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Elisabet Gómez Rosa

Elisabet Gómez Rosa es la nueva gerente de la Cooperativa Agrícola San Isidro. La Cooperativa de Albelda se fundó en 1908 y desde entonces, tanto sus presidentes como los gerentes que la han dirigido, siempre han sido hombres. Sin embargo, Elisabet se ha convertido en la primera gerente femenina de la entidad. Eli nació en Barcelona en el año 1984. Vive en Tamarite pero su vinculación con Albelda viene de la mano de su pareja, Álvaro Anaya y de sus hijas, Lara y Lucía, que van también a la escuela de Albelda.

¿Cómo empezaste a trabajar en la Cooperativa de Albelda?

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Buscaba un cambio de trabajo, estuve durante 8 años en una empresa de trabajos agrícolas en Suchs como administrativa, y después de tener a mis hijas decidí que era momento de cambiar. De casualidad, buscando por internet encontré una oferta de trabajo en la cooperativa. Estaba publicada la oferta de gerente y envié mi curriculum pero no daba el perfil que buscaban en aquel momento, y la administrativa actual, Rosa M. Ariño, iba a coger una excedencia por lo que me llamaron y me ofrecieron estar de suplencia durante ese tiempo.

¿Cómo te decidiste a aceptar el puesto de gerente de la Cooperativa?

Después de estar esos dos años en el puesto de administrativa, se dio la circunstancia que el gerente que estaba en aquel momento, por los motivos que fuesen, había decidido dejar la cooperativa y el presidente me dijo que habían pensado en mí para cubrir el puesto.

¿Nos puedes contar un poco tu formación y/o trayectoria profesional?

Inicialmente empecé en Barcelona donde compaginaba mis estudios con el trabajo, por lo que se alargó un poco el periodo de estudios. Cuando me salió la oportunidad de poder coger el paro durante un tiempo, decidí venir a Tamarite a acabar los estudios e instalarme definitivamente, ya que venía a pasar fines de semana con los amigos hasta entonces. Después de acabar los estudios de técnico superior, me matriculé a distancia en Empresariales y hasta hace un par de años iba haciendo alguna asignatura, pero en la actualidad me es muy complicado seguir el ritmo que se requiere por lo que lo he dejado aparcado y mi intención es volver a retomarlo en algún momento si mi situación personal me lo permite. Igualmente soy una persona muy inquieta y siempre intento realizar cursos diversos. El último que he realizado es

¿Qué servicios se ofrecen desde la Cooperativa Agrícola San Isidro?

En la cooperativa además de ser intermediarios en la comercialización de cereal y fruta, se pueden encontrar diversos productos de ferretería, material de riego, comida para animales domésticos… y si no lo tenemos, lo traemos. Cualquier cosa que nos pidan, intentamos buscar el mejor precio para nuestros clientes.

Además, este último mes hemos incorporado una parte de producto agroalimentario de cooperativas aragonesas como arroz “El brazal”, vino de la cooperativa de Batea, miel de Tamarite, etc. Además del aceite propio. Vamos actualizando información en nuestras redes sociales porque mucha gente desconoce lo que puede comprar en la cooperativa.

de elaboración de aceite de oliva virgen extra Premium. De cara a intentar ir adquiriendo habilidades y conocimientos que hasta ahora no había tenido. Trabajar, he trabajado en diversos campos, desde cajera de supermercado en mis inicios hasta los últimos trabajos como empleada de banca y contable en una gestoría.

¿Cuál es el organigrama de vuestra entidad y cuántos trabajadores tiene?

Actualmente somos tres empleados, una persona que está al cargo de la tienda y de atender a los socios/clientes, mi compañera de oficina que se encarga del tema administrativo y seguros, y yo. En campañas como la del aceite, la plantilla se puede llegar a ampliar hasta llegar a 9 o 10 personas. No descartamos ampliar la plantilla habitual para poder dedicar más tiempo al aceite y poder dar mejores servicios. El organigrama, como el de toda cooperativa, está encabezado por la figura del presidente, actualmente Ramón Bargués, y el consejo rector.

¿Puedes describirnos tu día a día en la Cooperativa?

Pues sería difícil de describir cual sería mi día a día en la cooperativa porque cada día es diferente, es lo que hace este trabajo tan entretenido, sobretodo lo primordial que creo que se ha de hacer

es revisar. Al ser una cooperativa pequeña se hace de todo, desde atender abajo mientras no está el compañero, ahora en campaña de fruta descargar a los agricultores, preparar las liquidaciones, etc. no hay dos días iguales y tampoco hay día en que no aprenda cosas nuevas. Tengo la suerte de estar rodeada de gente que me hace más sencilla mi tarea, suelo decir que yo lo que he conocido de cereales, venían en cajas en el súper… así que con paciencia y buen paso tengo que ir aprendiendo de todos los socios, miembros del consejo, etc. y yo encantada que me orienten.

¿Cuál es la tarea que destacarías entre todas las que realizas?

Sobre todo el trabajo administrativo, el gestionar el producto agrario que han traído los socios, comercializarlo y encontrar el precio más ventajoso para poder retribuirle lo mejor posible, y optimizar todos los costes para que al final los que forman parte de la cooperativa se sientan satisfechos con el trabajo.

¿Es fácil la conciliación de la vida laboral y familiar en tu puesto de trabajo?

La verdad que depende del momento del año, llevo poco en el puesto y hasta ahora todo me lo han puesto fácil, pudiendo adaptar un poco mi horario al de la guarde y supongo que en colegio también. Es complicado en según qué épocas del año, por ejemplo cuando empiece en octubre/ noviembre la campaña de la aceituna. Pero creo que entre todos podremos encontrar la solución, hay meses en los que hay que apretar y eso se entiende en trabajos que funcionan por campañas, pero después hay otros que puedes estar más relajado. Eso sí, suerte de las abuelas, tanto la familia de Álvaro como la mía, hacen que todo sea mucho más sencillo de conciliar. Si no fuese por ellos, en algún momento sería casi imposible.

¿Cómo se lleva lo de ser mujer y dirigir una cooperativa agrícola?

Casi que esta pregunta te la podré responder mejor de aquí a unos meses. Como dije anteriormente vengo de una empresa en la que hacíamos trabajos agrícolas y todos los demás compañeros, éramos unos 8 aprox. eran hombres. Me siento cómoda en trabajos rodeada de hombres y me han curtido. Soy muy echada para adelante y no me apabullo fácilmente, por lo que de momento, creo que lo llevo bien. Además, la gente de Albelda me trata muy bien y me hacen sentir muy a gusto.

¿Cómo ves el futuro de la Cooperativa de Albelda?

Pues la verdad que es difícil… Cada vez hay menos gente que se dedica a la agricultura y la que queda, quedará en manos de unos pocos, por lo que la cooperativa parece que acabará funcionando con pocos socios que aporten producto agrícola. Pero ese es uno de los retos, intentar que con el tiempo no se pierda la cooperativa y encontremos un sistema en el que los jóvenes se interesen por seguir con el trabajo agrícola, buscar que la cooperativa ayude a que no se pierda.

¿Animarías a emprender en el medio rural?

Emprender siempre es un riesgo, pero creo que es muy satisfactorio, sobretodo en zonas como la nuestra con tantas posibilidades, en una zona privilegiada, a poca distancia de grandes urbes como Lleida, o incluso Barcelona que la tienes a menos de 2 horas. Pero para emprender, también los vecinos han de empujar a los comercios locales, muchos jóvenes que estudian acaban marchando del pueblo para ir a la capital a trabajar, otros hacemos el contrario… nos venimos de la capital para buscar calidad de vida en el pueblo. Seguro que entre todos podemos aportar nuestro granito de arena para equilibrar la balanza.

¿Te gustaría transmitir algún mensaje a los lectores de La Rambla?

Me gustaría agradecer la confianza que han depositado en mí los miembros de la junta, el que me den una oportunidad de crecer tanto personal como profesionalmente. En los años que llevo por la zona, me he encontrado con mucha gente que me ha ayudado a estar cada vez más a gusto. Al principio, se hizo muy duro acostumbrarme al cambio de vivir en Viladecans, que podría ser de un tamaño como Lleida, a vivir en Tamarite, pero gracias a estas personas, cada año que pasa estoy más convencida de que fue una buena decisión y sobre todo ahora que tengo mi familia y que espero que mi futuro siga vinculado a la Litera.

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