A media cuadra 42

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Año 14 Número 42

Techotiba, Bogotá, Colombia.

Abril 2019

a media cuadra amediacuadr@gmail.com @amediacuadra8 amediacuadraprensa

Especial Corabastos

amediacuadra8.blogspot.com


editorial Dado que la realidad se sulfura y agrieta sin remedio; que la gente que somos es perseguida, asesinada, despojada, arrinconada, a pesar de tener cédula, hacer las filas y haber sacado el rut; que la historia insiste en revolcarnos en el mismo lodazal bajo los pretextos más descabellados y tristes; que la nube de humo se sigue chupando nuestra alma a dosis cada vez más peligrosas; que las montañas siguen en su lugar, estupefactas, ante nuestra posible rendición a este miedo perezoso que se empoza en los ojos; que los pocos de siempre buscan echarle más tierra encima a lo que nos queda de memoria a los muchos que aún estamos; que las calles que nos crecen por dentro y por fuera siguen vivas detrás de las cortinas; volvemos a este ritual de poner en limpio nuestras pesquisas y suciedades, para ver si además de ver pasar los lunes de este largo eclipse, nos miramos y hablamos, justo aquí, al alcance de los pasos. Para ello reiteramos nuestro abrazo al fuego que calienta el alimento de la minga, al sol sobre la piel de los que tienen la calle por resguardo, al sueño intranquilo de quienes no saben si el pan les dará la espalda en ésta o en la mañana siguiente, a quienes tejen en silencio, dentro de sus cuartos o sus cuevas, las palabras que nos servirán para nombrar otro futuro, a la semilla que se espuma en la tierra, a los que van apareciendo y creciendo sobre la faz de la injusticia poniendo sus cantos de colores. Hemos aprendido que estando cerca es más fácil decir lo que el ruido calla. Este es nuestro testimonio.

colaboradores: Leonardo Barbosa, Edgar Suárez, Carlos Molano, Blanca Forero, Bruno Maña, Francisco Gómez, Johana Arévalo, Iván Suárez, Andrés Hernández, Milena Galvis, Gabriela Miranda, Yuddy Calderón, Martín Tole, Jorge Reina, Víctor Uribe, Ical Emiliano Suárez, Julián Vivas, John Jairo Cárdenas, Giovani Araque, Gianni Lara, Alejandro Gil, Juan Felipe Escobar, , Luisa Fernanda Tovar, César Giraldo, Yenny Ramírez, José Luis Pareja, Caballo, Sebastián González, Marcela Guerrero, Giovanni y los demás.

Declaración de Principios A media cuadra es un intento de puntos suspensivos sobre una hoja de papel, que busca, en lo inmediato, sumarse humildemente a la cantidad de papeles que entran en su casa, tal como son los recibos de la luz, el agua, la tierra, el aire, el fuego, el teléfono, etc. También tiene como objetivo, este si prescindible, informar y opinar sobre acontecimientos que conciernen a esta media cuadra y que sospechosamente suceden en cualquier lugar. Como todas las publicaciones de esta índole, intentaremos estar con los buenos y en contra de los malos, guardando la más precisa imparcialidad.

Red de gente Encuentro Latino Radio, , Mesa local de comunicaciones de techotiba, GSEID -UN, Casa del maiz, Cátedra Latinoamericana Antonio García Nossa, Recíclate SOS Especie, Periódico El sirirí, Sumando Voces, Laboratorio del ruido, La murga de Colombia, Sembradores del Saber popular, Cabildo Muisca de oriente, Casa del caracol, Asolaborales, Bancalimentos, Fundación Escuela para el Desarrollo, Asocore, Medios Kreativos y el resto.

Todas las opiniones escritas y gráficas, textuales, intertextuales e interestelares de este periódico son del pueblo, por tanto este humilde papel no puede hacerse responsable de ellas Si tiene algún algún texto, comentario, dibujo, buen próposito, aforismo, fotografía, historia, perversión, poema, cuento, canción, adicción, donación, disociación, rebeldía, apunte...lo estamos esperando.

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territorio

Trabajadores de la economía popular en la Avenida de los Muiscas y barrios circundantes Por Edgar Suárez Forero GSEID-UN

Es sábado en la Avenida de los Muiscas. Es sábado en la Avenida de los Muiscas, o como es conocida, la calle 38, en la localidad de Kennedy. A la altura de Corabastos, frente a la Plaza de las Flores, los vendedores llenan los andenes en ambos costados y parte de la vía, la cual queda reducida a un carril para uso vehicular que se mantiene trancado, pues más allá de los vehículos que se detienen, hay carretas de recicladores, bicitaxis y peatones que hacen más lento el tránsito. Frutas en cosecha, hortalizas, pomadas hechas con baba de caracol, toallas, tinto, cigarrillos, fritanga, la prensa roja, bolsas para el mercado o la basura, son algunos de los productos que se encuentran en la esquina del CAI de Corabastos. Estos vendedores son mujeres y hombres, en su mayoría personas mayores, que ofrecen sus productos bajo sol del medio día. A medida que se avanza calle adentro, se encuentran vendedores de líchigo, productos agrícolas de diversa calidad. Son trabajadores que llegan muy de madrugada a Corabastos para buscar entre lo que los residuos del comercio, recogidos por ellos mismos o por otros, y los precios bajos de los productos en cosecha, lo que venderán en el día o en la semana. “Esto se pone cada vez más difícil, cada vez llega más gente”, dice uno de los vendedores y agrega que Corabastos es el lugar del rebusque y que por eso todos llegan ahí. Este vendedor ha notado como familias enteras, algunas de venezolanos, llegan a buscar entre los residuos la comida del día y ha notado como a pesar de la presencia policial, la delincuencia y la inseguridad siguen creciendo. Según él, estos son efectos generados por el operativo de desalojo de hace un año que realizó la alcaldía de Bogotá “desordenó lo que había y esparció los problemas de La 38 a los barrios”. Luego de que el vendedor recoge las cajas de cebollas y limones, encarga a un joven de guardar la mercancía en la bodega. Minutos

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más tarde, a un par de calles de allí, en la cuadra en la que vive, el vendedor nos cuenta que el joven al que dejó encargadas las cajas es un ladrón de la zona, pero que también hace este tipo de labores. Un hombre que tiene un negocio de comercio en el barrio María Paz, y que escuchaba la conversación, interviene diciendo que por suerte los ladrones respetan los negocios del barrio. Siguiendo la ruta por "La 38", al llegar a la puerta siete y ocho de Corabastos, cambian los productos para la venta, ahora son recicladores los que llenan los andenes, por un lado llevan material a las bodegas y por otro tienden sus corotos o cachivaches, venden lo que para algunos fue basura pero para otros es reutilizable, ropa, herramientas, libros, películas, repuestos, juguetes. En la esquina de la calle conocida como el Cartuchito pasa corriendo reiteradamente una banda de jóvenes ladrones armados con cuchillo, que roban a los conductores de camiones y carros que llevan abierta las ventanas de sus vehículos en medio del trancón y el tumulto. Cada tres minutos se repite la escena. Un conductor para evitar el atraco da reversa bruscamente a su camión y pasa una de las llantas por encima del pie de un ladrón, tal vez un menor de edad, el cual sale cojeando y girando en la siguiente esquina. A este conductor apenas lograron robarle una bolsa en la que llevaba algunas frutas. No todos corren con la misma suerte. Un atracador intenta robar a un transeúnte, pero éste le dice que ladrón no roba a ladrón y le saca un cuchillo del mismo tamaño, van entrando en la calle mientras los fisgones aparecen para mirar la pelea, la cual es detenida por un par de policías que en moto llegan al lugar. “Mijo esto nunca había estado así” dice una recicladora y vendedora de corotos que ha trabajado en la zona por casi dos décadas. Recuerda que han vivido situaciones difíciles pero aclara que ninguna de ellas ha sido tan complicada como la presente, “ Eso que usted acaba de ver es de todos los días” dice, habla de su deseo de irse con su familia de ese lugar, concibe que vivir y trabajar allí ha sido un error, aunque advierte que no se han tenido muchas alternativas. Un reciclador que lleva material a una bodega del barrio vecino, cuenta que como ésta, hay otra dos bandas de ladrones que hacen presencia en el sector y que una de ellas está conformada por venezolanos. Testimonio que coincide con el del vendedor de líchigo. A la vuelta de la esquina el ladrón que fue atropellado llora desconsoladamente tomándose el pie con la mano, una vendedora de comida trata de asistirlo.

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Mapa Localidad de Kennedy por UPZ- Fuente: A media Cuadra Prensa. La UPZ (Unidad de Planeamiento Zonal) Corabastos queda en el centro de la localidad de Kennedy y es tal vez el lugar más riesgoso para vivir y trabajar de la ciudad. En la localidad de Kennedy, según reportes de la Oficina de Análisis de Información y Estudios Estratégicos OAIEE (2018), el homicidio, las lesiones personales y el hurto a personas, principales indicadores de seguridad ciudadana, se han incrementado en el último año por encima del promedio de la ciudad, manteniéndose Corabastos, según mapa emitido por la misma Secretaría, como un foco de criminalidad de la localidad y el sur de la ciudad. Según notas de prensa, citando fuentes oficiales, esta zona ocupa la número 13 en materia de cantidad de homicidios y la 17 en lesiones personales, concentrando el 16 % de los homicidios que

ocurren en Kennedy, el 11 % de las lesiones personales (El Espectador, 2018). Recientemente la Secretaría de gobierno de la ciudad ha anunciado que decretará la ley seca durante tres meses en la temporada de fin de año en Corabastos, Maria Paz y el Amparo para mitigar las condiciones de inseguridad ciudadana y reducir el número de homicidios, pero según trabajadores de la zona, esta es una medida inútil, pues la gente de Corabastos no se mata por el consumo de alcohol, sino por la concentración de delincuentes y de organizaciones criminales que operan los mercados ilegales. Si se abre el compás, la inseguridad ciudadana es solo uno de los riesgos que viven los habitantes y trabajadores de este territorio. En la Encuesta Multipropósito (DANE


Mapa concentración de homicidios Agostos 2018. Oficina de Análisis de Información y Estudios Estratégicos OAIEE (2018) 2018), en su item Viviendas cercanas a lugares o establecimientos que pueden causar afectación, según UPZ, Corabastos tiene los más altos porcentajes de viviendas cercanas a establecimientos y lugares como bares o prostíbulos, plazas de mercado o mataderos, fábricas o industrias, lotes baldíos o sitios oscuros y peligrosos, tiene el mayor porcentaje de viviendas cercanas a expendios de droga de la ciudad y el segundo mayor en basureros o botaderos de basura. Este es uno de los problemas más sentidos del lugar, pues más allá de la comercialización de residuos para su reciclaje o reutilización, la basura parece crecer en cada rincón del camino. Cerca de la puerta seis de Corabastos el suelo está cubierto de basura, sobre ella caminan habitantes de calle, consumidores de sustancias psicoactivas. En días anteriores, en reunión realizada entre instituciones públicas, entidades privadas y comunidad del barrio María Paz, tratando el tema del manejo de residuos sólidos, el operador encargado de la recolección y barrido de estos residuos en el sector, Ciudad Limpia, le explicaba a la comunidad mediante videos recogidos en un sitio de acumulación de basuras, que, dada la cantidad de residuos generados, no era posible mantener limpios ciertos lugares de los barrios, pues ni aumentando la frecuencia de recolección podrían atender el problema. Ante la sugerencia por parte de la comunidad de poner contenedores de

basura en estos lugares, el operador aclara que no hay contenedor que pueda manejar las proporciones de residuos generados. El consumo de sustancias psicoactivas en las calles que sirven de perímetro a la Central de Corabastos es habitual. Algunos de los trabajadores que hacen uso de estas calles son consumidores de estas sustancias. En los barrios colindantes como el Amparo, Llano grande y Maria Paz hay expendios de droga y alta presencia de habitantes de calle consumiendo. Según datos del Camad (Centro de Atención Médica a Drogadictos) que estuvo ubicado en barrio el Amparo y en el Cartuchito, entre la población atendida entre septiembre de 2012 y enero de 2013, el 88 % de los ususarios eran hombres y el 12% mujeres y la sustancia de mayor consumo era el bazuco, el 46 % de los hombres atendidos eran consumidores de bazuco, para el caso de las mujeres el porcentaje era 39 % (Hospital del sur 2013). Según el Censo de habitantes de calle (DANE, 2018) la localidad de Kennedy es el segundo sector de la ciudad con mayor número de habitantes de calle, después del centro de la ciudad, con el 7% de la población censada. Luego de pasar por la Central de Corabastos, por la 38, continúan a ambos lados de la vía, sobre los andenes, vendedores de corotos y tumultos de compradores y transeúntes, más allá hay establecimientos comerciales de venta de herramientas ya usadas o baratijas

importadas y un número significativo de casinos, bares, y prostíbulos. Este es el paisaje de cerca de tres cuadras antes de llegar a la esquina de la virgen, donde la 38 se encuentra con la Avenida Ciudad de Cali, una avenida que en este lugar tiene un alto tránsito de vehículos de carga, automóviles y buses articulados de Transmilenio y bicitaxis que han sido adaptados con motores

Residuos en Puerta 6 de Corabastos

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de combustión. Según el monitoreo de la Secretaría de medio ambiente (mapa de calidad del aire) del 3 de septiembre del 2018, se puede observar que la zona de mayor concentración de material particulado en el aire son la localidad de Kennedy y Bosa. A la contaminación ambiental generada en el sector de Corabastos por el tráfico de transporte pesado y pequeñas industrias, se suma la emisión de gases contaminantes provenientes de las zonas industriales de la autopista sur y el barrio Carvajal, también ubicadas dentro de la localidad.

Sobre la investigación. Este es el contexto en el cual miles de personas buscan el sustento diario para vivir en diversos oficios, son los trabajadores de sectores de la economía popular, espigadores (recolectores de comida), recicladores, coteros, vendedores ambulantes, bicitaxistas que en su mayoría usan la calle como medio de trabajo. Esta investigación pretende hacer una caracterización social y económica de los trabajadores de sectores de la economía popular en el lugar de mayor afluencia de los mismos en el sur de Bogotá; Corabastos, con el fin de evidenciar características de sus labores, su relación con el territorio y su interacción con otros sectores sociales y las políticas públicas que buscan la formalización de estos mercados. Cuando se habla de economía popular se habla desde la búsqueda de una categoría que logre definir las dinámicas económicas de sectores populares, que se desmarque de la dicotomía formal-informal, u otras dualidades que parten de excluir y marginar las prácticas económicas de las clases populares (Giraldo, 2017, p. 48) y que han marcado la agenda académica y política en nuestras sociedades. Estas lecturas dicotómicas surgen del paradigma desarrollista que establecía un mundo moderno y un mundo tradicional, relacionado con lo rural o la idea de atraso, que requería ser modernizado mediante la implantación de las instituciones correspondientes (Tassi, 201. p. 41). Con el proceso de urbanización y aglomeración de ese mundo subalterno y tradicional a las zonas periféricas de las ciudades, se tomó la marginalidad como la cualidad que definía a estas clases, denotando la existencia de un afuera en cuanto a su articulación con el sistema capitalista moderno. La informalidad se refiere a la negación de lo "formal" o dominante y no como afirmación de una economía distinta, por ello suele caracterizarse desde elementos que subrayan la centralidad de la economía formal o la exclusión de la misma, ilegalidad, tamaño de las unidades productivas, bajos ingresos, baja

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Mapa calidad del aire. concentración de material particulado. Secretaría Distrital de Ambiente 3 de Septiembre 2018

Taller de lectura de prensa con bicitaxistas. Julio 2018 productividad del trabajo (Coraggio 1993 p. 4). En tal sentido, la informalidad abarca un alto rango de empleos que no siempre están vinculados a los sectores populares, trascendiendo y obviando a la economía popular. Para el caso colombiano la informalidad corresponde a casi la mitad de las personas ocupadas en las ciudades con el 48 % (DANE, 2018) y al 85 % de campesinos ocupados (Quemba, 2018). A diferencia de estas lecturas duales, las cuales determinan una taxonomía desde arriba y desde afuera de los sectores

populares y sus dinámicas sociales, la caracterización de la economía popular, parte de la lectura de las mismas condiciones vivenciales de los sectores populares y de las condiciones laborales de los trabajadores pertenecientes a estos sectores. Como lo afirma Giraldo (2017, p. 9) “ La diferencia metodológica estriba en que tales enfoques hacen una definición de su objeto de estudio y luego pasan a visualizar esa definición en la realidad. Aquí se toma el camino inverso: se parte de la realidad de los sectores populares, y a partir de ello se construyen categorías que


permitan comprenderla”. Comprensión que debe vincular elementos relacionales, como lo advierte Tassi (2013, p. 49) “Estos estudios buscaban romper con la visión economicista de la informalidad que representaba a los actores de estas actividades como una masa homogénea. En este sentido, los trabajos sobre la economía popular reconocen las habilidades y capacidades de estos sujetos de negociar con las estructuras establecidas del capitalismo”. Aunque se pueden encontrar rasgos similares en los sectores de la economía popular, como el acceso restringido o nulo a sistemas de protección social, procedencia de barrios populares, ingresos bajos, bajo nivel educativo, jornadas largas de trabajo o caros sistemas informales de crédito, no es posible, dada su heterogeneidad , generalizar sobre caracteres definitorios de estas economías, de tal manera que es preciso partir de etnografías que favorezcan, por un lado, evadir parte de los estereotipos clasistas y sus correspondientes lecturas académicas, y por otro superar lecturas insulares que privilegian ciertos aspectos de estos sectores (políticos, económicos, sociológicos) y que fragmentan la realidad de estos grupos poblacionales. Mendieta (2012) recomienda que para estudiar los hechos económicos que se manifiestan en estos contextos populares es necesario observar la vida cotidiana de

los grupos humanos , por lo que establece como método apropiado el etnográfico dada la diversidad de los hechos económicos y las costumbres que los referencian. Para este autor dicha etnografía debe estar compuesta por una parte etnográfica y económica general, que describe las características generales de la población, antecedentes históricos y lugar de la población en el contexto social; y una parte etnográfica y económica concreta, investigación sobre individuos y familias enfocada a los hechos económicos.

el Estado y los diversos proyectos de ciudad que construyen los sujetos en el espacio público, es lo que lleva a un enfrentamiento y diferenciación extrema entre la ciudad formal que proyecta el Estado y la ciudad descodificada que se levanta al margen de los controles y regulaciones estatales”. Tal como lo refiere Giraldo (2017, p. 51) las políticas de restricción del espacio público, se fundan en las opiniones de comerciantes del sector formal y gremios de la construcción quienes argumentan que el uso del espacio

Las actividades económicas tomadas como referencia en la presente investigación tienen en común el uso del espacio público, en tal sentido es preciso hacer unas apreciaciones al respecto. Si bien el concepto de espacio público puede verse desde visiones amplias que abarcan las interrelaciones y procesos humanos que se dan en espacios de uso colectivo, en el contexto del diseño y ejecución de políticas públicas la idea del espacio público ha estado cruzada por la restricción de uso solo a actividades establecidas legalmente privilegiando la movilidad de habitantes urbanos (calles y andenes) o usos establecidos para actividades de recreación y ocio, negando el acceso del espacio para actividades como las realizadas por los trabajadores de la economía popular. Según Blandón (2017, p. 204) esta “relación excluyente que se establece entre

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público por vendedores genera deterioro estético, condiciones de inseguridad y un obstáculo para la circulación, por lo que estas políticas no tienen en cuenta lo que Roig (2017, p. 39) denomina el derecho a la valorización del trabajo, que se funda “sobre la deuda del desarraigo producido por una ausencia de distribución de la riqueza (por ejemplo una reforma agraria) o en el uso en la apropiación de tierras como en el caso de Colombia”. Dada esta carga restrictiva de la idea de espacio público, para hacer referencia a ese espacio en el que se dan y ordenan las relaciones sociales, las actividades humanas y las prácticas colectivas, se usará el termino calle, en concordancia con los discursos de las clases populares en el que la calle es lo que pasa más allá de la puerta. Para la presente investigación, a partir de diálogo con referentes académicos del grupo de Economía popular del Grupo de Socioeconomía, Instituciones y

Desarrollo de la Universidad Nacional de Colombia-UN y revisión bibliográfica se establecieron tres dimensiones a explorar. . Una dimensión histórica que diera cuenta de las formas de poblamiento del lugar tanto de los habitantes del territorio como de los trabajadores vinculados a la economía popular, la procedencia de dichos trabajadores y momentos significativos del pasado del territorio así como cambios dados en el territodio a partir del uso de la calle. Una dimensión socio económica para identificar características de los oficios y condiciones laborales de la población y de las condiciones materiales de sus unidades domésticas; por último una dimensión relacional, tendiente a analizar formas de organización sectoriales vinculadas a la actividad laboral, identificación de generación y resolución de conflictos sobre el uso de la calle, las relaciones establecidas con el Estado y la percepción de políticas

públicas que buscan, de manera directa o indirecta, la formalización de estas actividades económicas. Para ello, se establecieron tres fuentes de información, la primera, la memoria y sistematización de procesos sociales locales que han hecho un reconocimiento del territorio a partir investigación social y participativa sobre la historia del mismo y sus condiciones sociales, registrada por medios comunitarios locales y en diálogo con integrantes de procesos comunitarios del lugar. Revisión bibliográfica de documentos institucionales sobre planeación, políticas públicas y participación ciudadana relacionados con condiciones vivenciales de sectores de la economía popular y un trabajo de campo, que mediante métodos etnográficos, entrevistas, talleres de mapeo, acompañamiento a jornadas laborales y recorridos de reconocimiento, buscara establecer características específicas de los trabajadores de los sectores de la economía popular en las dimensiones establecidas, tomando como referencia y objeto tres sectores de la economía popular presentes en la zona, bicitaxistas, recicladores y vendedores ambulantes. En un primer aparte se hará un recuento del proceso histórico del poblamiento de la UPZ evidenciando los conflictos relacionales con referencia al uso de la calle en esta zona de la ciudad por parte de trabajadores de sectores de la economía popular, en un segundo aparte se observarán las características generales de la UPZ y algunos datos demográficos básicos. En un tercer orden se presentarán las principales características generales de los oficios, unidades domésticas y hechos económicos y como conclusión un análisis de las particularidades de los oficios en su relación con procesos de formalización y regulación diseñadas para cada gremio por parte del Estado.

Poblamiento y conflictos por el uso de la calle.

Chucua de la Vaca – Espejo norte

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Un certificado del corregidor de Sáchica, Juan Capadelargo, fechado el 2 de abril de 1607, ha dejado registro del despojo a los primeros habitantes de este territorio, “Los indios naturales de la población de Techo que mandaron reducir y poblar en el pueblo de Hontibón de la Real Corona, están ya reducidos y pasados a dicho pueblo de Hontibón a las tierras y lugar que se les señaló… y han dejado su población de Techo desocupada sin buhio ni otras cosas de su vivienda y las labranzas que tenían en él están todas quemadas y sin vigor ninguno” (Castellanos, 2014). Techo es una abreviación de Techotiva, resguardo o poblado que se


primeras etapas, sin embargo, fue rebasado por el crecimiento poblacional y la pérdida de presupuesto para el programa. Las familias que adquirieron vivienda, algunas de ellas por autoconstrucción, pronto modificaron la estructura de las mismas ampliando sus áreas construidas llegando a superar la decena de personas por casa. (Arevalo, 2012)

Familia en autoconstrucción de vivienda en Britalia Periódico La Barriada encontraba en lo que ahora es la localidad de Kennedy y parte de la localidad de Bosa en Bogotá, según linderos establecidos en enero de 1607 a partir de lo dicho por la población que allí habitaba (Castellanos, 2014). Este territorio se caracterizaba por ser zona de humedales en la ronda del río Bogotá. Allí se conformaron grandes haciendas en las que se cultivaba cereales y legumbres (Idpac, 2011) y que posteriormente fueron divididas y tuvieron cambios de dueño determinados por el contexto político hasta su proceso de urbanización en la segunda mitad del siglo XX. Un hito importante en esta urbanización es la puesta en funcionamiento del Aeropuerto de Techo, al final de la década del veinte; la construcción de la avenida de las Américas, veinte años después; así como el hipódromo de Techo construido en 1954 (Castellanos, 2013). La construcción de los primeros barrios, en el costado oriental de la localidad, se inició en la década del cincuenta cuando los trabajadores de la Cooperativa de trabajadores ferroviarios de Cundinamarca adquirieron terrenos e iniciaron la construcción del barrio Campiña, posterior a éste, aparecieron los barrios las Delicias, La Chucua y Carvajal. (Castellanos, 2013) En 1961, en el marco del programa de la Alianza para el Progreso, se inauguró el proyecto Ciudad de Techo, proyecto que se planteó como una solución masiva para el déficit de vivienda de la creciente clase trabajadora de la ciudad. El proyecto, liderado por el Instituto de Crédito Territorial (ICT), se mantuvo activo en sus

La Construcción y apertura de Corabastos en 1971, daría una nueva dinámica de urbanización a esta zona de la ciudad. El crecimiento de la Central de Abastos la convirtió en referente regional en el proceso de migración del campo a la ciudad, pues muchos de los nuevos habitantes llegaban a la ciudad siguiendo la ruta de los productos agropecuarios que allí se comercializaban y buscando trabajo en las actividades vinculadas a la plaza de mercado. Esta población migrante se sumaba a la población bogotana que llegaba de los barrios de las zonas central y oriental de la ciudad en busca de trabajo y de lotes a bajo costo para construir vivienda propia. Al tiempo de la entrada en operación de Corabastos se empezaron a lotear haciendas y a levantar viviendas mediante autoconstrucción en Patio Bonito y una década después, posterior a la gran inundación en Patio Bonito en 1979; en zonas aledañas a la Central de Abastos. Los actuales barrios de la UPZ Corabastos, se construyeron a inicios de los ochenta empezando con el barrio Villa de la Torre y Villa de la Loma, hasta mediados de los noventa con el barrio María Paz. Los

relatos sobre la construcción y desarrollo de los barrios es similar. Secado de parte del humedal de la Chucua de la Vaca, procesos de loteo organizados, en la mayoría de casos, por urbanizadores piratas, construcción de las viviendas, algunas con ejercicios de trabajo compartido de los primeros residentes, organización comunitaria y comunal para la legalización de los barrios y la obtención de los servicios públicos domiciliarios y servicios sociales básicos.(Idpac, 2011). La formación de las Juntas de Acción Comunal en el proceso de consolidación de los barrios ha sido un elemento significativo, tanto en los barrios de Corabastos como en el sector de Patio bonito y Britalia. Los barrios inicialmente no contaban con servicios públicos, el agua y la energía eran tomadas de manera ilegal por los urbanizadores y la población; la ausencia de un sistema de alcantarillado generaba empozamiento de agua e insalubridad ambiental, por ello la gestión de las JAC para el mejoramiento de la calidad de vida de los habitantes y del estado del escaso espacio público jugo un papel principal para la obtención de estos servicios. (Idpac, 2011). Esta gestión implicó la articulación de las JAC en comités y en ejercicios de protesta como el del Paro del 96, mediante el cual se buscaba enfrentar las amenazas de desalojo de los barrios por parte de la administración, la legalización de las viviendas y los barrios, así como la regulación de los servicios públicos (Cabrera, 2011). Otro ejercicio importante de articulación fue la solicitud de cabildo abierto, realizada ese mismo año

Operativo de desalojo Agosto 2017 - Foto Julio Cortez

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por el Comité sectorial de la Chucua de la Vaca, por la legalización de 14 barrios. (Castellanos, 2013). Las organizaciones sociales y comunitarias del sector han jugado un papel importante en el soporte del trabajo comunal y en la reivindicación de derechos humanos, derechos sociales, culturales y ambientales, muestra de ello es la recuperación y protección del espejo de agua de la parte norte del humedal Chucua de la Vaca, por parte de organizaciones comunitarias y la empresa de acueducto de la ciudad, los festivales y carnavales populares que se realizan en estos barrios, tal como el Carnaval por la vida, Festival de la Chucua de la Vaca, la Feria de las colonias y la Feria de las regiones, estas últimas evidenciando el proceso histórico de migración a la ciudad de comunidades campesinas del país y la región. En el barrio María Paz, barrio que se encuentra al costado norte de Corabastos y la calle 38, las ventas callejeras han crecido con el barrio, en un comienzo los vendedores se instalaron en las afueras de la plaza de las flores. Durante la década de los noventa se abrieron bodegas de reciclaje y los recicladores y vendedores de corotos empezaron a hacer uso de la calle. Ya para el año 2005 estaba consolidado todo el mercado callejero que bordea a Corabastos, así como la venta de corotos en la calle del Cartuchito, nombrada así, en referencia a la zona del Cartucho, lugar del centro de la ciudad, que desde mediados del siglo veinte se conformó como centro de actividades vinculadas al reciclaje y que posteriormente se constituyó como un centro de mercados ilegales y fue desalojado y destruido en su estructura física a finales de la década de los noventa.

La ausencia de espacio público generó una disputa permanente por el uso de dicho espacio en el barrio María Paz, disputa que ha llevado a las partes a buscar mecanismos para dar garantía a su derecho del uso de la calle. En el año 2011 el juzgado 13 administrativo del circuito de Bogotá falló a favor de la JAC del barrio la Acción popular interpuesta para que se protegieran los derechos e intereses colectivos de los habitantes mediante la recuperación del espacio público. “Mediante fallo de acción de tutela instaurada contra la Alcaldía Local de Kennedy, el día 22 de marzo de 2011, el juzgado cuarenta y uno penal municipal, resuelve tutelar los derechos fundamentales al trabajo en conexidad con el debido proceso, a la igualdad y al mínimo vital y móvil de los vendedores de la av. 38. En los fundamentos del fallo se prueba que la Alcaldía no ha brindado alternativas económicas viables a estas 1000 familias” (Calderón, 2011). El tratamiento dado por las autoridades locales y distritales a este conflicto por el uso del espacio, ha sido la generación de mesas de concertación entre habitantes y trabajadores, que según los participantes no han generado resultados, e intervenciones policiales de desalojo a vendedores ambulantes y recicladores, intervenciones que no han traido cambios a mediano y largo plazo en el uso de la calle. Acatando el fallo de la Acción Popular, en el año 2011, se da una intervención policial para desalojar a los vendedores del Cartuchito y parte de la Avenida de los Muiscas, el resultado obtenido fue contrario al objetivo, tal como lo cuenta un reportaje posterior

al operativo. “En el año 2012, a un año de una de las intervenciones policiales, al pasar por la calle en pleno día se puede observar que esta ocupada por habitantes de la calle y es un lugar para el consumo de sustancias psicoactivas. “La “recuperación” del cartuchito solo segregó y dispersó más el problema, pues hoy en día los vendedores que se ubicaban en esta calle están situados en varias de las calles del barrio María Paz” (Calderón, 2012) En agosto del año 2017, posterior a la intervención del Bronx en el centro de la ciudad, se realiza una intervención de desalojo con un alto números de unidades de policía y alto cubrimiento mediático en la avenida de los Muiscas. “Eso fue como echar la mierda dentro de una media”, dice un reciclador al referirse a la efectividad del operativo que realizó la administración. “ La recuperaron para nadie”, dice una recicladora que vende corotos en una esquina del Cartuchito, señalando la basura y el deterioro de la misma. El operativo también dejó un cerco de vallas, que fue levantado en el mes de enero de 2018, que se usó para restringir el paso vehicular y tener control en la entrada al barrio María Paz. Las autoridades dijeron que en el operativo censaron a mil personas que estaban o trabajaban en el sector, El periódico El Tiempo (2017) informó que “Personal de la Secretaría de Seguridad, la Alcaldía, Idiprón, Ipes y Uaesp censaron a los recicladores que se encontraban en la zona, los marcaron con pulseras amarillas y los hicieron desalojar el lugar”. Un lider comunal, propietario no residente del barrio y protagonista en la interposición de la Acción popular para la recuperación del espacio público en María Paz, coincide en que los resultados no eran los esperados, al evidenciar una mayor presencia de vendedores y recicladores, así como de actividades ilícitas al interior del barrio.

La UPZ Corabastos Aunque hacia el costado sur de la UPZ, al interior de los barrios, aún se mantienen viviendas de dos plantas. Gran parte de las edificaciones, sobre todo en barrios cercanos a las actividades comerciales de Corabastos, las viviendas, algunas de uso mixto, dado que en la primera planta tienen funciones de bodegaje, comercio y servicios, son de tres y hasta cinco pisos. En el comercio formal cercano a Corabastos, prima la venta de alimentos procesados, insumos para la producción agropecuaria, restaurantes, productos para el empaque y embalaje propios del comercio de la Central, como canastillas, cajas, costales o cuerdas. Feria de las regiones 2014 - Foto Andrés Hernández

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Los barrios de la upz Corabastos no han sido barrios de propietarios sino de inquilinos. La mayoría de trabajadores que hacen uso de la calle como coroteros, vendedores y bicitaxistas, entrevistados para la presente investigación, viven como inquilinos, ya sea en la misma UPZ Corabastos, en Patio Bonito o en el sector occidental de la localidad de Bosa, en barrios con características sociodemográficas similares. Estos oficios, debido a la amplitud de la jornada y a los horarios de trabajo, que están vinculados a la dinámica de la Central de Abastos y que inician a horas de la madrugada, implican que estos trabajadores prefieran una mayor cercanía de sus viviendas con el lugar de trabajo. Según la Encuesta multiproposito (DANE, 2018) en la UPZ corabastos viven 78.438 personas que conforman 23.686 hogares y ocupan 23.573 viviendas, para un promedio de 3,3 personas por hogar, los hogares que están conformados por 4 o más personas equivalen al 42 % del total de los hogares de la UPZ, el mismo porcentaje para la localidad es de 36 %. La UPZ cuenta con una cobertura total en servicios públicos como agua, energía eléctrica y gas natural. Los hogares que cuentan con servicio teléfónico fijo son el 33 % del total de hogares y los

que tienen conexión a internet en el hogar son el 41,6% , siendo estos dos porcentajes los más bajos si se comparan con los de las demás UPZ de la localidad y la ciudad. De los hogares que habitan la UPZ, apenas el 28,2 % vive en vivienda propia, el 3,7 % en vivenda propia que están pagando y el 63, 9 % vive en arriendo o subarriendo, siendo esta la UPZ en Bogotá con el más alto porcentaje de hogares que viven en arriendo. Como referencia podemos observar que para la localidad de Kennedy los hogares con vivienda propia son el 39 %, propia que la están pagando, el 8,8 %, y la proporción de hogares que paga arriendo es de 48,2 %.

Según la EM el promedio de grado de escolaridad es de 9 años de formación, uno de los más bajos de la ciudad. Los trabajadores entrevistados, que hacen uso de la calle, no terminaron la primaria. En consonancia la caracterización del Hospital del sur (2013), la distribución según tipos de empleo de la población que habita en Corabastos, hasta el año 2012, fue: un 50 % de la población eran trabajadores no calificados, un 22% eran amas de casa y 26% no tenían ningún empleo.

La densidad poblacional, habitantes por hectárea en la UPZ Corabastos, es de las más altas de la ciudad y la localidad, según el Hospital del Sur, a partir de proyecciones del Censo de 2005, para el 2012, la densidad poblacional de la UPZ era de 404 habitantes por hectárea, siendo la segunda más densamente poblada de la localidad y de la ciudad, después de la UPZ Patio Bonito (Hospital del sur 2012). Actualmente, según datos de la EM la densidad poblacional para el 2017 estaría en 425,1 habitantes por hectárea. La mayoría de viviendas de la UPZ Corabastos están clasificadas en el estrato 2.

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"En Corabastos el que rebusca encuentra" Tanto pobladores como trabajadores de los barrios aledaños a Corabastos refieren que en Corabastos siempre hay algún trabajo para quien llega a rebuscarse, de ahí que sea un lugar llamativo para trabajadores sin formación, personas desplazadas del campo a la ciudad a causa del conflicto social y armado o por razones económicas, personas que no encuentran empleo por falta de experiencia, por haber estado en la cárcel, por padecer enfermedades laborales o por su edad temprana o avanzada. Los trabajadores que llevan más tiempo de presencia en la zona vienen en su mayoría de la región central del país, de municipios cercanos a Bogotá y de la zona oriental de la misma ciudad; los de llegada más reciente, últimos 15 años o menos, provienen de diversas regiones del país, algunos de ellos refieren ser desplazados por la violencia política de sus respectivas regiones. Las labores realizadas por estos trabajadores antes de llegar a la zona son de diversa índole, generalmente son labores que no requieren o no requerían de trabajo calificado, obreros de construcción, vigilantes, agricultores, servicios domésticos y hogar. Hay trabajadores que se rebuscaban en sectores de la economía popular en otras ciudades y regiones y llegaron a Corabastos para mejorar su ingreso. La población migrante de Venezuela es población que proviene de sectores populares, en su mayoría trabajadores jóvenes no calificados que se suman a la demanda laboral local. Población con SISBEN 1 a 3 vs. estrato socio-económico Atlas de salud pública de la localidad de Kennedy (2015) Los procesos de participación ciudadana, cómités de usuarios, mesas de concertación, procesos de planeación participativa han contado con la participación activa de comunidades y habitantes de los barrios, de ahí que han dejado registro de las demandas sociales y de la percepción de los habitantes sobre las condiciones y problemáticas de los barrios y alternativas de solución a concertar con las autoridades locales y distritales. En los Encuentros ciudadanos que se realizaron en el 2016 para la construcción participativa del plan de desarrollo local, separados en mesas de trabajo por temáticas, realizados con participación ciudadana y en los territorios específicos, encontramos que para la UPZ Corabastos, se presentaron, según las comunidades asistentes, las siguientes problemáticas. Casas y negocios de

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comercio destinados a la venta de sustancias psicoactivas, consumo de la misma por parte de las familias incluyendo menores de edad; alta corrupción de la policía y permisividad de las autoridades de actividades ilegales; se reitera la escasez de espacio publico, el deterioro del Espacio público existente y la falta de actividades alternas (uso del tiempo libre) para los diferentes grupos etáreos. En cuanto a aspectos ambientales se presenta la contaminación del aire, botadero de escombros y basuras en los barrios y en el espejo sur del humedal la Chucua de la Vaca, quema de basuras en vía pública y falta de arborización. Otra problemática notoria entre los participantes en los Encuentros ciudadanos es el alto nivel de desempleo en habitantes de la zona, pero particularmente entre jóvenes, mujeres y personas mayores. (CPLK, 2016)

Los relatos de los trabajadores refieren que llegaron a trabajar primero dentro de Corabastos, como coteros (cargadores) zorreros (transportadores), espigadores (recolectores de mercados y comida) o como empleados de comerciantes y bodegueros, y posteriormente fueron especializándose en

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sus labores actuales, lo que no quiere decir que haya exclusividad en la realización de algún oficio, incluso sus labores diarias están cruzadas por varios oficios, un vendedor de corotos es a su vez reciclador, un vendedor de líchigo hace labores de acarreo en la plaza, un bicitaxista puede oficiar de vendedor en parte de la jornada laboral o hacer acarreos. Los trabajadores de la economía popular encuentran los medios y herramientas para su trabajo, zorros, bicitaxis, mercancía para vender, bodegas de compra de reciclaje o para guardar mercancía, productos alimenticios, en el misma zona de trabajo, indicador del arraigo de dichas actividades en el territorio. Un ejemplo de ello es la fabricación de zorros o carretas en una de las vías colindantes con la calle 38. El zorro es un herramienta fundamental en la labor de los recicladores es su medio de transporte de carga. En esta calle un reciclador que también tiene una pequeña bodega donde beneficia el material que recoge o compra, arma, junto a trabajadores y trabajadoras contratados al día, los zorros, muchos de ellos solicitados por encargo. Para ello compra la madera en bodegas de la zona. Los herrajes, piezas de hierro que lleva el zorro, los moldea y ajusta, el vecino del reciclador, que a su vez, tiene en su negocio una máquina lavadora de papas fabricada con material reciclado. Este hombre obtiene estos herrajes de la chatarrería vecina, que queda en la misma calle. El reciclador brinda el servicio de parqueo y alquiler de zorros a recicladores

de la zona. Los trabajadores entrevistados viven en arriendo, pagando de alquiler entre $350.000 y $550.000 por vivienda ó $150.000 a $200.000 por habitación en apartamentos compartidos, gran parte de estos arrendamientos se establecen mediante contratos informales, que tal como lo describe Saenz (2018) en su investigación sobre el arrendamiento en barrios populares, están precedidos por vinculos de parentezco y vecindad y se mantienen a partir de las relaciones sociales y compromisos fortalecidos en la confianza. Aunque hay hogares unipersonales o de parejas sin hijos, los hogares de los trabajadores se caracterizan por tener familias numerosas y con más de cuatro hijos, en las cuales por lo menos dos personas trabajan para mantener el hogar. Aunque gran parte del trabajo doméstico

recae en la mujer, no hay dedicación exclusiva a éste. En las familias heteroparentales, los padres se complementan en las actividades laborales ya sea en un mismo oficio o en oficios distintos de la economía popular, los hijos también suelen participar parcialmente en estas actividades, Las familias numerosas suelen cocinar sus alimentos en casa aunque también hacen uso de restaurantes locales, las familias más pequeñas suelen comprar alimentos preparados en restaurantes de la misma zona o a vendedores ambulantes de comida caliente. El “diario”, que se refiere a gastos de vivienda y alimentación por día, es de $15.000 a $40.000 por persona el cual es cubierto en su mayoría por ingresos provenientes del trabajo. Para los tres oficios, bicitaxistas, vendedores ambulantes y recicladores, según los testimonios, el ingreso diario neto, o libre, puede llegar a ser de $25.000 a $50.000 obtenidos en jornadas laborales que superan

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las 8 horas y pueden llegar a 16 horas de trabajo. Vivir al diario, sin requerir crédito, implica, en algunos casos, ahorrar el dinero necesario para asegurar el gasto del diario de la semana, el pago de servicios públicos y alquiler de vivienda. Al no tener acceso al crédito bancario, los trabajadores acceden a crédito con prestamistas del gota a gota (pago diario), llegando a pagar una tasa de interés mensual de 20 %. El tiempo del crédito, así como la cuota diaria para pago de la deuda se acuerdan en el momento de la negociación. Los trabajadores perciben este servicio de crédito, como una ayuda necesaria que permite obtener el dinero de manera instantánea para pagar obligaciones del hogar o relacionadas con su actividad laboral, compra de mercancía, servicio de bodegaje, mantenimiento de vehículos destinados al transporte y al acarreo, etc. Al igual que con

el sistema de arrendamiento, el acceso al gota a gota se adquiere por conocidos o referidos que ya han usado este tipo de crédito. La mayoría de trabajadores entrevistados reconocen e identifican la presencia de actividades ilegales y pueden establecer los lugares de mayor incidencia de crímenes en la zona, para ellos la frontera que define lo ilegal y legal en sus labores diarias es difusa, algunos alternan o han alternado sus oficios con actividades al margen de la ley. En este sector de la ciudad, dada la centralidad de corabastos, tal como lo evidencian los indicadores de seguridad del Distrito y estudios como el realizado hace algunos años por Ávila y Pérez (2011), funciona un centro nacional de recepción y distribución de mercados ilícitos y actividades criminales e informales conexas entre lo que se cuenta la comercialización de sustancias psicoactivas y el tráfico de armas, este contexto hace que

el delito y la delincuencia sean parte de la historia y el paisaje del territorio o como dice un trabajador de la zona, “En Corabastos no es que haya delincuencia, aquí la delincuencia se forma”. Según los testimonios, la masiva llegada de inmigrantes venezolanos a la zona ha reducido el pago por el día de trabajo en las distintas actividades laborales presentes, tanto al interior de la Central como afuera de ésta, en los locales industriales, comerciales, de servicios personales y en la misma calle. Según testimonios de trabajadores venezolanos y colombianos, los venezolanos trabajar por un 30% menos de pago que la población colombiana, por lo que son contratados, incluso, por los mismos trabajadores de sectores de la economía popular y sus organizaciones. “Tenemos que aprovechar el cuarto de hora” dice un reciclador y bodeguero del lugar que emplea inmigrantes venezolanos. Este artículo se publica en este medio como un ejercicio de difusión en poblaciones, comunidades y organizaciones de este territorio y hace parte de la investigación realizada por El Grupo de Socioeconomía, Instituciones y Desarrollo (GSEID) de la Facultad de Ciencias Económicas (FCE) de la Universidad Nacional de Colombia, bajo la dirección del profesor Stanley Malinowitz, y con la participación y colaboración de Yenny Ramírez, Luisa Fernanda Tovar, Víctor Uribe, Jorge Reina y Andrés Hernandez. Para ver el artículo completo junto a las referencias bibliográficas ir al blog de A media cuadra https://amediacuadra8.blogspot.com/2018/11/ caracterizacion-de-trabajadores-de-la.html

Grupo de Socioeconomía, Instituciones y Desarrollo (GSEID)

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Desmemoria

Por Anapoti.- A media cuadra

A la edad de 9 años, Henry Molaison se golpeó la cabeza en un accidente, lo que le generó la aparición de fuertes convulsiones. Después de dieciocho años, fue sometido a una operación de tipo experimental en la que le quitaron el hipotálamo para corregir su trastorno. Posterior a la intervención, aunque mejoró su problema de convulsiones, Molaison perdió la memoria y la capacidad para formar nuevos recuerdos. Durante los restantes años de su vida, cada vez que comía, cada vez que salía, cada vez que se reunía con un amigo, era como si fuera por primera vez. (1) Al no tener memoria, Henry Molaison repetía sus eventos cotidianos sin los recuerdos y la reflexión de sus acciones. En este país de frágil de memoria y complejos acontecimientos, eliminar la memoria histórica sería sin duda un paso más a la perpetuación del conflicto armado interno en Colombia. Conflicto en el que, como en muchos casos, ha llevado la carga la población más vulnerable de este país. Cuando Colombia empezaba a erigir un proceso colectivo de reconstrucción de sus acontecimientos, después de muchos años de indiferencia y dificultades, el esclarecimiento de la verdad sobre situaciones como desplazamientos, secuestros, asesinatos, masacres y delitos de lesa humanidad,

entre otros, se convertía en una acción fundamental para abrir el camino a la paz y la reconciliación. El que las víctimas, sin importar su edad, género, edad, etnia o cultura empezaran a ser protagonistas, a contar sus vivencias, se convertían en un paso fundamental para tener consciencia de lo que han implicado todos estos años de disputas internas. Según el Observatorio de memoria y conflicto(2) , cerca de 262.000 muertos colombianos dejó el enfrentamiento armado en Colombia entre 1958 y julio de 2018, de los cuales se estima que el 82% eran civiles y el 18% combatientes. El Informe general del Grupo de Memoria Histórica(3) señala entre los principales factores se encuentran: “la persistencia del problema agrario, y la propagación del narcotráfico; las influencias y presiones del contexto internacional; la fragmentación institucional y territorial del Estado” . Por eso, para la conservación de la memoria histórica del país, preocupa la designación de Rubén Darío Acevedo como nuevo director del Centro Nacional de Memoria Histórica, quien entre sus acciones ha manifestado que en Colombia no ha habido conflicto armado. Sin memoria, el gobierno de turno podrá

negar lo que ha acontecido e hilar una nueva perspectiva de los acontecimientos. Sin memoria, distorsionarán la historia de quiénes fueron víctimas y quiénes victimarios. Sin memoria, seremos indiferentes frente a la inequidad que existe en la sociedad. Sin memoria, se olvidará la manera cómo los dineros mal habidos han permeado diferentes esferas de la vida cotidiana. Sin memoria, seremos presas fáciles para alimentar prejuicios. Sin memoria, será más cómodo el adoctrinamiento por parte de políticos y de líderes mesiánicos. Sin memoria, estigmatizarán cada vez más a quienes piensen diferente. Sin memoria, los medios de comunicación nos llenarán de información superflua para desviarnos de los problemas estructurales del país. Sin memoria, seremos impasibles frente al desastre ambiental que se deriva de la debilidad del estado y su territorio. Sin memoria, justificaremos un nuevo rearme de la “gente de bien”. Sin memoria, a nuestra sociedad le pasará lo que le pasó a Henry Molaison. Sin memoria, será fácil manipularnos, perderemos la identidad, seremos seres menos autónomos. Sin memoria, perderemos la oportunidad de reflexionar sobre nuestra historia y seguiremos siendo un país que repite sus tragedias como si todo pasara por primera vez. 1. DÁVILA, José. El caso de H.M. Una vida sin recuerdos. http://www.encuentros.uma.es 2. Centro de Memoria Histórica. http://www. centrodememoriahistorica.gov.co 3. FAJARDO, Darío. Estudio sobre los orígenes del conflicto social armado, razones de su persistencia y sus efectos más profundos en la sociedad colombiana. 2015.

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Historia política del pueblo Nasa

Por Victor Daniel Bonilla

Todos en minga a leer este libro.

https://liberaciondelamadretierra.org/ wp-content/uploads/2017/03/HistoriaPolitica.pdf PRÓLOGO A LA 1ª EDICIÓN Septiembre 1977 “En la historia se nos ha tratado como antropófagos que no nos dejábamos dominar. Pero no dicen por qué no nos dejábamos dominar; por qué era que no queríamos entrar en la civilización…” Compañeros, con estas palabras, uno de ustedes inició su intervención ante los obreros de Medellín en octubre de 1973, para explicar el trabajo del CRIC. Y en la semana de la solidaridad otro compañero decía: “Cuando los indígenas nos organizamos por nuestra propia cuenta, según nuestras tradiciones, entonces dicen que vamos hacia atrás; que queremos volver al tiempo de nuestros anteriores que dizque eran antropófagos. Pero esa no es la razón: nos organizamos según nuestra costumbre porque así nos conviene más… Y como hay muchos que buscan ayudarnos, que buscan “recuperarnos”, nosotros les decimos: esta tradición sirve y nosotros no creemos que sea un mal para nosotros…” Conservamos estas palabras en la cartilla “La posición política del indígena: nuestra lucha es tu lucha”. Desde entonces, cuatro años han pasado. La organización indígena del Cauca se ha agrandado y afirmado. Las luchas se han extendido y se han alcanzado algunos triunfos. Pero en el CRIC siguen las preguntas: ¿Por qué nos dejábamos dominar? ¿Cómo no dejarnos dominar? En esto radica el interés de muchos compañeros: en que aclaremos estos puntos; o dicho en otras palabras: cómo educar políticamente a las comunidades. Pero hay una gran dificultad en el camino de esta educación. Y es que las escuelas, la

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radio, las religiones, los periódicos y demás les meten en la cabeza ideas que son falsas. Enseñan que el indio es cosa del pasado, que el indio es algo acabado o que pronto se acabará, que el indio no es algo vivo, algo de hoy. Por eso tanto compañero piensa que el indio es como un pájaro: que pasó por el aire sin dejar rastro, sin acumular experiencia, sin hacer historia. Eso lo vemos claro cuando miramos qué nos enseñan en la mayoría de los libros. Allí las luchas de los indígenas americanos son presentadas como una oposición “ciega” al invasor español. O como demostración de venganza y odio contra “los blancos”. Y, en el mejor de los casos, como una resistencia al despojo y opresión económicos. Pero siempre aparecen esas luchas como producto de un “instinto irracional” por sobrevivir, y no como han sido y siguen siendo en verdad: como una actitud política, colectiva y consiente de las comunidades y pueblos indígenas en busca de su liberación. Este punto es muy importante, porque todos los hombres desde que viven en sociedad, actúan de acuerdo a intereses comunes. Y esos intereses no son solamente del momento, sino que nacen y se forman a través de toda una serie de experiencias que se van acumulando día tras día, años, tras años y se van transmitiendo de generación en generación a través de los siglos. Y esta forma de actuar que tienen los pueblos de acuerdo a sus intereses es la política. Por eso cuando en la asamblea del 05 septiembre de la Susana en Tacueyó (1971) se incluyó “Recuperar nuestra Historia” como punto del programa, no solo se recogía el sentir de las comunidades y el respeto a los mayores, sino que afirmaba un punto fundamental para desarrollar la formación política de las comunidades indígenas del Cauca. Porque es cierto que los compañeros indígenas sienten mucha emoción y mucho apego a sus raíces; pero también es cierto que la historia de los antepasados sigue viva en el corazón de las comunidades.

Por eso conocer esas raíces, analizarlas, más allá del sentimiento, es tarea fundamental de los dirigentes para que lleguen a dirigir las comunidades de acuerdo a sus verdaderos intereses, única manera de que la organización avance, se consolide y triunfe. Muchos de ustedes son conscientes de este problema, y por eso me han solicitado colaboración para la reconstrucción de la historia indígena del Cauca: labor en la que he intervenido directamente. Este es el sentido de esta cartilla. Aquí les presento los meros resultados de este trabajo, en forma de borrador, para que ustedes lo estudien, lo corrijan y amplíen de acuerdo a sus conocimientos y necesidades. Yo, por mi parte, continuaré investigando y tratando de impulsar esta tarea que es de importancia vital para el desarrollo del Movimiento indígena en general

Imágenes Cric


La doble espiral, una novela de Pacho Restrepo Por Edgar Suárez Forero

instituciones colombianas. En ese camino, por tanto, se despliega el legado de injusticia y traición sobre los pueblos originarios, la guerra de una independencia que quedó en vilo o la lucha dada en las altas esferas del poder por manipular los símbolos y el fervor de las mayorías. Algo que hoy vemos a diario entre el ruido de noticieros y notas de prensa y que determina que nos mantengamos en el filo de la guerra. El escenario en el que se cuenta el cuento es la cartografía que se construye paso a paso entre las calles de la ciudad y los caminos del campo así como entre las transformaciones físicas y culturales que allí se incuban o se pretenden incubar en el marco de una modernidad fallida, en tal sentido es una novela con un mapa para buscar un tesoro en las imágenes cotidianas de estas montañas que, empedradas o no, siguen guardando las señales del pasado y el futuro. Los buenos misterios no se pueden descifrar, se mantienen en la búsqueda incesante de los eslabones de esta realidad que nos conforma y de la que inevitablemente hacemos parte. En La doble espiral, novela de Pacho Restrepo, se abren las puertas de los enigmas que nos confrontan con el alma colectiva en la búsqueda de esa identidad quebrantada y dinámica que salta entre los mitos oficiales y no oficiales de nuestra historia. Para ello hay que caminar de la mano de un periodista que, en medio de las turbulencias políticas bipartidistas de mediados del siglo XX, se ve envuelto en una intriga que lo lleva al subsuelo de los tiempos y de su propia vida, y cuyo laberinto está determinado por el hilo corrupto y segregador de las

El despojo y la violencia en la que se ha inscrito el destino del país, así como su transfondo de deterioro moral,contexto en el que transcurre este relato, no se establece de manera determinista en la novela, ni da una lectura oxidada y desalentadora de la historia. En el camino para encontrar un tesoro, aparecen los destellos de otro camino que, como dentro de una doble espiral, esbozan la dignidad que surge de mantener viva y activa la memoria y en la que tal vez se pueda hallar una llave o una palabra que den vuelta a la fortuna de nuestro presente. Chiguaichia 2018 Muy invitados a leerla. Informes: dexpacho.pacho@gmail.com

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Campaña Social 17


La mujer del animal y la oración del Siddur

Por Victor Daniel Bonilla

no debería suponerse un «nosotros» cuando el tema es la mirada al dolor de los demás Susan Sontag ¿Qué esperar de la representación fotográfica, sobre los muros de las galerías, de las víctimas de tal o cual empresa de liquidación étnica: la revuelta contra sus verdugos? ¿La simpatía sin consecuencias por aquellos que sufren? ¿La rabia contra los fotógrafos que hacen de la desgracia de las poblaciones la ocasión de una manifestación estética? ¿O bien la indignación contra su mirada cómplice que sólo ve en esas poblaciones su estatuto degradante de víctimas? Jaques Ranciere Victor Gaviria es probablemente uno de los directores colombianos más conocidos en el exterior, su ópera prima Rodrigo D. No futuro y su segundo largometraje, La Vendedora de Rosas, lo posicionaron como referente del cine colombiano tanto a nivel nacional como internacional, sobre todo porque ambas producciones compitieron por la palma de oro del festival de Cannes. De manera generalizada la crítica ha adscrito el cine de Gaviria al neorrealismo italiano por el uso de actores naturales y escenografías “reales”, sin embargo, como ha anotado Jorge Ruffinelli la estructura narrativa y estética de su cine alejados están del Ladri di biciclette o Umberto D. Dado que sus películas retratan “la realidad” de mundos marginales con las personas y espacios que habitan dichos mundos también se ha llamado a su cine ficción documental que, dependiendo el punto de vista, puede ser o bien un oxímoron o bien una redundancia. El último largometraje de Victor Gaviria, La Mujer del Animal, se desarrolla en una comuna de Medellín, de casas de lata, calles sin asfaltar, una zona liminal entre la ciudad y el campo. Se cuenta la historia de Amparo Gómez, una adolescente secuestrada por un bandido del barrio al que por su ostentosa bestialidad le apodan El Animal, éste la convierte en su esclava sexual: la viola, la embaraza y la golpea, la violencia es pues

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brutal, cotidiana y repetitiva. Las identidades de los personajes son claras, un victimario y una víctima, uno y otra sin remedio: Amparo es, ciertamente, la mujer del animal. Se cuenta entonces la historia del animal. La nueva película de Víctor Gaviria se nos presenta pues, sin sorpresa alguna, como un retrato real, ¡real!, de la violencia de género, su mayor atributo pretende ser, como en

toda su obra, la de reconstruir, de manera fidedigna, realidades convulsivas. Detrás del pretendido realismo existen dos supuestos: por una parte, un supuesto de transparencia según el cual no hay mediación entre el retrato y la realidad: verdad vomitada, verdad verdadera, pero la mirada ¡y más en el cine! es siempre una composición, una ficción, o mejor una posición, un lugar desde


donde mirar. Por otra parte, un supuesto de univocidad entre la representación y su efecto, la producción visual y la recepción. así, la brutalidad significada en la película generaría sentimientos y acciones en el espectador calculados por el director, es lo que Rancière llama modelo pedagógico de la eficacia del arte. El problema de Gaviria no es que su cine no hable efectivamente de “hechos reales”, el problema es que su mirada es unidimensional y extraña. Unidimensional porque Gaviria nos cuenta una historia única de lo que podríamos llamar la cultura popular. La escritora nigeriana Chimamanda Adichie cuenta que durante su infancia todo lo que su madre le había contado sobre su empleada de servicio y su familia es que eran muy pobres, alguna vez cuando estuvieron de visita en la casa de la empleada Chimamanda quedó sorprendida al ver que uno de sus hijos había fabricado (increíblemente) una hermosa canasta, pues como todo lo que sabía de ellos es que eran pobres no podía contemplar la idea que ellos, pobres es tan pobres, miserables tan miserables, pudieran hacer siquiera algo además de soportar el hambre. Gaviria es como la madre de la escritora, en su universo cinematográfico la cultura popular es pura negatividad, el sujeto-pobre es un mero sujeto de carencias. La mirada es extraña porque la cultura popular en Gaviria se reduce a la visión que se puede tener desde la alta cultura en donde la primera sólo puede ser una ausencia de lo que existe en la segunda y es que en la mujer del animal no escuchamos a Amparo, su protagonista, sino a Gaviria hablando de Amparo. Según el director su objetivo es mostrar cómo la desigualdad social crea violencias (porque, por lo demás, ¿qué es la cultura popular sino

violencia?). No obstante, como dice Jaques Ranciere en su ensayo Las paradojas del arte político, "para los dominados la cuestión no ha sido nunca tomar conciencia de los mecanismos de dominación, sino hacerse un cuerpo consagrado para otra cosa que no sea la dominación”, en ese sentido, la política de la estética no consiste tanto en mostrar la configuración “realmente existente” de los cuerpos, sino en la creación insólita de nuevas corporalidades que ponga en tensión una distribución específica de cuerpossujetos. No hay pues en La mujer del animal una política de la estética sino una estética de la política, en la medida en que no crea una disposición-otra del cuerpo dominado, sino que, inconscientemente, la reproduce. A Gaviria no lo miran sus protagonistas y eso dice todo de su cine, en Bogotá si bien estuvo en varias salas de la ciudad en su estreno, al poco tiempo sólo se encontraba en las pequeñas salas de cine independiente de la ciudad (espacios precisamente vedados para personas de sectores populares). La escritora Piedad Bonnett, por ejemplo, afirmó que la película “nos permite reflexionar como sociedad sobre lo que hemos hecho” y Carolina Sanín, también escritora, dice que la película habla “sobre quiénes somos” pues por una insólita transferencia simbólica, se sienten supuestamente identificadas, reconocidas en una realidad que, por supuesto, desconocen ¿Por qué la crítica se apresura a reconocerse en una realidad que por definición se encuentra excluida de la suya? Sorprende que la intelligentsia cinematográfica Colombiana que, en defensa de “lo popular”, se despacha en críticas ante las comedias comerciales (ampliamente vistas, aceptadas, disfrutadas y apropiadas por los sectores populares, como

lo demuestra la taquilla) consideren que la unidimensionalidad gaviriana sea un retrato “necesario” de lo popular ¿Por qué cuando lo popular se nos presenta como mundo de carencias a los espectadores de clases medias y altas les parece que se le está haciendo justicia? ¿Será porque el cine de Gaviria mira con sus mismos ojos? La mujer del animal escandaliza, pero no interpela, se equivoca Gaviria cuando afirma que su cine incomoda. En realidad, su película hace lo mismo que hacen los noticieros: externalizar la violencia de género, crear un otro. El animal no representa la figura genérica de un hombre, cualquier hombre, potencialmente maltratador, sino que refuerza una idea doble: por un lado, la del psicópata, “el loco” que viola, y por otro, la del pobre que maltrata. Así, el espectador puede llorar, indignarse, escandalizarse durante la película, como confesión momentánea, bálsamo psicológico, para que al final pueda volver tranquilo a casa, como el hombre judío que reza la oración del Siddur: “Gracias, Señor, porque no me hiciste esclavo, porque no me hiciste mujer…” porque no me hiciste pobre, complementa el espectador de la película. Para los espectadores de Gaviria, gentes de clases medias y altas, la vida de la loma, y las relaciones de género que allí se tejen, resultan extrañas, y en ese sentido los hace sentir cómodos. La mujer del animal no es un espejo, como se ha dicho, es una ventana de un apartamento lujoso, un lugar seguro desde el cual mirar, en la comodidad las alturas, a esos otros ¡hay que ver la insolencia de una mirada-posición desde la cual los mundos marginales se agotan en putas, drogas y delincuencia!

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Poemas desde el hospital

I Solo hay dos prendas que se abotonan por detrás: los vestidos de novia y las batas de hospital II En el hospital hay pocos hombres cuidando. Alcanzo a ver a uno por la rendija le seca el cabello a su mujer, la anima a caminar, le acerca el agua. Es como una madre o una amiga buena con bigotes.

III Aquí hay sólo tres cosas que puedo hacer: toser esperar escribir poesía IV Si el infierno tiene comida, debe ser igual a la comida del hospital. Pero ayer me dieron jugo y hoy una gelatina amarilla como las de mi infancia. No cabe duda, cada infierno tiene su trozo de paraíso.

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V Para bien o para mal las gotas caen lentas, precisas, menudas. Me comparto con ellas sin querer o no queriendo. No se baña ni se bautiza a un bebé con ellas, ni es agua de rosas, no tiene peces. No son olas, ni gárgaras ni sorbos. Son solo gotas. Pero no gotas de lluvia, ni lágrimas, no, son gotas cargadas de ampollas No podría regar un árbol con esto. Le nacerían peras al olmo, quemaría su tronco ancestral, todo acabaría. Y sin embargo son solo gotas, así de pequeñas y sutiles. Pero no entran por mi boca no es agua, es quimio. Quimioterapia VI Gorritos. Soy como tantos otras, mujer de gorrito y de pañuelo. El distintivo de la letra escarlata, nos reconocemos unas a otras sin culpa y sin lástima. Somos tantas que parecemos hierba mala pero no de la que vive para siempre. Morimos irremediablemente, si no es gripe será de cáncer. Del cangrejo que te atrapa con fuerza, con su pinza roja, destructora, egoísta. Los gorritos nos recuerdan que estamos vivas, aún Los pañuelos ocultan una calvicie desesperante y triste. Vuelve a crecer, te dicen todos, claro, es solo cabello, temporal. Nacimos sin pelo, sin esa estafa Ojalá después nos creciera a todas de un rosa bonito o nos brotaran flores o espinacas para comer de nuestra propia cabeza y nunca mas tener que comprar nada que haya pasado por manos acaparadoras y culpables. El mió es morado y mi pañuelo azul VII Ahora no sé dónde estas. Seguro destazada en un frasco con cloroformo, numerada. Olvidada, arrumbada. Irreconocible. Nosotras qué tanto nos quisimos, qué nacimos juntas. Me habría gustado dedicarte una esquela larga, bordada, sepultarte hondo entre flores, junto a un río y llorarte como a una niña muerta. Pero te dejé ir, te desconocí, te solté, supongo que eras tú o yo. Perdóname, perdóname

Gabriela Miranda Imagen: Lun´Aj 21


horóscopo

Por Bruno Maña, Astrologo certigficado por el Sena

Aries Del 21 de marzo al 20 de abril Si tu corazón quiere darle vuelta al rumbo o al desaire de las cosas, no lo tranques, su mano deja suelta para que beba el sol que rebosa sobre el mundo. Es parte de este trato que hizo el amor con la flor del viento, cuando apenas nacía el firmamento que hoy conforma tu olor o tu arrebato.

Virgo Del 24 de agosto al 23 de septiembre

Escorpión Del 24 de octubre al 22 de noviembre

Debes aprender del agua que somos a filtrarte en las grietas, a moverte por los relieves que surcan tu suerte. Pregunta por los dóndes, por los cómos y empieza a disolverte hasta que llegue el día final, nunca es bastante. Revisa con cuidado tu semblante antes de que el abismo te la juegue.

Si vives recontando los minutos, programando a destajo tu horario, no es libertad lo que duerme en tu armario, es el tiempo que guarda sus lutos con sus correspondientes ansiedades. Lo que vendes es la vida que pasa, mientras guardas las cosas en casa y pones en remojo las verdades. Sagitario Del 23 de noviembre al 21 de diciembre

Tauro Del 21 de abril al 21 de mayo

A veces la palabra necesita mantenimiento, un poco de luna, agua del lugar, rodar sin fortuna entre la nube que danza fortuita y la calle arrasada, quedar muda hasta escuchar las voces del pasado, abrigar lo que el olvido ha olvidado. Remojarla con la tormenta cruda.

No hay magia en las voces que se rizan, solo la cuerda débil que se enreda a la condición de ser río, greda, sustancias que recaen, que organizan el origen que busca nuestro canto: la forma en que decimos lo que pasa, el color del fuego cuando abrasa, la palabra que deja de ser llanto.

Capricornio Del 22 de diciembre al 20 de enero

Géminis Del 22 de mayo al 21 de junio

Un bosque, al lado, toca la niebla, el mundo en su edad se siente raro. Puede que te parezca que está claro el hilo con que tejen las tinieblas. Por eso abusas del llanto, del aullido, pregonando por doquier tus esperanzas cantaletas que te llenan la panza, pero que al final te dejan dormido.

No niegues lo aprendido en la batalla así ya no te gusten tus heridas, las cicatrices son las voces de la vida. No tengas miedo de pasar la raya ni de repetir los días ya contados, las estrategias que fueron probadas y fallidas: el odio, las bobadas, las mentiras, la fuga, los enfados.

Acuario Del 21 de enero al 18 de febrero

Cáncer Del 22 de junio al 22 de julio

Bajo tus pies está la cordillera, la columna vertebral de esta nave, ella te mantendrá, porque te sabe desde que fuiste larva o pantera, por eso no te ahogues en la cama no le des tu corazón a los lobos que tienen hambre vieja y no son bobos. Conoce la estructura de la trama.

¿Quieres entrar a las profundidades de una verdad suprema que doblegue tu alma hasta meterla en el pliegue de la liberación? Son vanidades. El secreto del secreto no existe. No hay pureza en algún lugar del todo. Lodo eres y luego serás lodo. Eres apenas el fuego que hiciste. Leo Del 23 de julio al 23 de agosto La vida no te deja pedir tacho, por eso las excusas son mentiras, y luego, sin quererlo, las estiras con las mismas promesas de borracho que dictas con la voz de la mañana. Promete el vacío, hazte el ciego, recurre al saber del andariego, no temas a los dioses de la gana.

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Piscis Del 19 de febrero al 20 de marzo Libra Del 24 de septiembre al 23 de octubre No es fácil oír la música que deja la realidad en las formas del aire primero hay que anular el desaire, segundo; mover con tacto las tejas, para que llegue la luz al cogote, si al final echa chispas, es la meta, muévete entonces sin fe ni etiqueta, si te sientes mejor, es de rebote.

Pon tus ojos a la talla de tu altura, no tan alto, tampoco tan temprano, es la única manera en que la mano advierta el horizonte, la dulzura de ser alguien en tiempo y en espacio, de llegar a perderse si es preciso de hacerse el invisible, el indeciso, de saber si correr o andar despacio.


esquina Juro que lo oí decir

Ya viene:

¿Y no será que a la gente a la que se le corre la teja, le entra más luz? También es cierto que el que mucho aprieta poco abarca. Si a mí me van a regalar flores que sean para ponerme en la cabeza. En tus manos encomendamos el montaje judicial que ya pasó y el montaje judicial que ya llega. A esta hora los invitamos a escuchar el Himno Nacional de la República de la guerra.

Horizontales 1. Práctica cultural y ancestral, que consiste en el trabajo colectivo en beneficio de las comunidades. Ecosistema de alta montaña donde renace el agua. 2- Publicación que sale cada año. El dios griego del amor. 3- Nombre de poeta latinoamericana publicada en esta edición. Nombre de consonante. 4. Desafío a muerte entre dos personas. El que no sirve para nada o para casi nada. 5. Inv. Regala. La que se atreve. 6. Ata, une. Doble consonante. La materia gris. 7. Intangibles, volátiles. Inv., afirmación. 8. Estos que somos. Poema para cantar. 9. Realices, hagas, trabajes. Inv., La Policarpa. 10. Como quedará el pueblo colombiano si se ejecuta el plan de gobierno de Duque. 11. Por la mañana. Inv., preposición. Los años que hemos vivido. 12. Masa de agua salada que tiene que soportarnos. Juntaria los esfuerzos.

Crucicuadra

Verticales 1. El río mayor de estos montes. Inv., media mamá. 2. Increible, inédito, como el cinismo del Fiscal. La dueña. 3. Masa de agua voladora y visible. Inv., tome posesión. 4. Habla, parlotea. Un árbol muy fuerte. 5. Pendejo que creía que provenía de una raza pura y superior. Mujer que tiene muchos conocimientos adquiridos por la lectura. 6. Un par de vocales. Lo que percibe el olfato. 7. La ciudad de los griegos. Lo que sostiene o sujeta. 8. Inv., está curada. Nombre de mujer. 9. Nota musical. Del jardín que nos expulsaron por calientes. Inv., bahía con la entrada angosta. 10. El pan de muchos colombianos (pl). inv., fetiche por el que muchos tienen admiración. 11. Muerte de franceses. sentido para los sonidos. Interjección de alegría. 12. Relativos a los huesos. Anfibios bocones y chismosos.

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En un mundo en el que el poder del dinero controla cada rincón de la superficie; en el que los poderes políticos se han puesto a disposición de los magnates y el despojo, de tal manera que los arreglos se hacen bajo la mesa, lejos de la gente, sus condiciones y sus necesidades; en el que la información que recibimos es apenas la retahíla de los poderes establecidos, de sus intereses y sus estrategias comerciales y políticas, y por tanto, es información dentro de una guerra por los recursos, incluyendo dentro de estos recursos, el tiempo de nuestras vidas; en un mundo en el que el afán y el trajín doblegan las ciudades y en el que el consumo no es tendencia sino ley; en el que la gente de diversos confines trata de encontrar salidas al embrollo, siendo apabullada, invisibilizada y asesinada, bajo mecanismos que rayan en el terror y el delirio; hay un hombre llamado Julian Assange. Desde muy joven aprendió a leer los laberintos subterráneos de este enredo global y a entrometerse en ellos para obtener y difundir información que nos es negada por razones de una pretendida seguridad y una estabilidad que nunca hemos conocido y que tal vez nunca ha estado más inestable. Por ello su vida, desde muy corta edad ha sido la vida de un paria. La persecución a él y a los suyos ha sido implacable, algunos de los colaboradores y allegados a su causa, han caído en prisión señalados de ser los peores criminales. Cuando su delito ha sido darnos información sobre asuntos fundamentales que conciernen a nuestra vida y a nuestra suerte, a través de wikileaks, su portal de divulgación. Julian Assange no es un hacker inquieto y polémico como quieren venderlo los medios que suelen encubrir lo que él revela, es tal vez el principal activista del globo por nuestro derecho a tener información sobre como administran el mundo. Es tal su ejercicio periodístico que ha develado crímenes de guerra atroces, conspiraciones y alianzas en la altas, y generalmente sucias, esferas del poder político, sobre todo del gobierno de Estados Unidos y su accionar a escala global. Por ello duró los últimos siete años encerrado como lo que es, un refugiado de guerra. Hasta que hace un par de días fue entregado por el gobierno de Ecuador a los lobos que hacían fila para devorarlo. Julián Assange es un superhéroe que no tiene más poder que el poder que reside en la gente, y ese es su mayor problema. Desde aquí, desde este pedazo que nos corresponde, exigimos de manera vehemente su inmediata y necesaria libertad.

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¡Libertad para Assange!


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