3 minute read

El Viaje como Pensamiento Múltiple Ciro Najle

El Viaje como Pensamiento Múltiple

Ciro Najle

Advertisement

Viaje-experiencia, evidentemente, pero también viaje-experimentación, invisiblemente detrás. Luego, viajeconstrucción, que asume esa invisibilidad, y viaje-representación, que despliega su forma. También viaje-proyección, que no cesa de explotar el problema del sentido, y viaje-anticipación, cuyo fin es controlarlo y dirigirlo. Por último, viaje-disciplina, donde se autonomiza como cosa, y viaje-contra-intuición, donde se rebela contra su propio origen.

Experiencia / Existe el viaje como tal, su experiencia irreductible, su acción espontánea, su ser en sí, su acontecer en el tiempo, su práctica y su empírica. No por ir contra la corriente de lo únicamente factual, puede omitirse o rechazarse la evidencia de la experiencia, muchas veces reveladora. Un viaje implica, de manera intrínseca, el desplazamiento, la aceleración de los eventos, el escalamiento de sus efectos, la exposición a lo nuevo. Un viaje es intensificación. Experimentación / Sin embargo, es igualmente intrínseco que esa evidencia toma forma mientras sucede, y que su experiencia es, profundamente, resultado de la voluntad de experimentación. Esa es también su ley: procurar adrede lo nuevo, crear situaciones inusitadas y condiciones para que lo inusitado suceda. Un viaje implica la gran paradoja de generar encuentros buscados y, para ello, de incrementar a consciencia la superficie de contacto con las cosas. Construcción / Existe también el relato del viaje, y, por lo tanto, la consciencia del relato mientras el viaje mismo sucede, que implica la construcción simultánea del sentido del viaje mientras este se despliega y mediante los avatares mismos de su suceder. El status de artificio del viaje se corresponde y alterna con su naturalidad. Su auto-consciencia se entremezcla con su inconsciencia. Su ficción sucede en medio de su realidad. El viaje es fábula, creación in situ. Representación / Por lo tanto, su memoria no es una ni unívoca, sino multiplicidad de niveles coexistentes, serie entreverada de experiencias, experimentos y narraciones, los cuales a veces convergen y a veces divergen. La construcción se vuelve forma compleja, estructura dinámica, cuya unicidad no es sino el producto formal, deliberado o no, de una representación con coordenadas espaciales y temporales propias, difusas o precisas: una realidad en sí. Proyección / En tanto realidad autónoma, el viaje se proyecta sobre sí mismo a modo de modelo. La experiencia nueva no logra nunca ser espontánea ni emanciparse puramente de su propia consciencia, de la que solo logra ser repetición variada, o fondo sobre la que ésta se proyecta, inexorable, a cada paso. La forma se vuelve conocimiento, y la experiencia oscila: determinación determinada, posible refutación, potencial superación, o deseo de emancipación. Anticipación / En ese oscilar entre proyectarse sobre lo real o desprenderse del peso de la consciencia, el viaje se vuelve capacidad de anticipación en sus diversas formas: destreza, oficio, experticia, tradición. El viaje se vuelve su propio saber viajar, in situ, saber viajar allí mismo donde sucede y en ese mismo momento. Lejos estamos de la espontaneidad de la experiencia, pero cerca de la ilusión de su control. El viaje coexiste con su propio futuro potencial. Disciplina / Existe, entonces, la repetición del viaje durante el viaje, donde ese conocimiento se vuelve práctica de segundo grado, modo racionalizado, empírica mediada y formalizada como disciplina, manera, procedimiento, técnica. De esto se deduce, el viaje se vuelve espectro de restricciones, normativas, supresiones, omisiones, lagunas y descuidos, erudición, cultura o sabiduría, saber de lo que está bien y lo que está mal hacer, mandato y obediencia. Contra-intuición / Viaje dentro del viaje, consciencia pura desplegándose en el seno del propio acontecer, viaje in situ durante el movimiento, resultado de la multiplicación de registros y de su formalización en multiplicidad de niveles, el viaje, vuelto disciplina, se utiliza a sí mismo para alienarse. Construye mecanismos de contra-intuición, a veces accidentalmente, a contrapelo de sus límites, para sistematizarlos. El viaje se vuelve un arte y arquitectura del viajar.

Este libro reúne estos registros –la experiencia, la experimentación, la construcción, la representación, la proyección, la anticipación, la disciplina, la contra-intuición– en el meticuloso y dulce formato de la bitácora de un viaje de estudios de estudiantes de arquitectura. Su objeto es Barcelona, ciudad de lo austero y lo voluptuoso, de lo genérico y lo singular, de lo reglado y lo espontáneo. Más allá de su relevamiento, nos invita a su pensamiento múltiple.

This article is from: