REVISTA CONSTRUYE edición Centro Occidente diciembre de 2025

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El 2025 cierra como un año que nos recordó la importancia de mirar la infraestructura y el desarrollo urbano no solo como obras, sino como decisiones de país. A lo largo de estos doce meses conversamos con especialistas, líderes gremiales, académicos, funcionarios y actores clave que están definiendo el rumbo de México. Hablamos de movilidad, agua, vivienda, energía, innovación y planeación; analizamos los grandes proyectos y reflexionamos sobre los desafíos que impactan directamente en la competitividad, la sustentabilidad y la calidad de vida. Lo hicimos con un compromiso editorial claro: ofrecer información que ayude a entender el sector con mirada crítica, técnica y humana. Ese compromiso no termina aquí. En 2026 seguiremos impulsando las conversaciones que importan, conectando voces expertas y abriendo espacio para el análisis que fortalece a nuestra comunidad profesional.

Al mismo tiempo, quisimos recordar que construir país también significa construir cultura, curiosidad y disfrute. Por eso, nuestra sección Más allá de la construcción continuará creciendo en 2026 con temas que acompañan la vida cotidiana de nuestros lectores: automovilismo, gadgets, lifestyle, historia, turismo y esas historias que amplían la mirada más allá del plano arquitectónico o la obra civil. La construcción es un universo amplio, y desde aquí seguiremos explorándolo en todas sus dimensiones: las que levantan ciudades y las que alimentan la inspiración. El siguiente año traerá nuevos retos y nuevas historias, y estaremos ahí para contarlas.

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REAL ESTATE CÓMO PREPARARTE PARA VENDER o rentar tu propiedad en enero.

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Todos los Derechos Reservados © No. Reserva 04-2024-062712220000-203 Año 21, No. 167, diciembre de 2025.

14

ORGANISMOS FEMCIC

50 Reunión Nacional en Guanajuato.

34

URBANISMO CIUDADES QUE SE MUEVEN

Reinventan su movilidad urbana.

72

OPINIÓN DESARROLLO Y planeación urbana en México.

12 CÓMO PREPARARTE PARA VENDER

o rentar tu propiedad en enero.

ORGANISMOS

14 FEMCIC

50 Reunión Nacional en Guanajuato.

PERFILES

22 ING. JOSÉ DOZAL

Un gremio que late unido.

26 ING. CLEMENTE POON

El rumbo de un ingeniero.

30 ING. ENRIQUE CERVERA

La ingeniería que se construye con humildad

URBANISMO

34 CIUDADES QUE SE MUEVEN

Reinventan su movilidad urbana

INFRAESTRUCTURA

38 OBRAS EDUCATIVAS

Que están transformando el aprendizaje en 2025.

OBRA PÚBLICA

44 AGUASCALIENTES SE RENUEVA

Desde sus calles.

48 JESÚS MARÍA ACELERA

Su transformación urbana.

ARQUITECTURA

52 CASA ENCINOS 114 Garza Tristán.

56 TOK

LM ARKYLAB.

CONSTRUYENDO OPINIÓN

72 DESARROLLO Y PLANEACIÓN

Urbana en México.

INGENIERÍA

80 CIUDADES QUE PIENSAN

BIM y la infraestructura verde.

84 MEDIACIÓN EN LA CONSTRUCCIÓN

Gestionar conflictos sin detener la obra Parte 1

86 MÉXICO IMPULSA LA MOVILIDAD del futuro del PIARC .

CÓMO PREPARARTE PARA

VENDER O RENTAR

TU PROPIEDAD EN ENERO

los ajustes clave que aumentan su valor

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Guanajuato

la ciudad que abrazó a la ingeniería

50 años de FEMCIC mirando al futuro

Entre historia, innovación y visión de futuro, el gremio celebró cinco décadas de unidad, conocimiento y compromiso con México.

Guanajuato capital, ciudad Patrimonio de la Humanidad, fue mucho más que sede de la 50.ª Reunión Nacional de la Federación Mexicana de Colegios de Ingenieros Civiles: se volvió símbolo. Del 19 al 22 de noviembre, sus callejones, su tradición minera y su memoria histórica se enlazaron con los desafíos de la ingeniería del siglo XXI. El Colegio de Ingenieros Civiles de Guanajuato imprimió un sello de calidez, orden y profesionalismo que marcó el tono de un encuentro his-

tórico, guiado por un eje claro: sustentabilidad e innovación como presente —no solo como futuro— de la infraestructura en México.

La sesión inaugural definió el espíritu de la reunión. Se subrayó que la verdadera sustentabilidad es, antes que nada, social y humana, y que la innovación florece donde hay inclusión, diversidad y colaboración. Desde el llamado a sumarse al decálogo por la inclusión hasta la invitación a reducir y reciclar residuos, el mensaje fue

contundente: cada ingeniera e ingeniero también es guardián del entorno. La Rectora General de la Universidad de Guanajuato, Dra. Claudia Susana Gómez López, recordó que la ingeniería civil conecta personas, territorios y oportunidades, y la vinculó directamente con los Objetivos de Desarrollo Sostenible: agua, energía limpia, infraestructura, trabajo digno y alianzas, insistiendo en que lo importante es avanzar con acciones concretas.

El presidente nacional de la FEMCIC, Ing. José Guillermo Dozal Valdéz, destacó la trascendencia de reunir a

63 colegios del país en un mismo espacio de diálogo, actualización y certificación. Invertir en infraestructura sostenible —dijo— es apostar por el crecimiento económico de México, y ese reto solo se logra con una alianza real entre gobierno y sociedad civil organizada. La Arq. Samantha Smith, presidenta municipal de Guanajuato capital, dio uno de los mensajes más emotivos: “La ingeniería cambia vidas”. Habló de puentes que transforman comunidades, sistemas de agua que mejoran la salud de las familias y proyectos de movilidad que redefinen la dinámica de una ciudad. La representación del gobierno estatal reafirmó que Guanajuato apuesta por movilidad integral, conectividad regional e infraestructura resiliente con las personas al centro.

La Región Centro-Occidente tuvo también un papel destacado. En sus trabajos se puso sobre la mesa el papel estratégico de la inteligencia artificial y la digitalización de procesos para construir una industria más eficiente y sustentable. Los colegios presentaron sus actividades, logros y el crecimiento de sus membresías, demostrando que la capacitación se consolida como la principal fortaleza del gremio. El momento más emotivo fue la develación de la placa del Salón de Plenos del CIC Guanajuato, que ahora lleva el nombre del Ing.

Guillermo Smith Guerrero, en homenaje a quien donó el predio donde se erige la sede del Colegio: un gesto que honra la memoria y refuerza la identidad del gremio.

El componente humano y gremial estuvo presente desde el inicio. La noche de rompehielos permitió que ingenieras e ingenieros de todo el país se reconocieran como parte de una misma comunidad. Más adelante, una callejoneada por las calles iluminadas de Guanajuato se convirtió en una experiencia entrañable: música, historia y tradición al servicio de algo muy simple y poderoso a la vez, la convivencia. La ciudad se volvió escenario vivo de la fraternidad gremial, recordando que la ingeniería también construye vínculos y memorias compartidas.

En el plano académico y técnico, la reunión ofreció un programa robusto. El Dr. Sergio Antonio Silva Núñez habló de las competencias del ingeniero civil en la era de la inteligencia artificial, subrayando que la IA no es una moda, sino un cambio de paradigma en la forma de diseñar y planear la infraestructura. La conferencia y mesa redonda sobre regeneración de aguas residuales mostró el primer proyecto de reúso potable indirecto en América Latina, evidenciando que

la ingeniería mexicana está marcando precedentes en soluciones hídricas sustentables. El Dr. Salvador Botello Rionda explicó cómo los métodos numéricos y el cómputo avanzado permiten optimizar materiales, incrementar seguridad estructural y reducir impactos ambientales.

Otro de los momentos clave fue la conferencia sobre reciclado y optimización de materiales del Dr. Julio César Leal Vaca, acompañada de una mesa redonda con especialistas que abordaron economía circular, asfaltos, estabilización de suelos y la traducción de la innovación desde el laboratorio hasta la obra. El Dr. Francisco Javier Castañeda Garay sorprendió con una ponencia centrada no en fórmulas ni especificaciones, sino en valores, ética, hábitos y carácter como cimientos del desarrollo profesional. Y el

Ing. Mario Alfonso Bonal Rodríguez, del Instituto de Innovación de Guanajuato, mostró cómo los datos se han convertido en el nuevo insumo estratégico: sin buena información, no hay movilidad eficiente ni ciudad sustentable posible.

El panel Sustentabilidad e innovación, el presente y futuro de México tejió una visión integral. Se habló de ciudades inteligentes, big data, movilidad sustentable, energías limpias, nuevas leyes y, sobre todo, de ética,

paridad y liderazgo humanista. La idea de que “diseñar es un acto de amor y de esperanza” resonó como una brújula moral para el gremio. Paralelamente, las coordinaciones de la FEMCIC presentaron resultados en temas de movilidad, capítulos estudiantiles, peritos, certificación, ordenamiento territorial, costos, vinculación y participación de mujeres en la ingeniería civil. El mensaje fue claro: la Federación se fortalece cuando sus regiones, colegios, capítulos jóvenes y comités trabajan alineados.

La vida institucional tuvo también sus momentos clave. La tradicional reunión de expresidentes, encabezada junto con el Ing. José Guillermo Dozal, reforzó la idea de continuidad y memoria: quienes ya dirigieron la Federación hoy acompañan, orientan y aconsejan al liderazgo actual. En la Asamblea, el presidente presentó su informe de actividades, resaltando la presencia de la FEMCIC en reuniones regionales, foros nacionales e instancias de gobierno, así como la certificación obtenida ante China–México y el trabajo con el Senado en temas de desarrollo urbano y ordenamiento territorial. Cada región presentó su propio informe, reportando incremento en membresías, fortalecimiento de la capacitación y necesidades específicas, construyendo una radiografía precisa del estado de la ingeniería civil organizada en el país.

El cierre estuvo a la altura de la ocasión. La Cena de Gala y clausura de la 50.ª Reunión Nacional fue una noche de gratitud, abrazos y orgullo gremial. Presidentes de colegios, líderes del sector, expresidentes y representantes de todo México celebraron juntos una edición que combinó rigor técnico, reflexión ética y calidez humana. Entre brindis y conversaciones, se reafirmó la convicción de que la ingeniería civil transforma territorios, pero también comunidades y desti-

nos personales.

Cuando las luces de la gala comenzaron a apagarse, una nueva expectativa ya estaba en marcha: la 51 Reunión Nacional se llevará a cabo en febrero de 2026 en la Ciudad de México, teniendo como sede al Colegio de Ingenieros Civiles de México. Guanajuato entregó la estafeta habiendo demostrado que una ciudad puede ser al mismo tiempo memoria y laboratorio de futuro. La historia continúa, y el siguiente capítulo promete profundizar lo aprendido aquí: que el país se construye con técnica, sí, pero solo será verdaderamente habitable si se construye también con ética, visión y humanidad.

UN GREMIO QUE LATE UNIDO

la visión de José Dozal para la ingeniería civil que sostendrá el futuro de México

En Guanajuato, una ciudad que parece hecha de historia y destino, la ingeniería civil mexicana vivió un momento que quedará grabado en la memoria del gremio. Durante la 50ª Reunión Nacional de la FEMCIC, los ingenieros civiles se reencontraron con su propósito más profundo: servir al país. Entre abrazos de reencuentro, presentaciones técnicas, discusiones apasionadas y noches que cerraron con la sensación de que algo grande estaba renaciendo, José Guillermo Dozal Valdéz, presidente del XI Consejo Directivo de la Federación, expresó con convicción el alma de este encuentro: “Volver a Guanajuato es volver a casa.”

Lo dice con un orgullo que contagia. Guanajuato fue testigo de tres días donde sesenta colegios, distribuidos en ocho regiones, compartieron sus mejores prácticas, innovaciones, fracasos que enseñan y logros que inspiran. Para Dozal, esa es la esencia de la FEMCIC: una comunidad que crece cuando abre el corazón y la experiencia, una familia técnica que se fortalece cuando sabe escucharse. “Aprendemos unos de otros; crecemos juntos. Ese es el espíritu gremial que nos define”, asegura con la serenidad de quien ha visto cómo la unión transforma.

La innovación también tuvo rostro humano. La visita al Distrito de Innovación sacudió ideas, despertó in -

quietudes y recordó que, aunque la inteligencia artificial avanza con rapidez, el ingeniero civil sigue siendo el guardián del criterio, del sentido común, de la ética profesional. “El capital intelectual es lo más valioso que tenemos. La IA es una herramienta; el gremio es el corazón de todo”, afirma Dozal. Ese equilibrio —entre tecnología y humanismo, entre lo nuevo y lo esencial— marcó la identidad de la reunión.

Esa fuerza gremial no se queda en el presente. Tiene rumbo. Tiene destino. Y tiene fecha: 26 y 27 de febrero de 2026 en la Ciudad de México. La próxima Reunión Nacional será, en palabras de Dozal, “un acto de unidad y visión estratégica”. En alianza

con la Secretaría de Economía y bajo el cobijo del Colegio de Ingenieros Civiles de México, se abordarán temas que definirán el futuro del país: los Corredores del Bienestar, el Plan México, los Polos de Desarrollo, la reconfiguración territorial y la urgente actualización de la ley para que peritos especializados participen en obras federales. Nada de eso es técnico solamente; son decisiones que cambian la vida de millones de personas.

Lo dice con fuerza: “Queremos recuperar nuestro peso específico en la toma de decisiones. México necesita la voz técnica de sus ingenieros”. Y en ese deseo no hay ego, hay servicio. No hay protagonismo, hay responsabilidad. La FEMCIC quiere es-

tar en las mesas donde se decide el rumbo de la infraestructura, la vivienda sustentable, la movilidad del futuro y la resiliencia del país. Quiere ser convocada, escuchada, considerada. Quiere ser la brújula técnica en un momento donde el país necesita claridad.

La Federación también tendrá un papel clave dentro del Consejo de Políticas de Infraestructura. Compartirán mediciones, diagnósticos y datos que permitirán evaluar obras con criterios serios. Dozal lo resume con una frase que resonó fuerte entre los asistentes: “Lo que no se mide no se mejora.” Y en la voz de un ingeniero civil, esa frase adquiere un carácter casi moral: medir es cuidar; medir es hacer bien; medir es construir para que dure.

“El capital intelectual es lo más valioso que tenemos. La IA es una herramienta; el gremio es el corazón de todo”, afirma Dozal. Ese equilibrio —entre tecnología y humanismo, entre lo nuevo y lo esencial— marcó

la

identidad de la reunión.”

Pero donde el tono se vuelve más emotivo es cuando habla del gremio como familia. “Sesenta colegios, treinta mil ingenieros… todos distintos, todos con historias propias, pero todos con el mismo compromiso: construir México.” En ese “nosotros” cabe todo: los ingenieros jóvenes que llegan con hambre de aprender, los ingenieros veteranos que comparten décadas de experiencia, las mujeres que hoy ocupan más espacios de liderazgo, los profesionistas que vuelven a reencontrarse con colegas de vida. No es solo técnica. Es identidad.

Por eso, cuando el ingeniero Dozal reflexiona sobre el futuro, su mirada se llena de emoción. Y lo que dice deja un eco que trasciende la entrevista:

“Somos la ingeniería civil mexicana. Somos quienes abrimos caminos donde no los hay, quienes damos agua donde falta, quienes levantamos hospitales, puentes, viviendas y escuelas. Somos quienes transformamos territorio en oportunidad. Cuando estamos unidos, no hay proyecto que nos quede grande. Y cuando hablamos con una sola voz, el país escucha.”

El cierre es épico, inevitable y profundamente inspirador:

“Hoy más que nunca, el gremio está vivo. El gremio está de pie. Y el gremio está listo para construir, con técnica, con corazón y con unidad, el México que vendrá.”

“La Federación también

tendrá un papel clave dentro del Consejo de Políticas de Infraestructura. Compartirán mediciones, diagnósticos y datos que permitirán evaluar obras con criterios serios. Dozal lo resume con una frase que resonó fuerte entre los asistentes: “Lo que no se mide no se mejora.”

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EL RUMBO DE UN INGENIERO

la vida, las obras y la visión futura de Clemente Poon

“El de

Mexicali, el de Oaxaca, el de Cancún… todos somos iguales”, cuenta con entusiasmo. Habla de esas reuniones como encuentros entre amigos, sin jerarquías duras, donde el afecto profesional se mezcla con la camaradería que solo se construye entre quienes comparten una misma vocación.”

El diálogo con Clemente Poon se abre como quien abre una ventana a medio siglo de ingeniería mexicana. Su voz tiene esa mezcla de firmeza y serenidad que solo da la experiencia. Se graduó como ingeniero civil en 1979 en la Universidad Autónoma de Guadalajara, aunque su historia comenzó mucho antes, cuando un joven de Sinaloa tuvo que dejar su hogar para estudiar sin más brújula que sus propias decisiones. Recuerda que aquella independencia forzada lo marcó profundamente: le enseñó a sostenerse solo, a mirar el futuro y a trabajar con disciplina. “Un joven de dieciocho años se fue de su casa a vivir y a estudiar… eso me ayudó a formarme”, comparte, como quien mira el pasado con gratitud.

Su vida profesional inició de inmediato. El día después de su graduación, ya estaba trabajando en la Secreta -

ría de Comunicaciones, impulsado por un maestro que vio en él el brillo de los ingenieros que no se quedan quietos. Le tocó, siendo estudiante, participar en la carretera Hidalgo – Mazatlán en Guadalajara, casi un presagio de lo que vendría después. Lo narra con cierta sorpresa, como si aún le impresionara que aquella casualidad definiera tanto su destino.

Las décadas siguientes fueron un viaje por algunas de las obras más complejas del país, especialmente durante sus periodos como director general de carreteras. Ríe cuando recuerda que, para esos años, muchos ingenieros experimentados ya se habían retirado y su generación tuvo que tomar el timón. Entre esas obras emblemáticas está la carretera Hidalgo–Mazatlán, levantada al filo de la Sierra Madre Occidental, donde cada decisión tenía un peso ecológico. “Tuvimos que aprender

cómo salvaguardar flora y fauna, cómo moverla y reinstalarla. Y también tuvimos que hacer túneles… México tenía años sin hacer túneles”, explica. Aquella carretera sumó 61 túneles y más de 30 kilómetros de estructuras entre puentes y excavaciones. Fue, dice, una escuela viviente donde los ingenieros mexicanos demostraron que podían alcanzar retos de talla mundial.

El otro capítulo de su vida se escribió en la trinchera gremial. Ha sido presidente de tres organizaciones distintas, cada una con su propio carácter. En la Asociación Mexicana de Vías Terrestres convivió con especialistas de carreteras y puertos; en el Colegio de Ingenieros Civiles de México abrió el abanico a disciplinas de agua, estructuras y edificación; y en la Federación Mexicana de Colegios de Ingenieros Civiles encontró algo que valora enormemente: la horizontalidad. “Somos pares. El de Mexicali, el de Oaxaca, el de Cancún… todos somos iguales”, cuenta con entusiasmo. Habla de esas reuniones como encuentros entre

amigos, sin jerarquías duras, donde el afecto profesional se mezcla con la camaradería que solo se construye entre quienes comparten una misma vocación.

La academia también forma parte de su ruta. Ingresó a la Academia Mexicana de Ingeniería tras presentar un estudio de los túneles de la Hidalgo–Mazatlán, un homenaje implícito a la obra que marcó su carrera. Hoy participa en la comisión de admisión, revisando expedientes y buscando, como dice, “gente de valor”, ingenieros cuyo currículum vaya más allá de lo ordinario.

Cuando la conversación se vuelve hacia los jóvenes presidentes de colegios y asociaciones, su respuesta emerge casi paternal. Les aconseja aprender, escuchar a los ingenieros con experiencia y aprovechar una sabiduría que, si no se transfiere, se pierde. “Treinta y nueve años en la Secretaría… cuarenta y tres años en este trabajo. Ese valor se pierde si los jóvenes no nos aprovechan.”

“Las décadas siguientes fueron un viaje por algunas de las obras más complejas del país, especialmente durante sus periodos como director general de carreteras.”

Habla con la convicción de quien entiende que el conocimiento no es para guardarse, sino para heredarse. Su visión para México es tan pragmática como profunda. Antes de construir lo nuevo, dice, el país debe preservar lo que ya tiene. Más de cincuenta mil kilómetros de carreteras requieren atención urgente: mantenimiento, conservación y modernización.

Carreteras en buenas condiciones abaratan costos logísticos, reducen emisiones, mejoran la seguridad y dinamizan la economía. Después vendrán las ampliaciones, los tramos nuevos, los libramientos que liberen a las ciudades del tránsito pesado y mejoren la calidad de vida urbana. “Las carreteras son el inicio de todo. Habiendo carreteras, hay salud, hay educación, hay desarrollo.” Con esa frase resume toda una filosofía de infraestructura.

El futuro, reconoce, también implica abrazar nuevas herramientas. La inteligencia artificial está transformando la ingeniería y reta especialmen -

te a quienes, como él, pertenecen a generaciones previas a la era digital. Propone usarla con criterio, como instrumento al servicio de las personas y no al revés. Y señala que los colegios y asociaciones serán clave para capacitar al gremio y mantenerlo actualizado.

La conversación termina, pero queda la sensación de que hablar con Clemente Poon es mirar un mapa del país desde la perspectiva de quien ha caminado cada kilómetro. Su historia no es solo una trayectoria profesional; es una metáfora del ingeniero mexicano que se hace a sí mismo, que aprende de otros, que construye en comunidad y que mira siempre hacia adelante. Cuando se despide, deja un mensaje que resume su espíritu: “Nunca dejemos de prepararnos. Siempre hay que estar al día”. En sus palabras, México parece no solo un territorio, sino una obra en proceso continuo. Una obra que, como él, se levanta con paciencia, visión y la certeza de que el futuro se construye paso a paso.

“Las carreteras son el inicio de todo. Habiendo carreteras, hay salud, hay educación, hay desarrollo.” Con esa frase resume toda una filosofía de infraestructura.”

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ENRIQUE CERVERA

la ingeniería que se construye con humildad, mar y memoria

El Ingeniero Enrique Cervera Aguilar —Quique, como le llaman quienes lo conocen desde los días jóvenes en Mérida— conversa con Revista Construye con la serenidad de quien ha vivido la ingeniería como vocación, oficio y destino. Graduado en 1985 como ingeniero civil con especialidad en hidráulica, su historia inicia con un gesto casi íntimo: un niño que acompañaba a su abuelo, abogado constructor, a las obras para jugar con la grava y respirar el polvo del futuro. De ese sencillo ritual nace un gusto que con los años se volvería oficio, compromiso social y una vida entera dedicada a la infraestructura, la vivienda y la formación de nuevos profesionistas.

Cuenta que la hidráulica fue su puerta de entrada al mundo técnico, pero que el universo laboral en Yucatán pronto lo empujó a abrazar la obra civil y la vivienda con naturalidad. “Me fui encariñando con lo que hacía. Meter agua potable, llevar electricidad, construir espacios dignos. Sentir que proveíamos satisfactores básicos a nuestra sociedad fue siempre un lema para mí”, recuerda. Ese espíritu humanista lo acompañó desde sus primeros trabajos y lo llevó a involucrarse de inmediato en los gremios del sector. Desde 1985 es socio del Colegio de Ingenieros Civiles de Yucatán y con orgullo relata que ha ocupado prácticamente todos los cargos en la CMIC estatal. Además, es fundador de la delegación de CANADEVI en Yucatán, donde impulsó proyectos que transformaron la vivienda en la región.

Sigue vinculado a este ámbito. Hoy participa en un programa nacional de vivienda que está en marcha, afinándose en sus detalles, pero ya en operación. Y cuando habla de sus años profesionales, aparece un hilo conductor: el compromiso con la organización gremial. “La unidad y la fortaleza que da pertenecer a un gremio es invaluable. No solo es capacitación o actualización, es convivencia, alianzas estratégicas, visión compartida”, afirma. Para él, la ingeniería civil florece cuando los ingenieros se reconocen parte de una comunidad que piensa, discute, aprende y se prepara de manera permanente.

No sorprende que su visión del país mire hacia la necesidad de integrar más ingenieros civiles en posiciones donde se definen políticas públicas. Lo dice sin rodeos: la planeación está

en el ADN del ingeniero. Por eso considera indispensable que el Estado recupere la voz técnica para decidir obras, priorizar recursos y anticipar cómo una infraestructura puede cambiar el destino de una comunidad. Lo vivió de cerca cuando fue director general del Consejo Estatal de Infraestructura de Yucatán, donde su tarea era diagnosticar qué obras eran necesarias, urgentes o estratégicas, y determinar su impacto local, regional o nacional. “Planear, ejecutar y prever incluso qué sucederá cuando una obra llegue al final de su vida útil… todo eso es ingeniería”, resume.

Su mundo gremial es amplio: pertenece a la Asociación Mexicana del Asfalto, a ANALISEC y a la Asociación de Supervisores de Construcción donde cada pieza aporta a la calidad de la infraestructura nacional. Supervisión, laboratorios, estándares, control, cumplimiento… Cervera traza un mapa donde los engranes técnicos

solo funcionan si están acompañados de unión y colaboración.

Pero el ingeniero también tiene mar. Navega, vela, se asoma al silencio nocturno de los océanos para recordarse a sí mismo que somos “un granito” en un mundo inmenso. En ese espacio encuentra una claridad particular: el mar le enseña humildad, proporción y perspectiva. Ese recordatorio de que hay fuerzas más grandes que uno mismo lo acompaña al tomar decisiones profesionales. No es casual que hable de admiración ante la imponencia del océano, ni que lo relacione con su forma de trabajar: “El mar te hace entender tu exacta dimensión. Te coloca en tu realidad.”

Además del gremio y el mar, está la academia. Fue maestro durante veintidós años y confiesa que una de sus mayores satisfacciones fue ver a sus estudiantes ingresar a la Facultad de

“La unidad y la fortaleza que da pertenecer a un gremio es invaluable. No solo es capacitación o actualización, es convivencia, alianzas estratégicas, visión compartida”

Ingeniería. A pesar de que un evaluador alguna vez lo consideró “mercenario de la educación” por responder que dar clase también es un trabajo, él lo hacía sin cobrar un solo peso. “A mí me enseñaron que debía escoger un trabajo que me hiciera levantarme con ganas todos los días. Eso es la ingeniería para mí.” Hoy comparte ese mensaje con los jóvenes: que elijan una carrera que les despierte pasión, no una moda o la opinión de sus amigos, porque será el oficio que los acompañará toda la vida.

Sobre el futuro, su deseo es simple y contundente: que la ingeniería civil recupere el reconocimiento social que merece y que los ingenieros vuelvan a ser consultados al definir la dirección técnica del país. Que se les escuche. Que se les convoque. Que se tome en serio la voz del conocimiento. Al final de la entrevista, Cervera agradece la oportunidad de compartir su historia con una modestia que lo

acompaña desde niño, cuando jugaba con grava en las obras de su abuelo. Entre gremios, viviendas, infraestructura, aulas y noches de navegación, su vida profesional ha sido una suma de compromisos: con la técnica, con la sociedad, con la formación de nuevas generaciones. Y con la certeza de que construir —en cualquiera de sus formas— es siempre un acto de servicio. Entre risas dice que a veces la memoria le falla, pero cada recuerdo que narra revela una vida plena, dedicada a dejar huella sin necesidad de buscar reflectores.

Su mensaje final es tan sencillo como poderoso: seguir trabajando. Porque en su voz se entiende que para él la ingeniería no ha sido solo una profesión, sino una forma de vivir el mundo, de tocarlo y mejorarlo, un proyecto que se construye todos los días, igual que los cimientos que lo vieron crecer.

“A mí me enseñaron que debía escoger un trabajo que me hiciera levantarme con ganas todos los días. Eso es la ingeniería para mí.”

CIUDADES QUE

SE MUEVEN

Aguascalientes y Guadalajara reinventan su movilidad urbana

EN LAS CIUDADES MEXICANAS DE AGUASCALIENTES Y GUADALAJARA, LA MOVILIDAD SE HA CONVERTIDO EN UN LABORATORIO DE TRANSFORMACIÓN URBANA. AMBAS URBES AVANZAN HACIA MODELOS DONDE CAMINAR, PEDALEAR, CONDUCIR O USAR TRANSPORTE PÚBLICO YA NO SON OPCIONES EN COMPETENCIA, SINO ENGRANAJES DE UN MISMO SISTEMA.

La clave está en la eficiencia y la innovación, pero también en algo más profundo: en devolver el espacio público a las personas.

En Aguascalientes, el Programa Estatal de Movilidad 2021-2045 advierte que “la expansión urbana ha aumentado

la distancia entre los principales motivos de viaje, como el trabajo, escuelas, hospitales, oficinas…”, y plantea la urgencia de “modos de transporte que hagan compatibles crecimiento económico, cohesión social y defensa del medio ambiente”. Bajo esa premisa, el Plan Integral de Movilidad

“Con cada obra de rehabilitación reducimos riesgos de accidentes, descongestionamos las vialidades y mejoramos la movilidad de los ciudadanos”.

Urbana Sustentable (PIMUS) propone un sistema BRT (bus rapid transit), con corredores exclusivos, estaciones de transferencia y reestructuración vial. El proyecto no es solo un tema técnico; es una declaración de principios. Elgobierno ha destacado que “con cada obra de rehabilitación reducimos riesgos de accidentes, descongestionamos las vialidades y mejoramos la movilidad de los ciudadanos”. Su mensaje sintetiza la visión de un gobierno que ve la movilidad como una política pública integral, donde la infraestructura no solo conecta puntos, sino que conecta personas y oportunidades.

Guadalajara, por su parte, se ha posicionado como referente nacional en políticas de movilidad metropolitana.

El Plan Integral de Movilidad Urbana Sustentable del Área Metropolitana de Guadalajara (PIMUS-AMG) impulsa una reconfiguración del territorio con visión integral: transporte público moderno, ciclovías conectadas, mejor accesibilidad peatonal y desarrollo urbano orientado al transporte (Transit Oriented Development). “Este

documento nos permite trabajar de la mano con los municipios metropolitanos para impulsar un sistema de movilidad eficiente y equitativo”, declaró la alcaldesa de Guadalajara, al presentar los avances del programa.

La capital jalisciense ha demostrado que la innovación puede integrarse en la vida cotidiana: el sistema Mi Macro Periférico, las rutas troncales y complementarias, y la red de infraestructura ciclista confinada han reducido tiempos de traslado y aumentado la seguridad vial. Según el Instituto Metropolitano de Planeación (IMEPLAN), “cada kilómetro de transporte público bien planificado multiplica el valor del suelo urbano y detona inversiones privadas de alto impacto”.

Ambas ciudades coinciden en un mismo desafío: repensar la movilidad desde el punto de vista del bienestar ciudadano. Estudios recientes destacan que “la movilidad urbana sostenible es una forma de trasladarse dentro de las ciudades generando el menor impacto al ambiente” (Redalyc, 2024). Esa de-

“Cada kilómetro de transporte público bien planificado multiplica el valor del suelo urbano y detona inversiones privadas de alto impacto”.

finición cobra sentido cuando los proyectos combinan infraestructura verde, tecnología, inclusión y planeación urbana. Aguascalientes ha incorporado en su modelo redes ciclistas, zonas de conexión con el Segundo Anillo y una

estrategia de transporte con identidad propia bajo la marca SIT Aguascalientes, mientras Guadalajara avanza con calles completas, donde el espacio se reparte de manera más justa entre peatones, ciclistas y automóviles.

Aguascalientes construye futuro

LAS OBRAS EDUCATIVAS QUE ESTÁN

TRANSFORMANDO EL APRENDIZAJE EN

En entrevista con Revista Construye, el arquitecto Jesús Lara, director del Instituto de Infraestructura Educativa del Estado de Aguascalientes, repasa un año que — según afirma— marcó un parteaguas en la expansión, modernización y pertinencia académica del sistema educativo estatal. Explica que en 2025 se superaron los 500 millones de pesos de inversión, cifra que permitió crear, consolidar y rehabilitar planteles en prácticamente todos los niveles educativos. Este crecimiento, detalla, se articula con una premisa central de la gobernadora Tere Jiménez: garantizar espacios suficientes, seguros y funcionales para que cada estudiante tenga un lugar digno donde formarse.

Las decisiones de inversión partieron del análisis demográfico y educativo que realiza el Instituto de Educación, lo que permitió ubicar las zonas con mayor demanda de cobertura escolar. La mayor expansión se concentró en el sur-oriente de la capital, donde se edificaron planteles completos en Lomas

de San Jorge —preescolar y primaria—, así como una secundaria y un preescolar nuevos en Villas de las Norias, además de una primaria en Real del Sol. La inversión también impulsó la creación de dos primarias en Calvillo, ubicadas en los fraccionamientos Antorchistas y El Mirador.

Un proyecto especialmente simbólico fue la puesta en marcha de la Universidad Intercultural para la Igualdad, un espacio diseñado para personas de mediana edad interesadas en cursar una licenciatura y que, además, integra becas, áreas para cuidado de niños y espacios de atención a adultos mayores. Para Lara, llevar escuelas nuevas a las colonias donde antes no existían representa un cambio profundo: “acercar los planteles” reduce gastos familiares, evita traslados largos y genera identidad y pertenencia

entre los alumnos, elementos que fortalecen la calidad educativa.

En materia de educación media superior y superior, 2025 destacó por orientar parte del presupuesto a áreas estratégicas solicitadas por el sector productivo: tecnología, electromovilidad y salud. Esto derivó en la creación del nuevo bachillerato de la Universidad Autónoma de Aguascalientes en Rincón de Romos, pensado para evitar que cientos de jóvenes tuvieran que desplazarse diariamente a

la capital. En Asientos, particularmente en Villa Juárez, se construyó un nuevo CONALEP bajo la misma visión de acercamiento y respuesta a la demanda social. Paralelamente, avanza la primera etapa del Bachillerato del Deporte, que requiere instalaciones propias ante la saturación de su plantel actual.

La articulación con la industria también impulsó infraestructura especializada bajo modelos de educación dual: el laboratorio de semiconductores y electromovilidad en el Institu-

to Tecnológico de Aguascalientes, el edificio de vinculación en la Universidad Tecnológica El Retoño y el laboratorio de aeronáutica en la Universidad Politécnica de Aguascalientes. Estos proyectos, afirma, responden al interés empresarial por incorporar jóvenes al campo laboral incluso antes de concluir la licenciatura. En Calvillo, la construcción del edificio de Medicina de la Universidad Tecnológica responde a una necesidad clara: cada año, numerosos aspirantes quedan fuera de la UAA y no todos pueden costear universidades privadas, lo

cual detonó la creación de una alternativa pública de formación médica.

Las obras de 2025 dejaron también aprendizajes valiosos. Lara subraya que cada plantel se diseña para funcionar como refugio en caso de contingencia, por lo que los estándares de seguridad superan a los de otras edificaciones. La prioridad, sostiene, es pensar en los usuarios: niños, jóvenes, madres y padres de familia, incluyendo quienes requieren accesibilidad plena. Por ello, se cuidan rampas, pendientes, servicios sanitarios inclusivos y circulación adecuada en cada proyecto. La sostenibilidad también juega un papel central: se respetan especies naturales, se eligen colores neutros para favorecer iluminación, se incorporan áreas verdes de bajo consumo hídrico y se equipa con juegos infantiles, laboratorios y espacios de cómputo. “No por ser una escuela pública debe ser una escuela fea; al contrario”, enfatiza.

Respecto a 2026, el instituto ya tiene en marcha la planeación de cuatro planteles nuevos de nivel básico y más de 80 acciones de consolidación. Además, se gestionan recursos para nuevos proyectos en media superior, como un bachillerato de la UAA en Asientos, ampliaciones en el CONALEP de Villa Juárez y avances en el Bachillerato del Deporte y el Bachillerato Militarizado. En nivel superior, destacan un edificio nuevo para la Universidad Tecnológica Metropolitana y la conclusión del edificio de posgrado de la UAA. El objetivo es claro: superar la inversión de 2025 y seguir impulsando que más estudiantes se integren al sector productivo local, especialmente en automotriz, tecnología, manufactura, agroindustria y áreas de ingeniería.

Antes de concluir, el arquitecto Lara expresa su agradecimiento a la gobernadora Tere Jiménez “por la oportunidad

“En Calvillo, la construcción del edificio de Medicina de la Universidad Tecnológica responde a una necesidad clara: cada año, numerosos aspirantes quedan fuera de la UAA y no todos pueden costear universidades privadas, lo cual detonó la creación de una alternativa pública de formación médica.”

de servir en un tema tan sensible como la infraestructura educativa”, así como al Instituto de Educación, directivos y docentes que acompañan cada obra. Subraya que el trabajo coordinado permitió cerrar el año con cerca de 120 acciones

y una inversión histórica que, más allá de los números, se traduce en algo esencial: que más niñas, niños y jóvenes de Aguascalientes aprendan en espacios dignos, seguros y que motivan a construir su propio futuro.

AGUASCALIENTES SE RENUEVA

DESDE SUS CALLES

Ing. Miguel Ángel Huizar Botello

Aguascalientes ha vivido un año intenso en obra pública, marcado por lluvias atípicas, desgaste acelerado de vialidades y la necesidad de modernizar infraestructura que, en algunos puntos, supera el siglo de antigüedad. En entrevista con Revista

Construye, el secretario de Obras Públicas municipal, Ing. Miguel Ángel

Huizar Botello, hace un balance claro: 2025 ha sido un año exigente, pero estratégico, y 2026 se perfila como un periodo de consolidación urbana con obras más duraderas, mejor planeadas y con enfoque social.

Para el municipio, las vialidades fueron el corazón del trabajo. Las precipitaciones concentradas por zonas generaron daños importantes que exigieron un programa de mantenimiento y bacheo continuo, además de nuevas obras en pavimentos que ya migran a concreto hidráulico en avenidas clave como María Hidalgo, Julio Díaz Torres y Valle de los Romero. El secretario adelanta que

este modelo será la base del análisis técnico para 2026: tramos más resistentes, cruces con mayor vida útil y una apuesta por infraestructura que soporte la nueva dinámica de movilidad de la ciudad.

La otra gran línea de acción ha sido el espacio público. El alcalde Leonardo Montañez ha insistido en que los parques son más que áreas verdes: son

puntos de encuentro que fortalecen la convivencia y contribuyen a reducir factores de riesgo social. Con esta visión, el municipio construyó nuevos parques y rehabilitó otros en diversas colonias, priorizando zonas donde la integración comunitaria es clave para mejorar la calidad de vida.

En cifras, la obra pública municipal alcanzará cerca de 300 millones de pesos en 2025. Aunque insuficientes para cubrir todas las necesidades, Huizar Botello destaca que una correcta priorización permitió distribuir la inversión en vialidades, parques e infraestructura estratégica. Parte fundamental de ese trabajo fue la coordinación con CCAPAMA, especialmente después de los colapsos en redes sanitarias provocados por

lluvias históricas. “Hallamos drenajes con más de cien años; era indispensable intervenir”, explica. Calles como 5 de Febrero ya incorporan líneas nuevas supervisadas por la autoridad del agua, lo que acelera la respuesta ante emergencias y previene futuras fallas.

La visión hacia 2026 tiene un componente metropolitano. Gobierno del Estado y municipio trabajan con IMPLAN y Planeación para consolidar el Centro Histórico, rehabilitar pasos a desnivel, fortalecer la seguridad estructural de puentes y mejorar vialidades que conectan con la zona metropolitana. Aguascalientes apuesta por infraestructura que no solo se repare, sino que mantenga estándares preventivos para resistir temporadas climáticas cada vez más críticas.

“Las precipitaciones concentradas por zonas generaron daños importantes que exigieron un programa de mantenimiento y bacheo continuo, además de nuevas obras en pavimentos que ya migran a concreto hidráulico en avenidas clave como María Hidalgo, Julio Díaz Torres y Valle de los Romero.”

Un capítulo destacado es la participación del empresariado local. Tanto los recursos del fondo III como los de inversión directa han derivado en contratos para compañías del estado. El secretario reconoce que la calidad de las obras —tanto en parques como en pavimentación— responde al compromiso técnico de los contratistas locales.

Otro eje para 2026 será el presupuesto participativo, donde la ciudadanía define qué y dónde se construye. La señal es clara: la gente quiere más espacios de convivencia, canchas y parques. Para la Secretaría, este mecanismo funciona como termómetro social y como brújula para orientar proyectos donde realmente se necesitan.

El cierre de 2025 ha sido demandante. Los meses de octubre a diciembre concentran los cierres físico-financieros, a lo que se sumó un refuerzo de 25 millones de pesos para atender daños por lluvias en vialidades. Pero el objetivo está claro: entregar calles seguras, superficies de rodamiento estables y un programa de obra listo para arrancar en enero de 2026 con una cartera consolidada y técnicamente avalada.

Aguascalientes avanza, y lo hace desde lo esencial: calles más fuertes, drenajes renovados, parques que juntan a las familias y una planeación que piensa en una ciudad que crece rápido, exige respuestas nuevas y demanda infraestructura a la altura de su ritmo urbano.

“El cierre de 2025 ha sido demandante. Los meses de octubre a diciembre concentran los cierres físico-financieros, a lo que se sumó un refuerzo de 25 millones de pesos para atender daños por lluvias en vialidades.”

Ing. Carlos Humberto Rodríguez Collazo

JESÚS MARÍA ACELERA SU TRANSFORMACIÓN URBANA

Jesús María está en una fase de transformación silenciosa, pero profunda. Carlos Humberto Rodríguez Collazo, secretario de Obras Públicas municipal, explica que 2025 cierra con avances visibles en parques, vialidades y servicios básicos, mientras 2026 ya se diseña con una ruta de crecimiento urbano más ordenado y con mayor inversión. Su mirada mezcla realismo operativo y ambición metropolitana: consolidar espacios públicos, mejorar

la infraestructura hidráulica que no se ve y asegurar que cada obra aporte conectividad y calidad de vida.

El año termina con una apuesta marcada por el espacio público. La segunda etapa del Parque Los Avioncitos, el avance del parque Estasia, la intervención en Corral de Barrancos y la tercera fase de la Casa de Música en Margaritas muestran una política que entiende al parque como punto de encuentro comunitario. A esto se suma el arranque de la alberca de enseñanza olímpica y el avance

del rastro municipal, prácticamente listo en su etapa civil. Para Rodríguez Collazo, estas obras representan una ciudad que reclama lugares para convivir y moverse con mayor dignidad.

En vialidades, uno de los temas más sensibles para la ciudadanía, el municipio ha intervenido calles en Delegación Venadero, Milpillas, La Tomatina y la cabecera municipal, aunque la obra

más significativa del año es la avenida San Lorenzo, liberada legalmente tras un largo proceso y hoy en plena transformación. El secretario insiste en una visión de “calles completas”: vegetación, señalética, mobiliario y banquetas amplias que devuelvan protagonismo al peatón y activen la economía local. La calle Mina, con su mobiliario urbano y espacios para permanecer, es ya un referente de esta filosofía.

Sin embargo, el verdadero cimiento del avance está bajo tierra. La renovación de la infraestructura hidrosanitaria —tuberías nuevas, ampliaciones, mantenimientos— permite pavimentos más duraderos y reduce fallas futuras. “Es lo que no se ve, pero define el bienestar”, afirma el funcionario. La coordinación con CAPAS ha sido clave para construir vialidades que no solo conecten, sino que funcionen correctamente durante décadas.

El crecimiento metropolitano obliga a trabajar mucho más allá de las fronteras municipales. Jesús María coordina planeación, conectividad y espacios públicos con Aguascalientes, el Gobierno Estatal y la Federación. Corredores como Chicahuales–Miguel de la Madrid–Universidad, Real del Molino, Eugenio Garza o la salida a Picacho están en una agenda compartida que busca resolver flujos viales, consolidar urbanización y ordenar la expansión de la zona metropolitana. Para Rodríguez Collazo, esta coordinación es indispensable: el tránsito, los servicios y la vida diaria de la gente ya no distinguen límites administrativos.

En términos de inversión, 2025 cerrará con alrededor de 70 millones de pesos federales y una cifra similar de recursos municipales, además de fondos adicionales aplicados en ba -

“El crecimiento metropolitano obliga a trabajar mucho más allá de las fronteras municipales. Jesús María coordina planeación, conectividad y espacios públicos con Aguascalientes, el Gobierno Estatal y la Federación.”

rrios como Paso Blanco. Las previsiones para 2026 hablan de un aumento del 30 al 40 %, aunque dependerá de las asignaciones finales. El equipo de Obras Públicas ya prepara escenarios para ajustar prioridades sin afectar obras estructurales.

El Centro Histórico surge como otro reto urgente. Con la instalación del Consejo del Centro y el reconocimiento de los problemas de estacionamiento, el municipio estudia alternativas que van desde ordenar cajones y habilitar espacios comerciales externos hasta crear transportes complementarios hacia el corazón urbano, incluyendo la posibilidad de bicitaxis o traslados cortos desde estacionamientos periféricos. La meta es clara: un centro más funcional y accesible sin sacrificar su traza original.

El 2026 apuntará a rehabilitar vialidades antiguas y complementar infraestructura sanitaria en zonas que hoy crecen aceleradamente, como Margaritas, donde la mancha urbana ya alcanzó a comunidades antes semi rurales. La lógica será la misma: primero tuberías, luego concreto y siempre una dimensión humana de diseño urbano.

Rodríguez Collazo cierra con gratitud hacia la ciudadanía. Las lluvias complicaron plazos, reconoce, pero la paciencia colectiva permitió avanzar. “Al final, quedan espacios mejores para todos.” Jesús María crece a su ritmo, con obras que suman silenciosamente a una ciudad que se prepara para el futuro tramo a tramo, calle a calle, parque a parque.

“El secretario insiste en una visión de “calles completas”: vegetación, señalética, mobiliario y banquetas amplias que devuelvan protagonismo al peatón y activen la economía local. La calle Mina, con su mobiliario urbano y espacios para permanecer, es ya un referente de esta filosofía.”

Casa Encinos 114 GARZA TRISTÁN

Encinos 114 es una vivienda pensada para que una joven familia viva el interior con intensidad. Su fachada se mantiene cerrada hacia la calle, combinando un muro de madera en la cochera y un panel de aluminio grafito en planta alta. Ese panel resguarda un patio triangular que funciona como pulmón de luz y ventilación para las habitaciones secundarias, integrando estética contemporánea y funcionalidad.

Un pequeño vano lateral permite una conexión sutil con la vegetación exterior.

El acceso principal se ubica en un rincón lateral, protegido por un pórtico de madera. Al abrir la puerta, la mirada asciende hacia la circulación vertical, acompañada por una jardinera con garra de león y encino, que da carácter al recibidor.

La zona social se desarrolla a doble altura, generando amplitud y continuidad visual. Sala, comedor y cocina se integran sin barreras y se abren por completo al jardín, permitiendo que los espacios acompañen la vida cotidiana con naturalidad. Es una casa que busca que cada rincón respire al ritmo de su familia.

Nombre de la Obra: Encinos 114

Ubicación de Obra: Tierra Verde, Jesús María, Aguascalientes.

Oficina/Taller de Arquitectura:

Garza Tristan Arquitectos

Ubicación del Taller: Aguascalienetes, Ags.

M2: 352 m²

Sitio Web: https://garzatristan.com/ Créditos de Fotografía: Armando Garza Tristan

Equipo de diseño: Garza Tristan Arquitectos

Equipo de construcción: Garza Tristan Arquitectos

Paisajismo: FOLIE https://www. instagram.com/folie.mx/

Diseño interior: Garza Tristan Arquitectos

TOK se ubica en un predio privilegiado frente al mar de Holbox, un entorno natural que exige mínima intervención y máximo respeto. La propuesta plantea cuatro bloques de cuatro niveles, separados y orientados a 45 grados para evitar la masividad y abrir distintas vistas hacia la selva y el mar. El terreno es perpendicular a la playa, por lo que se rompen rigideces con muros inclinados que permiten que cada departamento disfrute del horizonte y del atardecer.

El conjunto se eleva sobre pilotes para mantener intacto el suelo de arena y vegetación, garantizando ventilación cruzada y continuidad visual hacia la playa. La estructura irregular, inspirada en formaciones rocosas, sostiene los volúmenes superiores mientras genera una plástica dinámica.

Al aislar el edificio del nivel de playa, la planta baja se convierte en un espacio fresco y permeable donde se ubican las amenidades y la circulación hacia la alberca y el mar. La selección de materiales responde al clima: madera, chukum y piedra conforman

una paleta resistente y auténtica. Los interiores son abiertos, continuos y orientados a las mejores vistas, con ventilación natural y privacidad. En su conjunto, TOK ofrece una experiencia refinada, integrada al paisaje y profundamente conectada con la naturaleza de Holbox.

PROYECTO: LM ARKYLAB

Arq. Ana Martínez, Arq. Luis Morán

Project leader: Arq. Alitzel Loera

Project team:

Arq. Rodrigo Pedrajo, Arq. Octavio Herrejón, Arq. Braulio Ortiz, Arq. Irian Reyes, Arq. Gaby Reyes, Arq. Daniel Valerio

Instalaciones

hidrosanitarias: Rosario Mata

Instalación Eléctrica: Ing. José Morón

Calculo Estructural: Ing. Juan Nava

Presupuesto: Arq. Miguel Macias

HACIA

UNA

“calificación”

DE LA INFRAESTRUCTURA EN MÉXICO

Si la infraestructura de México fuera un alumno… ¿aprobaría o reprobaría?

Imaginemos una escena muy sencilla. Un gobernador, un secretario o un gran inversionista pregunta en una reunión: “Ingeniero, dígame en una hoja cómo está la infraestructura de este estado: ¿vamos bien, vamos mal, en qué estamos reprobados?”

La mayoría de quienes trabajamos en el sector podríamos responder con historias: la carretera que ya no aguanta otro ciclo de lluvias, la planta de tratamiento que no opera como fue diseñada, el puerto que llegó a su límite hace años, el parque industrial que creció más rápido que la red eléctrica que lo alimenta.

“Hace años, una idea empezó a perseguirme y aún no me suelta: ¿por qué no tenemos en México una calificación seria, periódica y hecha por ingenieros de nuestra infraestructura?”

Pero, si somos honestos, no tenemos una respuesta simple, clara y consensuada.

No contamos con una especie de “boleta de calificaciones” de la infraestructura mexicana y esa ausencia no es sólo un tema técnico, es un vacío que termina llenándose con discursos: “nunca habíamos estado mejor”, “todo está mal”, “antes se hacía, ahora no se hace”, según convenga al momento político.

Hace años, una idea empezó a perseguirme y aún no me suelta: ¿por qué no tenemos en México una calificación seria, periódica y hecha por ingenieros de nuestra infraestructura?

La chispa: una conversación entre gremios

Durante mi gestión como presidente de la Federación Mexicana de Colegios de Ingenieros Civiles (FEMCIC), esa pregunta tomó forma en una reunión regional en el centro del país. Éramos varios presidentes de colegios y representantes del gremio, hablando de lo que vemos todos los días: carreteras agotadas, sistemas de agua al límite, puentes con mantenimiento insuficiente y nuevos polos industriales presionando una infraestructura que envejece.

En ese contexto, el Ing. Luis Rojas Nieto, entonces presidente del

Colegio de Ingenieros Civiles de México (CICM), comentó el ejercicio que realizan los ingenieros civiles de la ASCE en Estados Unidos: el “Report Card for America’s Infrastructure”, un boletín donde, de forma periódica, se pone una calificación –de la A a la F– al estado de la infraestructura de ese país.

Yo salí de esa reunión con una pregunta muy clara en la mente:

“¿Y por qué nosotros no tenemos nuestra propia ‘calificación’ de la infraestructura en México?”

Desde entonces, esa pregunta ha

“En la escuela, una calificación no existe para humillar, sino para ubicarnos: para saber si vamos aprendiendo lo necesario, si estamos al borde del fracaso o si de plano no estamos logrando el objetivo.”

vuelto una y otra vez en mi práctica profesional, en el gremio y en los pasillos de los proyectos.

Dos Méxicos conviviendo en la misma infraestructura

Cuando me tocó encabezar la FEMCIC dimos un paso que considero valioso: organizamos el trabajo gremial en coordinaciones por tipo de infraestructura.

Carreteras, agua, energía, movilidad urbana, vivienda… cada coordinación con sus especialistas, su agenda y sus propuestas. Eso ayudó a orde -

nar mejor la voz técnica y a ver la infraestructura como sistemas, no sólo como obras sueltas.

Sin embargo, hay que reconocerlo: esa estructura todavía no se ha traducido en un documento claro, sintético y contundente que le diga al país, con lenguaje sencillo, cómo estamos en infraestructura.

Mientras tanto, en campo vemos todos los días dos Méxicos conviviendo:

Un México que sí construye ampliaciones portuarias, proyectos ferroviarios, corredores logísticos, parques industriales impulsados por el nearshoring, nuevos hospitales, nodos urbanos en crecimiento, obras carreteras importantes.

Y un México que no alcanza a mantener lo que ya tiene: redes de agua potable envejecidas y con fugas generalizadas, drenajes que se saturan con la primera lluvia fuerte, caminos rurales que llevan años sin conservación rutinaria, sistemas de transporte público saturados, desarticulados o francamente informales. infraestructura social profundamente desigual entre regiones y municipios.

Quienes leen esta revista lo conocen bien, hay datos, informes sectoriales, estadísticas de inversión, estudios académicos, reportes de competitividad, pero lo que no tenemos es una pieza que los junte y los traduzca en un mensaje simple para el país: “En este sistema vamos bien, en este vamos al límite, en este estamos reprobados.”

La palabra incómoda: “calificar”

Hablar de calificar la infraestructura suena, para algunos, agresivo. La palabra despierta miedos: ¿vamos a reprobar a alguien?, ¿a exhibir gobiernos?, ¿a señalar con el dedo?, pero yo prefiero verlo de otra manera.

En la escuela, una calificación no existe para humillar, sino para ubicarnos: para saber si vamos aprendiendo lo necesario, si estamos al borde del fracaso o si de plano no estamos logrando el objetivo.

Con la infraestructura pasa lo mismo, si no nos atrevemos a decir “esto

está en 8, esto está en 6, esto está en 4”, la conversación se queda en percepciones: “Nunca se había invertido tanto”, “Estamos peor que nunca”, “Antes sí se hacía planeación, ahora no”, o al revés.

El gremio de los ingenieros civiles tiene algo que ningún otro actor posee: credibilidad técnica y experiencia directa en territorio.

Por eso la pregunta de fondo es incómoda pero necesaria: ¿Vamos a seguir hablando de infraestructura sólo en términos de proyectos o anuncios, o nos vamos a atrever a construir una calificación del sistema completo?

Hacia una “calificación” hecha por ingenieros civiles organizados.

Más que copiar modelos de otros países, lo que propongo es algo muy simple en su formulación y muy profundo en sus implicaciones: Que los ingenieros civiles organizados asumamos la tarea de ponerle calificación a la infraestructura de México.

No se trata aquí de entregar un manual ni de definir tecnicismos; cualquier modelo serio tendría que construirse con calma, con muchas manos y muchas miradas: colegios, federaciones, academia, especialistas sectoriales, empresas y, eventualmente, organismos internacionales.

Lo importante, a mi juicio, es que esa “Calificación de la Infraestructura en México” tenga algunas características básicas, donde sea un diagnóstico periódico, y no solo un informe que aparece una vez y se archiva.

Y que ponga el foco en sistemas de infraestructura, no sólo en obras emblemáticas: que revisemos a fondo la movilidad y transporte, agua y saneamiento, energía y conectividad, infraestructura social, infraestructura para la resiliencia. Y que se base en criterios técnicos estables (capacidad, condición, financiamiento, operación, seguridad, resiliencia…), para que no cambien con cada administración.

Así mismo, que tenga una lectura independiente, en el sentido de que la metodología y la interpretación de los resultados estén en manos del gremio técnico, y no subordinadas al gobierno en turno.

Que se exprese en lenguaje entendible, para que un gobernador, un alcalde, un director de fondo, una empresaria o un ciudadano puedan leerlo en pocos minutos y entender dónde estamos parados.

“Más que copiar modelos de otros países, lo que propongo es algo muy simple en su formulación y muy profundo en sus implicaciones: Que los ingenieros civiles organizados asumamos la tarea de ponerle calificación a la infraestructura de México.”

No hablamos de una tesis especializada, sino de una boleta de calificaciones del país: un espejo construido con rigor técnico que nos diga, sin adornos, la situación de nuestra infraestructura.

Un nuevo contexto: gremios hablando de políticas, no sólo de obras

En los últimos meses he escuchado, en distintas conversaciones, que el CICM y la FEMCIC, junto con otros organismos del sector, participan en un espacio nacional orientado a dis-

cutir políticas de infraestructura: un consejo, mesa o comisión con ese enfoque.

No pretendo describir su funcionamiento ni hablar en su nombre; no me consta en lo personal la operación interna de ese espacio, pero sí alcanzo a ver una oportunidad relevante: Por primera vez en mucho tiempo, varios actores clave de la infraestructura se sientan a hablar de políticas públicas, no sólo de contratos ni de obras específicas.

Si ese tipo de espacios se consolida y madura, podrían convertirse (si así lo

decide el propio gremio) en un vehículo natural para discutir y, eventualmente, alojar un ejercicio de calificación de la infraestructura mexicana. No como producto de un gobierno, sino como resultado de un trabajo intergremial al servicio del país.

¿Por qué debería importar esto a lectores empresariales y directivos?

Una “calificación” seria de la infraestructura no es un capricho académico ni un lujo gremial. Es, en términos prácticos, una herramienta de negocio y de gobierno.

Para las empresas del sector (constructoras, consultoras, desarrolladoras, proveedores): permitiría identificar en qué sistemas y regiones la brecha de infraestructura se traduce en oportunidades de proyectos bien estructurados y ayudaría a anticipar riesgos: dónde la falta de infraestructura puede frenar inversiones productivas o elevar costos de operación.

Para los gobiernos estatales y municipales: Funcionaría como una hoja de ruta incómoda pero útil: muestra dónde se están acumulando pasivos, qué territorios requieren intervención prioritaria y qué decisiones ya no pueden seguir postergándose.

Para la banca, los fondos y los inversionistas: sería una pieza más en el análisis de viabilidad y riesgo país: la infraestructura deja de ser una “caja negra” y se convierte en un mapa claro de capacidades y carencias.

Y finalmente para la ciudadanía:

Hace visible que muchos problemas cotidianos como la falta de agua, inundaciones recurrentes, horas perdidas en el tráfico, clínicas incompletas, etc., no son hechos aislados, sino síntomas de sistemas de infraestructura mal cuidados, sub financiados o mal planeados.

Recordemos que una buena calificación no es un aplauso; una mala calificación no es una condena. En ambos casos, es una guía de acción.

Del orgullo de construir al deber de medir

Los ingenieros civiles mexicanos hemos demostrado, una y otra vez, que sabemos construir y que sabemos responder en momentos críticos. Esa parte está acreditada en cada obra compleja que se concluye, en cada infraestructura que resiste y en cada emergencia atendida.

Sin embargo, el momento histórico que vive México como el nearsho-

ring, presión urbana, cambio climático, brechas regionales, demanda social de mejores servicios, nos exige dar un paso más: pasar del orgullo de construir al deber de medir.

De ser solamente constructores de infraestructura, a convertirnos también en curadores del patrimonio público, capaces de evaluar, con rigor y de cara al país, el estado de esa infraestructura que hemos ayudado a levantar.

No propongo un nombre, una marca ni un organismo nuevo. Propongo algo más sencillo y, al mismo tiempo, más ambicioso: que el gremio de los ingenieros civiles se tome en serio la tarea de construir, de manera ordenada y periódica, una “calificación” de la infraestructura en México, hecha por ingenieros y al servicio de todos.

La primera calificación, probablemente, no nos va a gustar. Habrá más “6”

“En los últimos meses he escuchado, en distintas conversaciones, que el CICM y la FEMCIC, junto con otros organismos del sector, participan en un espacio nacional orientado a discutir políticas de infraestructura: un consejo, mesa o comisión con ese enfoque.”

y “5” de los que nos sentimos cómodos reconociendo. Pero sin ese primer corte de caja, todas las conversaciones seguirán flotando en el aire.

La pregunta no es si el país necesita este diagnóstico. La pregunta, más

directa, es: ¿Estamos dispuestos, como gremio, a asumir esa responsabilidad y mirarnos al espejo de la infraestructura que nosotros mismos hemos construido?

DESARROLLO Y PLANEACIÓN URBANA EN MÉXICO

Por: MSc. Arch. Urb. Raúl Martínez y MSc Arch. Mariana Fajardo

La planeación urbana en México ha sido un proceso complejo, marcado por continuas adaptaciones a modelos importados y por la tensión entre la normativa y la realidad urbana. Desde los primeros asentamientos prehispánicos hasta las transformaciones coloniales y

modernas, el territorio mexicano ha experimentado diversas configuraciones espaciales que reflejan cambios sociales, políticos y económicos.

Durante la colonia, la conformación urbana se constituyó bajo las Ordenanzas de Felipe II, que establecie -

ron una retícula regular organizada en torno a una plaza central. Este esquema generó una notable uniformidad en los centros urbanos hispanoamericanos (Chaparro, 2009). El trazo influido por principios neoclásicos priorizaba simetría, jerarquía y la articulación de espacios cívicos y religiosos.

Aunque el urbanismo latinoamericano del siglo XIX adoptó tendencias europeas—especialmente francesas, vinculadas a Haussmann—el primer ejercicio formal de planeación en México se atribuye a Ignacio Castera con el Plano Regulador de finales del

siglo XVIII, documento precursor del urbanismo moderno al enfatizar el ordenamiento funcional y estético del espacio (McMichael, 2002).

Modernización y transformación durante los siglos XIX y XX

En las últimas décadas del siglo XIX y la primera del siglo XX, durante el Porfiriato, México se abrió a la inversión extranjera y consolidó la industrialización a partir del ferrocarril. Este periodo provocó el crecimiento acelerado de las ciudades y la construcción de infraestructura pública de gran escala (Suárez, 2009). La

modernidad tomó impulso. Este proceso se detuvo abruptamente entre 1910 y 1920 debido a la Revolución Mexicana, aunque fue precisamente el periodo posrevolucionario el que detonó un cambio sustancial en la planeación urbana. La reconstrucción nacional permitió desarrollar un marco teórico basado en prácticas modernistas, lo que dio pie a la institucionalización de la planeación como herramienta para la intervención urbana (Chaparro, 2009).

Durante el siglo XX aparecieron los primeros planes reguladores y planes maestros, centrados en la zoni -

ficación, el control de densidades y la separación funcional del territorio. Carlos Contreras introdujo en los años veinte el primer plan regulador moderno, basado en principios funcionalistas similares a los promovidos por Le Corbusier. Este documento utilizaba la zonificación como medida de control para orientar el crecimiento ordenado de la ciudad según las funciones específicas de cada área (Sánchez, 2002).

Sin embargo, aunque la escala, complejidad y población urbana crecieron de manera exponencial, los métodos y enfoques de planeación

evolucionaron mucho más lentamente. La matriz funcionalista permaneció como eje rector durante décadas.

Planeación urbana contemporánea y sus limitaciones

En 1978 se elaboró el primer Plan Nacional de Desarrollo Urbano, respondiendo al rápido crecimiento inducido por la industrialización. El enfoque territorial se subordinó a metas económicas. La inversión y el desarrollo de infraestructura se destinaron a potenciar la productividad industrial, provocando una fuerte concentración de población y recursos en unos cuantos sitios dentro del territorio nacional (Chaparro, 2009).

La planeación urbana en México ha sido en gran medida una constante imitación, siguiendo patrones europeos y estadounidenses, adoptó modelos como la Ciudad Jardín, el urbanismo moderno, el funcionalismo corbusierano, y posteriormente el suburbio norteamericano. Todos estos enfoques privilegiaban la regulación del uso del suelo y la zonificación como instrumentos centrales.

Este enfoque espacial-funcional ha demostrado ser insuficiente para la realidad mexicana contemporánea. Este tipo de planeación ha fomentado la competencia territorial y la inversión enfocada en infraestructura dura, generando ciudades segrega -

das. Su carácter rígido y prohibitivo es una de las razones por las cuales los planes de desarrollo urbano en México han sido incapaces de afrontar los retos actuales (Chaparro, 2009).

Los desafíos urbanos presentes en México son mucho más complejos que hace un siglo. Las condiciones económicas y sociales de un país “en desarrollo” son radicalmente distintas a las de los países “desarrollados”; por ello, no es viable seguir basando la planeación en principios importados que respondieron a otras realidades (Carmona, Burgess y Badenhorst, 2009). Lo que las administraciones, organizaciones y gobiernos aún no comprenden es que, ante una complejidad creciente, se requiere una mejora urgente de los métodos de planeación, así como un enfoque que considere las relaciones inter e intramunicipales. Este país no puede seguir creciendo bajo los mismos fundamentos de planeación diseñados para circunstancias completamente distintas.

La Zona Metropolitana del Valle de México (ZMVM) es el ejemplo más claro de esta complejidad. Su crecimiento, impulsado por mercados globalizados y políticas neoliberales, ha superado ampliamente la capacidad regulatoria del Estado, generando

CONSTRUYENDO

CONSTRUYENDO OPINIÓN

una estructura metropolitana difícil de gobernar y planificar.

Nuevas tendencias

Ante este panorama, el desarrollo urbano en México ha comenzado a transitar hacia enfoques más integra -

les que incorporan criterios de sostenibilidad, movilidad, vivienda digna, resiliencia y equidad. Sin embargo, la brecha entre la planeación normativa y la ciudad realmente construida sigue siendo amplia. En este contexto, la gobernanza urbana surge como un

modelo indispensable para comprender y dirigir el desarrollo contemporáneo de las ciudades mexicanas.

De acuerdo con el marco conceptual del INEGI, la gobernanza comprende el conjunto de valores, instituciones, reglas y prácticas mediante los cuales una sociedad organiza sus procesos de toma de decisiones públicas. Incluye mecanismos de articulación de intereses, resolución de conflictos y ejercicio de derechos y obligaciones por parte de ciudadanos, instituciones y empresas. Trasladado al ámbito urbano, implica transformar la planeación del territorio—tradicionalmente vertical y normativa—en un proceso colaborativo,

transparente y eficaz, donde intervienen el Estado (federal, estatal y municipal), el sector privado, la sociedad civil y comunitaria, instituciones académicas y técnicas, así como los organismos metropolitanos.

Las ciudades contemporáneas ya no pueden gestionarse mediante modelos centralizados y sectoriales. Sus problemas son interdependientes. La movilidad, vivienda, seguridad, servicios, medio ambiente, cambio climático, economía local, gobernanza metropolitana… todos están conectados. Entonces, la gobernanza urbana permite coordinar decisiones más allá de límites municipales, integrar participación ciudadana real, no simbó-

lica, mejorar la legitimidad y eficacia de políticas urbanas, articular intereses públicos y privados bajo reglas claras, fortalecer capacidades institucionales locales, así como evaluar la calidad del gobierno con indicadores verificables (como propone el INEGI).

Para quienes diseñamos ciudad comprender la gobernanza es fundamental, pues redefine las reglas del juego bajo las cuales se negocia el suelo, se estructuran los proyectos, se asignan recursos y se gestiona la infraestructura. Más allá de un concepto administrativo, la gobernanza urbana constituye un marco operativo que impacta directamente en la forma en que se concibe, construye y habita la ciudad. Su adopción permite enfrentar los desafíos complejos del México contemporáneo con mayor coordinación, inclusión y legitimidad.

Conclusiones

El desarrollo urbano en México ha sido históricamente reactivo, influido por modelos externos y por procesos de crecimiento acelerado. A pesar de los avances normativos y la existencia de instrumentos de planeación, las ciudades continúan creciendo de manera desordenada, fragmentada y desigual.

Por ello, la transición hacia la gobernanza urbana representa no sólo

una actualización conceptual, sino un cambio estructural en la forma de pensar y gestionar el territorio. La colaboración interinstitucional, la participación ciudadana, la transparencia y la evaluación continua son componentes indispensables para construir ciudades más equitativas, resilientes y sostenibles.

Para los profesionales del espacio — arquitectos, urbanistas, diseñadores urbanos— la gobernanza no es un añadido teórico, sino una condición necesaria para que la planeación deje de ser un documento aspiracional y se convierta en una herramienta efectiva para transformar la realidad urbana del país.

Ciudades que piensan

cómo el BIM y la infraestructura verde están redefiniendo la ingeniería civil

En un mundo donde la construcción enfrenta presiones inéditas por el cambio climático, la urbanización acelerada y la demanda de ciudades más humanas, el Dr. Alberto D. Porce, profesor e investigador de la Facultad de Ingeniería Civil de la Universidad Autónoma de Nuevo León, se ha convertido en una de las voces más lúcidas para entender hacia dónde se mueve el sector. En entrevista con Revista Construye, el especialista

desmonta la idea tradicional de que BIM es solo un modelo tridimensional o un método para organizar proyectos. Para él, este ecosistema digital es hoy una plataforma estratégica que permite planear ciudades más eficientes, resilientes y profundamente vinculadas con la naturaleza.

El Dr. Porce explica que el valor del BIM está en su capacidad para revelar el ciclo de vida de cada material y

sistema constructivo: su origen, sus estándares ambientales, su durabilidad y su impacto real en la operación del edificio. La posibilidad de anticipar escenarios —energéticos, hídricos, de mantenimiento o de comportamiento térmico— convierte a esta herramienta en una aliada para tomar decisiones más responsables desde la etapa de diseño. En su visión, un proyecto no sostenible no es un proyecto moderno, y cualquier obra que aspire a ser vigente en las próximas décadas debe integrar esta mirada desde los primeros trazos.

Sin embargo, el camino para incorporar esta metodología en la academia aún tiene barreras. El investigador reconoce que las universidades necesitan docentes más especializados, laboratorios equipados y acceso a licencias de software para que BIM y los sistemas de información geográfica (SIG) se conviertan en parte esencial de la formación de ingenieros y arquitectos. No se trata solo de enseñar a manejar un programa, sino de entender el territorio, vincular datos

urbanos con la infraestructura y plantear soluciones que respondan a los desafíos climáticos y sociales que ya se sienten en las ciudades mexicanas.

Ese puente entre tecnología y territorio es lo que lleva al Dr. Porce a hablar de una idea que aparece cada vez más en la discusión global: recuperar la sintonía de las ciudades con la naturaleza. En su planteamiento, la infraestructura verde deja de ser un adorno urbano para convertirse en un mecanismo activo de resiliencia.

Los techos verdes, afirma, no solo decoran: retienen agua de lluvia, regulan las escorrentías, reducen el calor ambiental y mejoran la eficiencia energética de los edificios. Más aún, la presencia del verde tiene efectos comprobados en la salud emocional y mental de las personas, lo que convierte estos elementos en infraestructura de bienestar.

En Monterrey, su equipo ha estudiado especies vegetales capaces de retener partículas contaminantes como PM2.5, un problema que afec

“En su visión, un proyecto no sostenible no es un proyecto moderno, y cualquier obra que aspire a ser vigente en las próximas décadas debe integrar esta mirada desde los primeros trazos.”

ta a millones de habitantes en las grandes urbes. Integrar estas plantas en edificios y parques, combinadas con sistemas de captación de agua pluvial, abre la puerta a ciudades más limpias y autosustentables. “La infraestructura debe dejar de verse solo como concreto”, insiste, “y empezar a entenderse como un ecosistema donde cada decisión tiene efectos encadenados”.

A esta visión se suma otra tendencia mundial que el investigador considera crucial: las llamadas “ciudades azules”, donde ríos, canales y cuerpos de agua urbanos se incorporan como piezas sociales y ambientales, no únicamente hidráulicas. Espacios donde el agua no es un riesgo, sino un punto de encuentro. Un ejemplo que suele mencionar está en los Países Bajos, donde el impulso por la movilidad ciclista detonó la creación de corredores verdes capaces de transformar zonas completas de

la ciudad en espacios más seguros, limpios y humanos.

La entrevista avanza hacia ejemplos que demuestran que estos modelos no son utopías. Desde desarrollos corporativos como los campus de Amazon —edificios que integran vegetación en altura y funcionan como infraestructura ambiental— hasta el caso emblemático de Singapur, una ciudad que ha construido su identidad a partir de soluciones basadas en la naturaleza. Allí, la premisa es clara: no se adapta el entorno a la infraestructura, sino la infraestructura al territorio. Este enfoque ha permitido controlar inundaciones, optimizar el uso del suelo y mantener una gran presencia vegetal incluso en condiciones de altísima densidad.

La pregunta inevitable es: ¿cómo se inserta la ingeniería civil mexicana en este nuevo paradigma? Para el Dr. Porce, la respuesta comienza en

“La infraestructura debe dejar de verse solo como concreto”, insiste, “y empezar a entenderse como un ecosistema donde cada decisión tiene efectos encadenados”.

la academia. “La sostenibilidad debe formar parte del ADN del estudiante”, afirma. No basta con entenderla: debe vivirse como una responsabilidad ética que atraviesa lo ambiental, lo social y lo económico. Esta visión implica también un cambio en la forma en que se toman decisiones de obra pública y privada. El crecimiento económico, dice, no puede separarse de la calidad ambiental ni de la funcionalidad a largo plazo de los servicios urbanos. Ahí entran los marcos normativos, que deberán evolucionar hacia estándares de desempeño ambiental, certificaciones y la obligatoriedad del uso de BIM en proyectos estratégicos.

La UANL trabaja ya en varias iniciativas internacionales para incorporar inteligencia artificial como apoyo en procesos académicos y en la solución de problemas complejos. En paralelo, impulsa alianzas con casas de software, cámaras de la construc-

ción y asociaciones técnicas para democratizar el acceso a herramientas tecnológicas. En Nuevo León destacan espacios como “Impulsa”, que reúnen a autoridades, empresas y académicos para identificar retos y construir soluciones conjuntas. El investigador reconoce que este nivel de articulación aún no es común en todo el país, pero confía en que la fuerza industrial de la región puede convertirse en un modelo replicable.

Convencido de que BIM nació para modernizar la ingeniería civil, el Dr. Porce subraya que el futuro exige ir más allá de los límites tradicionales: investigar nuevos materiales, desarrollar soluciones basadas en la naturaleza, integrar datos en tiempo real y repensar el diseño urbano desde la resiliencia. La meta, dice, no es crear ciudades perfectas, sino ciudades capaces de adaptarse, proteger a sus habitantes y ofrecer entornos más saludables y humanos

“El investigador reconoce que este nivel de articulación aún no es común en todo el país, pero confía en que la fuerza industrial de la región puede convertirse en un modelo replicable.”

Mediación en la construcción

GESTIONAR CONFLICTOS SIN

DETENER LA OBRA 1ª PARTE

Por: Dr. Ángel Ervey Martínez Rodríguez

En casi cualquier obra mediana o grande hay algo que se repite como mantra: “si esto se va a juicio, se nos muere el proyecto”. Y no es exageración.

Los contratos de construcción implican grandes inversiones, plazos largos, alta complejidad técnica y múltiples actores, por lo que son especialmente vulnerables a conflictos por atrasos, cambios de alcance, re -

clamos de pago o condiciones imprevistas. Frente a estos problemas, las salidas tradicionales —demanda, arbitraje o rescisión— suelen ser tardías, costosas y no atienden el objetivo principal del sector: que la obra continúe y se termine en condiciones razonables.

En América Latina, Chile nos lleva la delantera en la incorporación de mecanismos modernos de gestión de

conflictos: allí ha crecido el uso de la mediación y de los Dispute Boards (DB) para manejar escenarios de incumplimiento imperfecto, donde mantener vivo el contrato resulta más valioso que romperlo. A nivel global, la experiencia internacional muestra que proyectos de infraestructura por cientos de miles de millones de dólares han incorporado Dispute Boards, reduciendo disputas formales y costos asociados al conflicto. Todo ello revela la urgencia de que países como México actualicen su caja de herramientas contractuales y transiten de la lógica “pleito–sentencia” hacia una cultura centrada en la prevención y la solución temprana de controversias.

En este contexto, el presente artículo se propone como un comparativo práctico entre Mediación y Dispute Boards, orientado a responder tres preguntas muy concretas: ¿cuándo conviene cada mecanismo? ¿cómo se complementan? y ¿por qué son especialmente relevantes para la realidad de la construcción en México y en la región latinoamericana?

Mediación en la Industria dela construcción: cuando el conflicto ya está sobre la mesa

En términos sencillos, la mediación es un procedimiento en el que un tercero imparcial ayuda a las partes a comunicarse mejor y a construir su propio acuerdo, sin imponer una decisión. Aplicada a la construcción, suele activarse cuando el conflicto ya está sobre la mesa: atrasos discutidos, estimaciones no pagadas, inconformidad con la calidad, cambios de proyecto o fricciones con la supervisión.

En ese escenario, la mediación se ha consolidado como una herramienta útil para:

Despresurizar la relación entre dueño de obra, contratista, subcontratistas y supervisores.

Reencuadrar posiciones rígidas en términos de intereses y posibilidades reales.

Negociar soluciones creativas que no caben fácilmente en una sentencia o en un lau.

“A nivel global, la experiencia internacional muestra que proyectos de infraestructura por cientos de miles de millones de dólares han incorporado Dispute Boards, reduciendo disputas formales y costos asociados al conflicto.”

México impulsa la movilidad del futuro en PIARC

avances clave desde Fez hacia un transporte más sostenible y resiliente

PIARC, la Asociación Mundial de la Carretera, continúa consolidándose como la red global más influyente en movilidad y transporte carretero. Su misión —compartir mejores prácticas, generar conocimiento técnico y promover herramientas que fortalezcan la administración vial, la movilidad, la segu -

ridad y la resiliencia— se materializa en sus Comités Técnicos, integrados por especialistas de todo el mundo que trabajan de manera permanente en cuatro temas estratégicos: administración de carreteras, movilidad, seguridad sostenible e infraestructura resiliente. Dentro de este ecosistema internacional, el Comité Técnico

de Movilidad se ha convertido en un espacio clave para entender y anticipar los desafíos actuales de las ciudades, con reuniones presenciales y virtuales durante todo el año en las que se discuten avances, retos y nuevas líneas de acción, compartiendo experiencias entre expertos, académicos, administradores y operadores de vialidades.

México mantiene una participación activa en este esfuerzo global a través de la Asociación Mexicana de Ingeniería de Vías Terrestres (AMIVTAC), representada en el Comité por la Ing. Wendy Casanova, del Instituto Mexicano del Transporte (IMT), y el

Ing. Eduardo Segura, de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí (UASLP), miembro del CICSLP, AMIVTAC y FEMCIC. Su presencia ha permitido posicionar la experiencia mexicana en movilidad urbana y periurbana dentro de un diálogo técnico que hoy es internacionalmente indispensable.

La Universidad Privada de Fez, en Marruecos, fue sede del encuentro más reciente del Comité el 13 y 14 de octubre, donde especialistas de países como Alemania, Austria, Bélgica, Eslovenia, Francia, Italia, Portugal, Rumania, China, Corea del Sur, Japón, Sudáfrica, Túnez, Canadá, Méxi

co y Marruecos analizaron los avances del año y trazaron nuevas líneas de investigación y colaboración. De manera remota también participaron España, Suiza, Argentina, Estados Unidos y otros países. Durante esta reunión técnica se discutieron dos ejes centrales: optimizar la movilidad mediante una gestión más inteligente de activos viales y de la interacción multimodal entre transportes y usuarios, y avanzar hacia la descarbonización del sector a través de normas e instrumentos regulatorios que acompañen una transición ambientalmente responsable.

Además de revisar las ponencias principales del Seminario Internacio -

nal de Fez —celebrado del 15 al 17 de octubre como una extensión del encuentro técnico— los integrantes del Comité evaluaron el estado de los trabajos rumbo al Congreso Mundial de Vialidad Invernal, Resiliencia y Descarbonización de la Carretera, que tendrá lugar en Chambéry, Francia, en marzo próximo, un evento que reunirá a los tomadores de decisiones más influyentes en materia de infraestructura vial.

El Seminario Internacional de Fez permitió un intercambio profundo de conocimientos y experiencias sobre movilidad urbana y periurbana, con el objetivo de formular reco -

mendaciones prácticas, sensibles al contexto local y orientadas hacia la construcción de ciudades más equilibradas, inclusivas y respetuosas del medio ambiente. La participación de autoridades de alto nivel del Gobierno de Marruecos, junto al liderazgo de PIARC y al Comité de Movilidad, reforzó la importancia de un trabajo global coordinado para enfrentar los desafíos de transporte del siglo XXI.

Esta colaboración internacional confirma una vez más que el futuro de las ciudades dependerá de la capacidad de convertir el conocimiento técnico en políticas inteligentes, infraestructura resiliente y sistemas de movilidad capaces de responder a las necesidades de una población cada vez más dinámica. México, desde su trinchera técnica y académica, forma parte activa de esa transformación global.

XIAOMI SU7: EL SMARTPHONE

SOBRE RUEDAS QUE REINVENTA

EL SEDÁN ELÉCTRICO DE LA VELOCIDAD

LOS GADGETS PREMIUM MÁS DESEADOS PARA NAVIDAD 2025: TECNOLOGÍA PARA DISFRUTAR, CREAR Y VIVIR MEJOR

“EL CUATRO VECES HEROICO PUERTO DE VERACRUZ”

LOS MEJORES VINOS PARA CELEBRAR EL CIERRE DEL 2025: HISTORIA, ORIGEN Y CARÁCTER

VIAJES DE FIN DE AÑO: DESTINOS CON ARQUITECTURA IMPRESIONANTE

Xiaomi SU7

EL SMARTPHONE SOBRE RUEDAS QUE REINVENTA EL SEDÁN ELÉCTRICO

Xiaomi sorprendió al mundo al presentar el SU7, un sedán eléctrico que combina ingeniería, diseño y tecnología con la misma filosofía con la que la marca ha creado sus dispositivos más exitosos. El resultado es un vehículo que se siente como un smartphone sobre ruedas: intuitivo, veloz, elegante y profundamente conectado.

Diseño aerodinámico y presencia futurista

Con una silueta fastback y un enfoque completamente aerodinámico, el SU7 destaca por su estilo deportivo y su eficiencia. Sus líneas limpias, faros estilizados y postura baja transmiten velocidad incluso cuando está detenido. Xiaomi buscó crear un diseño que compitiera de tú a tú con los sedanes premium, y lo logró.

Rendimiento de alto nivel

Dependiendo de la versión, el SU7 puede montar uno o dos motores eléctricos, alcanzando potencias que superan los 600 caballos. Las configuraciones más altas aceleran de 0 a 100 km/h en menos de 3 segundos, situándolo en la categoría de los sedanes eléctricos de alto rendimiento. La velocidad máxima también sorprende, superando los 260 km/h en ciertos modelos.

Autonomía y carga ultra rápida

Xiaomi equipó al SU7 con baterías avanzadas que ofrecen autonomías que pueden llegar a superar los 800 km en ciertas versiones. Además, incorpora un sistema de carga rápida capaz de recuperar cientos de kilómetros en apenas minutos, convirtiéndolo en una solución real para quienes buscan energía, movilidad y eficiencia sin compromisos.

Un

interior 100% tecnológico

La cabina es un manifiesto de diseño digital:

- Pantalla central de gran formato - Panel de instrumentos completamente digital - Integración total con el ecosistema Xiaomi

El sistema operativo propio de la marca permite una experiencia fluida donde el vehículo, el smartphone y

el hogar inteligente se conectan de forma natural. Asistentes avanzados, navegación precisa y funciones de conducción asistida elevan la experiencia a un nuevo nivel.

Una nueva visión de ingeniería

El SU7 no es solo el primer auto de Xiaomi; es una declaración de intenciones. Representa una nueva era donde la tecnología de consumo, el diseño industrial y la ingeniería automotriz convergen para crear productos más inteligentes y eficientes.

Para lectores del mundo de la construcción y la arquitectura, el SU7 es un punto de encuentro entre dos universos: la arquitectura del diseño y la arquitectura de la movilidad. Un recordatorio de que las grandes ideas —sean edificios o vehículos— nacen de la misma esencia: funcionalidad, estética y visión.

VIAJES DE FIN DE AÑO

destinos con arquitectura impresionante

Cerrar el año viajando es más que un descanso: es una oportunidad para inspirarse. Y para quienes aman el diseño, la ciudad y los espacios que cuentan historias, hay destinos donde la arquitectura se convierte en la protagonista del viaje. Lugares que no solo se recorren… se sienten, se observan y se interpretan.

Tokio, Japón

Entre templos milenarios y rascacielos futuristas, Tokio es un diálogo permanente entre tradición y vanguardia. Desde el Tokyo International Forum de Rafael Viñoly hasta el minimalismo perfecto del Centro Omotesando de Tadao Ando, la ciudad es una lección viva de cómo la arquitectura puede coexistir con el caos y seguir siendo profundamente humana.

Dubái, Emiratos Árabes Unidos

El destino para quienes buscan lo extraordinario. El Burj Khalifa, el Museo del Futuro y Palm Jumeirah demuestran que la ingeniería puede desafiar límites y convertir lo imposible en experiencia. En diciembre, con un clima perfecto, la ciudad se vuelve un parque temático de innovación arquitectónica.

Ciudad de México, México

Sin salir del país, la CDMX ofrece un mundo entero de arquitectura: desde el brutalismo del UNAM Campus Central, hasta el Soumaya de Fernando Romero o la Casa Barragán, una obra maestra de color, luz y proporción. Es un destino ideal para escapadas cortas de fin de año.

Copenhague, Dinamarca

Capital global del diseño urbano. Sus bibliotecas, museos y espacios públicos son referencias mundiales de sostenibilidad, accesibilidad y belleza funcional. El edificio BLOX, el 8

House de Bjarke Ingels y sus barrios frente al agua muestran cómo la arquitectura puede hacer una ciudad más habitable y feliz.

Florencia, Italia

Para los amantes del arte y la historia, Florencia es una joya renacentista. La Cúpula de Brunelleschi, el Duomo, el Palazzo Vecchio y el Ponte Vecchio recuerdan que la arquitectura es un lenguaje que trasciende siglos.

Estos destinos comparten algo en común: son lugares donde cada edificio es un maestro, cada espacio una historia, y cada recorrido una oportunidad para volver a casa con ideas nuevas, perspectivas frescas y una inspiración que trasciende las vacaciones.

historia, origen y carácter para celebrar el cierre del 2025

Brindar en diciembre es un ritual que combina tradición, diseño y cultura. Y este 2025, el mundo del vino sigue sorprendiendo con etiquetas que destacan por su origen, técnica y carácter.

Los tintos de Burdeos continúan como referentes de elegancia, con mezclas estructuradas y taninos pulidos ideales para cenas especiales. España, con Rioja y Ribera del Duero, ofrece vino con personalidad: potentes, profundos y equilibrados gracias a su maduración en barrica.

Para quienes prefieren perfiles frescos, los blancos del Valle del Loira, Italia y

Nueva Zelanda entregan acidez vibrante, notas cítricas y perfiles minerales perfectos para climas templados o comidas ligeras. En Norteamérica, Napa Valley y México —especialmente Valle de Guadalupe y Querétaro— continúan consolidándose como regiones de prestigio internacional.

Y cuando la ocasión exige brillo, nada sustituye a un buen espumoso: desde los champagnes emblemáticos hasta propuestas brut nature más contemporáneas, una copa de burbujeante siempre eleva el ritual. Elegir un vino es elegir una historia. Y diciembre es el momento perfecto para celebrarlas.

EL CUATRO VECES HEROICO PUERTO DE VERACRUZ

Por:Dr. Ricardo Damián García Santillán

En la historia de México hay ciudades que no solo fueron escenarios de batalla, sino verdaderos símbolos de valor, dignidad y resistencia. Una de ellas es el Puerto de Veracruz, la puerta del país al mundo y, al mismo tiempo, su escudo ante la adversidad.

A lo largo de casi dos siglos, los veracruzanos defendieron su tierra en cuatro episodios que marcaron la historia nacional. Por ello, con toda justicia, se le conoce como “Cuatro Veces Heroico Puerto de Veracruz”.

A partir de aquí… historia pura.

Primera hazaña: la independencia total (1825)

Aunque México proclamó su independencia en 1821, la última bandera española seguía ondeando en el Fuerte de San Juan de Ulúa, frente a las costas de Veracruz. Durante cuatro años, aquel bastión colonial resistió el sitio mexicano.

El 18 de noviembre de 1825, las fuerzas nacionales lograron que los españoles capitularan definitivamente.

Ese día se selló la independencia total de México.

En reconocimiento a su heroísmo, el Congreso de la Nación otorgó a la ciudad el título de “Heroico Veracruz”, la primera distinción de su tipo en la historia del país.

Segunda defensa: la Guerra de los Pasteles (1838)

Apenas trece años después, el puerto volvió a ser escenario de una nueva agresión. Francia, bajo el reinado

de Luis Felipe de Orleans, exigía a México el pago de indemnizaciones absurdas, entre ellas, una reclamación de un pastelero galo, que dio nombre al conflicto: la “Guerra de los Pasteles”.

El 27 de noviembre de 1838, la flota francesa bombardeó el puerto. A pesar de los cañonazos, los veracruzanos resistieron con una valentía que asombró incluso al enemigo. Aunque la ocupación fue temporal, el coraje demostrado motivó a que el Congreso volviera a honrar al puerto con el título de “Dos Veces Heroico Veracruz”.

Tercera defensa: la invasión estadounidense (1847)

La historia repetiría su prueba en 1847, durante la intervención esta -

dounidense. Las tropas del general Winfield Scott desembarcaron con un poderoso ejército en las playas de Anton Lizardo.

Durante veinte días, el puerto soportó un bombardeo incesante por mar y tierra. Los habitantes, el ejército y la marina defendieron con determinación cada calle y cada muro, aun cuando la desventaja era abrumadora.

El valor demostrado por los veracruzanos llevó al Congreso a otorgar por tercera vez el título de heroica, consolidando su nombre como “Tres Veces Heroico Puerto de Veracruz”.

Cuarta epopeya: la defensa de 1914

La cuarta gesta se escribiría casi setenta años después, en plena Revo -

lución Mexicana. En abril de 1914, tropas de los Estados Unidos ocuparon Veracruz como represalia por el “Incidente de Tampico”.

El pueblo veracruzano y los cadetes de la Heroica Escuela Naval Militar ofrecieron una defensa que quedó grabada en la historia. Jóvenes como José Azueta y Virgilio Uribe cayeron defendiendo su bandera, convirtiéndose en símbolos del patriotismo mexicano.

Por su sacrificio, el Congreso de la Unión decretó en 1948, durante el gobierno del presidente Miguel Alemán Valdés, que la ciudad y puerto llevarían oficialmente el título de “Cuatro Veces Heroico Veracruz”.

Más que un nombre: un legado de identidad nacional

El Puerto de Veracruz es un símbolo vivo de la historia mexicana. Su título de Cuatro Veces Heroico no solo honra las batallas que resistió, sino la grandeza moral de su pueblo.

Recordarlo es reafirmar que México se construye —ayer y hoy— con valor, memoria y educación.

Porque las olas del Golfo seguirán rompiendo contra el malecón, y con cada golpe recordarán al mundo que hay pueblos que no se rinden, porque nacieron para ser heroicos.

LOS GADGETS PREMIUM MÁS DESEADOS PARA

tecnología para disfrutar, crear y vivir mejor

La temporada navideña es el momento ideal para consentirte con tecnología que eleva tu rutina cotidiana. Este 2025, los gadgets premium han alcanzado un nuevo nivel en diseño, portabilidad y experiencia, convirtiéndose en piezas indispensables para quienes disfrutan de la innovación.

Los drones 8K vuelven a dominar

la escena: cámaras más luminosas, vuelo inteligente y la posibilidad de capturar planos cinematográficos en cualquier entorno. En el hogar, los proyectores 4K de tiro corto siguen robándose la atención: basta acercarlos a una pared para crear una sala de cine de gran formato, sin instalaciones complicadas.

En audio, los audífonos de gama alta

con cancelación adaptativa ofrecen una inmersión total tanto para viajes como para trabajar o disfrutar música con calidad de estudio. Y para quienes buscan productividad, las tablets ultrapotentes del 2025 —capaces de correr software de diseño, render ligero y edición profesional— se han

vuelto herramientas clave para arquitectos, creativos y profesionistas móviles.

La tecnología se ha convertido en un lujo funcional: objetos que no solo facilitan el día a día, sino que lo embellecen.

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