
A nuestra abuela Dulce.


MARÍA SENDER
Nací hace un puñado de años en una ciudad industrial. Algún día viviré en un faro junto al mar.
Ahora estoy viviendo en una casa grande y blanca al lado del bosque, que tampoco está tan mal. Cuando voy a pasear intento no salirme del camino para evitar a los lobos feroces y a las hadas.
Bueno, a veces. Otras veces prefiero seguirlos hasta lo más profundo del bosque, donde hacemos fiestas y nos inventamos historias, que es lo que más me gusta del mundo.
También me gusta tejer. Y hacer hechizos, pero esa es otra historia.
Fue mi abuela Dulce la que me enseñó a tejer y a narrar.
Ahora soy yo la que lo hace. Supongo que por eso me hice maestra, para poder contar en voz alta. Y escritora, para poder inventar por dentro.
ANA SENDER
Casi siempre me ha costado quedarme quieta. De pequeña, mi abuela Dulce me enseñó a hacer cadenetas (así se empieza con el ganchillo y se concentra una), pero no tuve la suficiente paciencia o destreza para utilizar la aguja ni para pasar a la siguiente fase: tejer, tejer y tejer como lo hacían ella, mi madre y mi hermana.
Pero sí que conseguía concentrarme cuando mi abuela nos contaba un cuento. Ella contaba y tejía, bordaba, cosía… A veces al lado de la chimenea, y en verano, en el patio, mirando las estrellas y espantando mosquitos.
Para dibujar también hay que saber estarse quieta, con casi todo el cuerpo. Y eso sí que aprendí a hacerlo por pura necesidad, para trazar mis propios mapas y recorrerlos, igual que ellas trazaban los suyos.
Aún no he aprendido a hacer ganchillo, pero he intentado pintarlo, aunque cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia.

Publicado por AKIARA books
Plaça del Nord 4 pral. 1ª 08024 Barcelona www.akiarabooks.com info@akiarabooks.com
© 2025 María Sender Quintana, por el texto
© 2025 Ana Sender Quintana, por las ilustraciones
© 2025 AKIARA books, SLU, por esta edición
Primera edición: octubre de 2025
Colección: Akialbum, 32
Direcció editorial: Inês Castel-Branco
Depósito legal: B 18387-2025
ISBN: 978-84-18972-83-6
Impreso en España: @Agpograf_Impressors
Todos los derechos reservados
Este libro ha sido impreso sobre papel Offset Coral Book
White de 140 g/m2 y la cubierta sobre papel Imitlin E/R55
Tela Neve de 125 g/m2.
Este producto está hecho con material proveniente de bosques certificados FSC ® bien manejados y de materiales reciclados.
En la tipografía, se ha usado Twentieth Century (Tw Cen MT).

Texto

Ilustraciones
MARÍA SENDER ANA SENDER


Abuela canta mientras va tejiendo. Pequeña la mira, encandilada, y ríe.
Abuela canta cuentos, cuenta canciones. A Pequeña le encanta estar sentada en el suelo, a sus pies, solo mirándola, solo escuchándola.
Las canciones son muy viejas, igual que Abuela, tan grande, tan marrón, tan blanca.

Abuela canta: Remolino cantado, cagarrutero, en la cola de un gallo va un caballero…

Y a Pequeña le da la risa con esa palabra que no puede decir para que Madre no la regañe; pero luego se le olvida, porque en los dedos de Abuela, que son como ramas y bailan y tejen, hay un gallo de muchos colores, y en la cola del gallo, un caballero muy elegante.
Y el gallo también baila, y teje, y se desliza por los dedos, y por la aguja ganchuda, y por el hilo blanco, y se queda trenzado en una flor de la colcha.


Y Pequeña ve como Abuela, Madre y ella bajan bailando juntas por los dedos de Abuela, y por la aguja ganchuda, y por el hilo blanco, y se quedan trenzadas en un trisquel de la colcha, cada una en una de sus espirales, sin soltarse de las manos.
Las manos como ramas de Abuela cada vez son más nudosas, cada vez están más llenas de cuentos, pero parecen no pesarle.


Abuela está en la cama. Grandes cojines de encaje la ayudan a mantenerse erguida, y Pequeña piensa que parece una reina, o una diosa, con el pelo blanco como una corona de luz alrededor de su cabeza.
—Siéntate aquí, Pequeña.

Y Pequeña se sienta en la cama, sobre las gruesas piernas de Abuela, y ella le trenza el pelo.
Madre le dice que tenga cuidado, que Abuela está cansada, pero Abuela la hace callar con una risa fuerte y sigue trenzando el pelo negro de Pequeña.
—Mira, Pequeña. Así es como se hace, ¿ves?
Un, dos, tres. Tres mechones.
Pequeña, Madre, Abuela. Un, dos, tres.
Coge las penas y trénzalas fuerte, que no se escapen, que no hagan daño.
Un, dos, tres, ¿ves? Así es como se hace, Pequeña.


Abuela canta cuentos, cuenta canciones. Sus dedos son como ramas que bailan y tejen los personajes de sus historias, que se quedan trenzados en la colcha.
Ya casi no caben más cuentos en la colcha… —Un, dos, tres —murmura Abuela, contando mientras teje—.
Un, dos tres, mi niña, mi amor, mi palomita. Un, dos, tres, Pequeña, Madre, Abuela. Un, dos, tres, nosotras tres, mi vida. Un, dos, tres, las tres que somos todas.
Un cuento que es un homenaje de dos nietas a su abuela, un canto a la transmisión generacional y al legado de las mujeres, que mantiene viva la sabiduría popular.