1 minute read

El derrumbe del tío Alberto. Mi madre ................................................................................ 162 72 ............................................................................................................................................................ 164

su cuerpo es lento y su mente veloz; está ahí, tirado en un sillón, hostigado por el verdugo que en verdad tiene varios clientes en ese mismo barrio.

Es la larga peregrinación del cuerpo desde las moscas que se le posan encima hasta su manía de carenar donde prolifera la curiosidad… lo ágil y lo pausado… el cuerpo que ha ingerido quimbombó y de su propia baba ha sustraído la sabiduría.

Advertisement

La mujer de Pedro era el resultado de una conjura entre el asma y el vitíligo, una verdadera calamidad. Aquella madrugada de 1976 él la acompañó hasta el cuerpo de guardia del Hospital Calixto García, después de largas horas de angustia. Pedro se sentó en uno de los bancos a esperar que se diera un aerosol y sin pretenderlo comenzó a escuchar el fragmento de la conversación de dos camilleros que fatigados comentaban todas las peripecias que habían tenido que hacer para lidiar con las magnitudes del muerto que les había tocado esa noche: «Oye mi hermano, el gordo ese puso patas arriba el hospital, hubo que desprender el marco de la puerta de allá adentro, y casi hay que derrumbar un pedazo de muro». Pedro se estremeció, sentía una extraña relación o vínculo con las frías palabras del camillero.

Lo cierto es que Ácaro Verdugo había concluido con éxito la macabra labor sostenida durante más de sesenta años, era ahora el más legendario de todos los ácaros. Como siempre estuvo convenido, al morir el gordo le llegaría su jubilación. Esa mañana se incorporó bajo la extraña sensación de no tener ninguna obligación que cumplir ¿qué sería de su vida en lo adelante? Sumergido en aquel mar de polvo, trató de entender su estado de ánimo; ácaro admitió que estaba deprimido, padecimiento fatal para los entes de su especie pues significaba una gradual reducción de su cuerpo hasta el instante de desaparecer definitivamente.

This article is from: