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A flor de piel

Y te das cuenta, te das cuenta en el momento en el que sientes que vas a perder a una persona a la que quieres, a una persona a la que necesitas sin ser realmente consciente de ello, hasta que notas que estás al borde delfilo.

Hasta que no puedes evitar tener ese sentimiento a flor de piel, hasta sientes la angustia y el nerviosismo, de no saber qué pasará, pero sobre todo, de no saber si podrás aguantar lo que pueda pasar. Ahí es cuando te das cuenta de la facilidad del irse y de lo simplequeesperderaunapersona.

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Te entran ganas de llorar con la espera y la incertidumbre, pero te prometes ser fuerte, ser paciente, y no mostrar ni una pizca de debilidad a menos que sepas que todo se ha derrumbado, a menos que realmente esa persona ya no esté. Porque si no podemos ser fuertes en estas situaciones, todo se va a la mierda. Sin quererlo cae una lágrima por tu mejilla, pero te limpias antes de que nadie puedapercatarsedeello.

Ahí es cuando piensas en el tiempo desperdiciado, sin reír, sin hablar, sin llorar, sin abrazarse, discutiendo por cualquier tontería y perdiendo la vida sin tan siquiera saborearla. Pero de repente, llega la llamada, la llamada que tanto esperabas con angustia y anhelo, esperando saber el estado de esa persona.

Y después de segundos hablan al otro lado, yescuchas lavozquetantohas escuchadoa lo largo de tu vida, esa voz que ha estado aconsejándote, enseñándote, ayudándote, echándote la bronca, y riendo a carcajadas, esa voz que de repente había desaparecido de tu mente y que milagrosamente estás volviendo a escuchar. Y la tranquilidad te llena el cuerpo. En ese momento es cuando te permites soltar las lágrimas retenidas, que dan pie a un alivio inmenso fruto de la continuidaddelavida.

Porque se nos va la vida sin darnos cuenta, porque malgastamosnuestrotiempoyenergía en personas que no nos valoran, que no merecen eso que les damos, y nos olvidamos de aquellos que tan importantes son, y que tanto han dado por nosotros. A esos son a los quedebemosquererycuidaryno dejarlos nunca solos, porque la soledad es uno de los peores sentimientos que puede haber y ellos no son merecedores de ese sentimiento.

Maryam Eddabi 2B3

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