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¿EL LÍDER NACE O SE HACE?

Cuando trabajamos en un negocio, ya sea como dueños o encargados y se dirige a un equipo de trabajadores, en la mente de muchos jefes está la misma idea, ¿lo estaré haciendo bien?

Para ser un buen líder, no solo hay que llevar a cabo un buen liderazgo empresarial, sino que también hay que contar con ciertas actitudes personales, que en el caso de las distribuidoras o negocios pequeños adquieren mucha más importancia.

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Un buen liderazgo es esencial para el éxito de cualquier empresa. Para identificar las características de un buen líder es necesario primero saber qué es el liderazgo.

El liderazgo es la capacidad o habilidad que tiene una persona para convencer a otros que traten de alcanzar determinados objetivos. Esta característica también la podemos definir como: el liderazgo es la habilidad gerencial o directiva que consiste en la capacidad para influir en un grupo determinado de personas, haciendo que el equipo trabaje con entusiasmo en el logro de metas y objetivos.

Aunque es probable que vivir una cultura empresarial bien definida no sea prioridad en las pequeñas empresas, cada vez más organizaciones de este tipo se preocupan por identificar y potenciar el liderazgo; y muchos comportamientos que antes se implementaban sólo en las grandes empresas, hoy pueden ser perfectamente adaptados a las pequeñas y medianas organizaciones.

La gran diferencia del líder de una pequeña empresa con respecto a su igual en las grandes empresas es que en la mayoría de los casos es el mismo dueño quien encabeza todos los cambios. De él y de su ejemplo depende que sea exitosa la definición de la estrategia de negocios, un cambio de metas, la adaptación a mercados nuevos o simplemente un ajuste en el funcionamiento de los procesos productivos.

Para competir con las grandes empresas, los líderes de la PYMES se ven obligados a idear nuevas estrategias destinadas a generar mejoras en el ser vicio al cliente, innovación en el marketing, calidad de respuesta, trabajo en equipo, velocidad de acción, y ahora, el uso de las redes sociales.

Actitudes personales de un buen líder

Un aspecto muy importante en el que se unen actitud empresarial y personal es la fijación de los objetivos de la empresa y conseguir que esos objetivos sean también los de los trabajadores. Un buen líder no puede cegarse en buscar solo buenos resultados, sino además en que sus trabajadores estén implicados en esa labor y en cómo conseguirlo. Para ello, es importante mantener una actitud comprensiva, un clima de confianza y plantear objetivos. Para conseguirlo, se pueden utilizar técnicas como sistemas de ventas por objetivos, retribuciones en especie a partir de cierto nivel de facturación o beneficios sociales.

Es importante ser convincente y preciso con las decisiones que se adoptan, siempre de una manera que motive y haga sentir cercanía. Si cambiamos de opinión respecto a un tema empresarial a cada rato no estaremos transmitiendo profesionalismo a los trabajadores.

También hay que tener en cuenta que los líderes de una empresa cometen fallas y en este sentido, es muy positivo hacer un ejercicio de autocrítica cuando las cosas van mal y no limitarte a buscar culpables en otras personas. Por tanto, para ser un buen líder hay que tener tantas actitudes personales como profesionales.

Diferentes tipos de líderes

También se dice que el líder es aquella persona con poder de influir en la conducta de otros para el logro de ciertas metas. La fuente de esta influencia o poder puede ser formal, como la que proviene del puesto que se tiene en una empresa; por ejemplo, el gerente, o encargado del negocio en virtud de su posición, asume un rol de liderazgo. Pero el liderazgo también puede ser informal, como cuando un empleado puede convencer a sus compañeros de que observen una cierta conducta, sin ser su jefe.

No todos los líderes son jefes, o gerentes o supervisores, como tampoco todos los jefes, gerentes o super visores, por el solo hecho de estar al mando, son líderes.

La habilidad para persuadir a otros, independientemente de la posición formal que se ocupe en la empresa, es importante e incluso, en algunos casos, más importante que la formal. Para el dueño o jefe, lo ideal sería que tuviera ambos, el liderazgo formal, pero también el informal.

Ahora demos un vistazo a las características tanto físicas, como de comportamiento y de relación que hacen un buen líder.

Estilo personal de liderazgo

Cada persona tiende naturalmente a comportarse de cierta manera al dirigir un grupo. Aunque este estilo se ve modificado por la personalidad de los subordinados, por la naturaleza de la tarea y por la empresa, en general, depende de la personalidad de quien ejerce el liderazgo. Conocer el estilo natural ayudará a flexibilizarse y poder adoptar otros estilos de liderazgo que mejor se acomoden a situaciones diferentes. Los estilos básicos de liderazgo son: Autoritario, Paternalista, Consultivo y Democrático.

¿Cómo ser un buen líder en tu negocio?

Los mejores líderes son innovadores y visionarios; son capaces de identificar oportunidades para la empresa y crear un ambiente que estimule la creatividad e impulse la productividad. Les brindamos algunos consejos que ayudarán a ser un buen líder:

1. Define tus metas y las de la empresa. Haz un plan factible y explica a tus empleados por qué la meta o el plan son necesarios.

2. Administra y asigna los recursos.

3. Haz que tu equipo de trabajo conozca lo que esperas de cada uno en tu empresa. Expresa aceptación y reconocimiento por las contribuciones de tu gente. Estimula al grupo y a las personas.

4. Evalúa constantemente los resultados.

5. Descubre lo que quieren tus empleados. Piensa: ¿Qué los motiva, qué necesitan?

6. Identifica lo que tus empleados esperan de ti. Escucha a tu gente, consúltalos y presta atención a su retroalimentación.

7. Recuerda que debes ser un modelo para tus empleados. Sé el ejemplo y actúa siempre como quieres que ellos actúen.

8. Motivar a tus empleados, es parte de tu responsabilidad. Crea espíritu de equipo y reconcilia los desacuerdos.

9. Proporciona la información necesaria en tu empresa. Facilita la comunicación con tu grupo y entre ellos. Esto favorece que la gente se acerque a ti, y ten en mente que la retroalimentación que te den tus empleados es una de las herramientas más valiosas para ser un buen líder.

10. Aprende a delegar y acepta ayuda externa si es necesario.

Las empresas son el reflejo de quienes las dirigen, y funcionan y crecen gracias a su liderazgo. Es imprescindible que los empresarios, aún los de los negocios más pequeños, se conviertan en buenos líderes en beneficio de su propia organización.

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