Magazine
Dieta, literatura y salud
E
sto no será una sarta, ristra, nómina de consejos, recomendaciones… no, no, no… Sólo y exclusivamente, serán observaciones propias y reflexiones tras mucha literatura. Tampoco voy a disertar acerca de nuestra gran amenaza, de ello ya se encarga todo el mundo, con mayor o menor acierto; además, no soy quien y además bis, “mi ignorancia sería muy atrevida” como para aventurarme a tal hecho. No, mejor me dedicaré a escribir de algo que entiendo un poco. ¿Cuánto de poco? Pues en una escala de valores numéricos 0,1 sobre 100. Esta circunstancia os pone en el dilema de mandar este artículo al carajo, y no perder vuestro valioso tiempo, o… aprovecharlo para que os entre el sueño y podáis tener una bonita siesta. Así las cosas, comencemos. Antes me justifico: estoy harto de la gente que nos come los ojos, los oídos, nuestras entendederas, como si fuéramos lel@s, con las famosas Dietas Milagro. No existen, no las hay, son una forma de ganarse fácilmente nuestro dinero, causarnos envidias, y frustraciones. Con la llegada y presencia de nuestra P……., y va para más de un año ya, comenzaron a hacerse presentes en nuestras vidas determinados Gurús: cocinillas, dietistas, deportistas, consejeros. Todos ellas con sus correspondientes artículos milagreros,
consejos semidivinos… ¡Cómo disponíamos de tanto “tiempo libre” quien más quien menos hicimos caso, o al menos leímos, vimos y escuchamos! ¡Charlatanes de pacotilla! Para llevar a cabo sus consejos te juntas en casa: con una despensa fabulosa en la que se amontonan los artículos que ¿cuántas veces vas a utilizar? Llegando a no saber ni para qué los has comprado. Los aparatos de gimnasio van ocupando nuestros salones, siendo un incordio para toda la familia: ¿Cómo queréis que me vaya a hacer ejercicio al garaje? Y, ya no hablemos de los armarios de cuarto de baño… Nuestras casas se han ido convirtiendo en pequeños bazares. De todo esto los más beneficiados: Amazón y las empresas de paquetería. ¡¿Todavía no hay sueño?! Sigo. No quiero saber vuestra reflexión, pues casi todas ellas serán parecidas, acabando con un pequeño síndrome de frustración.
¡A mí me dio por leer! Y tras mucha lectura saqué pequeñas conclusiones que he tratado de aplicar a mi vida. Las cuales, por supuesto no vendo a nadie, no aconsejo a nadie, no estimulo a nadie. ¡No soy gurú, ni sé de nada, acordaos del 0,1%, pero como no os voy a vender nada, ni quiero que le deis a ninguna tecla para hacer más amigos, o “más me gusta” en no sé qué o cuantos cachivaches, os lo quiero exponer. Dieta y Salud, ahí radica la esencia y el principio de mi literatura, del comienzo a leer y enterarme de lo que debía hacer. Me pregunté: 1.- ¿Deseo mejorar mi salud? 2.- ¿Necesito comer mejor? 3.- ¿Es necesario el deporte?... ¡No hago dieta, no, no la hago! ¡No he querido perder kilos por estética! ¡No tengo ningún adjetivo a la hora de comer: ni vegano, ni herbívoro, ni carnívoro, ni mengano, ni fulano, ni LARAMBLA4534