A media cuadra 41

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Año 10 Número 41

Techotiba, Bogotá, Colombia.

Diciembre 2015

a media cuadra amediacuadr@gmail.com @amediacuadra8 amediacuadraprensa

amediacuadra8.blogspot.com


editorial Todas las cosas suceden en ambos lados de la puerta, el olor del café, la gripa, los decretos. Dentro y fuera del corral están los elementos de lo posible sean cuales sean. Todas las cosas suceden en ambos lados de la calle, el amor, la basura, el atropello. Al otro lado están los mismos espejos, los ojos vibrantes de la misma gente que va a trabajar y pide comida. No hay que irse tan lejos, ni siquiera hay que desentrañar los rincones de las ciudades para percatarse de que todas las cosas pasan dentro de la misma ropa, en este mismo mapa. ¿Entonces de cuándo a acá tan diferentes, tan distantes, tan desconectados? Si la historia son las formas de nuestra cara al sol, las palabras reincidentes, las piedras dentro del zapato, ¿por qué nos encerramos bajo el caparazón de nuestro ensueño, como si no hubiera más remedio que hacerse el transparente hasta quedarse callado? ¿Por qué cuidamos este miedo como si fuera nuestra mayor fortuna? Toquemos los filamentos que conforman la mirada, la vida que se juega en los ojos de todas las presencias, incluso de las más atroces. Alimentemos nuestro canto con todos estos ruidos. Reanudemos la paciencia. Volvamos a contar la historia mientras los días se encuentran en la calle. Escuchemos al viento extenderse dentro de la sangre como un río entre la tierra. No hay fecha de vencimiento para nuestra suerte. No hay manera de rendirse. Feliz navidad y prospero año

colaboradores: Leonardo Barbosa, Martín Tole, Edgar Suárez, Mauricio Castellanos, Carlos Molano, Blanca Forero, Bruno Maña, Francisco Gómez, Johana Arévalo, Humus, Fabián de las Salas, Iván Suárez, Andrés Hernández, Milena Galvis, Gabriela Miranda, Yuddy Calderón, Giovanni Araque, Zulma Vera, Carlos Mayo, Yimmy Restrepo, Marcel Carrillo, Julián Vivas, John Jairo Cárdenas, Gianni Lara, Francisco Castañeda, Juan Felipe Escobar, Agencia Techotiba, Ruth Quevedo, Casa Mujeres Bachué, Andrea Pérez, , Humus, y los que no caben en la lista…

Declaración de Principios A media cuadra es un intento de puntos suspensivos sobre una hoja de papel, que busca, en lo inmediato, sumarse humildemente a la cantidad de papeles que entran en su casa, tal como son los recibos de la luz, el agua, la tierra, el aire, el fuego, el teléfono, etc. También tiene como objetivo, este sí prescindible, informar y opinar sobre acontecimientos que conciernen a esta media cuadra y que sospechosamente suceden en cualquier lugar. Como todas las publicaciones de esta índole, intentaremos estar con los buenos y en contra de los malos, guardando la más precisa imparcialidad.

Impresión: Zg impresos

Red de gente El Macarenazoo, Encuentro Latino Radio, Periferia literaria, Croché Títeres, Radio Techotiba, La voz de la experiencia, Medios Kreativos, La sureña, El churrusco, Mi barrio Prensa, Agencia Techotiba, http://vagabunderias.blogspot.com.co/ Asocore, Fundación Recíclatespeciesos, Sumando voces, Electrikclown, Nueva esperanza, Nocanchipa, Casa mujeres Bachue, Roma Escuela, Colectivo la pulpa audiovisual, Muequeta, Makia producciones, Revista consciente, Ojo al Sancocho, Mesa local de recicladoras y recicladores de Bosa, Mesa local de comunicaciones de techotiba, CESDE.... CÁTEDRA LATINOAMERICANA

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Todas las opiniones escritas y gráficas, textuales, intertextuales e interestelares de este periódico son del pueblo, por tanto este humilde papel no puede hacerse responsable de ellas Si tiene algún algún texto, comentario, dibujo, buen próposito, aforismo, fotografía, historia, perversión, poema, cuento, canción, adicción, donación, disociación, rebeldía, apunte...lo estamos esperando.

Llámenos a los teléfonos 451 1861 // 311 888 0522 y envíenos sus mensajes y demás curiosidades al correo: amediacuadr@gmail.com


la opinadera

Y el metro en el aire Por Francisco Castañeda

Hace un par de meses fue elegido el alcalde Peñalosa y dentro de los anuncios que ha hecho sobre su ya próxima administración está que cambiará el metro subterráneo para Bogotá por un metro elevado, por lo menos en el sur de la ciudad. Basa su anuncio en el argumento de que así es más barato. Justo cuando por primera vez en la historia de la ciudad se habían concluido los estudios para la construcción del metro, que por cierto costaron 135 mil millones, sale esta supuesta lumbrera del urbanismo para decirnos que nos va a ser un metro en el aire. Tirando toda esa plata a la basura. Lo cierto es que por donde se le vea, así puestas las cosas, el tal metro, si es que llega a existir, nos va a salir por un ojo de la cara, sobre todo a los más pobres y a las clases medias que vamos a poner nuestros barrios para tal despropósito. El costo predial de un metro elevado no ha sido calculado, Bogotá es una ciudad densa, sin espacio público, y la realización de un metro elevado obligaría al distrito a realizar una adquisición predial muy grande, dado que los expertos han dicho que cada pilote debe estar aproximadamente cada 25 metros, con una intervención en obra de 15 metros a la redonda por cada pilote o base. Estas intervenciones, sumadas a la desvalorización adyacente al metro, derivarán en una indiscutible depreciación predial de los infortunados vecinos del metro que verán sus terrenos caer a precios solo comparables, a los sitios donde se concentran las zonas de alto impacto o zonas de tolerancia. Es como vivir debajo de un puente. Un puente muy largo. Otra de las implicaciones no calculadas, o tal vez con esa intención se haga, es la de acabar y deteriorar la vida de los habitantes del sur de la ciudad, el metro elevado traería consigo la tugurización de los sectores más vulnerables de nuestras localidades, especialmente de la localidad de Kennedy, dado que según lo ha manifestado Peñalosa, usaría el mismo trazado para el metro elevado en el sur, este trazado con metro elevado impactaría las UPZ de mayor vulnerabilidad social de Kennedy, nos referimos a Patio Bonito, Margaritas, Corabastos, y Gran Britalia, estas UPZ tienen no solo la mayor concentración de personas por metro cuadrado de la ciudad, sino que además albergan la mayor población

Metro elevado en Medellín

económicamente pobre de la localidad, y adicionalmente son los sectores con mayores índices de violencia de la ciudad. El metro elevado trae consigo zonas oscuras, un impacto visual negativo, y claro, mayores índices de violencia e inseguridad. Otras UPZ de la localidad que también se verían gravemente afectadas por el deterioro de su espacio, del valor de sus casas y de su seguridad, serían,Timiza, Kennedy Central y Carvajal. Bienvenidos a los tiempos de la segregación, a la era de lo que todo lo del pobre es robado. A Peñalosa no le gustan nuestros barrios, nos obligará a vivir entre moles de cemento. Kennedy no tiene infraestructura elevada de

alto impacto, tendremos una construcción a cielo abierto durante cerca de cinco años, la inmovilidad y el caos serán el pan de cada día. Eso sin contar los daños ambientales. El diseño del metro subterráneo fue propuesto por la Bogotá Humana y contó con la participación de las comunidades de los diferentes barrios por donde pasaría, tuvo en cuenta los efectos en el medio ambiente, propone valorizar los predios y dado que no afectaría el paisaje de nuestros barrios, los traumatismos por su construcción serían mucho menores. Hoy los bogotanos, pero en especial los que vivimos en el sur de la ciudad, debemos movilizarnos y defender el metro subterráneo.

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barrio

La calle está lista Por A media cuadra

Lo único que se puede extrañar es la tranquilidad con la que se podía cruzar la calle. Era tal el estado en el que estaba la vía que los vehículos apenas podían avanzar. Se les veía desde lejos zarandearse de un lado para el otro tratando de llegar a cualquier esquina. Ya con anterioridad en algún gobierno del Polo habían intentado arreglar la calle tapando los muchos huecos que allí tenían su imperio, pero tal obra pronto se hizo olvido y los cráteres volvieron a su lugar más temprano que tarde, reapareciendo con una mayor extensión y profundidad. La calle no aguantaba el trajín, hace rato había dejado de ser la cuadra de un barrio para hacer parte de esta gran avenida. Asistimos a los cabildos de presupuestos participativos para reparación y construcción de vías en la UPZ Timiza en el gobierno de Bogotá Humana, para ver si podíamos convencer a los vecinos de la importancia de arreglar la vía, pero cada quién pensaba en su propia calle, razones no les faltaban. Como la democracia es infalible priorizaron las calles de aquellos que iban en gallada. No era nuestro caso. Durante el pasado mes de octubre de 2015 llegaron grandes máquinas y han cerrado la calle. El Instituto de desarrollo urbano (IDU) ha contratado a Consorcio Santa María 2014 para arreglar algunas de las calles de estos barrios, la carrera 72R o 72Q, desde el semáforo hasta la entrada del parque, estaba entre las vías a reparar. Al fin, después de tantas vueltas del planeta con todo y sus atascos, henos aquí para celebrar que la calle está hecha (ver foto de la portada). La hicieron desde el comienzo, la levantaron y la volvieron a poner, capa por capa. Ya está lista. Su nuevo y uniforme color arde bajo calentamiento global.

Urbanización Cañaveral

para pintar las ventanas, parte de la fachada y el techo de azul aguamarina, también han arreglado y pulido el enrrejado, que tenía a algunos alambres sueltos desde hace más de una década. En Cañaveral renovaron el color de la construcción, la cual ya tenía el color gris del olvido y el tiempo. Allí fue pelada toda la fachada para luego pintarla de colores cálidos y ocres que retoman y reactivan los colores del atardecer. Por último, en la célula la Jota, han

pintado el salón comunal de color blanco el cual quedó justo para las fiestas de fin de año. Agradecemo s por tanto a la administración saliente de Bogotá, así como a las administraciones de los conjuntos residenciales, que hoy nos entregan esta calle renovada para disfrutar bajo el soleado cielo de diciembre. Hay que tener mucho cuidado con los carros.

Pero este arreglo no es la única novedad en el paisaje. Como si se hubieran puesto de acuerdo para lustrar la calle, las comunidades de tres urbanizaciones que la circundan han sumado fuerzas para arreglar sus fachadas o parte de estas, dándole un nuevo aire a los ojos de habitantes y peatones. En la Isla (Timiza III etapa) han pintado la fachada. Se han visto, durante el último mes, hombres descolgarse desde las alturas Célula J

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Oficios y proezas de don Eduardo Por Edgar Suárez

Cada semana llega el Voz Proletaria a casa. Nunca he pedido suscripción pero la obtuve gracias a la persistencia de don Eduardo Silva, un habitante de este barrio que llegó cuando el barrio llegó. Es un experto voceador, recomienda y comenta los principales artículos del periódico que vende. Es el periódico de su partido, el Partido Comunista. Pero ya sabemos que no solo de prensa y militancias vive el hombre, así que don Eduardo también vende miel y jalea real, da consejos médicos, pues conoce de las plantas que crecen en los matorrales y sabe de sus beneficios y usos. Su conocimiento en botánica local y medicina alternativa es amplio y conforma un lugar especial en sus aficiones y quehaceres. Don Eduardo tiene que rebuscarse el día a día a pesar del camino andado, usa el comedor comunitario del barrio para almorzar y como el coronel que no tenía quien le escribiera sigue esperando la embolatada pensión, al parecer se la robaron burócratas corruptos. A don Eduardo lo conocí por intermedio de la familia Osorio, como él los llama, por allá en el 2007, ya en ese entonces estaba planeado, por entrañables escribas de esta casa, contar su historia, pero las velocidades necesitan su tiempo y la tarea se fue aplazando hasta hoy. De allá a acá han pasado muchas aguas y con don Eduardo se han compartido, foros, cumbres, talleres, Tinguas, sancochos, fiestas, campañas políticas, marchas, mítines, entre otras actividades típicas de esta metrópoli. Eduardo Silva Calderón nació en el año de 1924 en Cundinamarca en un pueblo llamado Junín, “el nombre chibcha es Chipazaque, le pusieron Junín luego, por la guerra de la independencia” anota don Eduardo. De su infancia recuerda que asistió a la única escuela del pueblo, que las profesoras no sabían dividir, que vivía la vida del campo, y que con otros niños jugaban a la pelota envenenada. Sus padres tenían tierras en las veredas del pueblo, en Hoya grande y Sueva, tuvieron 12 hijos, don Eduardo fue el octavo. De su casa salió para Sueva cuando tenía 15 años, la vereda tenía una marcada influencia liberal. Allí estuvo un tiempo y estudió en la escuela del lugar hasta que un día un hermano franciscano llegó a la vereda y entre charla y charla lo convenció de que entrara al

convento para ser hermano Lego. Su padre le dio 6000 pesos, que en esa época eran una suma importante. Así llegó a Bogotá, a la Porciúncula, que en ese entonces era un colegio de teología, que fue demolido en el 80 y ahora es el Centro comercial Granahorrar. En este lugar don Eduardo tuvo varias labores relacionadas con la teología, fue cocinero, peluquero, huertero y también zapatero, “de zapatería lo aprendí todo” asegura. Haciendo zapatos logró hacerse a una cita con el padre provincial, un español de apellido Sinisterra, según Don Eduardo, “un hombre viejo, arrugado y bien fregado”. Le dijo al cura que él quería estudiar, que quería ser sacerdote, a lo que el padre le contestó que era muy joven,

que se le veía el afán y que había perdido la vocación, que lo mejor era que se fuera para su casa. Don Eduardo le dio la razón no sin antes recordarle que en su casa había mucha tierra para trabajar. Fue a Junín y regresó a Bogotá para estudiar pero no fue posible, tomó rumbo para Villavicencio donde trabajó como cantinero durante cerca de un año, confiesa que de vez en cuando se sacaba algunas propinas extras. Regresó a trabajar en las fincas de su padre, sobre todo en ganadería, aprendió a castrar y comerciar animales y a domar caballos. Pero se cansó, y con el dinero que le dieron por un becerro que le regaló su padre, compró

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una máquina de coser y se fue para Gachetá a aprender sastrería. En Gachetá no cosió mucho pero sí empezó a beber chicha. Según su paladar la chicha que hacían en aquel pueblo era de las mejores. De vez en cuando también variaba con cerveza. En esas andaba, haciendo buenos amigos, cuando pidió entrar al ejército. Llegó como voluntario a la Escuela de Caballería en Usaquén, pasó el examen, resultó apto y se quedó. Como ya tenía el conocimiento, salió bueno para montar a caballo y “para amansar bestias”. Le gustó el ejercicio en la milicia, aprendió a hacer saltos mortales y a alcanzar mayor velocidad en la carrera. Aunque en la casa ya peluqueaba a su padre y a sus hermanos, fue en la Escuela de Caballería donde aprendió peluquería, labor que lo ha acompañado durante toda la vida. Fue militar durante cerca de dos años. Siendo cabo segundo, y apenas cumplió la mayoría de edad, pidió la baja. Se metió entonces a la Escuela General Santander para ser policía, solicitó ingreso a la guardia departamental, que en ese entonces era la policía de Cundinamarca, lo aceptaron y a partir de allí empezó una correría por el departamento, lo tenían de traslado en traslado. Vivió y conoció los municipios de Pasuncha, de filiación liberal, Villa Gómez de filiación conservadora, para don Eduardo cada pueblo o vereda de su juventud se define por la filiación política. Fue policía en Pacho, Mesitas del Colegio, Viotá, Tocaima, Ubate, Subachoque, El Rosal, Medina. Se cansó de dar vueltas y pidió salida. Para ese entonces, don Eduardo, ya era liberal y gaitanista, contaba con 24 años. Cuando asesinaron a Gaitán don Eduardo lloró. Por esa época trabajaba en una peluquería e intentaba ser chofer. En medio de aquel levantamiento que se llamó el Bogotazo, tomó la séptima mientras esperaba las instrucciones del partido, fue a la plaza de Bolívar, recuerda que ese día los curas disparaban desde la catedral y que había lugares en los que tocaba caminar con las manos arriba. Terminó acantonado en la Quinta división de la policía, hoy estación de policía de la Macarena, con cerca de 700 policías. Allí no pasó nada, no llegó ninguna orden, don Eduardo esperó con el fusil en mano durante algo más que un día. “Echandía dijo ese día que el poder para qué” recuerda don Eduardo y sonríe. Le recuerdo que al parecer Fidel Castro también estuvo ese día en el lugar del acuartelamiento, eso dicen, me contesta. Cuenta que dos años después, todos esos policías liberales ya eran en su mayoría conservadores y además habían traído chulavitas, “la cosa se puso fea” recuerda don Eduardo, asumiendo un gesto de solemnidad.

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Su militancia política se volvió imposible, la persecución era permanente. Así que ante la propuesta de un amigo suyo, Eduardo Fonseca Galán, de llevar unas armas a las guerrillas del llano, no lo pensó dos veces. Tuvieron que llevar 12 fusiles automáticos, FAL, que en ese entonces no eran usados por casi nadie. Los mismos militares les vendieron el armamento. El camino no fue fácil, había bastantes retenes del ejército, por lo que hubo tramos que tenían que meterse al monte a pie para reencontrarse con el vehículo que los llevaba kilómetros más adelante. En la misión también los acompañaba Aureliano Vaca, quien posteriormente fue asesinado por el ejército por mantenerse en el comercio ilegal de armas. Don Eduardo estuvo en la guerrilla cuatro años con los Fonseca y los Bautista. Como todos los guerrilleros de la zona andaba en caballo y armado. Dados sus conocimientos operó como enfermero, estuvo encargado de las municiones, también fue el peluquero del grupo, dentro de sus municiones siempre estuvo el equipo de barbería y peluquería. En la guerrilla sintió muchas veces la muerte cerca, recuerda un bombardeo y una persecución del ejército, ese día tuvo que escapar por entre una quebrada. Fue atacado por una enfermedad que lo inhabilitó por lo que tuvo que resguardarse en un caserío, allí se curó, poco a poco, durante meses, a punta de ajo y de limón. Su grupo guerrillero operaba por Barranca de Upía, Villa nueva, Agua Clara en el Meta y hasta la Quebrada del Nuya en Casanare. Pidió el retiro a sus mandos, se lo dieron, salió de la guerrilla y de nuevo llegó a Bogotá. El Partido Comunista envió gente para convencer a los guerrilleros que se sumaran a su causa. A don Eduardo lo convencieron, dejó el partido liberal y con el mismo fervor, se hizo comunista. Se casó con María Rodríguez León, paisana, de profesión enfermera, con quién tuvo dos hijos, uno que murió con apenas meses de edad y otro del cual prefiere no acordarse. Para mantener su naciente familia trabajó como peluquero en diferentes establecimientos del centro de Bogotá, y después de algunos años en esta labor, ingresó, a comienzos de los años sesenta, al DAS (Departamento Administrativo de Seguridad) como detective. Fue por esta época que llegó al recién construido barrio Timiza. Persiguió pillos por todo el país, en Bogotá, Neiva, Cúcuta, Cali, Popayán y Florencia, entre otras poblaciones. Fue un detective comunista en plena guerra fría, por eso trató de hacer su trabajo y pasar desapercibido. Don Eduardo se ríe al recordar que estando en el DAS ayudaba a los camaradas del partido

que se metían en problemas o que caían en manos de la ley. Se retiró del DAS cuando se percató que estaba siendo vigilado por la misma institución, lo estaban persiguiendo. “Me pillaron y me tocó salirme” dice Don Eduardo con picardía. Volvió a dedicarse a la peluquería en un negocio propio que montó en Kennedy Central, cerca del distrito militar, allí peluqueaba al “camarada Manuel Cepeda”. El camarada llegaba a la peluquería con escolta y él pensaba “a qué horas llegan aquí y nos fumigan a plomo”. “Al fin lo mataron, era un gran hombre, le hablaba directo a la oligarquía” recuerda don Eduardo y se queda en silencio como si se quedara atrapado en esos años. Hace medio siglo que don Eduardo llegó a Timiza, sigue caminando sus calles todos los días, tiene amigos en las muchas cuadras de este terruño. Actualmente vive en su apartamento con la nuera y una nieta de apenas dos años. Quedó viudo hace 10 años, doña María falleció por un cáncer. Don Eduardo dice que si él se hubiera encargado del tratamiento del cáncer, de pronto hubiera podido salvarla. Pues en su saber hay plantas y alimentos que ayudan a sanar esa enfermedad. “Yo mismo le envié la receta al comandante Hugo Chávez cuando estaba tan enfermo, lo hice por medio de un amigo que iba a Venezuela, pero para mí que los médicos no dejaron que ese papel llegara a sus manos, yo creo que cuando alguien está en manos de la medicina convencional, ya es muy difícil que se salve” advierte don Eduardo.


Intervención Por Bruno Maña

Subes a Transmilenio y cuentas con suerte, el bus que esperas no está muy lleno. El empujón de la fila te deja dentro del vehículo, en el que ves, justo a tus pies, debajo de las sillas preferenciales, un hombre tirado en el suelo. Está inconsciente o dormido. Su facha es la de un hombre que se ahoga en la miseria. Está drogado, supones. Pasan algunos minutos y los pasajeros cercanos al hombre, que sigue sin inmutarse, no dicen o hacen nada al respecto, solo miran de vez en cuando el cuerpo tendido. Tú tampoco haces nada. Alguien debería de hacerlo, podría estar enfermo, tal vez muriendo, piensas. Miras todas las caras como esperando que alguien diga una palabra u ofrezca una ayuda, pero no pasa nada. Se abren las puertas y el bus se sigue llenando. Hasta ahora caes en cuenta que no te quitaste la chaqueta que indica que eres un trabajador del gobierno de la ciudad. La gente que está allí no tiene idea de las labores que tienes asignadas, pero igual ya estás en evidencia. Aunque siempre te quitas la chaqueta dada tu aversión a los uniformes, aquel día cuando saliste de la reunión lo olvidaste y ahora tienes tu merecido. Indudablemente, dada esta circunstancia, la persona que debe hacer algo eres tú. No lo piensas dos veces, te quitas la chaqueta y te agachas para guardarla en la maleta. Mientras lo haces un par de mujeres no dejan de mirarte de forma inquisidora, casi rabiosa. La culpa y la vergüenza empiezan a hacer mella en tu cara, no te queda más alternativa que intervenir. Dejas que el civismo se inflame en tu pecho lentamente, recuerdas que siempre te has considerado parte del grupo de humanos que pueden llamarse sensibles, piensas que es reprochable que hayas tardado tanto en actuar. Te acercas al hombre, lo intentas despertar, es lo único que puedes hacer, tus conocimientos para atender este tipo de casos son inexistentes. El hombre no se mosquea, no mueve una ceja y se queda allí quieto con los ojos entre abiertos y las venas de la frente brotadas. Ves que tres puestos atrás hay un hombre que en su overol lleva el logo de

Transmilenio, otro uniformado, te le acercas pasando entre los pasajeros, le preguntas que si hay un número telefónico a dónde se pueda llamar para pedir atención. Te dice, con indiferencia, que el conductor tiene una línea directa para casos de emergencia. No sabes si esto es una emergencia pero ya no hay regreso. Te mueves entre los pasajeros sigilosamente para llegar hasta el asiento del conductor, pero el conductor está lejos y el bus ya está repleto, tardarías demasiado. Así que le envías la razón. Hay un hombre en el suelo que necesita ayuda hay que decirle al conductor, le dices a una mujer y te quedas mirando como el mensaje pasa de boca en boca hasta llegar a su destinatario. Con la labor hecha vuelves a dejar la maleta en el suelo. Se abren las puertas del bus en la siguiente estación.

Ingresan dos policías, un hombre y una mujer, ambos con cara de mal día. Veamos qué tenemos por aquí, dice el policía mientras zarandea al hombre del suelo. Otro maldito borracho, le contesta la mujer. El policía toma al hombre por las axilas y lo arrastra fuera del bus. Antes de que se cierre la puerta, alcanzas a ver que logran poner al borracho de pie y que el policía lo despierta dándole un fuerte puntapié en el tobillo. Los ojos del hombre se abren aterrados. Ya conoces el resto de la historia, el hombre terminará dentro de un CAI o dentro de una estación de policía, tal vez lo vuelvan a golpear, y si le va mal, además de esto, lo encerrarán un día en la UPJ. La culpa vuelve entonces a su lugar, pero ya sabes manejarla, eso no te desvela. Las dos mujeres te siguen mirando con inquina.

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Hacia las plataformas juveniles como procesos de participación local

Fotografía: A media cuadra. Iniciativas juveniles 2015. Alcaldía Local de Kennedy

Contexto En Colombia la situación de los jóvenes no es la mejor. Mientras para la población en general la tasa de desempleo se calcula en 10%, para los jóvenes, en el mes de abril del presente año, dicha tasa alcanzó el 16 %, es decir, que de 100 jóvenes que buscan trabajo, 16 no lo encuentran o no pueden ubicarse en un empleo ni siquiera de manera informal, situación que es más alarmante en las mujeres jóvenes, pues en esta población el desempleo sobrepasa el 20 %. Los jóvenes, en su mayoría, trabajan en sectores de baja remuneración en restaurantes, hoteles y servicios varios. Cerca de la mitad de jóvenes no acceden a educación superior ni técnica y todavía son bastantes los que no terminan sus estudios de secundaria, lo que deteriora la vida material de la juventud y cierra aún más sus posibilidades de participar en la vida económica, social y política del país, aumentando los márgenes de segregación sobre esta población y restando la garantía de sus derechos fundamentales.

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En Bogotá cerca de la cuarta parte de la población es joven, según un estudio de la Secretaría de Gobierno, para el año 2007 apenas el 11 % de esta alcanzó a terminar estudios universitarios y solo el 60 % terminó la educación básica. Permanece la segregación social y económica para esta población, a pesar de las políticas generadas desde los últimos gobiernos distritales que buscaban focalizar recursos en programas destinados a afectar a la población joven. Sin embargo, es tal la magnitud del problema que dichos programas tienen coberturas muy bajas. La localidad de Kennedy concentra cerca del 14% de la población joven de la ciudad, estamos hablando de más de 200.000 personas. Una de las lecturas que se puede dar a esta situación es que existe una baja incidencia de los jóvenes en las decisiones y prioridades que establecen los gobiernos para accionar políticas que logren garantizar sus derechos. En este sentido, es una tarea fundamental activar la vida política, desde la movilización

y la participación para esta población. Dice el primer artículo de nuestra Constitución que Colombia es un Estado social de derecho, organizado en forma de República unitaria, descentralizada, con autonomía de sus entidades territoriales, democrática, participativa y pluralista.... De esto debemos desprender que según este ordenamiento se debería privilegiar la participación ciudadana como un ejercicio de política activa desde lo local. Sin embargo, en la práctica la situación no ha sido fácil. En la mayoría de los escenarios, los ejercicios de democracia participativa se han asumido de manera accesoria, y se han limitado a espacios consultivos donde se instrumentaliza a la acción de ciudadanos, quienes en muchas ocasiones terminan disputando recursos públicos para estructuras clientelistas y cerradas, sin afectar de manera consciente las políticas o las instituciones que los marginan. Esta misma situación se ha presentado en el grupo poblacional de los jóvenes en el nivel


local como distrital. Estatuto de ciudadanía juvenil A partir del 2013, y con el cometido de concretar una política pública y establecer las prioridades y las competencias correspondientes, así como también facilitar la participación e incidencia de las y los jóvenes en la vida política del país se fija el Estatuto de ciudadanía juvenil. El Estatuto busca que dicha participación se materialice en coherencia y articulación institucional con la generación de políticas públicas. En este Estatuto “las y los jóvenes son reconocidas y reconocidos como agentes capaces de elaborar, revisar, modificar y poner en práctica sus planes de vida a través de la independencia para la toma de decisiones; la autodeterminación en las formas de organizarse; y la posibilidad de expresarse de acuerdo a sus necesidades y perspectivas”. Sistema de juventud Mediante este estatuto, se crea el Sistema de juventud. Según el diccionario un sistema es el conjunto de reglas, principios o medidas que tienen relación entre sí. Pues a eso se refiere este sistema, a los actores, instituciones, ciudadanía, etc., que deben articularse y moverse para garantizar los derechos y generar las oportunidades de las y los jóvenes en el país. ¿Pero cómo se conforma este sistema? No es un asunto fácil, se ha diseñado como la suma de dos subsistemas. El primero es institucional, el cual articula el Consejo Nacional de Políticas Públicas de las Juventudes y las dependencias de las juventudes de las entidades territoriales, para lo cual las entidades territoriales como la Alcaldía Distrital y la Alcaldía Local deben tener una estructura propia para la ejecución de la política. Este subsistema no es más que la reunión de los encargados dentro de la estructura del Estado para generar una política coherente para los jóvenes de prevención, protección, promoción y garantía de sus derechos, así como el ordenamiento institucional para ejecutar dicha política. El segundo subsistema busca articular procesos y prácticas organizativas y autónomas de los y las jóvenes, con el fin de dar un canal de participación ordenada a las organizaciones e instancias de jóvenes en el país, en la construcción de dicha política. Para ello deben conformarse en el nivel territorial yel local los Consejos de Juventudes que son

mecanismos autónomos de participación, concertación, vigilancia y control de la gestión pública e interlocución de los y las jóvenes en relación con las agendas territoriales de las juventudes, ante institucionalidad pública de cada ente territorial al que pertenezca. Estos Consejos se conforman mediante la elección por parte de jóvenes en cada ente territorial. Los delegados de estos consejos, junto a representantes de comunidades de minorías étnicas, conformarán el Consejo Nacional de Juventud. Para el caso de Bogotá el Consejo Distrital de Juventud será integrado por un (1) delegado de cada uno de los consejos locales de juventud. Plataformas juveniles Otra modalidad de participación y organización contemplada en el Estatuto juvenil, son las plataformas juveniles. Cada ente territorial, municipal y local debe promover y tener su plataforma respectiva. Las plataformas “son escenarios de encuentro, articulación, coordinación y concertación de las juventudes, de carácter autónomo asesor de los entes territoriales, distritales y locales, la plataforma deberá ser conformada por un número plural de procesos y prácticas organizativas, así como por espacios de participación de los y las jóvenes” ¿En qué vamos? Actualmente la Secretaría de Integración Social y la Alcaldía Local de Kennedy están

en el papel de conformar la plataforma juvenil en la localidad. No es un proceso fácil pues se requiere de la voluntad de las diferentes organizaciones juveniles territoriales y de su capacidad de organización y articulación. La metodología dispuesta parte de la misma autonomía de las organizaciones de jóvenes, por eso mantiene el ejercicio asambleario como parte fundamental de la conformación. Asimismo, da la posibilidad de que cada una de estas asambleas locales tenga la potestad de que sus integrantes diseñen el reglamento interno, mientras el Consejo de juventud local realiza el reglamento definitivo. La idea es que las asambleas que conforman estas plataformas, sean espacios abiertos y dinámicos para empezar desde la misma base de la población y las organizaciones a conformar el Sistema distrital y nacional de juventud y lograr en estas mismas dimensiones la incidencia para generar políticas encaminadas a la población joven y sus diversas problemáticas. Así que apreciado lector, si eres o te consideras joven y quieres empezar, desde tus posibilidades, a generar cambios en la realidad de otros que, como tú, deambulan y viven la ciudad en busca de expresiones, garantía de derechos y oportunidades, este puede ser un camino. Pregunta en la Alcaldía Local por los gestores de participación y juventud de la localidad, habla con organizaciones juveniles de tu barrio o localidad e intégrate al proceso.

Fotografía: A media cuadra. Iniciativas juveniles 2015. Alcaldía Local de Kennedy


en el tintero

Pelo Malo: El regreso del cine venezolano Por Yimmy Restrepo

En la historia del cine latinoamericano, el venezolano ha ocupado un papel central, no solo por el hecho de que en Venezuela el cine hizo presencia casi de inmediato con la exhibición en la ciudad de Maracaibo de las escenas fílmicas tituladas Célebre Especialista Sacando Muelas en el Gran Hotel Europa y Muchachos Bañándose en la Laguna de Maracaibo, apenas un año después de que los Lumière empezasen las suyas en Europa, sino también por el hecho de que en los años cincuenta con la película La Balandra Isabel Llegó Ésta Tarde de Carlos Hugo Christensen, y el documental Araya de Margot Benacerraf, ganan en el festival de Cannes; la primera el premio a mejor fotografía y el segundo el premio de la crítica a mejor documental. Estos acontecimientos pusieron al cine de Venezuela en la élite de la cinematografía latinoamericana. Con estas últimas películas, se marca una época que se extiende hasta los años sesenta y que se denominó como el “Nuevo cine venezolano”, nombre que tomó casi todo el cine que presentaba una gran carga de pensamiento social y que encontraba en movimientos como el “Free Cinema”[1] británico, el “Cinema Novo” brasileño y en las fuertes influencias del denominado “Nuevo Hollywood”[2], pero con mayor presencia de la “Nueva Ola”[3] a partir de la publicación de Cahiers Du Cinema. Con estas buenas bases y con el apoyo generado por parte del Estado, gracias a la bonanza del petróleo, se fue fortaleciendo la industria cinematográfica venezolana, lo que permitió que se pudieran financiar películas en la década del setenta y que se ofrecieran buenas historias como Cuando Quiero Llorar No Lloro (1976), de Mauricio Wallerstein; Soy Un Delincuente de Clemente de la Cerda, Se Solicita Muchacha de Buena Presencia y Motorizado con Moto Propia (1977) de Alfredo Anzola, El Pez que Fuma de Román Chalbaud, o País Portátil (1979) de Iván Feo. Historias que se forjaban desde lo cotidiano, desde la marginalidad generada por la opulencia del país pero que contrastaba con la exclusión social, y que en esa violencia generada en la lucha por la supervivencia

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encontraba la riqueza de la narrativa que se hacía cada vez más extensiva, que cada vez se hacía más latinoamericana. Ese tipo de cine fue perdiendo presencia en el ámbito internacional, no solo por las crisis del petróleo de los años ochenta, o por las políticas públicas de los diferentes gobiernos en Venezuela, sino porque el hacer cine se hizo cada vez más exclusivo, se generó un retroceso en los apoyos gubernamentales a las expresiones artísticas, lo que devino en

la casi desaparición del cine venezolano, que al igual que en la mayoría de los países del continente, se consumió en las producciones hollywoodenses que inundaron las salas. Sólo hasta los últimos diez años el cine venezolano ha empezado a recuperarse. Los nuevos apoyos generados a la industria cinematográfica han generado la posibilidad de volver a explorar el país desde las nuevas realidades. Es en este nuevo marco que se presenta la película Pelo Malo de Mariana


Rondón, una historia sencilla pero llena de elementos de reflexión que denotan una gran necesidad de plantear los problemas sociales.

no reconoce al segundo hijo como su nieto, propone quedarse con el niño para aligerar su carga.

Junior (Samuel Lange Zambrano) es un niño que tiene el pelo afro, o más conocido como pelo malo, y que para la foto del colegio sueña con tener el pelo liso, pues solo quien tiene el pelo liso puede ser cantante, ser exitoso. Con una actuación muy natural se nos presenta la vida de este niño que se encuentra en una familia desintegrada por la muerte del padre, una muerte en carnaval, una muerte por la intolerancia porque estaba vestido de mujer. La viuda (Samantha Castillo) se encarga de Junior y su hermano trabajando como vigilante, pero es despedida por una investigación por robo, por esta razón su suegra (Nelly Ramos) y abuela de Junior, pues

En esta tragedia se encuentra un niño con una ilusión, con un sueño desfigurado por las imágenes comerciales, que conlleva a la negación de su cuerpo por el anhelo de ser reconocido, por ser diferente. Ese anhelo es mal entendido por la madre, pues empieza a creer que el niño quiere tener el pelo liso porque es homosexual, y que esto deviene porque tiene una vértebra más en la columna o por la ausencia de una figura paterna. La mirada escrutadora que Junior posa sobre las demás personas, tiene la capacidad de incomodarlos y sacar del interior de cada uno sus mayores temores, lo cual genera que su presencia sea incómoda y poco deseada.

Asimismo, el sentimiento de soledad y de ensimismamiento genera que Junior tenga comportamientos incomprensibles para los demás, o tal vez los prejuicios que los demás se manifiestan en la imagen de Junior cargando con desaprobación cada una de las acciones que el niño realiza. Pelo Malo es un cine que en Latinoamérica se torna incómodo, cercano y muy parecido a la realidad que nos circunda y que nos desborda. Este es un buen retorno para el cine venezolano, acorde con su historia y lugar en la cinematografía mundial. [1] Representado por los trabajos de Lindsay Anderson, Tony Richardson, Jack Clayton, entre otros.[2] Representado por figuras como Martin Scorsese, Francis Ford Coppola, Robert Altman y Woody Allen, entre otros.[3] Representado por las películas de François Truffaut, Jean-Luc Godard, Jacques Rivette, Éric Rohmer o Claude Chabrol, y sobre todos ellos su precursor Jean Pierre Melville.

Alarma Por Edgar Suárez

Un hombre puso una alarma en su apartamento. Luego de que se fueran los técnicos encargados de la instalación, la probó una, dos, tres veces. Cambió la clave y probó una vez más el funcionamiento, sonaba como si tuviera una ambulancia puertas adentro. Se sintió bien por ello. Efectivamente esa noche durmió más tranquilo, a pesar de que todavía faltaban tres días para que conectaran el dispositivo con la central, tal como se lo advirtieron los encargados. Al día siguiente, el hombre, quien trabajaba como administrador de una urbanización al otro lado de la ciudad, salió muy temprano. Antes de salir, se miró al espejo, se arregló la corbata y activó la alarma. Luego cerró y ajustó la puerta con fuerza, echó doble llave y se fue. Eran las nueve y treintaicinco cuando un ave desprevenida estrelló con la ventana del cuarto piso, el ave se repuso y recobró el vuelo, no tuvo heridas, solo un poco de aturdimiento que pasó un momento después. La ventana también quedó ilesa. Pero la alarma se activó. Pasaron los minutos. Los vecinos se agolparon frente a la puerta del apartamento, llamaron al vigilante, a la administradora, no se hallaba solución. Llamaron al hombre pero había apagado el teléfono porque estaba reunido con el señor Fiscal quien en aquel momento le hablaba de sospechosos movimientos del tesorero.

Pasaron las horas. La gente exasperada llamó a la policía y al cuerpo de bomberos, pero dos accidentes de tránsito, de importante gravedad, tenían copada la agenda de las autoridades locales. Probaron abrir con las llaves de todos los presentes, pero la puerta no abrió, tampoco se calló la alarma que se alcanzaba a escuchar a tres cuadras a la redonda. Entre tanto seguían llegando personas exasperadas por el ruido para preguntar o ayudar a callar de una vez la pesadilla. Cuando apenas nacía la noche el hombre regresó a casa. Alterado notó que los vidrios del inmueble estaban rotos, la puerta estaba abierta y forzada la chapa, al entrar descubrió que habían destrozado el panel de control y la sirena de la alarma, se habían llevado el computador, el televisor, habían desocupado la alacena y habían tirado el retrato de su madre al suelo, lo habían partido en dos. Lleno de indignación hizo el reclamo a la administradora del lugar y a la empresa de vigilancia, esta última le contestó que no habían notado ningún movimiento extraño y que no eran responsabilidad de la misma los bienes que se encuentran al interior de cada una de las propiedades. Le preguntó a los vecinos, al tendero, pero nadie había visto ni oído nada. No hay testigos, escribió el policía en el formulario, que el hombre firmó a regañadientes.

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Superfluo Vox Populi

No sé si lo sepa Superman pero le debe mucho a Lex Luthor y a todos sus enemigos. Cada uno de ellos traza una línea perfecta entre bien y mal.

Vox populi, vox dei, el problema es que ya no somos creyentes.

Él, justiciero, no tiene que pensar. Siempre seguro de sí mismo, no tiene dilemas Superman. ¿Qué sería de Superman sin sus contrarios? justiciero al fin de interrogantes diarios. Allí –no es posible olvidarlo– sus superpoderes se verían seriamente disminuidos; en realidad –no hay que publicarlo– habría que olvidarlos. Superman lo sabe, sus opiniones siempre generales, a vuelo de pájaro, superficiales. Ante preguntas inusuales es súper hábil para esquivarlas. Es lo que la gente de esta metrópoli llama: un avión.

Riiiiiiin Riiiiiiin

Tal vez sea eso a lo que se refieren los habitantes de Metrópolis cuando ante la presencia del hombre de acero dicen: “¡Es un pájaro!; ¡No, es un avión!; ¡No, es Superman!”.

Riiiiiiin, riiiiiiin… Riiiiiiin, riiiiiiin. “¡Muchacho, contesta!” Le grita mamá. Pero él hace un gesto y orondo se va.

EPS A esta altura la gente ya no se gana la vida en sus trabajos. Las entidades de salud han dado un nuevo significado a la expresión: “ganarse la vida”. Cada persona con su enfermedad debe participar en una ruleta de solicitudes, autorizaciones, tutelas, créditos… para salvar su vida. Con ellas es cierto eso de estar más cerca de las estrellas. Ellas –está claro– se ganan la vida, a pesar de la vida misma.

Teoría del hambre y la sed El problema del hambre es un problema de anonimato. Si el sujeto A llega con su familia a la ciudad B y tiene hambre, no debe permitir que su hambre sea anónima. El sujeto A debe declararse públicamente en “huelga de hambre” y esperar tranquilamente a que lleguen cámaras y reporteros, quienes pueden convertirla en un hambre televisada –y todos sabemos que por televisión somos más sensibles, más solidarios, más humanos–. Detrás de los noticieros llegará un funcionario público y con él un médico y con ellos comida. Y seguramente un número de cuenta que permitirá a los televidentes saciar su sed de justicia. Giovanny Araque

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en el tintero

En busca del tiempo perdido

El papel

Desde hace muchos años me hacen falta diez minutos, y justo cuando los encuentro a lo largo del día o el mes me quedo mirándolos. Desconcertado e impreciso, los saludo, los dejo pasar, los sumo, y como si fueran minutos ajenos, los acuesto, les hago su funeral casi a escondidas. Es mejor que nadie se entere, No hay tiempo para dar explicaciones. Allá cada quien con sus delirios y sus desgracias (tal como lo dicta la nueva democracia). En las revistas y en la televisión se dice que somos muchos los que, abrazados a tareas ilusorias, andamos rebuscando un pedazo de vela, un barco en medio del instante. Dicen, los especialistas, que tenemos una enfermedad causada por las secuelas que deja el sistema en la carne, que ataca tanto a especialistas como a peatones y que la gente suele llamar con diversos nombres. Apuro, tránsito, favor, querella. Acostumbrado a andar con afanes, pidiendo disculpas deliberadamente, ya no sabría cómo vivir sin esa brecha que va dislocando la duración de los hechos. Abismo, que me permite, entre otras cosas, quedarme hablando con mi sombra sostenidamente o leer hasta encontrar el siguiente punto, incluso sobrepasarme y dejar que la pereza escurra por los dedos. Igual lo sustancial es llegar a la meta. No importa que suceda diez minutos antes o después.

Cabe recordar en esta noche lluviosa que en Colombia había (o hay) un cartel del papel higiénico que determinaba cuánto es que vale el uso de este cotidiano y popular artefacto. Incrementaban artificialmente el precio del papel higiénico, de los pañales y de otros pañuelos, mediante acuerdos entre los magnates de estas industrias. Así que cada vez que esa parte del pueblo colombiano, que gustamos de sentarnos en el retrete a filosofar, nos bajábamos el pantalón, estos delincuentes nos metían la mano al bolsillo muy de frente. Nosotros tan preocupados por si hay o no papel higiénico en las tiendas venezolanas mientras aquí estaban limpiándose el culo con nosotros. Y no hemos dicho mu. Debe ser que ya nos hemos acostumbrado a vivir siempre untados. Ya ni sentimos el olor.

Edgar Suárez

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horóscopo Bruno Maña Aries Del 21 de marzo al 20 de abril Recurre un poco más a tu ventana, a las cosas que pasan por tu frente, para qué rebasar todos los puentes si el sol sigue saliendo en la mañana en medio de tu sueño y de tu dieta. Habla con los vecinos aunque el frío abrume tus palabras, siente el río de tus ojos, la forma en tu planeta.

Virgo Del 24 de agosto al 23 de septiembre El ciclo no termina porque quieras o decidas. Hay cauces que mantienen las distancias, cadencias que devienen entre los blandos cuerpos como fieras que no duermen. Entiende las mareas que circundan la noche. No malgastes energía negando los contrastes. Deja para mañana las tareas.

No le busques fantasmas al destino para repartir culpas que son tuyas. No intentes sanar con aleluyas lo que en verdad te importa un comino. Contén ya tu palabra, uno es fuego también callado, deja la arrogancia en la cama. Observa con distancia los dados con los que juegas tu juego

El amor no es ensueño que transpira mientras rondas tu calle o tu deleite, es congregar el agua y el aceite, juntarse en la crisis que conspira tumbando sutilezas y cimientos, asunto nada fácil en los meses que se acercan. Es hora de que peses lo que en tu corazón es movimiento.

Capricornio Del 22 de diciembre al 20 de enero

Géminis Del 22 de mayo al 21 de junio

Si dan golpes mantén la guardia arriba, No es quedándose quieto que los traques pegan menos. Revisa los achaques, repasa las palabras del escriba, prepara la legítima defensa. Aprende de la voz de los caídos para aguantar cuidando bien el nido de toda la acechanza y sus ofensas.

La vida no es tan solo fuga abrupta, desaforada, es solo la parte de la parte que te toca, tu arte. Agita tu mente. Son corruptas las verdades que no pueden callarse, que no guardan silencio cada tanto para pensar un poco en el encanto. No basta con gritar, luego largarse.

Acuario Del 21 de enero al 18 de febrero

Cáncer Del 22 de junio al 22 de julio

De la suerte no esperes demasiado. No hay vela, piedra, hechizo que desate tus deseos. Si buscas disparate, hay muchos en las arcas del mercado que cumplen su ilusión de talismanes. Encuentra en los rituales del descanso respuesta a tu ansiedad. En el remanso se sanan las heridas, los afanes.

Así exprimas tu tiempo ante el notario y consignes la gota final de tus empeños, no será suficiente, pues los dueños hallarán algún modo, tal vez varios, para seguir robando tus quehaceres. Si puedes, es mejor que des un salto. Debe haber otras formas, lo resalto, de cocinar la flor de los placeres.

Tienes miedo de ser un ser corriente, vulgar y tembloroso, mejor muta. Deja de compararte con las rutas que los demás recorren en caliente, asume tu contexto y tu tejido. Eres lo que el presente te permite, lo que resignificas y repites, todo lo que has ganado y has mordido.

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Si el trabajo suprime tu creativa soledad y presientes que la salida es desafiar el hambre con la vida, no temas al escape, tu saliva aprenderá con tiempo de tus manos. Libera tu cerviz del sacrificio. Pon la fe y el esfuerzo a tu servicio. Reanímate, se un poco más humano. Sagitario Del 23 de noviembre al 21 de diciembre

Tauro Del 21 de abril al 21 de mayo

Leo Del 23 de julio al 23 de agosto

Escorpión Del 24 de octubre al 22 de noviembre

Libra Del 24 de septiembre al 23 de octubre ¿Eres de los que dice que no saben con quién se han metido?, ¿Te relames pronunciando tu nombre? Es infame alardear del espíritu. Si no caben en tu espejo las formas de tu boca, algo sigue fallando en tu lectura. Deja ya de inflamar las imposturas, de pintar la mentira que te toca.

Piscis Del 19 de febrero al 20 de marzo Procura no perder de tu pasado los besos, la sed, los desniveles, el agua del recuerdo, los papeles que has soñado. Si somos lo acordado por los recuerdos que llegan, enlaza lo cercano a las huellas vivientes de la madre. Respira lo que sientes, deambula observando lo que pasa.


esquina Lo más bonito del espíritu navideño es que siempre trae su lado cruel. Piedad Córdoba siempre daña nuestra imagen de corruptos en el exterior. La esclavitud nunca fue abolida, solo se amplió para incluir todos los colores. Para Colombia el fútbol no es opio sino laxante. Si con el socialismo real no se pudo, tocó con el socialismo irreal.

Juro que lo oí decir Horizontales 1. Cantautor colombiano recientemente fallecido. 2. Hablaría con algún dios. Lo que le vendemos al patrón. 3. Que son nacidos en este lugar. Así se le dice al comercio ilegal de animales humanos. 4. Símbolo del cesio (inv.). Dícese de los machos que se ponen monotemáticos e insoportables. 5. Un gato en inglés (inv.). Lastimado, agraviado (inv.). Las dos primeras vocales. 6. Mamífero acuático caribeño (inv.). Agotas, importunas, incomodas. 7. Corta el árbol. Prendido. Habla, pronúnciate (inv.). 8. Símbolo del cobre (inv.). Entregue. Completa, reúne. 9. La cabeza del esqueleto. El duro del Olimpo de los griegos. 10. Unir, conquistar. Popular canal de noticias ruso (inv.). Mister (inv.) 11. Apellido del autor de La rebelión de las ratas (inv.). La mejor de todas, la que ganó la competencia (inv.). 12. Pretende hacer normal a alguien o que ese alguien se ajuste a la ley. Está en las nubes (fem., inv.) 13. El descontrol total. Marineros como Popeye. Verticales 1. La tan irrespetada ley de leyes. 2. Pueblo donde nació García Márquez. Alguien toca a la puerta. 3. Apellido de Fulano (inv.). Óxido de calcio. Chilla, berrea de la tristeza. 4. La parte coloreada del ojo. El movimiento que fundó Gonzalo Arango con sus amigos. 5. Catorce para romanos. Dos vocales abiertas. La costilla de Adán, según la mitología bíblica. El duro, el número uno. 6. Sistema filosófico y religión originaria china basada en las ideas de Lao Tse. Vaca de más de un año y que no pasa de dos años. 7. Escuela Nacional Sindical (inv.). Río europeo (inv.). Mínimo (inv.). 8. Preposición gringa (inv.). Tamal Lechona Cerveza. Les dan rejo (inv.). 9. Convoqué a un encuentro en lugar y hora determinados. La hermana de mamá (inv.). Raspar una superficie con un instrumento cortante (Inv.) 10. Apellido de Miguel, poeta español. 11. Así también le dicen al ajonjolí (inv.). Nombre de escritor colombiano de apellido Arciniegas. 12. Capaz de realizar la labor. Aturdido por ejemplo por la duda de los celos. 13. Un remanso con agua en el desierto. Sociedad Anónima (inv.). Así fue escrito (inv.).

Crucicuadra 15


consciente Revista

Revista Consciente @revisconsciente 16

revistaconscientebta@gmail.com


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