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Aprendiendo a invertir de la mano de Martin Whitman

El autor del libro Inversión en valor tiene un enfoque que es una bocanada de aire fresco para el inversionista actual.

Desde la década de los 70 del siglo pasado, la obtención de retornos excepcionales ha estado condicionada por la hipótesis de los mercados eficientes, desarrollada por Eugene Fama , y por la teoría moderna de las carteras, de Markowitz y Shape, que básicamente acaba concluyendo que los precios en los activos de inversión son un reflejo perfecto del valor, lo cual podría ser una visión parcial donde el riesgo es una derivada de la volatilidad en los precios de los activos.

Martin Whitman es una bocanada de aire para el inversor que busca respuestas a un mercado con muchas interrogantes. El autor del libro Inversión en valor tiene un enfoque equilibrado que busca redefinir conceptos a través de una visión donde el análisis fundamental de los activos de inversión depende de múltiples factores que son únicos para cada inversionista. Es decir, el precio y el valor dependen de factores variados, que son cambiantes y que en consecuencia producen cambios impredecibles en la cotización de los títulos.

¿Por qué un inversionista toma decisiones sobre un activo? Whitman utiliza de forma excelente el concepto del perfilamiento del inversor, que es un requisito indispensable para abrir un contrato de intermediación bursátil en México. Por ejemplo, define que el valor de una inversión para un inversor indexado de largo plazo sería diferente contra el valor de un activo para un especulador con una gestión activa en el corto plazo.

Para Whitman, un asesor de inversiones que murió en 2018, los precios de los activos de inversión tienen causales que los hacen moverse por circunstancias diversas, por ejemplo, los precios en un activo serán más altos o bajos dependiendo el nivel de liquidez que el mercado tenga, o bien, dependiendo del estado anímico de los inversores e incluso por el flujo de la información para tomar decisiones.

El perfil del inversionista se ha convertido en una herramienta muy poderosa para el inversor novato, pero también para el experto. A través de este ejercicio de introspección financiera con un breve cuestionario se puede definir qué activos de inversión adquirir y en qué proporciones, o bien, en qué activos no involucrarse. El perfil del inversionista le da una dimensión real al individuo dentro de un mercado donde pareciera que las personas se diluyen entre las monstruosas cantidades de dinero e información.

Whitman hace una contribución excepcional: define que los mercados bursátiles son la suma individual de los inversores donde cada persona tiene un perfil distinto que involucra su propensión al riesgo, horizonte de inversión y circunstancias que lo hacen tomar ciertas decisiones y que son cambiantes. Recordemos que el perfil del inversionista es flexible y puede ser modificado por cualquier inversionista en México cada vez que él lo decida.

Whitman deja de lado la filosofía de un mercado que busca desesperadamente el equilibrio y afirma que el mercado es una película que no necesariamente pretende tener un mismo final para todos, que puede concluir de diferentes formas, todas válidas para cada persona.

De hecho, el valor de la inversión puede ser un valor percibido, es decir, un inversionista podría estar completamente satisfecho con un retorno en bonos que simplemente asegure que su inversión tiene un riesgo muy limitado (aunque el rendimiento pudiera estar por debajo de la inflación como ocurrió durante 2021 en México). O bien, un inversor podría aspirar a tener cuando menos 400 puntos base por arriba de la inflación, que es el promedio del rendimiento en los índices accionarios estadounidenses durante casi un siglo. Es decir, el valor se vuelve algo subjetivo.

En este lego que construye los mercados, lo más importante es la actividad humana donde un solo actor en lo individual podría generar cambios imprevisibles en todos los demás agentes involucrados en la toma de decisiones. El resultado es que el análisis en la toma de decisiones sobre activos de inversión debe ponderar las variables cualitativas sobre las cuantitativas. La acción humana adquiere un peso que define el movimiento de los mercados de valores.

Los mercados bursátiles son la suma individual de los inversores donde cada persona tiene un perfil distinto.

Entre los elementos que influyen en la determinación del valor de intercambio en un activo (no solamente en el precio), Whitman le presta mucha atención a la liquidez, algo que se ha vuelto muy relevante en 2022 después de que en los mercados de valores se generó una burbuja por la enorme inyección de liquidez y que ahora los bancos centrales están drenando, lo que ocasionó uno de los peores años en la historia de los mercados de renta variable.

Whitman, nacido en el Bronx, Nueva York, en 1934, también pondera la percepción que los inversores tienen en el entorno macroeconómico y donde la valoración del título depende del horizonte temporal y del perfil de riesgo que cada individuo tiene. Esto último es un contraste importante contra la tradicional teoría académica que enseñamos en las universidades donde los inversores son vistos como un grupo homogéneo cuando en el mundo real las cosas difieren de esto.

Para el autor, existen dos conceptos que son comúnmente utilizados en la jerga de inversiones y que sí tienen un significado real: especular e invertir. En el caso de los especuladores, el inversionista busca anticipar los movimientos en el corto plazo, es decir, busca ser más listo que el mercado. En el segundo caso, en cambio, las decisiones se toman a partir de la información que tenemos a nuestro alcance, en busca de priorizar un margen de seguridad construido sobre nuestras características únicas.

La filosofía de inversión de Martin Whitman se suma a la de otros inversores en valor, como Warren Buffett y Charlie Munger, quienes han cimentado un estilo de inversión acorde con los mejores ideales de la vida, donde la disciplina y el tiempo son factores que inciden positivamente en los buenos resultados.

En un mundo con la necesidad de cosas rápidas y fáciles, Martin Whitman sigue siendo una bocanada de aire fresco. •

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