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LIBROS Y NOMBRES DE CASTILLA-LA MANCHA CENTESIMO DÉCIMONOVENA ENTREGA 119 Año IV/ 29 de mayo de 2013

Chile y la guerra civil española. La voz de los intelectuales. Introducción, estudio y edición de Matías Barchino y Jesús Cano Reyes. Madrid, Calambur, 2012. (Col. Hispanoamérica y la guerra civil española. La voz de los intelectuales, 4). Dentro de la vastísima investigación que se ha hecho y que se sigue haciendo sobre la guerra civil española,

las relaciones con el conflicto de Hispanoamérica y, específicamente, de los intelectuales de Hispanoamérica han sido poco estudiadas, más allá de los casos de tres o cuatro figuras de renombre internacional: Pablo Neruda, César Vallejo, Alejo Carpentier y Nicolás Guillén. Esta colección de libros, que es el resultado de largos años de investigación del proyecto I+D “El impacto de la guerra civil española en la vida intelectual de Hispanoamérica” (Ministerio de Educación y Ciencia, España, 20072011; Ministerio de Ciencia e Innovación, 2012-2014), responde a esta laguna en los estudios sobre la guerra civil. La llegada de la República promovió para muchos intelectuales progresistas de Hispanoamérica la posibilidad de un reencuentro –en términos fraternales, libre de tensiones y prejuicios– con la antigua Madre Patria, un reencuentro que se vivió con enorme pasión e intensidad durante los años de la guerra civil. De manera cuantitativamente menor pero igualmente apasionada, hubo un sector de intelectuales simpatizantes de la España tradicional que veían la llegada de la República como una amenaza a los valores tradicionales. Jamás, en los países de Hispanoamérica, se había escrito tanto sobre España: poemas, narraciones, obras dramáticas, testimonios de primera mano, crónicas, ensayos, artículos periodísticos y panfletos; jamás, por otra parte, desde la lucha por la Independencia, se había visto una movilización tan fervorosa de los intelectuales por una Causa política. La guerra civil sirvió no sólo para redibujar las relaciones entre España y sus colonias de antaño, sino también para cristalizar de manera dramática la politización creciente de la literatura que existía en cada uno de los países americanos desde los comienzos de los años treinta. Lo que sucedía en la


península planteaba, a ojos de los intelectuales de Hispanoamérica, un espejo para sus propias tensiones y a la vez modelos para remediarlas. Por eso, estos libros permiten una certera radiografía del campo intelectual y la situación política de los distintos países en los años treinta. Los libros de la colección – Ecuador y la guerra civil española. La voz de los intelectuales (introducción, estudio y edición de Niall Binns); Argentina y la guerra civil española. La voz de los intelectuales (introducción, estudio y edición de Niall Binns); Perú y la guerra civil española. La voz de los intelectuales (introducción, estudio y edición de Olga Muñoz Carrasco); y ahora Chile y la guerra civil española. La voz de los intelectuales (introducción, estudio y edición de Matías Barchino; coedición de Jesús Cano Reyes)– incluyen sustanciosas introducciones generales, que tratan la situación política y cultural del país en cuestión, así como el impacto que tuvo la guerra en la política y sobre todo en el campo intelectual. A continuación, ofrecen una selección documental de textos, que no se limitan a las obras de figuras canónicas, sino que abarcan a numerosos intelectuales que plasman su experiencia o su visión de la guerra civil mediante la palabra escrita. Entre los intelectuales contemplados en el libro, se incluyen los testigos de la guerra y asimismo los editores y columnistas de los medios de comunicación, que se convierten en protagonistas centrales en el debate de ideas en torno al conflicto. Una presentación individual de cada autor y medio documentado sirve para situarlo en el contexto de los años treinta y de la movilización de intelectuales en torno a la guerra española.

Universidad Complutense de Madrid y profesor titular de Literatura Hispanoamericana en la Facultad de Letras de la Universidad de Castilla-La Mancha, de la que es decano. Se ha interesado por todos los ámbitos de la literatura hispanoamericana desde el periodo virreinal a la época contemporánea, en géneros como la poesía o las memorias y autobiografías. Es editor de la Poesía lírica (2000) del escritor hispano-mexicano Bernardo de Balbuena, así como de Veinte poemas de amor y una canción desesperada (2000) de Pablo Neruda, y ha publicado artículos y estudios de numerosos escritores hispanoamericanos y españoles. Es especialista en la escritura autobiográfica y ha estudiado la obra del cautivo español del siglo xvi, Diego Galán y editado sus memorias: Cautiverio y trabajos de Diego Galán (2001) y Relación del cautiverio y libertad de Diego Galán Escobar (2011), en colaboración con Miguel Ángel de Bunes Ibarra. Ha coordinado los estudios recopilatorios, Nicolás Guillén, hispanidad, vanguardia y compromiso social (2004), junto a María Rubio Martín, y Territorios de La Mancha. Versiones y subversiones cervantinas en la literatura hispanoamericana (2007). Ha colaborado en el último tomo del Manual de literatura hispanoamericana de la editorial Cenlit (2011), con Javier de Navascués y Celsa Carmen García Valdés. Forma parte del proyecto de investigación «El impacto de la guerra civil española en la vida intelectual de Hispanoamérica» (Ministerio de Educación y Ciencia, España, 2007-2011; Ministerio de Ciencia e Innovación, 2012-2014).

Matías Barchino Pérez (Valdepeñas, 1961) es doctor en Filología por la

Web de Editorial Calambur


preguntas. Por ejemplo, pensemos que estamos en Cuenca: ¿Quién fue ese Santiago López que da nombre a una calle?¿Cuántos títulos ha tenido Carretería hasta llegar a tener el que hoy ostenta? ¿En qué año se edificó el Palacio de la Diputación? ¿Qué significa Casa del Corregidor aplicado a un noble edificio de la calle Alfonso VIII? ¿Dónde se encuentra la fuente del Canto? ¿Qué hizo el doctor Galíndez para tener su nombre en una calle? ¿Por qué coexisten dos títulos, Severo Catalina y Pilares, en la misma calle?

Bajo el título de Diccionario de andar por casa el prolífico escritor y periodista ha redactado, de la A a la Z, cual corresponde, un verdadero glosario de las vías urbanas de la capital de la provincia exponiendo en unas pocas líneas no sólo sus nombres y su origen, sino aquellos datos – históricos, patrimoniales o de cualquier otro tipo – que las caracterizan, sumando así a su interés como nomenclator el de verdadera guía para circular por ellas. Un volumen que no sólo descubrirá el dédalo urbano conquense al foráneo sino que reserva más de una sorpresa para los propios conquenses.

Cuencacultura.es Cualquier persona que vive en un lugar determinado puede pensar que conoce ese lugar y se siente capacitada para caminar por sus calles con la total tranquilidad de saber dónde se encuentra en cada momento. Las dudas surgen si en ese deambular sosegado el paseante al que nos estamos refiriendo empieza a plantearse

Y así podríamos seguir hasta el infinito, haciéndonos preguntas a medida que avanzamos en ese hipotético paseo por las calles de una ciudad, en este caso la nuestra, Cuenca. Eso es lo que ha hecho José Luis Muñoz: recorrer paso a paso, durante años, el contenido total de la capital conquense, planteándose cuestiones, buscando información y reflejándolo todo en un amplio repertorio de respuestas. Pues, finalmente, eso es un diccionario, un catálogo de afirmaciones, noticias, explicaciones y también un poco de literatura y algo de fantasía, sin que falte tampoco el leve toque crítico, siempre necesario, cuando en ese deambular por el recorrido urbano aparece un punto, un elemento, no muy satisfactorio, como ocurre cuando recordamos la existencia antigua de algún edificio o elemento (la fuente de la Doncella, por ejemplo) perdido entre los avatares del progreso urbanístico.


Diccionario de andar por casa es, ciertamente, un libro singular, por su contenido, estructura y objetivos. Entre estos, el primero de todos tiene carácter informativo, pues se trata de recopilar noticias sobre calles, edificios, costumbres, fiestas, y también elementos naturales, desde la Ciudad Encantada a las Torcas, pasando por los lugares habitados (pueblos, aldeas y caseríos) del término municipal, sin olvidar los montes. Pero es también un libro que puede ser de idéntica utilidad para los visitantes de Cuenca porque, sin ser una guía turística al uso, si da respuesta inmediata a quienes, en su sorprendido pasea por la ciudad quieran saber en cualquier momento cómo es la catedral o las Casas Colgadas o cualquiera de las iglesias y edificios civiles que jalonan el territorio urbano o pueden encontrar igualmente los horarios de los museos.

La comedia de los contrastes/ Fantasía con recortes Antonio Martínez Ballesteros Ed. Fundamentos, Madrid, 2013 NOTA DEL AUTOR Vivimos una época en la que cada día

Pues finalmente todo cabe en las 314 páginas, profusamente ilustradas, que constituyen este libro, escrito por un auténtico especialista en la materia, ya que no hay que olvidar que a este tema José Luis Muñoz ha dedicado varios artículos periodísticos y un libro anterior, Calles de Cuenca, agotado hace muchos años.

ocurre algo nuevo que elimina o parece hacer olvidar lo ocurrido el día anterior. El tiempo va muy deprisa. El autor de teatro que desea reflejar su tiempo en lo que escribe, cree que cumple su misión al escribir su última pieza cuando, si se para a reflexionar, le parece que lo escrito ya no tiene vigencia. Y es que el afán de estar al día le hace creer a uno que lo escrito ayer

Cuencacultura.es

ya no interesa hoy. Pero creo que viéndolo desde fuera, en plan de espectador, el ayer y el

hoy

son

dos

tiempos

que

se

complementan y el hoy es como es porque el ayer fue como fue. Creo que se me entiende sin necesidad de darle más vueltas. Por lo tanto, ambos tiempos han de ser igualmente observados y pensados con el


mismo interés, ya que forman parte de

determinadas

situaciones

que

podrían

nuestra realidad.

ocurrir en la sociedad en que vivimos – Laboremus, Veintiuno por ciento, Amnistía-

Escribí La comedia de los contrastes en el 2010, en la época de Zapatero. No sé por qué empecé la obra en el más puro realismo, intentando reflejar con humor los insultantes contrastes y diferencias que existen en la vida real y, al final, cuando llegué a la escena en la que los dos presidentes de los partidos que se suceden

, llegando a la escena final con una auténtica fantasía, Destierro. Y pienso que es

así:

esas

invenciones

pudieran

convertirse en desagradables realidades aunque podamos afirmar, como hace el personaje de Desahucio, de mi anterior obra publicada en editorial Celya, que no haya llegado el momento…todavía.

en el poder se enfrentan, me metí, casi sin darme cuenta, en el teatro del absurdo.

Para su montaje se necesitan pocos

Posiblemente porque lo que nos hacen vivir

intervinientes. Y no digo más… Estoy

los de arriba a los que estamos más abajo es

seguro

una especie de teatro del absurdo que, por

adecuadamente,

muy absurdo que sea, lo entendemos todos

preguntaría por qué unas piezas tan actuales

y lo mismo nos da que hablen del estatus

y

del ciudadano que del tres catorce dieciséis.

antes…Bueno, todas no son tan divertidas.

Y luego, en el 2012, empecé a trabajar en

En el fondo llevan consigo un poso de

Fantasía con recortes, ya con Rajoy en el

amargura. Y, además, hay drama y… hasta

poder –es un decir-, escribiendo con más

tragedia. No sé por qué, habiendo dicho

intencionalidad: comencé por el teatro del

muchas veces que donde me encuentro más

absurdo –Debatillo-, porque también nos da

a gusto es en el humor, la tragedia que he

igual que discutan los intereses del pueblo

escrito en esta colección, El parque, es una

reduciéndolo a un sencillo ta-ta-tá, pues

de mis favoritas… Pero mi final creo que,

eso, si resumimos, es lo que nos parecen a

al menos, puede provocar una sonrisa.

fin de cuentas los discursos de los políticos;

Aunque amarga. De una forma u otra es una

a continuación, me sumergí en el realismo

invitación para luchar y defender nuestro

de una forma más dramática –Delator,

bienestar. ¿Huele, acaso, a utopía? Pues yo

Miedo-; incluso toqué la tragedia, ya que lo

diría que para conseguir esa utopía, primero

es hasta el límite la situación de ese

hay que soñarla.

de

divertidas

que

si parte

no

se

se del

han

montaran público

montado

matrimonio que lleva a cabo su última discusión en El parque; y, después, me metí de lleno a trabajar lo que de verdad me hace sentirme a gusto: el humor, que se basa a veces en escenas de las que se derivarían

Antonio Martínez Ballesteros


Villa de Torrejón del Rey. Una mirada al pasado, Ayuntamiento de Torrejón del Rey y Edic La Ergástula, 2009, 232 pp. El libro que hoy sacamos hoy de nuestro Baúl de libros se editó el año 2009, dentro del programa “Los Legados de la Tierra” que tanto bien hizo para el conocimiento de la fotografía antigua, y hasta cierto punto olvidada, de los pueblos de Guadalajara. Básicamente el libro, cuya edición no escatimó medios: buen papel, encuadernación con tapa dura, fotografías en color…, consta de dos partes principales: la primera destinada a conocer la Historia de Torrejón del Rey, y la segunda, que constituye el Catálogo de Imágenes, que a su vez se encuentra distribuido o subdividido por temas: El pueblo y sus parajes, fiestas populares, fiestas religiosas, la infancia, la escuela, labores del campo, retratos, tiempo de ocio, tradiciones y vida social, fotografías que en muchas ocasiones han permanecido guardadas amorosamente como verdadero patrimonio heredado de los mayores y que muchas veces, al echarles un vistazo de tarde en tarde, han podido

provocar más de una leve sonrisa al recortar tales o cuales momentos pasados, o quizá también más de una lágrima. Fotografías que pueden “verse” desde distintos puntos de vista, pero fundamentalmente desde dos principales: como recuerdos familiares que son y que como tales pasaron a integrar el patrimonio de lo íntimo, o como documentos del pasado del pueblo. En ambos casos su valor es incalculable y no solo por su contenido sino por su cantidad, puesto que para la realización del catálogo se registraron más de 2.000 fotografías, como señala Carmen de Mora-Granados Sáez, Archivera Municipal, en la introducción, y que abarcan un espacio temporal situado entre los años 1870 y 1960. Y eso es lo que en parte viene a decirnos el alcalde de Torrejón del Rey, Mario San Martín García, en la presentación del libro, añadiendo al documento gráfico que es la propia fotografía, ese otro dato, que es el histórico, y que en tantas ocasiones sirve para desmitificar algunos aspectos mantenidos a macha martillo por el pueblo como verdad de “tiempo inmemorial” que tantas veces no se corresponde con la realidad, como venía sucediendo, pongamos por caso, con la denominada “Casa Grande”, que ocupa uno de los laterales de la plaza Mayor, que desde siempre ha venido considerándose como lugar de descanso y veraneo del rey Pedro I “El Cruel” o “El Justiciero”, cosa que no pudo ocurrir de ninguna manera puesto que la dicha casa aún no se había construido en aquella fecha. Cuestión meramente cronológica. Aspectos que se explican y desmitifican en esa primera parte del libro que corresponde a “Su historia”, cuyo texto fue escrito por Enrique Daza Pardo, Gonzalo López-Muñiz Moragas, José Ángel Salgado Carmona y Elena Vega Rivas, historiadores ampliamente


conocidos a través de otros muchos trabajos, que ocupa las páginas 18 a 70, desde “Los orígenes de Torrejón del Rey y Alcolea de Torote”, hasta “El abastecimiento de aguas de Torrejón del Rey” y la construcción de “El puente de la carretera N-320”, pasando por la “Evolución histórica de la villa” y los distintos elementos singulares, como su escudo, la iglesia parroquial de San Julián y Santa Basilisa o la “Casa Grande” antes mencionada. Todo ello amplificado con una buena bibliografía, que los autores consideran “básica” (una treintena de títulos selectos), y un anexo documental que incluye la “Autorización firmada por el rey Felipe III para que la villa de Torrejón del Rey se pueda vender al secretario Real Don Alonso de Muriel y Valdivieso” (1606, 20 de Agosto. San Lorenzo del Escorial. Archivo Histórico de Protocolos de Madrid, notario Francisco Testa, legajo 2.626) y las “Respuestas Generales al Catastro de Ensenada”, además de dos inscripciones latinas pertenecientes a otras tantas estelas funerarias romanas localizadas en las ruinas del despoblado de Alcolea a mediados del siglo XIX y estudiadas por Juan Manuel Abascal Palazón. El catálogo fotográfico es muy amplio y de su contenido son de destacar las imágenes correspondientes al templo parroquial y a la “Casa Grande”, gracias a las que podemos conocer su estado hacia 1960; la fiesta de agosto con sus tradicionales encierros y capeas (de hacia 1920), entrar en detalle en el “refresco” del día de “Candelas” y, en especial, la subasta de “la Rueda”, a cargo del “Padre de los Mozos” (años 60-70), -fiesta que por fortuna ha llegado hasta nuestros días y es considerada de Interés Turístico Provincial-. De gran interés gráfico e histórico es una fotografía de hacia 1900 que representa al Cristo del Socorro en su fiesta de la Cruz de Mayo, así como

otra, esta vez firmada por el conocido fotógrafo de Guadalajara, Mari, de la Virgen de las Candelas (1915), de la que también se incluyen dos imágenes más, realizadas en los años 1917 y 1920, de autor desconocido, amén de algunas otras más tomadas a lo largo de su procesión. En las correspondientes a las labores del campo es digna de reseñarse la foto de unos “Bueyes tirando de una carreta”, de hacia el año 30. De mayor interés son los “Retratos”, puesto que algunos aparecen debidamente firmados y datados: por ejemplo el de Victoriana López, de 1890, realizado en el estudio madrileño del fotógrafo C. P. López (C/. Bola, 11), el de 1893 de una niña con muñeca, también realizado en Madrid, en el mismo estudio que la anterior, pero por López y Ariza, además de otros muchos, anónimos, cronológicamente datados entre 1875 y 1900. Dentro del apartado de las fotografías sobre aspectos del ocio hay una de 1928 titulada “De caza con el macho de perdiz” que destaca o “Rondando a Josefina…”, de 1944. El apartado de “Tradiciones” está representado únicamente por fotografías de aspectos religiosos: la Peregrinación de la Virgen de Fátima, las procesiones de San Isidro y del Corpus, las Misiones populares…, si excluimos una acerca de la matanza del cochino. Un conjunto que, como verá el lector, da suficiente idea de la evolución experimentada por el pueblo en cuanto a la vida de sus habitantes se refiere, puesto que allí pueden apreciarse nítidamente las modas en el vestir de mujeres y hombres, los peinados según épocas, el adecentamiento de los caminos, los medios de transporte y la evolución de los aperos de labranza; las fuentes y el abastecimiento, que tanto trabajo ahorraron al elemento femenino; los propios niños del colegio; las fiestas y su celebración en aquellos bares


donde solo se servía vino y mucho después cerveza y tantas otras cosas más que cada cual puede ir viendo detalladamente según sus gustos, apetencias o intereses. José Ramón López de los Mozos

“Las Tablas de Daimiel: agua y sedimentos” recoge 10 años de investigación del IGME El Instituto Geológico y Minero de España (IGME) ha presentado este jueves en el Molino de Molemocho el volumen monográfico "Tablas de Daimiel: agua y sedimentos". Esta publicación presenta el resultado de diez años de trabajo de investigación en el humedal, a cargo de un equipo científico liderado por la hidrogeóloga del IGME Rosa Mediavilla, e integrado por más investigadores del IGME, la Universidad Complutense de Madrid, la Universidad de Alcalá y el Centro de Estudios y Experimentación de Obras Públicas. En la presentación han intervenido además de la coordinadora del publicación, el también investigador Silvino Castaño, que ha aprovechado para presentar la web "Paleo Tablas de Daimiel", surgida a raíz de este trabajo; el presidente del IGME, Jorge Civis; la directora adjunta del Organismo Autónomo de Parques Nacionales (OAPN), Montserrat Fernández; y el

presidente del Patronato de Las Tablas, Sebastián García. Entre los invitados se encontraba el alcalde de Daimiel, Leopoldo Sierra, que ha valorado la utilidad de esta publicación en la línea de conservación y desarrollo sostenible que persiguen todos los agentes implicados con Las Tablas. "Ese equilibro es fundamental para aprender las lecciones del pasado y para asegurar que el gran presente del humedal se mantenga en un futuro", indicaba. Esos mismas pautas de acción y corresponsabilidad también las han puesto de manifiesto la directora adjunta del OAPN y el presidente del Patronato, que confiaban que "con el compromiso de todos" Las Tablas puedan mantener un estado óptimo prolongado en el tiempo. En ese sentido, Fernández ha comentado que con el objetivo que de las alegrías en el Parque no sean pasajeras, Parques Nacionales ha firmado con el IGME un protocolo de colaboración porque "nos preocupa muchos la calidad de las aguas" que llegan al Parque. Y es que, tal y como ha apuntado Mediavilla en su exposición, los efectos de la acción humana en el humedal "son patentes", con especial intensidad desde el siglo XVIII hasta la actualidad. Una huella que, entre otras consecuencias, "ha degradado la capa superficial del humedal lo que ha conllevado una pérdida de su capacidad de retención del agua y el aumento del riesgo de incendios subterráneos", o que las "numerosas actuaciones para desecar o recuperar el humedal han tenido como consecuencia la modificación de sus ciclos hidrológicos". Así las cosas, y aunque aclaraba que no cuentan con una bola de cristal para predecir el futuro, Mediavilla afirmaba que este libro si puede orientar para planificar "más allá de la inmediatez" y permitir así la supervivencia de un "paisaje milenario para generaciones futuras". Daimiel.es 9 de mayo, 2013


Cajonerías renacentistas de Alcaraz José Sánchez Ferrer Instituto de Estudios Albacetenses

Desde la conquista cristiana y a lo largo de su historia, Alcaraz ha tenido cinco iglesias parroquiales (San Ignacio reedificada en otro lugar en el siglo XVI-, San Pedro, Santa María, San Miguel y la Trinidad), cinco conventos (dos franciscanos, el de San Francisco frailes- y el del Sancti Spiritus -monjas-; y uno agustino, el de San Agustín frailes-)-, un hospital de la orden de San Juan de Dios, un colegio de la Compañía de Jesús y varias ermitas, entre las que siempre ha destacado la de la Virgen de Cortes. Hoy solamente quedan las iglesias de la Trinidad, del monasterio de la Magdalena y del santuario de Cortes. También se conserva la iglesia de San Miguel, pero ésta hace años que fue cedida temporalmente por la Iglesia al Ayuntamiento de la ciudad y se ha convertido en una sala de exposiciones,

conferencias y otros actos culturales. En este elevado conjunto de espacios eclesiales debió existir un considerable mobiliario y del mismo, probablemente, destacarían las cajonerías. Se han conservado muy pocas y con interés solamente tres, todas del siglo XVI; tiene escaso valor artístico, las otras dos, platerescas, son importantes. De ellas, dos se hallan en la sacristía de la Trinidad y la restante en la de la iglesia de Cortes; el estudio morfológico, iconográfico y simbólico de los relieves de las puertas y de los cajones es el objetivo de este trabajo. El libro está ilustrado por buenas y numerosas fotografías realizadas por Santiago Vico Monteoliva y por José Enrique Sánchez Hurtado; las reproducciones muestran con todo detalle los relieves que ornamentan las cajoneras. Web del Instituto de Estudios Albacetenses

De Brooklyn a Santo Tomé Hilario Barrero, el pregonero del Corpus, presentó en la Biblioteca de


Castilla-La Mancha su nuevo libro “Nueva York a diario” El hijo pródigo ha regresado a Toledo. Y por la puerta grande. El poeta y catedrático Hilario Barrero, que sigue diciendo «cabalito» aunque lleva casi cuatro décadas residiendo en Nueva York, está viviendo su auténtica Semana Grande; primero, con el emocionado pregón del Corpus Christi que pronunció el miércoles en el Teatro de Rojas y, al día siguiente, jueves, en un acto más íntimo, con la presentación de su libro «Nueva York a diario», editado por Impronta, y la inauguración de su exposición titulada «Bestiario (cartones neoyorquinos)». La muestra, que estará instalada hasta el 4 de junio en el pasillo de la Borbón-Lorenzana, en la Biblioteca Regional, es una colección de dibujos y pinturas para ilustrar poemas y versos. Como los que se entrelazaron en la presentación de «Nueva York a diario», a la que asistieron el poeta y crítico José Luis García Martín; la subdelegada de ABC en Toledo, Mª José Muñoz, y la actriz toledana Lola Baldrich, que endulzó los poemas de Barrero con su voz. Fue Muñoz la encargada de presentar a este catedrático de la Universidad Pública de Nueva York, poeta, traductor y escritor, que nació en pleno barrio de Santo Tomé, y de allí saltó hasta Brooklyn para «volver a explicar el subjuntivo», como él dice en uno de sus poemas. Muñoz recordó cómo «unas palomas moribundas» -una preciosa imagen colgada en internet- la llevaron hasta Hilario Barrero una tarde de otoño. Y, desde entonces, gracias a la sección ‘Nuestro poeta en Nueva York’,

-que se publica quincenalmente en Artes y Letras de CLM-, Barrero se ha asomado fielmente a la ventana de la cultura de nuestra región. Del libro, Muñoz destacó un nuevo género, el periodismo poético, que nace en estas páginas repletas de «caleidoscópicas microhistorias» en las que el profesor Barrero describe «la fauna y flora que le rodean» y en la que «los lectores son testigos de su «honda pena por la inexorable mortalidad del ser humano, por la pérdida de la belleza, la añoranza de la juventud y el futuro en sombras». El crítico, poeta y amigo de Barrero, José Luis García Martín, habló de literatura, periodismo, poesía y del mundo de Barrero, que no sólo se circunscribe a Nueva York, sino a sus recuerdos, su vida en Barcelona, en Gijón, su viaje a Perugia, sus amores juveniles y su Toledo, esa ciudad en la que nació el poeta y que «se ha ido endulzando con el paso del tiempo». De este diario, -un saco en el que todo cabe-, García Martín destacó también la faceta de «robaimágenes» de «Nuestro poeta en Nueva York» y llegó a decir que, como Galdós o Urabáyen, -a quien tanto admira el poeta-, también existe ya un «Toledo de Hilario Barrero». Y destacando su amor por «una ciudad cárcel en la que mi ademán sería condenado, donde una luz inquisitorial quemaría mi mirada en la plaza de Zocodover», comenzó su intervención en esta especial presentación de la vida a diario de un toledano en Nueva York que ha vivido, como él mismo confesó, «una semana muy especial» que culminó con el nacimiento de este diario que pudo tocar con sus manos por primera vez este mismo jueves. Es


su otro hijo de su extensa bibliografía: Barrero ha ido construyendo una extensa obra literaria que conjuga diversos géneros. Poesía: Siete sonetos (1976), In tempore belli (1999), Agua y Humo (2010), Libro de familia (2011). Narrativa: Un cierto olor a azufre (2009). Diario: Las estaciones del día (2003) De amores y temores (2005), Días de Brooklyn (2007) Dirección Brooklyn (2009), Brooklyn en blanco y negro (2011). Traducción: De otra manera, de Jane Kenyon (2007), Delicias y sombras, de Ted Kooser (2009), El amante de Italia, de Henry James (2009), Lengua de madera. Antología de poesía breve en inglés (2011). Hilario Barrero agradeció las palabras de su amigo José Luis Martín y de Mª José Muñoz, a la que elevó a categoría de «mi agente» y con la que ha discutido en estos últimos meses hasta del «sexo de las comas» del libro. Y también por la sorpresa de la presencia inesperada en el acto de la actriz Lola Baldrich, de su voz y de sus bellos ojos, con los que leyó varios poemas. De ese Toledo de los años sesenta, una ciudad de provincias, «de castañeras en los soportales de Zocodover, de tabernas donde servían un chato de vino peleón por 50 cts, de militaras, de ese comienzo de la televisión, de las corridas del Cordobés, del ministro Fraga...», Barrero recuerda con especial cariño a «Fotos Rodríguez», un establecimiento que, como define en su libro, «era el YouTube de la época, el facebook de los toledanos, en donde solían poner lasbodas de la gente bien, que eran las que tenía más morbo». Y

de ahí surge el recuerdo a Pablo, uno de los hijos, que estuvo en la presentación del libro y asistió emocionado al relato que Hilario Barrero hizo de esa época: «Pablo hizo unos retratos a color que expuso en una de las vitrinas, pero no tuvieron la misma aceptación que tenían las bodas. Los retratos mostraban tanto la personalidad del retratado como la del fotógrafo: Pablo, en aquel entonces, era un joven vehemente, inteligente, brillante. Un intelectual. Y según decían las chicas que iban a los guateques los domingos a El Cañizo, un chiringuito que había montado un grupo de amigos en casa de los Rivero, Pablo eda un pequeño Dios griego, de pelo rizado, ojos de piedra, de ademanes desordenados y de carácter duro, como un pedernal. Durante un tiempo estuvo enamorado y cuando estaba con la novia, que se llamaba O., Pablo parecía otro, era como un cordero camino del matadero». Pero, pasó el tiempo, y Fotos Rodríguez desapareció... Aunque las emociones no han desaparecido. Y han sido muchas estos días. Las de Pablo, oyendo a su amigo Hilario en la sala de conferencias de la Biblioteca; sus amigos de la infancia, sus vecinos de la calle Santo Tomé o los que, por fin, hemos podido conocer a este toledano que se ha llevado tan lejos un trozo de Toledo y, sobre todo, las emociones de su familia, de sus hermanos, en especial Mª Jesús, que no ha parado de llorar desde que supo que su hermano, el hijo pródigo, iba a ser el pregonero del Corpus. Sólo por eso ha merecido la pena este camino de flashes y entrevistas toledanas bajo los toldos del Corpus. Valle Sánchez; ABC Toledo 25-V-2013


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