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¿Y si hacemos un chequeo? Herramientas para el diagnóstico de la fertilidad edáfica

Por: Ing. María Eugenia Magnelli

La próxima campaña de fina se avecina y los altos costos de los fertilizantes generan incertidumbre. De la mano de Martín Torres Duggan, te contamos todo lo que tienes que saber para diagnosticar la salud del suelo y tomar decisiones exitosas.

Cuando nos aqueja un problema de salud, lo primero que hace el médico es recetarnos una serie de análisis, y a partir de ese chequeo define el tratamiento a realizar. Lo mismo ocurre con el suelo. Para conocer su salud y encarar una estrategia de fertilización eficiente para la nutrición de cultivos, es clave realizar un diagnóstico. Conversamos con el Ing. Agr. Martín Torres Duggan (Tecnoagro), Especialista en Fertilidad de Suelos y Fertilización, quién compartió las principales herramientas para tomar mejores decisiones.

El punto de partida para el análisis de los lotes es el muestreo de suelo. “Sólo el 20 o 30% de los productores realizan muestreos de suelos. En la producción no se está adoptando todo el conocimiento disponible “, inició diciendo Torres Duggan. “Si bien estos valores son bajos, la buena noticia es que viene aumentando su adopción”, continuó.

¿Por qué se muestrea poco?

Según explicó el ingeniero, las principales causas son casi filosóficas. Comentó que el perfil de productores es muy variado en la región pampeana, en cuanto a la adopción de tecnología, y eso se evidencia en la toma de decisiones. Algunos indican que es que es un trabajo engorroso y lleva tiempo. También entra en juego el sistema de tenencia de la tierra, el criterio puede variar si el productor es propietario o arrendatario. Otros tienen la percepción que el análisis de suelo es caro, “Si le ponemos números la cosa demuestra todo lo contrario, el costo ronda los 1 o 2 U$S/ha para un retorno de 200 a 300 U$S/ha”, indicó. Otro argumento muy común para no muestrear es que los análisis de suelo dan resultados erráticos, “Eso se ve mucho en fósforo (P), los resultados suelen dar un serrucho y eso indica que las cosas se hicieron mal. Para P se requiere un muestreo más intensivo para que el dato sea confiable”, disparó.

Un buen muestreo

A la hora de muestrear un suelo, lo primero que recomendó el especialista es conocer qué propiedad edáfica estoy midiendo, cómo funciona y su variación en el tiempo. “Los valores de Carbono, pH, por ejemplo, cambian muy poco, en estos casos podemos espaciar los muestreos, no es necesario hacer estas determinaciones todos los años”, aclaró.

Respecto a P, dijo que este elemento es un problema, porque es un nutriente muy importante, forma parte de los esenciales para la nutrición de los cultivos y tiene una gran variabilidad intra lote. Para otras propiedades, con 15 a 20 submuestras por lote está bien. Pero para determinar P sugirió un muestreo más intensivo, “Lo ideal es hacerlo cada 3 o 4 años, dado su variabilidad temporal baja, tomando 50 submuestras por lote, ello nos da un error de muestreo del 10%. Si hacemos las cosas mal, con un muestreo estándar, por ejemplo, el error sube a 20%, 30% o 40% y la exactitud baja”, puntualizó.

Técnicas de muestreo

El método más tradicional para el muestreo de suelo es el barreno o calador de suelo, el cual suele resultar tedioso. Respecto a ello dijo “Hoy hay empresas que se dedican a prestar este servicio. Muchos emprendedores tienen el calador montado en una camioneta o cuatriciclo y, además miden humedad, resistencia mecánica a la penetración, etc.”.

El especialista explicó que el manejo por ambientes o sitio específico vienen ganando terreno, lo cual requiere determinaciones más meticulosas y precisas. En ese sentido comentó “los sensores remotos o proximales sirven para determinar conductividad eléctrica, como la rastra Veris”. Y agregó “Si bien no se utilizan para determinar la aplicación de nutrientes, sí se usan para ambientar. Para definir zonas de manejo, hay que relacionar esta información con otros atributos del terreno, como la textura y el carbono”.

Diagnóstico de suelo

Muchas veces se habla de fertilidad biológica como separada del resto. En este punto, el representante de Tecnoagro manifestó “El suelo es el soporte para nutrir las plantas, lo que requiere un abordaje lo más integral posible, considerando factores físicos, químicos y biológicos”. Además, aclaró que no sólo hay que diagnosticar fertilidad, sino que hay que ver cómo crecen las raíces y cómo capturan nutrientes y agua. “Si hay capas compactadas, la provisión de elementos necesarios para construir rendimiento por parte de la rizosfera será deficiente, y eso se ve limitado particularmente en elementos poco móviles como el P, Zinc y el Potasio”, subrayó. Y advirtió, “Cuanto mayor sea el tránsito de maquinarias, mayores son los problemas de compactación”.

Para evaluar la situación en el campo, Torres Duggan nombró algunas herramientas como la resistencia mecánica a la penetración (penetrómetro), el perfil cultural y la guía de campo para la evaluación de calidad estructural desarrollada por Guillermo Peralta de Aapresid. La técnica del estallido consiste en arrojar una porción de suelo a determinada altura y ver cómo se separan los terrones; si tienen más de 10 cm da indicios de compactación y si los agregados miden menos indica una condición más favorable.

En cuanto a la disponibilidad de nutrientes, señaló que no tenemos que quedarnos sólo con el diagnóstico en el momento de la siembra. Haciendo un punto en el nitrógeno, el especialista explicó que es un elemento muy móvil y desafiante, por lo que es difícil predecir cuál va a ser su oferta durante todo el ciclo del cultivo. Para ver la película completa y no sólo quedarnos con una foto, recomendó recurrir a distintos métodos de análisis y acoplarlos al índice de nutrición nitrogenada, el cual determina la capacidad del suelo en mineralizar este elemento. “Hoy las Agtech nos brindan muchas herramientas para eso, las imágenes satelitales, los índices de vegetación o sensores de campo que miden a nivel de canopeo (Spad)”, comentó. Refiriéndose al maíz, ejemplifico “Podemos medir nitratos en la siembra y en V6. Tenemos una ventana hasta VT para ajustar nitrógeno con fertilización y el cultivo va a responder”.

Con esa misma lógica se refirió al contenido hídrico del suelo. “El agua útil es un factor que interviene en el rendimiento potencial, ni hablar cuando tenemos cultivos de servicios. Tenemos que sacarle provecho a todo el conocimiento, es un año para poner todo sobre la mesa y no bajar el nivel tecnológico”, mencionó.

Los números mandan

Se aproxima la campaña de fina y los precios internacionales para Urea y Fosfato monoamónico son altísimos, el doble del año pasado. “El contexto donde apremian los costos, nos obliga a utilizar más y mejores herramientas de diagnóstico que incluyan, no solamente los análisis de suelo, sino que también los sensores remotos”, aconsejó. Además, remarcó “Tenemos que implementar un análisis integral para saber dónde estamos parados, lo peor que podemos hacer es ajustar tecnología sin un buen diagnóstico”.

Torres Duggan explicó que existen brechas de rendimiento del 20% al 30% por no fertilizar, numerosos estudios lo demuestran y el efecto es más marcado en suelos pobres. “El rango crítico de P para maíz es de 10 a 15 ppm de P Bray. Si tengo un suelo con 8 ppm de P Bray y le pongo 2 o 3 kg/ha de arrancador, está claro que no voy a maximizar el rendimiento”, relató.

Antes de pasar a otro tema, el ingeniero disparó “Si uno viene acumulando fertilidad, hay muchas más herramientas para mitigar efectos adversos ante una situación de precios desfavorables”.

Red temática de Nutrición Biológica

Dando vuelta la página, Martín Torres Duggan habló sobre la nueva Red temática de Nutrición Biológica de Aapresid, en la que ejerce el rol de coordinador técnico. Esta iniciativa, que involucra a distintas instituciones y especialistas, se viene gestando hace tiempo y será lanzada en los próximos días.

Según el ingeniero, el objetivo principal del proyecto es generar conocimiento o información experimental focalizada en el funcionamiento de distintos productos biofertilizantes y bioestimulantes. “La idea es poder ver patrones de efectividad y eficiencia en un gradiente amplio de clima y suelo, a partir de ensayos de corta o larga duración, con énfasis en bioestimulantes que hay menos información”.

Dando más detalles dijo “Aprovechando el ecosistema que tiene Aapresid, y el vínculo con otras redes temáticas, queremos empezar a encontrar respuestas a muchas preguntas que tenemos”.

Otro eje de la red es difundir y capacitar sobre el tema, “Vamos a trabajar mucho en comunicación y aprovecharemos los canales que tiene Aapresid”, dijo al finalizar.