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LIBROS Y NOMBRES DE CASTILLA-LA MANCHA CENTESIMODÉCIMOSEXTA ENTREGA 117 Año IV/ 17 de mayo de 2013

José Antonio Marina Crear en la vanguardia Libros de La Vanguardia; Barcelona, 2012 360 págs.; 9,95 euros

La Biblioteca de CLM ha entregado la semana pasada su carnet de socio de honor al filósofo toledano José Antonio Marina que ha iniciado con su intervención un ciclo titulado El Toledo que queremos, el Toledo que soñamos. Publicamos aquí una breve nota sobre uno de sus últimos libros. La creatividad no solo es una de las facultades humanas por excelencia, es sobre todo la que consigue articular la vida como algo estimulante, la que nos desvela toda su escondida riqueza. Desde 2007, José Antonio Marina ha ido desgranando en el suplemento ES de La Vanguardia todas sus facetas, desde las más humildes, como la horticultura o la conversación, hasta las más

elevadas, las que dan lugar a lo que el autor denomina "cultura cinco estrellas": música, danza, literatura... Marina ha construido todo un sistema filosófico que ordena el mundo y enseña a moverse provechosamente por él, que excava en las obras de los grandes escritores y pensadores pero que no olvida las creaciones colectivas que Internet ha impulsado de un modo nuevo en los últimos años. Por eso este libro es más que una compilación de artículos. Se presenta al lector como un ordenado cuerpo de pensamiento según seis grandes ejes (creación, posibilidad, proyectos, excelencia, inteligencia compartida y cultura), que le dará pautas para labrarse un yo mejor. Todo ello en el marco de un humanismo de nuevo cuño que solo un autor de la talla de Marina podía esbozar en perfecta sintonía con nuestro tiempo José Antonio Marina (Toledo, 1939) es uno de los más influyentes pensadores españoles de la actualidad. Sus investigaciones se han centrado sobre todo en la inteligencia y el pensamiento divergente, así como en los mecanismos de la creatividad artística, lingüística, científica, tecnológica y económica. Es autor de una amplia bibliografía, entre la que destacan Teoría de la inteligencia creadora (1993), Ética para náufragos (1996), La lucha por la dignidad: teoría de la felicidad política (2000) (escrito con María de la Válgoma, premio Don Juan de Borbón de la Fundación Conde de Barcelona), Dictamen sobre Dios (2002), Las arquitecturas del deseo (2007) o La educación del talento (2010). Colabora habitualmente con artículos periodísticos en distintos medios, entre ellos La Vanguardia y su suplemento de los sábados ES, con su sección Crear. Web de La Vanguardia


Sebastián Durón (1660-1716) y la música de su época Paulino Capdepón y Juan José Pastor Editorial Academia del Hispanismo, Vigo, 2013, 356 pags; 59 € Recuperar a través de distintos estudios el rico patrimonio musical de la región es el objetivo de la colección musicológica Biblioteca de Investigación y Documentación Musical, impulsada por los profesores de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM) Paulino Capdepón y Juan José Pastor, que acaba de publicar su segundo número dedicado al compositor guadalajareño Sebastián Durón. La obra, presentada hoy, ha estado apoyada por el vicerrector de Investigación y Política Científica, Julián Garde. Sebastián Durón (1660-1716) y la música de su época es el nuevo título de la colección musicológica Biblioteca de Investigación y Documentación Musical, impulsada por los profesores de la UCLM Paulino Capdepón Verdú y Juan José Pastor Comín en el seno de la editorial Academia del Hispanismo. El segundo volumen de la colección, presentada a los medios de comunicación ante la presencia del vicerrector de Investigación y Política Científica, Julián Garde, ha sido

coordinada por los propios Capdepón y Pastor y en ella han participado 16 profesores e investigadores de universidades españolas, europeas y norteamericanas. Con ella, la UCLM quiere rendir un homenaje a uno de los compositores más destacados de la región, el guadalajareño Sebastián Durón, quien llegó a alcanzar dos de los puestos musicales más prestigiosos en la España del Barroco como organista y maestro de la Real Capilla de Madrid, donde desarrolló una extraordinaria carrera compositiva en el ámbito de la música sacra y profana, llegando a convertirse en uno de los referentes del teatro musical de su tiempo gracias a sus óperas y zarzuelas, varias de las cuales han sido rescatadas y editadas por el catedrático de la Universidad de Granada Antonio Martín Moreno, autor del artículo que encabeza la monografía que hoy se ha presentado. Este título, que se suma al primero La Sociedad Filarmónica de Madrid (1901-1936). Contexto histórico y valoración del repertorio, del catedrático de Musicología de la Universidad de Salamanca José María García Laborda, galardonado con el Premio de Investigación Humanística Menéndez, viene a confirmar, según el profesor Juan José Pastor, el objetivo con el que nació la colección: “recuperar el patrimonio musical de Castilla-La Mancha a través de la publicación de estudios de carácter analítico, musicológico, de folclore, comparativo con otras artes y didácticos”. En este sentido, el vicerrector de Investigación y Política Científica destacó la “extraordinaria” labor que desarrollan los profesores Juan José Pastor y Paulino Capdepón por recuperar y difundir el legado musical de la región. Especialmente, se refirió a la contribución de ambos porque esta


área “sea reconocida y valorada” a nivel nacional desde hace apenas una década. Palabras en las que incidieron el director general de Cultura de la JCCM, Javier Morales; y el decano de la Facultad de Letras, Matías Barchino, quienes insistieron en el esfuerzo y la “interesante” labor de los profesores Pastor y Capdepón por poner en valor el patrimonio musical de la regional. Los profesores responsables de la colección musicológica Biblioteca de Investigación y Documentación Musical adelantaron que la misma ya trabaja en la publicación del tercer volumen, el cual también contará con la participación de investigadores internacionales y que estará dedicado a Mozart y su relación con España

Web de la UCLM 30-IV-2013

Esta obra es el resultado de una tesis doctoral de Maria Dolores Macarena Fernández Rodríguez, dirigida por Teresa Chapa Brunet y leída en la Universidad Complutense de Madrid en 2004. Estudia un tipo de cerámica ibérica conocida como “cerámica de barniz rojo”. El ámbito de estudio se centra en la Meseta Sur, abarcando los territorios que hoy conforman las CC. AA de Madrid y Castilla-La Mancha, donde esta cerámica está presente en 54 yacimientos arqueológicos. El libro comprende 8 capítulos y 4 apéndices y cuenta con una amplia documentación gráfica. La obra se inicia con una visión general del territorio natural y humano de esta zona durante la Protohistoria, así como una historia de la investigación centrada en este tipo cerámico en las diferentes regiones de España Los lectores encontrarán un inventario completo de los yacimientos en los que ha aparecido cerámica de barniz rojo, producción que es analizada desde una visión arqueológica multidisciplinar. Así, a una propuesta tipológica renovada, se añaden estudios desde perspectivas que enlazan la Etnología, la Arqueometría o la Tecnología Experimental. Todo ello permite avanzar en aspectos casi nunca tratados con anterioridad, como la funcionalidad de estas piezas y su influencia en los hábitos de cultura de la población.

La cerámica de barniz rojo en la Meseta Sur Macarena Fernández Rodríguez Ediciones C&G; Ciudad Real, 2013

En definitiva, esta obra ofrece una puesta al día de unas cerámicas que hunden sus raíces en una larga tradición y que tuvieron un importante papel en el contexto de la cultura material de su época, tanto en sus aspectos funcionales como simbólicos.


En la presentación, que tuvo lugar el pasado 8 de mayo en Ciudad Real, estuvieron presentes además de la autora, el concejal de Cultura, Pedro Lozano Crespo y el director de Ediciones C&G, Julio Criado García. Además está prevista la intervención de la catedrática de prehistoria y arqueología, Teresa Chapa Brunet.

contó con una alocución a cargo de José Miranda Calvo, correspondiente de la Real Academia de la Historia y numerario de la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo. Por parte del Consistorio, el acto estuvo presidido por

el

concejal

de

Participación

Ciudadana, Antonio Guijarro Rabadán.

http://www.elprovincial.es/cla

Alberto Martín Gamero (nacido en San Martín de Montalbán en 1915 y fallecido en Madrid a finales de 1990) se unió a la sublevación militar franquista en los primeros momentos de la Guerra Civil y formó

parte

de

los

denominados

„defensores‟ del Alcázar durante el verano de 1936. Tres años después fue elegido concejal y quinto teniente de alcalde,

cargo

que

abandonó

poco

después, en 1941, por ser nombrado jefe

Precoz biografía del falangista toledano Alberto Martín Gamero

provincial de Falange. Martín Gamero, miembro de una familia de dilatada historia toledana -Antonio

La Sala Capitular del Ayuntamiento de Toledo acogió la presentación del libro Alberto Martín Gamero, toledano y patriota, obra de José María San Román Cutanda. Se trata de una biografía (acompañada de un apéndice gráfico) del exconcejal y jefe provincial de FET y de las JONS de Toledo, un trabajo que posee un valor especial si tenemos en cuenta que su joven autor solo tiene 18 años. El libro, cuya presentación moderó Beatriz Cano González, profesora de la Universidad de Mayores José Saramago,

Martín Gamero (1823-1874) fue uno de los principales historiadores de la ciudad en el siglo XIX-, fue también voluntario de la División Azul, siendo condecorado con la cruz de hierro de primera clase por sus esfuerzos en el frente soviético. Una vez en España, fue nombrado gobernador civil en Soria, Logroño y Pontevedra, junto a otros importantes cargos, algunos de ellos diplomáticos. Inspector del Ministerio de Vivienda -desde donde contribuyó a la creación del Polígono Industrial gracias a su gestión y amistades


en la Administración franquista-, Alberto Martín

Gamero

fue

miembro

del

Gobierno central hasta el año 1969, cuando se retiró para ejercer la profesión de notario hasta su jubilación en 1986. Hijo adoptivo de Toledo, fue consejero de administración de El Alcázar y presidente de la Hermandad de Defensores.

latribunadetoledo.es- 4 de mayo, 2013

José Luis GARCÍA DE PAZ, La Feria de las Mercaderías de Tendilla Guadalajara, Aache ediciones (col. Tierra de Guadalajara, 86), 2013, 80 pp. Ese gran enamorado de todo lo relacionado con Tendilla que es José Luis García de Paz, ha escrito este libro con el fin de dar a conocer la antigüedad de su feria. Conviene recordar, en primer lugar, que lo más probable es que dicho pueblo surgiera en el siglo XII como lugar de repoblación, puesto que no existen

restos anteriores en su casco urbano. Lo natural es que se asentase en las laderas del valle para defenderse de las riadas y, tal vez los restos (que todavía se conservan) de la iglesita de Nuestra Señora de la Zarza, pertenezcan a una primera construcción románica de aquella primera población que, con el paso del tiempo, fue bajando al fondo del valle hasta extenderse a todo lo largo del actual camino -la calle principal- que unía Castilla con Valencia. ¿Acaso el topónimo “Tendilla” tenga su origen en estas “tiendas”? No es lo más probable y sí que proceda de “extendida” (a lo largo de Vallejo). De todos modos la cita más antigua en que aparece mencionado corresponde al año 1395, cuando el rey Enrique III le concedió la categoría de villa, desgajándola para ello del Común de Villa y Tierra de Guadalajara y hacer entrega de ella al almirante Diego Hurtado de Mendoza. Gracias a una copia de su privilegio de confirmación, otorgado en Sevilla por los Reyes Católicos el 6 de diciembre de 1484, que se conserva en el Archivo General de Simancas, (Registro General del Sello, legajo 1-H-74, folio 10), cuya trascripción se recoge en las páginas 4243 del Apéndice 2 del libro que comentamos, sabemos que nació para dedicarse en sus comienzos a la venta de mercaderías de gran valor y precio: paños de Flandes y especias de la India, que llegaban a través de comerciantes de todas las partes del mundo entonces conocido, hasta atravesar una época de clara decadencia, en que casi llega a desaparecer gracias a las sucesivas crisis económicas -y por lo tanto demográficas- del siglo XVII, causadas principalmente por la Guerra de Sucesión, tras la que Tendilla llegó a tener solamente 54 vecinos, es decir, unas 250 almas, según el Censo de Campoflorido de 1717.


Anteriormente, en las respuestas que la villa de Tendilla dio al cuestionario enviado por Felipe II -Relaciones Topográficas- se recoge una descripción bastante extensa e interesante de la feria, en la que puede apreciarse al detalle el tipo de mercaderías que se llevaban y la procedencia de las mismas, así como la de los mercaderes. Una feria que era comparable a otras tan importantes como las de “Medina del Campo e Ruyseco e Villalón e Valladolid e Alva e Béjar e Mondéjar e Piedrahita e Trijillo e Salamanca e Cáceres e Montiel e La Parra e Llerena e Guadalupe e Almagro e Alcalá de Henares e Madrid e otras qualisquier”. Fue después, a comienzos del siglo XVIII, cuando las dos ferias, la de San Matías, dedicada a las mercaderías más extrañas y diversas, y la de San Mateo, exclusivamente dedicada al ganado, se unieron en una sola, que continuó celebrándose en febrero, de modo que a mediados de dicho siglo, el Catastro del Marqués de la Ensenada (1752) cifra en tan sólo 1.544 reales anuales el monto de las alcabalas de la feria y, poco después, las Memorias Económicas de Larruga señalarán que la feria era de “ganado mular y poquísimo comercio”. El caso es que a pesar de todo se siguió manteniendo en el tiempo y se siguió celebrando durante la Guerra de la Independencia. Miñano en su Diccionario apenas menciona la feria tendillera y Madoz, en el suyo, dice que duraba tres días: “el 24 de febrero se celebra anualmente una feria que dura tres días, y su principal tráfico lo constituyen los ganados, particularmente mular, tanto cerril como domado, también se ponen varias tiendas de paños, quincalla, objetos de hierro y otros artículos”. Siguen otras menciones más modernas pero más literarias que económicas. En un libro del Archivo Municipal de Tendilla -el Libro de Ferias- donde quedaban registrados todos los

movimientos mercantiles, se da noticia de que las casas de la población estaban suficientemente equipadas como para poder atender las necesidades de los feriantes y sus caballerías; mientras que los tenderetes se instalaban, previo pago, bajo los soportales, para protegerse de las inclemencias del tiempo, o al aire libre, si no se satisfacía el correspondiente canon. Las pruebas físicas y veterinarias se hacían en el lugar conocido como “El Ferial”, a la salida del pueblo. El comerció parece ser que repuntó en los años cincuenta pero la última feria de ganado se celebró en 1967. Algunas coplillas y paremias aluden a la importancia de esta feria o hacen burla de la calidad del ganado que allí podía encontrarse. Muy conocida es la que dice: “No compres mula en Tendilla/ni en Brihuega compres paño/ni te cases en Cifuentes/ni amistes en Marchamalo”, a la que se añade la correspondiente explicación: “La mula te saldrá falsa/el paño te saldrá malo/la mujer te saldrá tuna/y los amigos contrarios”, con las correspondientes variantes sociocéntricas. O este otro dicho: “Mula de Tendilla, amistad de Alcocer y mujer de Hita, no me las des”, aunque en otros lugares de dice: “quita, quita” (buscando la rima más adecuada). En 1993 el Ayuntamiento y la Asociación de Comerciantes hicieron un primer intento por “recuperar” la feria de Tendilla que salió a pedir de boca, de manera que se decidió celebrarla en adelante el fin de semana más próximo al 24 de febrero de cada año y, algo más tarde, en 1998, debido al éxito alcanzado consiguió la declaración de Fiesta de Interés Turístico Provincial que, el pasado día 8 de febrero pasó a ser regional, categoría que solo poseen dieciséis actividades turísticas de la provincia de Guadalajara. Un capítulo nos acerca al conjunto histórico y monumental de Tendilla, que


fue declarada Bien de Interés Cultural en 2010: su iglesia de “salón”, atribuida a Rodrigo Gil de Hontañón; el palacio de los López de Cogolludo; su Museo Etnológico, y las ermitas, y otro capítulo, igualmente breve, dedicado a su gastronomía tradicional, dando paso a una serie breve de apéndices: sobre bibliografía comentada de aquellos libros en que aparece mencionada la feria de Tendilla, el ya citado privilegio de 1484, algunos aspectos históricos de la feria durante la Guerra de la Independencia, y sobre la nueva feria de las mercaderías de Tendilla (debido a la pluma del que fuera alcalde la villa y promotor de su recuperación Juan Antonio Nuevo Sánchez), además de un artículo de Luis Monje Ciruelo, publicado en ABC el lunes 2 de marzo de 1998 y una colaboración de nuestro recordado amigo Doroteo Sánchez Mínguez, titulado “La feria de Tendilla y algunos de sus protagonistas a mediados del siglo XX” (7 de enero de 2004), referido al pueblo en su vitalidad, los tratantes, los vendedores de miel, el herrero de Pastrana y el nuevo “Clavileño”, aquel caballo que montaba “Don Doro” cuando de joven acompañaba a su padre a la feria y sobre el que tantas veces soñó despierto. Un colofón, como aditamento final, cierra la obra, que su autor fecha el 22 de febrero de 2013, que se hizo con motivo de haberse declarado la Feria de Tendilla “Fiesta Turística Regional”, y que se acabó de imprimir el 28 de febrero de 2013, último día del pontificado de S.S. Benedicto XVI. Detalles que, aunque nimios, también contribuyen a hacer historia. José Ramón López de los Mozos

Infierno Dante Alighieri Ed. Seix Barral; Narrativa/ Clásicos Colección Biblioteca Abierta Traducción de Ángel Crespo Pérez de Madrid 18,95 € Infierno es la primera de las tres partes que componen una de las obras cumbre de la literatura universal, la monumental Comedia de Dante. Redactada aproximadamente entre 1304 y 1321 e impresa por primera vez en 1472, la grandeza épica de esta obra maestra ha inspirado a escritores durante más de quinientos años y ha entrado a formar parte del imaginario colectivo. Guiado por el poeta latino Virgilio, Dante recorre en Infierno los nueve círculos concéntricos en los que los condenados expían sus culpas. Mientras desciende, el poeta describe las horribles torturas a las que conduce el pecado y presenta un vasto elenco de atormentados personajes, hasta llegar finalmente a lo más profundo del abismo y encontrarse con Lucifer. Publicada por primera vez en Seix Barral hace ahora 40 años, en 1973, la traducción de Ángel Crespo Pérez de Madrid (Ciudad Real, 1926/


Barcelona 1995) fue elogiada unánimemente y recibió en 1979 el Premio de los Lectores y Libreros italianos y en 1980 la Medalla de Oro della Nascita di Dante, que concede la ciudad de Florencia. Su trasvase metrificado y rimado del Infierno dantesco depara al lector un verdadero Dante castellano, difícil cúspide de la exigencia y de la más sutil maestría expresiva. Web de Ed. Seix Barral

El color del olvido Ángel Bienayas Editorial Ledoria, Toledo, 2013 En la primera lectura de este libro uno puede entrar más o menos en las tramas, las dos tramas que aparecen en él: la de los últimos años de la vida de El Greco y su ayudante, Franceso Preboste, en Toledo; y la de Josep de la Cruz, un juez catalán, inteligente, buen conocedor de su oficio y su amigo Benjamín Navarro, un filósofo rico y generoso, al que ha conocido cuando

comparte una habitación en el Hospital de Parapléjicos de Toledo. Esos cuatro son los personajes centrales del drama, de ambos dramas, aunque lógicamente hay muchos más. En el cuadro histórico, en los episodios de El Greco destacan los dos reyes, Felipe II y su hijo, el débil Felipe III; el cardenal Quiroga, y el limosnero mayor y luego preceptor García de Loaysa, algunos de los amigos de El Greco, etc. Sí mencionaré ahora algunas de las cualidades del libro: en primer lugar los personajes están bien definidos: por ejemplo El Greco y su ayudante, el italiano Francesco Preboste, son dos perdedores pero muy buenos, inmejorables, en su oficio: Preboste no era sólo el ayudante del pintor sino que también llevaba las cuentas de éste, bastante despreocupado al parecer de estos menesteres, lo que no quiere decir que no valorara su trabajo: lo hacía y mucho. Y además Preboste acaba por convertirse en su confidente y amigo, y consigue sacarle de algunos apuros. Pero de la historia de El Greco sacamos muchas más conclusiones: aprendemos por ejemplo el valor trascendental que tenía la religión para Felipe II; pero asimismo la enorme importancia que el rey atribuía a la pintura. La novela relata la reacción del monarca ante tres cuadros del cretense y toledano: el desprecio hacia el primero que vio: El martirio de san Mauricio; la admiración y el éxtasis que experimenta cuando contempla El Expolio y la que tiene (no vamos a desvelar el adjetivo porque quizá no todos conocen la escena) cuando ve El entierro del señor de Orgaz. Estos cuadros, no los únicos pero sí algunos de los más importantes que aparecen en la novela, nos desvelan muchas claves del autor, de su época, de su contexto. En fin, como digo, hay que leerla para aprender con ella. Porque esta novela es un libro que además de disfrutar, de mantenernos en tensión por ir averiguando sus desenlaces, nos permite aprender, y mucho. El libro contiene innumerables detalles sobre la vida de El Greco, sobre sus amigos, sobre el cabildo de Toledo de esos años;


sobre las tensiones entre unos y otros; sobre la monarquía de Felipe II, sus puntos fuertes y sus debilidades; sobre las inmensas conexiones entre la política y la administración de lo religioso; sobre la simbología de muchas de las obras de El Greco, sobre la importancia del ocultismo y el pensamiento mágico, etcétera, etcétera. Pero también es una reflexión sobre la vida actual, las ambiciones, la incomunicación, el disfrute del presente y el olvido del pasado; sobre todo en los episodios contemporáneos que afectan a los mencionados Josep de la Cruz, el juez que quiere vengar la muerte de un amigo y Benjamín Navarro, el heredero millonario y desocupado que sólo busca entender el mundo, profundizar en la filosofía, y ser bueno con todos los que le rodean. En el libro aprendemos de muchas más cosas; de las técnicas de la pintura, de las mezclas de colores, de los años de El Greco en Venecia y en Roma, antes de ver que allí no iba a triunfar y decidir viajar hasta España; aprendemos también de diversas teorías y explicaciones sobre la historia de la ciudad de Toledo, en las que se mezclan el poder político, el poder religioso, las tensiones entre ambos, pero también la enorme influencia de los fenómenos de alquimia, ocultismo, magia y heterodoxia en diversos momentos de su historia. Mientras leía el libro, sobre todo esta segunda vez, me hacía la pregunta: ¿Se pueden escribir cosas nuevas sobre El Greco, cuatrocientos años después de su muerte?. Y la respuesta, tras conocer este libro El color del olvido es que sí, que se pueden decir cosas nuevas. Es cierto que hay algunas biografías de El Greco, la de Manuel Bartolomé Cossío, una de las mejores, tiene ya más de cien años; y luego hay libros excelentes de especialistas en historia del arte, que nos dan claves para su mejor conocimiento. Pero de una novela histórica como ésta también podemos aprender y descifrar nuevas claves que nos permitan adentrarnos en la vida de un pintor, que no fue nada fácil. El Greco aprende -nos cuenta Ángel Bienayas en su libro- de sus fracasos: de sus fallidas estancias en Venecia y en

Roma, y de su frontal rechazo por parte de Felipe II en El Escorial, cuando le presenta El martirio de san Mauricio. Y de esas experiencias saca la conclusión de que no tiene que limitarse a copiar o reflejar la realidad; que debe ir más allá de ésta, que debe transcenderla para intentar captar lo sobrenatural, aquello que es invisible; el alma de las cosas o, en algunos casos, de los paisajes, como consigue en alguna ocasión con Toledo. Y esta magia única la consigue en algunas de sus obras, o en algunos detalles excelsos de algunas de sus obras. El Greco es para Ángel Bienayas el primer pintor moderno, el primer artista de la vanguardia, quizá porque es el primero que intenta transcender la mera realidad; el primero que intenta ver más allá de los ojos del rostro, de la carne, para con los ojos del espíritu. Ese descubrimiento de lo esencial de El Greco, ese “color del olvido” cuyo misterio se desvela en las últimas páginas de la obra, justificaría por sí solo el valor de este libro, que es mitad novela histórica, y mitad novela de acción contemporánea, y que incluye en ambas partes una honda reflexión sobre el ser humano, sobre sus misterios y sobre sus búsquedas. Otra de las grandezas de este libro es que consigue mostrarnos las múltiples caras de esta ciudad, de Toledo. La Toledo de la jerarquía eclesiástica, y de la nobleza, pero también la Toledo popular, anónima; la Toledo religiosa y la Toledo herética; la Toledo culta interesada por los libros y las artes, y la Toledo indiferente a todo esto. La Toledo ortodoxa y defensora del dogma, pero también la Toledo de la brujería, del ocultismo, de la nigromancia. Toledo encierra en su historia milenaria todas estas contradicciones, y muchas más. Y quizá en esa amalgama se ha forjado algo de su grandeza, algo de su capacidad para resistir al paso de los tiempos; algo de su atractivo para tantas y tantas gentes. También eso, esa ambivalencia, esa duplicidad supo captarla en sus pinceles ese genial artista que fue El Greco, y esa


múltiple visión planea sobre las páginas, ricas y enjundiosas de esta novela.

Alfonso González-Calero

permite su Doctorado en Historia y capaz de mantener la tensión con una narrativa clara y ordenada, propia de quien se autodefine escritor, en el más puro sentido de la palabra. Mantiene vivo el espíritu de su gestión en la vicepresidencia de la a Asociación de escritores de Castilla-La Mancha y su bagaje formativo le ha llevado a obtener el Premio Nacional Glauka, el reconocimiento Juan Rulfo en París y el ingreso en la Real Academia de la Historia como correspondiente en Cuenca, recompensa especial a su constante dedicación al trabajo investigativo. El Baile de las Amapolas ofrece un completo análisis narrativo de una etapa de nuestro pasado, fundamental para entender la evolución ideológica española, hecho con claro estilo novelado y en base a sus conocimientos de una Historia Contemporánea convulsa y heterogénea. El libro está dividido en trece capítulos.

Miguel Romero EL BAILE DE LAS AMAPOLAS Colección Narrativa Editorial Huerga y Fierro Págs. 20 €

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Prólogo de Alberto Vázquez Figueroa

Miguel Romero. Sigue este nuevo título la saga exitosa de sus anteriores publicaciones, sobre todo, Hijas de la Luna, Diccionario de Términos de la Historia de España y Doña Blanca, una reina sin corona bajo el carlismo. Lleva publicados más de treinta títulos, ahondando en la investigación que le

Narra las vivencias políticas, sociales y personales de una serie de protagonistas, reales unos e imaginarios otros, que discurren entre Madrid y Cuenca durante las difíciles etapas que vivió España en la Dictadura de Miguel Primo de Rivera y la Segunda República Española (1925-1936).

Web de Editorial Huerga y Fierro


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