborear las mieles de la victoria. Existía una gran expectación por parte de la afición hípica panameña, los ejemplares mexicanos llamaban enormemente la atención, por sus recientes victorias. Al dar inicio la quinta edición del Clásico Internacional del Caribe, sale a disputar la punta Hashin junto con Don Luis, ambos ejemplares, marcaban el paso desde el inicio de las acciones, mientras que el favorito de la competencia “Percal” se quedaba en las posiciones secundarias, ante una mala salida. Al dar la primera curva, Hashín asume el mando de los controles, pegado a los palos, en segundo se coloca Don Luis, el cual empieza presionar al ejemplar mexicano.


Al tomar la recta lejana, el duelo entre Hashin y Don Luis seguía de manera frenética, ambos ejemplares no cedían terreno en su lucha por el liderato de la competencia. Al doblar la curva final, el duelo continuaba de poder a poder, Don Luis de Venezuela contra Hashin de México, era un duelo suicida, mientras que Brigadier hacía intentos por mantenerse cerca de los punteros y en cuarto por el medio de la pista se movía Pav-Ne de Venezuela, en cuanto a Percal empezaba a moverse desde las posiciones secundarias. Al entrar a la recta final, Hashin y Don Luis, continuaban en su gran batalla, ninguno de los dos corceles cedían ni un palmo de terreno, ambos buscaban la victoria. Ya en los metros finales, Hashín logra romper la resistencia de Don Luis, para cruzar el alambre de meta con medio cuerpo de ventaja sobre un obstinado Don Luis, el cual cayo con la cara al sol. En tercer sitio arribo Brigadier seguido de Pav-Ne, Percal, Arabesco, Leblon, Blue Bird, Gualanday, Jueyito A., Turbo Jet y Temu. El tiempo del ganador en los 1800 metros fue de 1:56.0. Hashin, con esta victoria otorgaba a México su tercera victoria en cuatro presentaciones y obtenía el segundo clásico internacional del Caribe de manera consecutiva. Por segunda ocasión consecutiva, la cuadra Carrusel del Arq. Raúl Cano Faro se adjudicaba el Clásico Internacional del Caribe. México seguía escribiendo páginas gloriosas en la hípica mexicana y demostraba una vez más que sus ejemplares criados en México eran auténticos guerreros.

México obtenia su tercer triunfo en cuatro participaciones en la justa internacional




1970 “Hashín” Jinete: M. Yáñez Propietario: Cuadra Carrusel Entrena: J. Barba País sede: Panamá


Nace el “Gigante del Caribe” con Nacozareño En la sexta edición del Clásico Internacional del Caribe, celebrado el 12 de Diciembre de 1971, en el Hipódromo La Rinconada, se escribió otra página brillante de la hípica mexicana. México, viajaba a Venezuela con la moral muy en alto, los ejemplares de la crianza mexicana brillaban intensamente en el área del Caribe, de cuatro participaciones, en tres ocasiones se había obtenido la victoria y en la restante su representante logro el segundo lugar en una carrera en donde prevaleció la polémica. México, en su quinta participación en el Clásico Internacional del Caribe, sería representado por tres ejemplares, los cuales serían: Nacozareño, M-Uno y Crown Jewel. En ese año, uno de los principales astros de la hípica mexicana era Almudin ejemplar que había escrito una breve historia con letras de oro. Almudin ganador de diversos clásicos como dosañero, entre ellos el Futurity Mexicano, había mostrado su calidad y gran nivel como corredor. Como tresañero, obtuvo el Stakes Jockey Club Mexicano y el Gran Premio Nacional y en la tercera prueba de la triple corona era vencido por Libras Boy, perdiendo con ello la triplecorona. Almudin, después de su dolorosa derrota en el Derby Mexicano y haber perdido la oportunidad de convertirse en triplecoronado es nominado para participar en el Hándicap de las Américas; sin embargo, unos días antes del clásico de clásico, en su entrenamiento, cae fulminado, perdiendo la vida este noble ejemplar, el cual había demostrado en su breve historial contundencia, calidad y arrojo. Ante la gran perdida de la crianza mexicana, era necesario seleccionar a los mejores ejemplares para participar por segunda ocasión en el Hipódromo La Rinconada y conseguir la victoria. Uno de los ejemplares que fue seleccionado fue Nacozareño, este ejemplar como tresañero obtuvo el tercer lugar en el Gran Premio Nacional y el Derby Mexicano, era representante de la cuadra Georgina y había mostrado las condiciones necesarias para competir en tierras venezolanas. Y fue así que Nacozareño representando los colores de la cuadra Georgina asume el compromiso de viajar a Venezuela y defender los colores de México en dicha justa internacional, su jinete sería el venezolano Guillermo Gavidia, se pensó que para que la cuña apriete debe ser del mismo palo, y Guillermo era la opción más viable. Otro de los ejemplares que acompañaban a Nacozareño a su aventura, fue M-Uno de Emilio Náder llevando en el sillín al jinete panameño Concepción Barría., que por segunda ocasión asistía al Clásico Internacional del Caribe. M-Uno era un ejemplar querido por la afición hípica, le gustaba salir a la punta y en varias ocasiones se dio a la fuga logrando espectaculares victorias. Y el tercer competidor por parte de la delegación mexicana fue Crown Jewel, el cual defendía las sedas de Carlos Porraz y llevaba en su lomos a un jinete de primer nivel, Aureliano Noguez. México se presentaba con tres ejemplares “aztecas” y todos ellos asumían la responsabilidad de viajar a Venezuela en busca del cuarto Clásico Internacional del Caribe para México y su tercer clásico en forma consecutiva, había la ilusión de escribir una página histórica a nivel regional.


Venezuela, el país sede del evento, realizaba por segunda ocasión la justa internacional y colocaba en la barrera a tres de sus mejores exponentes, uno de ellos era Lavandera , Petronio, Omar y Buen Amigo. Por parte de Panamá asistían Jovencito, Magaly y Sicódelico. Y Puerto Rico se presentaba con Querendón y Pin Pin. El Hipódromo La Rinconada se vestía por segunda ocasión de gala y presentaba un espectáculo de primer nivel para el Clásico Internacional del Caribe. Al inicio de la competencia sale al frente del grupo MUno seguido de Querendón y Lavandera, más atrás se colocaban Omar, Buen Amigo, Pin Pin, Cromn Jewel , Petronio y Nacozareño. Al pasar por la recta de enfrente, sigue la lucha entre Querendon, M-Uno y Lavandera y cerca se coloca Omar, Petronio empieza a colocarse cerca del grupo puntero. Al entrar a la curva final, Lavandera asume el mando de los controles, en segundo se coloca Omar, seguido de Petronio y por la parte externa d ela pista se empieza a mover Nacozareño, que rápidamente va en busca del líder. Al entrar a la recta final, Nacozareño, ya es dueño de las acciones, Lavandera hace intentos por mantenerse en la batalla y Petronio lanza su reto final. Ya en los metros finales, Nacozareño domina a sus oponentes para arribar por más de cuatro largos de ventaja sobre su más cercano rival , en segundo se mueve vertiginosamente Sicódelico para dejar en tercer sitio a Lavandera seguido de Oman, Crown Jewel, M-Uno, Buen Amigo, Jovencito, Magaly, Querendon y Pin Pin. El tiempo del ganador fue de 1:54.2 para los 1800 metros. Con esta victoria, México conquistaba su cuarto clásico del Caribe en cinco oportunidades y su tercer galardón de manera consecutiva, para ser considerado el “Gigante del Caribe”. El “Bólido” de la cuadra Georgina había escrito de manera brillante otra página a favor de México en la prueba más importante de la hípica en la Región del Caribe.

México lograba su tercera victoria en el Clásico Internacional del Caribe fuera de tierras “aztecas”.



1971 “Nacozareño” Jinete: G. Gavidia Propietario: Cuadra Georgina Entrena: T.L. Altamira País sede: Venezuela


México regresa por la senda del triunfo en 1975 En 1975, se lleva a cabo la octava edición del Clásico del Caribe, Venezuela por tercera ocasión era sede del evento y el Hipódromo La Rinconada se vestía de gala para recibir a las delegaciones participantes. Venezuela, hasta esos momentos, no conocía las mieles de la victoria en su propio terreno. Los representantes mexicanos, se habían encargado de derrumbar los sueños venezolanos al ganar el Clásico del Caribe en su propia casa. México, el “Gigante del Caribe”, sin embargo, ya había probado en dos ocasiones consecutivas el sabor de la derrota y existía la confianza de la afición hípica venezolana de que los ejemplares “aztecas” morderían el polvo por tercera ocasión. México, enviaba a Venezuela a dos ejemplares, con la plena intensión de regresar por la senda del triunfo y los elegidos fueron Teziutlan y More Victory. Teziutlan arribaba a Venezuela con un historial regular, su mejor actuación fue haber logrado la tercera posición en el Gran Premio Nacional y en cuanto a More Victory, su mejor carrera fue un tercer sitio en el Futurity Mexicano. Una de las máximas estrellas de la hípica mexicana en 1975 era Estrella de Oro, quién había ocupado el tercer lugar en el Stakes Jockey Club Mexicano, mientras que en el Gran Premio Nacional y Derby Mexicano se había llevado la victoria. México, tenía amplias posibilidades de regresar por la senda del triunfo, ya que en años anteriores, sus representantes compitieron de manera brillante en la pista de La Rinconada, había gran confianza de que en Venezuela, las aguas regresarían a su cause y se retomaría el camino de la victoria y los ejemplares “aztecas” resurgirían, nuevamente.


Venezuela, participaba con Guasipati, Victorioso, Trampa y Papi. Panamá decía presente con Orion y Mulligan. Puerto Rico competía con Papelillo y El Principe, y Jamaica se presentaba con Tudor Wit y Kryterion. La afición hípica venezolana tenia sus esperanzas depositadas en Guasipati. La distancia a recorrer se ampliaba de 1800 a 1900 metros. Era un marco propicio para que los ejemplares venezolanos se vistieran de héroes, las gradas del Hipódromo La Rinconada se encontraban llenas, existía un gran entusiasmo y había confianza de que Venezuela lograría en su propio patio la victoria. Pero en plena recta final, se aparece por la parte externa de la pista, el caballo mexicano Teziutlan, quién asume el mando de los controles y con banderas desplegadas amplia su ventaja sobre su más cercano perseguidor, Victorioso representante de Venezuela, para arribar a la Meta con ventaja de más de once cuerpos de diferencia, logrando una victoria sublime en la pista de La Rinconada. México, conquistaba por tercera ocasión consecutiva la victoria del Clásico Internacional del Caribe en suelo Venezolano, se convertía en el verdugo de los ejemplares venezolanos y colocaba con orgullo una vez más la bandera mexicana en lo más alto del Hipódromo La Rinconada. Teziutlan criado por Granja La Exquisita, propiedad de Jorge Sarur Aburto y con la monta de Alberto Zepeda, se llevaba la victoria de manera clara y contundente. En segundo lugar arriba, Victorioso seguido de Trampa, El Principe, Guasipati, Papi, Mulligan, Tudor Wit, Orion, Kryterion, Papelillo y cerrando el grupo More Victory.



1975 “Teziutlan” Jinete: Alberto Zepeda Propietario: Sarur Aburto Entrena: País sede: Venezuela


México, arrolla en el Clásico del Caribe 1976 En 1976, México organizaba por segunda ocasión el Clásico Internacional del Caribe, el paso arrollador de los ejemplares mexicanos, fue uno de los factores, por el cual diversos países de la Región del Caribe declinaban viajar a la Ciudad de México, ya que de antemano, consideraban que la altura de la Capital de la República era un factor en contra de sus ejemplares. Por tales motivos, sólo cuatro países dijeron presente en la octava edición del Clásico Internacional del Caribe, ellos eran Puerto Rico, Panamá, Venezuela y el anfitrión México. México a través de su crianza nacional, había demostrado el nivel de calidad de sus productos, de ocho competencias en que había participado, contabilizaban cinco victorias, un segundo lugar y un tercer sitio y solo en una ocasión los ejemplares nacionales no lograron estar en el tablero electrónico. México en tres ocasiones, había viajado a Venezuela para llevarse los honores. En Panamá, se logro la victoria y como país sede se obtuvo el triunfo. Sólo en Puerto Rico la victoria no se había logrado. En ese año de 1976, Panamá con gran intensión e inteligencia envía a su representante más cotizada para buscar un triunfo histórico, su nombre era Desahuciada, quién arribo a la Ciudad de México con el tiempo suficiente para poder aclimatarse, la presencia de esa “Invasora Panameña” había despertado en la hípica mexicana, el mayor interés por ver a los guerreros caribeños competir con los mejores ejemplares tresañeros que albergaba el Hipódromo de las Américas. Uno de los mejores ejemplares que tenía México era Voy Por Uno, quién logro sobresalir a través de su constancia y esfuerzo en la pista del Ovalo Sotelino. Desahuciada era la carta fuerte de Panamá y pretendía obtener la tercera victoria en el Clásico Internacional del Caribe. Otro país que decía presente en la justa internacional era Venezuela, y no se quedaba atrás en eso de las estrategias, envía a su ejemplar Manut a competir una semana antes de la justa internacional, con la firme intensión de que la altura de México no fuera un factor en contra; sin embargo, su ejemplar se enfermo de resfriado y simplemente no pudo competir, fue retirado del evento internacional.


Venezuela se quedaba sin competidor y perdió la justa antes de competir. Aunque el gran rumor fue que Manut le tenía miedo a las alturas y por ello fue retirado. Mientras que Puerto Rico enviaba a Melvin U y No Sé, en busca de un milagro en tierras aztecas. Sólo tres delegaciones de la Región Hípica del Caribe, decían presente, situación muy lamentable para el Clásico Internacional del Caribe. Y entre los dichos que en esos momentos se hacían, se encontraba que las representaciones del Caribe, llegaban con temor, no sólo por la altura de la Ciudad de México, sino por el nivel de calidad de los ejemplares mexicanos. La afición hípica, asistió a la justa internacional, abarrotando con todo su esplendor las instalaciones del Hipódromo de las Américas, no existía ningún espacio disponible. La representante de Panamá, Desahuciada, había despertado el interés de la afición hípica mexicana, se decía que esa corredora traída de Panamá daría cuenta de los ejemplares mexicanos en su propio terreno, que la delegación panameña había tomado en cuenta todas previsiones posibles y que Panamá, saldría a competir y ganar. En cuanto al ejemplar Venezolano, Manut, cuando se dio a conocer su retiro de la competencia internacional, la afición hípica considero que Venezuela, prefirió guardar a su ejemplar que verlo competir y caer ante los ejemplares “aztecas”. Uno de los ejemplares que se había ganando el corazón de los turfanáticos era Voy Por Uno, un potro que había sido adquirido por un precio cómodo, era propiedad de la cuadra Ely y su entrenador Eusebio Razo Beltran. En su historial hípico, sobresalían sus triunfos como dosañero en los Clásicos Cuauhtemoc, Asociación Nacional de Criadores y Anáhuac. Como tresañero, había conquistado el Stakes Jockey Club Mexicano, Gran Premio Nacional y sucumbió en el Derby Mexicano, regresando a la senda del triunfo en el Criadores Mexicanos y ganando el Clásico Guadalupano, era el ejemplar a vencer.

Otro de los ejemplares, que tenía mucho que decir era Garlopo propiedad de Petrones Hermanos, en el sillín Francisco Mercado, era un cerrador nato, que en diversas ocasiones había llegado tarde a la cita con el destino, en el Stakes Jockey Club Mexicano ocupo el tercer lugar, en el Gran Premio Nacional obtuvo el segundo sitio y en el Clásico Guadalupano ocupa el tercer sitio. La cuadra As participaba con Barullero, en los controles Concepción Barría, era el acérrimo rival de Voy Por Uno, sus duelos espectaculares, estaban en las conversaciones de la afición hípica. El cuarto representante de México era Crudillo propiedad de la cuadra La Pollera llevando en los estribos a José Cruz Martínez, era otro ejemplar que le gustaba venir del fondo del mar y tenía mucho que decir en la competencia internacional. En el tablero electrónico, las apuestas estaban a favor del consentido de la cuadra Ely, quién era el favorito de la gran mayoría de la afición hípica, en segundo en discordia estaba Barrullero y para el tercer sitio se consideraba a la “Invasora Panameña” Desahusiada, había respeto por esta potranca.


Y al dar inicio la contienda, Voy Por Uno y Desahusiada salen al frente del grupo disputando el liderato, lo cual prende el animo de la afición que impulsa a Voy Por Uno, al pasar por primera vez las tribunas generales, las cuales se encontraban repletas. Al pasar por la recta de enfrente, Voy Por Uno asumía el mando de los controles y empezaba a poner tierra de por medio, y en cada tranco la distancia se hacia mayor, Desahuciada, empezaba a retrasarse y Voy Por Uno lograba una ventaja enorme sobre sus demás competidores. Al doblar la curva final, Voy Por Uno tenía una clara ventaja, sobre su más cercano perseguidor, Barullero que ya se encontraba en el segundo sitio iba en busca del gran favorito. Mientras tanto, en tercer lugar, se colocaba Crudillo seguido de Desahuciada, Melvin U, Garlopo y No Sé. Al entrar a la recta final, Voy Por Uno seguía dominando al grupo; Barullero hacía intentos por seguir descontando la ventaja y del fondo empieza a moverse por la parte externa Garlopo recortando terreno.

Ya en los metros finales, Voy Por Uno es exigido por Gustavo Mario Márquez, ante la presión de Barrullero y el cierre ciclónico de Garlopo por la parte externa. La afición hípica alentaba a Voy Por Uno, veían con angustia como sus compañeros de delegación mexicana acortaban distancia y se acercaban peligrosamente. Y al cruzar el alambre de meta, Voy Por Uno, mantuvo su posición de honor dejando en segundo sitio a Barrullero y en tercer lugar entra Garlopo, muy abierto. En cuarto arriba Crudillo y después cruzan la meta Desahuciada, Melvin U y No Sé. El tiempo del ganador fue de 1:55.0 para los 1800 metros de la prueba. Se había consumado una victoria más para México en el Clásico Internacional del Caribe y se lograba el 1-2-3 y 4 de los ejemplares mexicanos. Era la sexta victoria en nueve participaciones. El Gigante del Caribe, confirmaba su poderío y la afición hípica rindió tributo a su consentido Voy Por Uno.


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1976 “Voy Por Uno” Jinete: G.M. Márquez Propietario: Cuadra Ely Entrena: E. Razo Beltran País sede: México


Ezgarta se viste de gloria al derrotar a Gran Zar, el primer triple coronado potro que participaba por México en el Clásico del Caribe En 1978, un ejemplar tordillo conquistaba los corazones de la hípica mexicana al ganar la triple corona de potros de manera clara y contundente, era el consentido de la afición hípica y representaba la carta fuerte de México para el Clásico Internacional del Caribe. Su nombre, Gran Zar. Gran Zar, era propiedad de la Cuadra Alejandra y en sus actuaciones como dosañero, no mostro grandes cosas, su record era de dos victorias, dos segundos lugares y dos tercer sitios en siete actuaciones. Su mejor papel como dosañero fue el haber participado en el Clásico Asociación Nacional de Criadores ocupando la tercera posición. En esos momentos, brillaban con luz propia Onoibas, Nacionalista y Markitos, quienes dominaban los clásicos reservados para ejemplares de dos años. Pero a partir de 1978, ese morito que no había mostrado grandes cualidades como dosañero, empezaba a forjar su propia leyenda. El 1ro de Abril de 1978, participa en la primera prueba de la Triple Corona de Potros el Stakes Jockey Club Mexicano, contaba con los servicios de un jinete de jerarquía como lo era Aureliano Noguez, una leyenda entre los muñecos de seda, ganador del Hándicap de las Américas en tres ocasiones y diversos hándicaps, así como clásicos. Aureliano Noguez tenía la responsabilidad de llevar a buen puerto a este ejemplar de la cuadra Alejandra y en un final sorpresivo vence a Victorioso y Rampante en la primera prueba de la triple corona. La segunda prueba de la triple corona el Gran Premio Nacional, el cual se llevaba a cabo 15 días después del Stakes Jockey Club Mexicano, Gran Zar salía como favorito de la competencia; sin embargo, varios corredores de primer nivel participaban y buscaban poner quieto al morito. Gran Zar sale a la pista con Aureliano Noguez y empleándose a fondo logra imponerse en la segunda prueba de la triple corona de potros. Gran Zar se encontraba, cerca de convertirse en el cuarto triple coronado de la historia hípica de México. En años anteriores, varios ejemplares estuvieron a punto de lograr la hazaña pero fracasaron en su intento, la maldición del Derby Mexicano había hecho sucumbir a varias estrellas del Ovalo Sotelino, eclipsándolas. El ejemplar que recientemente había perdido su oportunidad de ser triplecoronarse fue Orio, en 1976 fue derrotado en el Derby Mexicano, la victoria le correspondió a Cronos y en segundo lugar fue para el “Francesito” French Peageant. Otro ejemplar, que perdió en el Derby Mexicano fue Almudín en 1971, su verdugo fue Libras Boy, teniendo que conformarse con el segundo lugar y que decir de Guadamur la máxima estrella de 1969 que cayo de manera increíble dejando en la afición hípica un amargo sabor de boca por la derrota y en su siguiente presentación se llevaba el Hándicap de las Américas, borrando de manera inmediata ese terrible recuerdo.


El 6 de Mayo de 1978, llegaría el día de la consagración del morito de la cuadra Alejandra, se corría el Derby Mexicano, tercera prueba de la triple corona de potros; Gran Zar con la monta de Aureliano Noguez, cruzaba el alambre de meta en el primer sitio, venciendo a Trampero y Turn Blue y lograba la hazaña de ser el primer potro en obtener la triple corona, ya que sus tres predecesores eran potrancas. Ahora, Gran Zar tenía la responsabilidad de ir en busca del éxito en una competencia internacional, a la vista estaba el Clásico Internacional del Caribe, competencia hípica de mayor importancia de la Región del Caribe, el cual se llevaría a cabo en el Hipódromo El Comandante, Puerto Rico. México era el líder, el “Gigante del Caribe”, sus resultados respaldaban la calidad de los ejemplares nacidos en México. Las más recientes victorias en dicha competencia internacional, por parte de ejemplares mexicanos, fue en 1975 a través de Teziutlan y en 1976 con Voy Por Uno, competencia en donde México fue el país anfitrión. En 1977, las cartas fuertes de la delegación mexicana cayeron de manera dramática en una de las carreras más cerradas que se han desarrollado en dicho evento internacional. Rionda tuvo que conformarse con el tercer lugar, mientras que As Nativo arribaba en la cuarta posición, fue una derrota que caló hondo en la afición hípica mexicana, la cual ya estaba acostumbrada a que los ejemplares mexicanos regresaran con la victoria. Para esta nueva edición del Clásico Internacional del Caribe, México enviaba a su triple coronado Gran Zar y también viajaba Ezgarta, un viejo conocido del morito en diversas competencias en el Ovalo Sotelino. Ezgarta venía de ganar el Clásico Criadores Mexicanos. En dicho evento internacional, se presentaba dos grandes corredores de Venezuela, que llegaban a esa justa internacional como favoritos, Torrejon y Auroreño; por parte de Panamá, estaría en la pista El Gran Capo, mientras que Brigido era la esperanza de Puerto Rico.

El 10 de Diciembre de 1978, en una competencia de poder a poder, Ezgarta el representante de la cuadra Sigui obtenía la victoria en contra de todos los pronósticos, venciendo al triplecoronado mexicano Gran Zar, y dejando en tercer sitio a Auroreño y en la cuarta posición a Torrejón. En plena recta final, Ezgarta arremete por la parte externa de la pista para rebasar a Gran Zar y Torrejon, quienes disputaban la victoria. Sin embargo, el consentido de la cuadra Sigui los rebasa sin contemplaciones y con banderas desplegadas se dirige “Rumbo a la Meta”, ante el desencanto de Aureliano Noguez que al darse cuenta de la pasada de Ezgarta hace intentos desesperados por disputar la victoria, pero ya era demasiado tarde, cayendo vencido ante un sorprendente Ezgarta. En segundo lugar, arriba Gran Zar, sufriendo una derrota dolorosa ante su compatriota, quién le arrebato la gloria. En tercer lugar llega Auroreño seguido de Torrejón, El Gran Capo, Cat Lady, Brígido, Reflection, Negrusca, Impetuous y M Lord. México, hacia el uno y dos a través de Ezgarta y Gran Zar, regresando por la senda del triunfo en dicho evento internacional.


Ezgarta compitió con los colores de su nuevo propietario y cuadra el caballista Samuel Zeilán, propietario de la Cuadra Sigui, compró a "Ezgarta" el viernes, 8 de diciembre. Tomó el avión el sábado 9 de diciembre y se dirigió a Puerto Rico y posó con el campeón caribeño el domingo 10 de diciembre, en un lapso de unas cuantas horas. Fue una compra de última hora que le otorgo rápidamente dividendos. Ezgarta venció a Gran Zar por tres cuerpos y medio. El tiempo del ganador fue de 1:51.0 para los 1800 metros.




1978 “Ezgarta” Jinete: R. Hernández Propietario: Cuadra Sigui Entrena: E. Razo Beltrán País sede: Puerto Rico


Pikotazo, responde como Triple Coronado La Décimo tercera edición del Clásico Internacional del Caribe se realiza en 1980, en el Hipódromo La Rinconada y surge la figura de uno de los más grandes de la hípica mexicana, su nombre, Pikotazo. Pikotazo, el retinto propiedad de la Cuadra Just Horgus, criado por Gustavo Zepeda Carranza, hijo de Get Around y nieto del inmortal Citation, nacido en Sonora, México, hizo historia al conquistar la triple corona mexicana, el Clásico Criadores Mexicanos y salir del país para competir en la Unión Americana en una de las prestigiosas carreras de la Triple Corona de Potros de los Estados Unidos el Belmont Stakes. Pikotazo, fue de esos ejemplares que vio la primera luz en el mes de junio, por tal motivo al cumplir sus dos años de edad, sus compañeros de generación ya le llevaban seis meses de ventaja, tanto de edad como experiencia en la pista, haciendo su debut el 25 de diciembre de 1979 conquistando su primera victoria. En su campaña como tresañero, en el año de 1980, corrió en ocho ocasiones en el Hipódromo de las Américas, ganando todas y entre sus triunfos se contaron el Stakes Jockey Club Mexicano, el Gran Premio Nacional y el Derby Mexicano, siempre montado por José Cruz Martínez, para convertirse así en el segundo potro criado en México en ganar la Triple Corona Mexicana, el primero fue Gran Zar. Pikotazo obtuvo un triunfo más en el Clásico Criadores Mexicanos. No había en el escenario hípico del Ovalo Sotelino un ejemplar que le hiciera sombra. Tras su formidable campaña en el Hipódromo de las Americas, Pikotazo fue enviado a probar suerte a la ciudad de los rascacielos, Nueva York, en la tercera y más difícil gema de la triple corona de Estados Unidos, el Belmont Stakes sobre milla y media. En esa carrera, Pikotazo que fue ensillado por Claudino Hernández y montado por el panameño Rubén Hernández, compitió en contra de la potranca Genuine Risk, ganadora del Kentucky Derby, lamentablemente, Pikotazo tuvo una mala salida, lo que obligó al jinete a iniciarlo demasiado pronto, se puso en punta a pesar de los esfuerzos de su jinete, por relajarlo, y finalmente, se rezagó por lo que sería la primera derrota en su brillante carrera. Para su segunda salida en Nueva York, le llevaron de México a su jinete de planta, José Cruz Martínez, y tuvo una impresionante actuación. Se midió con Superbity, considerado uno de los mejores tresañeros de Estados Unidos, y arribo en segundo lugar, con cierre violento y cruzando la meta a menos de un largo del ganador.


En su tercera salida en pista de Estados Unidos, José Cruz Martínez no pudo conducir al potro mexicano debido a que se había lastimado y se solicito la presencia del jinete chileno Santiago Benito Soto, quién montaba en el Ovalo Sotelino, y el potro de Gustavo Zepeda Carranza ganó con facilidad. Pikotazo fue dejado en manos de Alberto Barrera, hijo del inmortal Lázaro Barrera, entrenador cubano que se hizo en México y escaló alturas insospechadas en el país del dólar. Alberto Barrera lo preparó para el Stakes Palisades en Meadowlands y se lo dio a montar al panameño Laffit Pincay Jr., quien lo llevó a cruzar la meta en primer lugar, después de hacer todo el recorrido en punta, pero por una decisión un tanto rigorista de los árbitros de la planta de Nueva Jersey, fue descalificado y colocado en segundo lugar. Ante el record sobresaliente de Pikotazo, tanto del Ovalo Sotelino como en la Unión Americana, fue considerado, para representar a México en el XIII Clásico Internacional del Caribe, y de Nueva York voló a Caracas, Venezuela. México buscaba a través de Pikotazo su octava victoria en el Clásico Internacional del Caribe y para ello enviaban al mejor exponente para dicha justa internacional. En aquellos tiempos, la bolsa a repartir en el Clásico del Caribe, no era ningún impedimento para que el mejor ejemplar de la hípica mexicana no estuviera presente. Al contrario, era un gran honor tanto para el propietario como entrenador el poder representar los colores del país en una competencia internacional. Mientras tanto, Venezuela la anfitriona de la competencia internacional, necesitaba a toda costa romper la supremacía de los ejemplares aztecas en tierras venezolanas. México en tierras venezolanas había obtenido la victoria a través de El Comanche, Nacozareño y Teziutlan, el objetivo era impedir que la super estrella de la hípica mexicana logrará la victoria. Venezuela tenía ante sí, una prueba difícil, los candidatos para disputar la victoria y romper esa jefatura de los representantes mexicanos en tierras venezolanas, serían Sweet Candy e In. Sweet Candy registraba el siguiente record a la edad de 3 años: Primer lugar en los Clásico Simón Bolívar (G1), República de Venezuela (G1), Cría Nacional (G1), Jockey Club de Venezuela (G2), Gobernador del Distrito Federal (G2), Fuerzas Armadas de Cooperación (G3), Polla de Acrica y Copa Charles Rohl;, Segundo sitio en los Clásico Copa de Oro de Venezuela (G1) y Clásico Cavepro (G2); y tercera posición en el Clásico Ministerio de Agricultura y Cría (G1). Sweet Candy en ese año había destrozado el sueño de Gelinotte de conquistar la triple corona de potros al vencerla por un largo de diferencia en el Clásico República de Venezuela. Gelinotte ya había conquistado la triple femenil y dos pruebas de la triple de potros, estaba a un paso de ser la triplecoronada de potrancas y potros; sin embargo, sucumbió ante Sweet Candy en una carrera en donde la afición hípica venezolana no le perdono a Sweet Candy quién fue recibida con rechiflas al cuadrilátero de ganadores. En el Clásico Simón Bolívar, Sweet Candy obtiene la victoria y con ello amarra su boleto para estar presente en el Clásico Internacional del Caribe, que habría de llevarse a cabo en el Hipódromo La Rinconada. Era la oportunidad que tenía Sweet Candy de borrar de la mente de la afición hípica venezolana el mal momento que los hizo pasar al vencer a Gelinotte en la tercera prueba de la triple corona de potros. Y que mejor oportunidad de Sweet Candy de limar asperezas obteniendo la victoria en casa y venciendo, al “Caballero Azteca”, Pikotazo.


Por lo que respecta al ejemplar “In” a la edad de tres años había logrado el primer sitio en la Selección de Fedeharas y Copa Antonio Cuadrado, arribando en tercer lugar en el Clásico República de Venezuela (G1). En el Clásico Simón Bolivar ocupa el segundo lugar y con ello amarra su participación en la fiesta hípica del Caribe. Es así que llega el día esperado del Clásico Internacional del Caribe de 1980, México, salía con la representación de Pikotazo y Laserre; Venezuela, el país sede del evento contaba con Sweet Candy e In; por parte de Panamá, sus principales exponentes eran Neblina y El Brigadier, mientras que Puerto Rico colocaba en esta prueba a Olimpico y Mr. Domino; Trinidad & Tobago presentaba a Beheaded y Royal Boatside; y finalmente, República Dominicana tenía depositada sus esperanzas con Mazel Tov. Al abrirse las puertas del arrancadero, Olimpico y Lasarre se enfrascan en un duelo por el liderato, cerca se encontraban Pikotazo y Sweet Candy. Al acercarse a la curva final, Pikotazo inicia su movimiento por la parte externa, mientras que Sweet Candy se movía con la intención de no dejar que Pikotazo se fuera antes de tiempo. Al entrar a la recta final, Pikotazo ya comandaba las acciones, mientras Sweet Candy hacia presión por el lado exterior, ante la algarabía de la afición hípica venezolana. Sin embargo, la calidad del ejemplar mexicano lo hacia correr con banderas desplegadas y empezaba a poner tierra de por medio.

De las posiciones secundarias realizaba su cierre final Neblina de Panamá y a escasos metros del alambre de meta rebasa a Sweet Candy para desilusión de los turfanaticos venezolanos y reduce la distancia con relación a Pikotazo, pero el alambre de meta ya estaba en sus narices. Pikotazo lograba cruzar la meta en primer sitio, en segundo lugar llega la potranca panameña "Neblina" a cuerpo y medio del ganador y en tercero cruza la meta el gran favorito sentimental local, "Sweet Candy". Después arribaron "Olimpico", de Puerto Rico; "In", de Venezuela; "El Brigadier", de Panamá; "Laserre", de México; "Mazel Tov", de República Dominicana; "Beheaded", de Trinidad-Tobago; "Mr. Domino", de Puerto Rico y "Royal Boatside", de Trinidad-Tobago, completaron el grupo de representantes de seis países miembros de la Confederación Hípica del Caribe Estuvieron ausentes Colombia y Jamaica. Y se había consumado la faena por parte de la delegación mexicana, era la cuarta victoria de manera consecutiva de México en tierras Venezolanas. Un hecho que quedo marcado en la memoria de la afición hípica del Caribe.




1980 “Pikotazo” Jinete: L. Picay Jr. Propietario: Cuadra Just Horgus Entrena: A. Barrera País sede: Venezuela


México, por fin obtiene otra victoria en el Clásico Internacional del Caribe En 1988, México celebraba por cuarta ocasión el Clásico del Caribe, se hacían intentos para que la delegación mexicana estuviera integrada por ejemplares que fueran los mejores exponentes del Hipódromo de las Américas y Agua Caliente, se trataba de evitar a toda costa, el volver a perder en suelo mexicano y varios ejemplares del Hipódromo de las Américas volaron a Tijuana a participar en las carreras eliminatorias en busca de un lugar en la carrera de mayor importancia de la Región del Caribe. Don Gabriel, asistía a las competencias eliminatorias, con un historial hípico que no espantaba a nadie. Como dosañero arribo en segundo lugar en el Clásico Anahuac y como tresañero, sorprende al ganar el Clásico Criadores Mexicanos. Parte al Hipódromo de Agua Caliente a las eliminatorias y gana dos de las tres pruebas realizadas, para estar presente en el Clásico del Caribe. En cuanto a Cancun Native, este ejemplar disponía de un mejor cartel, ya que como dosañero arribo en segundo sitio en el Clásico Cuauhtemoc, en el Clásico Anáhuac logra la tercera posición. Se lleva los honores al ganar el Clásico Ciudad de México y en el Futurity Mexicano ocupa la tercera posición. Como tresañero, parte al Hipódromo de Agua Caliente, Tijuana, para hacer campaña, y tiene una discreta actuación antes de participar en las carreras eliminatorias. Gana la tercera prueba eliminatoria logrando su boleto para representa a México. En cuanto a Joseph, venía de competencias de reclamación, su mejor resultado fue el tercer lugar en el Clásico Criadores Mexicanos. Viaja al Hipódromo de Agua Caliente, logrando el segundo y tercer lugar en las pruebas eliminatorias.

En cuanto a los ejemplares de mayor jerarquía, como Cuitlahuac y Campo Amor, se quedaban fuera de la competencia internacional. Llegaría la fecha esperada, se llevaba en el Hipódromo de Agua Caliente, el Clásico Internacional del Caribe, las tribunas del ovalo de Tijuana, presentaba un lleno total, el apoyo estaba a favor de los integrantes de la delegación mexicana y había gran expectación por saber si México regresaría por la senda del triunfo en su propio patio. Las condiciones de pista eran inmejorables, en comparación a 1986, cuando la pista estaba encharcada. Por parte de Venezuela asistían Epic Barre y Llamarada. Panamá competía con Tonel y Chavalín. República Dominicana se hacía presente con Analía II y Pa´Haití. Puerto Rico acudía con Sismólogo. En esta ocasión, cinco países competían en el Clásico Internacional del Caribe 1988. El favorito de la afición hípica mexicana era Cancun Native y había grandes esperanzas de que el representante de Eloy Barbara con la monta de A. López lograría el éxito. En cuanto a Don Gabriel se esperaba que logrará sobresalir, ya que sus recientes actuaciones avalaban su calidad como corredor. Defendía los colores de la cuadra Don Gabriel y en los estribos H. Enriquez. Joseph, un ejemplar que le gustaba venir de las posiciones secundarias, sería el cerrador, y había la ilusión de que buscaría la victoria en los metros finales. Joseph era propiedad de Cuadra Arana y en los controles D. Flores.


Y el cuarto representante de la delegación mexicana era Manhir, propiedad de Punsky Zon y llevaba en los estribos a Francisco Mercado, jinete estrella del Ovalo Sotelo. Por lo que se refiere a los ejemplares Venezolanos, tenían la esperanza de repetir la hazaña de dos años atrás. Su carta fuerte era Epic Barre y contaba con los servicios de Juan Vicente Tovar. La expectación crecía cuando los ejemplares tomaban su cajón en el arrancadero automático. Y al darse la salida, Don Gabriel, rápidamente asume el mando de los controles buscando dominar la prueba. El público asistente, alentaba a la representación “Azteca” y al doblar por primera vez la curva, la algarabía del público era patente. Al pasar por la recta trasera, Don Gabriel seguía al frente del grupo con paso firme, manteniendo más de un cuerpo de ventaja sobre su más cercano perseguidor. Al entrar a la recta final, el público se pone de pie, al observar que los competidores del área del Caribe empiezan a retrasarse, mientras que Joseph y Cancun Native, ya están disputando el segundo lugar. Don Gabriel, avanza con paso firme “Rumbo a la Meta”, siete años de fracasos, se empiezan a esfumar, el potro se dirige con banderas desplegadas para cruzar el alambre de meta y el público asistente, corea el nombre de México y Don Gabriel.

Don Gabriel obtiene la victoria, quedando en segundo lugar Joseph y en tercer sitio arriba Epic Barre metiendo la cabeza antes de Cancun Native. México lograba, el uno y dos de la competencia, y rompía momentáneamente la racha de derrotas y fracasos de la hípica mexicana. Don Gabriel fue recibido por el público asistente con gran entusiasmo y México, lograba su novena victoria en la justa internacional. Una victoria que daba oxigeno puro a la crianza mexicana, que ya se había devaluado, después de siete años de malos resultados. Y fue Don Gabriel, con el público mexicano a su favor y un lleno total en el Hipódromo de Agua Caliente, quién lograba la victoria de punta a punta, para otorgarle a México la novena victoria en la historia del Clásico del Caribe, una victoria que se disfruto enormemente. Se había terminado la sequía de siete años consecutivos sin conocer la victoria en el Clásico Internacional del Caribe, grandes exponentes nacionales habían mordido el polvo a partir de 1981 y en la segunda oportunidad, siendo anfitrión del evento internacional en el Hipódromo de Agua Caliente, el “Gigante del Caribe” despertaba. El Gigante del Caribe, había despertado en el Hipódromo de Agua Caliente, Tijuana; y este hecho preocupo a más de uno de los países del área del Caribe.



1988 “Don Gabriel” Jinete: H. Enriquez Propietario: Cuadra San Gabriel Entrena: A. Márquez País sede: México


México, por fin obtiene otra victoria en el Clásico Internacional del Caribe México, en 1995, arribaba a República Dominicana con la ilusión de romper la segunda mala racha que impactaba en los ejemplares mexicanos en el Clásico Internacional del Caribe. En 15 años, México registraba sólo una victoria a través de Don Gabriel y ese triunfo fue en tierras “aztecas”, en el Hipódromo Agua Caliente, Tijuana. A partir de ese momento, otro ciclo de derrotas y fracasos, cubrían al “Gigante del Caribe”, por segunda ocasión, había caído en los sueños de los justos y no había grandes augurios de que México regresará por la senda de la victoria. Y máxime cuando se decide enviar al Clásico del Caribe a un solo representante a buscar la hazaña de obtener la victoria. El elegido fue, Locochon, representante de la cuadra santa Rita, criado por Gaspar Rivera Torres y bajo los entrenamientos de Juan Ruíz García, viajaban a República Dominicana en busca de un milagro. Locochón, era un ejemplar que brillaba con luz propia, como dosañero había ganado el Clásico Roberto A. Ruiz, quedado en segundo en el Clásico Subasta, obtuvo el Futurity Mexicano y cerro su temporada con otro clásico más. De diez actuaciones obtuvo seis victorias, en tres ocasiones arribo en segundo lugar y tuvo un tercer sitio. Ya como tresañero, participo conquisto el Gran Premio Nacional , quedo en segundo en el Derby Mexicano y se llevo los honores del Clásico Criadores Mexicanos, cerrando su preparación antes de partir a República Dominicana, ganando un Clásico más a su cuenta personal. Uno de sus principales rivales fue Fabolous Sky, quién estuvo compitiendo de tú a tú con el representante de la cuadra Santa Rita. Locochón en la justa internacional llevaba en los estribos a Javier Matias. En cuanto a los representantes de República Dominicana, cuatro ejemplares buscarían llevarse por primera ocasión el Clásico del Caribe, ellos eran: El Terrible Minier, Queen Flower´s, Show Down y El Jacuzza. Venezuela participaba con Lucky Metal y Clever Dancer. Panamá asistía al evento internacional con Angel Tiene y Rey Arturo. Puerto Rico decía presente con La Jefa y Mr. Eliseo. Trinidad y Tobago se presentaba con Vittese Oblige. Y Colombia asistía a través de Savage.


Las gradas del Hipódromo V Centenario se encontraban a su máxima capacidad, había la ilusión de la afición hípica de Dominicana que la suerte les favorecía y sus ejemplares lograrían hacer un excelente papel en la justa internacional. Era la primera vez, que recibían la sede y por ello deseaban aprovechar ser locales. Al inicio de la contienda, sale al frente Clever Dancer ejemplar venezolano para asumir el mando d elos controles, ocochón, ante una salida incierta, rápidamente empieza a moverse para ir en busca del liderato, mientras tanto en tercer lugar se colocaba El Terrible Minier. Pero el entrar a la recta de enfrente, Locochón asume los controles y con paso firme empieza a poner tierra de por medio. Al acercarse a la curva final, Locochón sigue enseñando el camino, mientras sus demás competidores empiezan el momento preciso para ir al abordaje. Al entrar a la recta final, Javier Matias, motiva al ejemplar mexicano para seguir con paso firme, mientras que de las posiciones secundarias Lucky metal de Venezuela se mueve y se coloca en segundo lugar, rebasando a Clever Dancer y El terrible Minier. Ya en los metros finales, Locochón, conserva su ventaja sobre su más cercano perseguidor Lucky Metal, y después arriban Clever Dancer, El Terrible Minier, Angel Tiene, Savage, La Jefa, Mr Eliseo, Vittese Oblige, Quuen Flower´s, Rey Arturo, Show Down y El Jacuzza. Locochón empleó un tiempo de 1.49.2, registrando el mejor tiempo en la distancia. Fue recibido en el círculo de ganadores por su criador y propietario Gaspar Rivera Torres, quién saboreo las mieles de la victoria.



1995 “Locochón” Jinete: Javier Matías Propietario: Cuadra Santa Rita Entrena: Juan Ruíz García País sede: R. Dominicana


Rumbo a la Meta Les desea Feliz Navidad y Prospero A単o 2014

Gracias por su preferencia


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