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Coyuntura

Cuando Colombia hacía vacunas
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La crisis económica de finales de los noventa acabó con la producción de vacunas que el país había conseguido a lo largo del siglo XX. La pandemia ha dejado en evidencia los riesgos asociados a la dependencia tecnológica y convierte la recuperación de esas capacidades en un imperativo de los años venideros.
CARLOS DÁGUER
Director del Comité de Aseguramiento en Salud de la ANDI y autor de libros sobre la historia de la salud pública y la medicina en Colombia. No es por alarde patriotero; es porque los hechos fueron así. Ahí va: Colombia tuvo un significativo protagonismo en la primera campaña de vacunación mundial, fue un país fundamental para el desarrollo de la vacuna contra la fiebre amarilla y no solo produjo vacunas contra diversas enfermedades, sino que fue un exportador.
El primer dato no es para inflar el pecho. En 1802, Bogotá padecía una epidemia de viruela tan grave que motivó Carlos IV a organizar una expedición para traer la vacuna descubierta por Edward Jenner en 1796.
Jenner, el papá de la inmunología, había advertido que las ordeñadoras que se infectaban con la viruela de las vacas se volvían inmunes al virus de la viruela que se transmitía entre humanos. Para probarlo, extrajo el pus de una res y se lo inoculó a un niño. ¡Y eureka! Lo mejor era que no había que volver a la vaca para obtener más pus. Este se podía tomar de niños recientemente vacunados.
En ausencia de cadenas de frío, pues cadenas de niños. Brazo a brazo, esa fue la técnica que hizo posible que, en 1804, la Real Expedición Filantrópica de la Vacuna llegara con al Nuevo Mundo. La urgencia de traer la vacuna al virreinato de Santafé terminó convertida en una gesta que cubrió toda la América Hispana y llegó hasta Filipinas y China.
El desafío durante el siglo XIX era preservar fresco el fluido en niños-reservorio. La inestabilidad política y social rompió esa cadena en dos oportunidades y obligó a reimportar el pus en sendas ocasiones, hasta que en 1897 el veterinario Jorge Lleras Parra logró producir el fluido a partir de terneras nativas. Así comenzó la
producción de vacunas en Colombia, hecho que hizo posible la erradicación de la viruela en 1979, y sin traer una sola dosis del exterior.

Un portafolio diversificado
Con la creación, en 1917, del Laboratorio Samper-Martínez –hoy Instituto Nacional de Salud (INS)– se diversificó e incrementó la producción de vacunas para uso en humanos. A la antivariolosa le siguió la antirrábica y en 1925 ya se ofrecían otras para la prevención de la fiebre tifoidea y paratifoidea.No solo por ser un país donde la fiebre amarilla es endémica, sino por haber participado en investigaciones sobre la enfermedad, Colombia fue un escenario propicio para evaluar el desempeño de la vacuna antiamarílica desarrollada por la Fundación Rockefeller. De hecho, en 1937, Landázuri (Santander) fue el primer lugar del mundo donde se usó este producto con el propósito específico de controlar un brote. La producción local de esa vacuna comenzó en 1939. Colombia fue el tercer país que la hizo.
Y así sucesivamente, como lo mostraría el informe de actividades del INS de 1979, el Instituto estaba produciendo vacunas contra la fiebre amarilla, el cólera, la rabia, la difteria, el tétanos, la tosferina, la fiebre tifoidea y la tuberculosis. Buena parte de esa producción era exportada a una veintena de países de Centroamérica, Suramérica, el Caribe y África.
Una serie de hechos desafortunados acabó con esas capacidades en los primeros años del siglo XX y comienzos del XXI. La crisis económica se tradujo en el deterioro de los laboratorios del INS, que no lograron certificar buenas prácticas de manufactura, y para el caso de la vacuna contra la fiebre amarilla, la Organización Panamericana de la Salud recomendó el traslado de toda la producción regional a plantas en Brasil.La pérdida fue grande, pero la ausencia de amenazas de desabastecimiento en ese mundo globalizado la hacía más llevadera. Nadie sospechaba que al cabo de dos décadas, en el contexto de una pandemia, las naciones productoras apelarían a estrategias básicas de supervivencia y terminarían cerrando sus mercados.Los tiempos del COVID demostraron que la recuperación de esa capacidad de producción es un imperativo. Un repaso de la historia muestra que es posible. La lección aprendida, aunque dolorosa, no pasará en vano. Los tiempos del COVID demostraron que la recuperación de esa capacidad de producción es un imperativo. Un repaso de la historia muestra que es posible.

En el marco de la Presidencia pro tempore de Colombia, la organización ha priorizado trabajar en las temáticas que faciliten el comercio y la inversión para una mayor recuperación económica.
ANA MILENA CORTÁZAR
Directora - Dirección Internacional y de Aprovechamiento de Acuerdos Comerciales de la ANDI

Así avanza el Consejo Empresarial de la Alianza
del Pacífico de los sectores de aseo y de suplementos alimenticios, y el compromiso de los gobiernos para la pronta implementación del anexo negociado para el sector cosméticos. Esto significa un gran logro del bloque ya que, una vez estos anexos se logren implementar, los tres sectores contarán con regulación armonizada entre Chile, Colombia, México y Perú, lo que reducirá sustancialmente los costos de comercialización y potenciará el comercio y la inversión regional. Adicionalmente, el CEAP ha priorizado traba-
El 10 de diciembre de 2020 se llevó a cabo la XV Cumbre de la Alianza del Pacífico, donde Colombia recibió la Presidencia pro tempore del mecanisjar en las temáticas que faciliten el comercio y la inversión para una mayor recuperación económica. Para 2021, el CEAP, a través de una consultoría del BID y liderado por la Asociación Nacional mo de integración conformado por Chile, Co- de Empresarios de Colombia, impulsará la inilombia, México y Perú. Paralelamente, el Ca- ciativa de acumulación de origen y nearshoring pítulo Colombia del Consejo Empresarial de la entre el bloque con Estados Unidos, esto como Alianza del Pacífico (CEAP) recibió la Presiden- la principal estrategia para captar inversiones de cia pro tempore en el marco de la VII Cumbre alto impacto en la región. Así mismo, el CEAP Empresarial de la Alianza del Pacífico. priorizó reactivar la hoja de ruta de integración En enero de 2021, a pesar de las dificultades financiera de la Alianza, junto con la construcde 2020, la Alianza del Pacífico despierta con tres ción de un diálogo público-privado para acelerar importantes noticias en temas de armonización la inversión y el desarrollo de infraestructura en regulatoria: la culminación de las negociaciones la región. Por otra parte, se considera clave tener una agenda digital público-privada y participar activamente en la creación del mercado regional "El CEAP priorizó reactivar la hoja de ruta de integración digital anunciado por los gobiernos. financiera de la Alianza, junto con la construcción de un La crisis ha evidenciado un duro golpe al emdiálogo público-privado para acelerar la inversión y el desarrollo de infraestructura en la región" pleo juvenil y de género. Por lo anterior, desde el CEAP, bajo el liderazgo de la ANDI, se seguirá impulsando el Programa de Prácticas Estudiantiles del CEAP en donde, gracias al apoyo de 42
universidades, 12 institutos técnicos y más de 200 empresas, a hoy, más de 310 jóvenes han realizado sus prácticas internacionales en Chile, Colombia, México y Perú. Además del apoyo a la empleabilidad de género, el CEAP considera clave trabajar en iniciativas en pro de la equidad y el empoderamiento de la mujer.
Por otra parte, en cuanto a la sostenibilidad, la ANDI recibió un apoyo técnico del BID para su proyecto Visión 3030, y particularmente en Alianza del Pacífico se realizó un taller sobre estrategias de comunicación para el cambio de comportamiento de los consumidores. Se prioriza impulsar la gobernanza y conservación del recurso hídrico, la economía circular y la gestión sostenible de plástico, el encadenamiento con pymes, el cambio climático y la biodiversidad; como también apoyar el desarrollo de herramientas para potenciar el cambio hacia una región más sostenible. Por ejemplo, desde 2019, el CEAP junto con la Agencia de Cooperación Suiza (COSUDE) trabajan en la iniciativa “El Agua Nos Une”, en la cual, en 2020, se fortaleció la gestión del agua de 45 empresas en la región.
Finalmente, 2021 será un año en donde el CEAP salga fortalecido debido a que, de la mano de una consultoría del BID, esta instancia se encuentra en la estructuración de su Secretaría Técnica, lo cual le permitirá contar con una mayor institucionalidad y fortalecer su funcionamiento.
El Consejo Empresarial espera contar con el apoyo de los gobiernos para estas iniciativas y así superar conjuntamente los retos y desafíos que enfrentan nuestras sociedades.

Agua y biodiversidad para la competitividad
Estas son las nuevas apuestas que liderará el Centro Nacional del Agua y la Biodiversidad (CNAB) de la ANDI.
DORA MARÍA MONCADA RASMUSSEN
Directora del Centro Nacional del Agua y la Biodiversidad de la ANDI La ANDI considera que la sostenibilidad es un pilar estratégico para lograr que Colombia sea uno de los tres países más competitivos en América Latina, y desde ahí, el empresariado colombiano sea un actor clave para el desarrollo social, económico y ambiental en el país, en línea con las tendencias y las mejores prácticas en sostenibilidad.
En esa dirección avanza el Centro Nacional del Agua y la Biodiversidad (CNAB), el cual, como área transversal de la Asociación, trabajará en pro de elevar el desempeño y la contribución gremial y empresarial a la sostenibilidad a través de la gestión integral del recurso hídrico y la biodiversidad, con beneficios en la competitividad y la adaptación al cambio climático.

¿Qué es el CNAB?
El CNAB es el aliado de las empresas y de las seccionales y cámaras de la ANDI para la gestión corporativa y territorial del agua y la biodiversidad en el país.
Seccionales
Sociedad civil

Sector público
Academia Vicepresidencias Gerencias Cámaras sectoriales

Empresas
Cooperación internacional
¿Cómo trabajará?
El CNAB actuará como una plataforma para brindar asesoría técnica, programas de capacitación, gestión de proyectos y alianzas para acompañar los desafíos de la sustentabilidad en agua y biodiversidad a través de tres líneas estratégicas:
1. Fortalecer las capacidades y facilitar el intercambio de conocimientosEsto lo hará a través de: • El Comité Técnico del Agua y la Biodiversidad, que facilita el intercambio de conocimientos y el fortalecimiento de capacidades a cámaras, seccionales y empresas interesadas. • Herramientas de gestión, que habilitan y aceleran la adopción de estándares y herramientas en agua y biodiversidad. • Una red de buenas prácticas, que permite el intercambio de buenas prácticas empresariales en torno a la gestión del agua y la biodiversidad.
Comité Técnico del Agua y la Biodiversidad
Webinars especializados Herramientas de gestión
Red de buenas prácticas
• Proyectos académicos en alianza con universidades, centros de investigación nacionales e internacionales, e institutos de investigación. • Proyectos especiales para orientar la planificación e inversión empresarial en agua y biodiversidad.

• Webinars especializados, que son espacios de aprendizaje multisectorial para promover el liderazgo, la promoción y los proyectos.
2. Impulsar proyectos empresariales y promover alianzas multisectoriales en acción corporativa y colectiva
Se impulsarán: • Proyectos empresariales y alianzas multisectoriales en medición de huella de agua y acción corporativa y colectiva. 3. Medir y visibilizar la contribución de las empresas en materia de agua y biodiversidad Se establecerán estrategias para medir y visibilizar la contribución empresarial con un enfoque colectivo.
Desde estas líneas, el CNAB promoverá con la ANDI la gestión empresarial y territorial del agua y la biodiversidad, fortaleciendo las capacidades, elevando los estándares corporativos y escalando las contribuciones a través de alianzas y proyectos para que en 2025 las empresas sean líderes regionales y sectoriales en línea con las mejores prácticas de sostenibilidad.