MALA HIERBA

ÁNGELES QUINTEROS KARINA COCQ

«Que encontremos algunas plantas y flores torpes o desafortunadas no significa que estén completamente desprovistas de sabiduría e ingenio».

Maurice Maeterlinck, La inteligencia de las flores

ÁNGELES QUINTEROS

Nací en pleno invierno chileno, un 2 de julio, día que marca justo la mitad del año. Era una niña de ciudad, pero incluso allí cualquier niña o niño puede encontrar, si busca bien, un trozo de naturaleza: en el brotecito porfiado que se asoma entre el pavimento, en el grillo anunciando la noche en el alféizar, en el pájaro que dibuja un arco entre las farolas. Haz la prueba… Estudié Leyes, pero preferí la literatura, pues en los libros encuentras siempre un hogar portátil. Cuando era pequeña quería ser jardinera o poeta, y creo que este libro une bien ambas cosas. Quién sabe si, con suerte, cuando sea mayor lograré cosechar un huerto de versos.

www.angelesquinteros.cl

KARINA COCQ

Nací en Chile, en una joven familia santiaguina-valdiviana que ya tenía dos hijas. Mis hermanas mayores dibujaban personajes para que yo los coloreara, y mientras ellas hacían el baile de los lápices, mis ojos se maravillaban con esos movimientos sobre el papel. Después nació mi hermano pequeño, y entonces yo dibujaba con él. Mi abuela también dibujaba; hacía ovejitas y vaquitas con una línea punteada. Estudié Bellas Artes en mi país. Pinté mucho, hice clases y exposiciones, y mientras tanto empecé a ilustrar libros y no he parado de hacerlo. Dibujar es mi día a día, a veces en casa, otras en la biblioteca o en alguna cafetería. En ocasiones, voy al cerro que tengo cerca de casa, en Barcelona, donde vivo con mi familia. Allí hay mucha maleza, aves e insectos. Es donde hice los primeros apuntes de este libro.

Publicado por AKIARA books

Plaça del Nord 4, pral. 1ª 08024 Barcelona www.akiarabooks.com info@akiarabooks.com

© 2025 Ángeles Quinteros, por el texto

© 2025 Karina Cocq, por las ilustraciones

© 2025 AKIARA books, SLU, por esta edición

Primera edición: noviembre de 2025

Colección: Akialbum, 33

Dirección editorial: Inês Castel-Branco

Depósito legal: B 18392-2025

ISBN: 978-84-18972-86-7

Impreso en España: @Agpograf_Impressors Todos los derechos reservados

Este libro ha sido impreso sobre papel Offset Coral Book White de 140 g/m2, y la cubierta sobre papel Imitlin E/R55 Tela Neve de 125 g/m2.

Este producto está hecho con material proveniente de bosques certificados FSC® bien manejados y de materiales reciclados.

En la tipografía, se ha usado Futura Bk BT Book.

ÁNGELES QUINTEROS

KARINA COCQ

Erala maleza alrededor de una casa.

Era una niña en el interior de esa casa.

La maleza quería entrar.

La niña, salir.

«Todos lo sabemos», dijo el padre, «las niñas buenas deben estar dentro de casa y la maleza fuera, lo más lejos posible. No vaya a ser que se les ocurra romper las reglas».

Una mañana de primavera, una pequeña idea brotó en la cabeza de la niña: quizá ella tampoco necesitase permiso para hacer lo que sabía hacer.

Tras largos atardeceres contemplando el comportamiento de la maleza por la ventana, sabía, tal como lo saben los gusanos, que en ella se escondían tesoros luminosos.

Entonces, abrió la puerta y salió...

Una ramita, dos, tres. Un ramo completo de hierbas recogió fuera. Así fue como la maleza logró entrar en la casa.

Y así fue como la niña supo, gracias al arte de la observación, identificar cada hierba por sus propiedades: infusiones, ungüentos, tisanas y pomadas comenzaron a llenar los estantes de la cocina.

Esa misma tarde, el padre vio a su hija regando la mala hierba. No la había autorizado a hacerlo, pero supo que de todos modos crecería y haría lo que tenía que hacer.

(«¿La niña o la maleza?», se preguntaron entonces los gusanos).

Era la maleza alrededor de una casa.

Era una niña en el interior de esa casa.

La maleza quería entrar.

La niña, salir.

Así empieza un cuento sobre malas hierbas que germinan en el jardín de una casa; sobre una niña que se atrevió a romper las reglas, decidió salir, y aprendió a observar e identificar cada planta por sus propiedades…, y sobre un padre que entendió que ninguna de ellas necesitaba permiso para florecer.