Zócalo 156 febrero

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de tópico moralista. De manera general la publicación reflejó la enseñanza tradicional de la mujer. Por su parte, El Álbum de la mujer incluyó en sus páginas información sobre la formación educativa de la mujer y de su papel en la sociedad. Lo novedoso de la publicación era la colaboración que existía, junto con otras periodistas españolas y latinoamericanas que se preocuparon por la defensa y enaltecimiento del sexo femenino como lo demostraban los escritos “No hay sexo débil”, “La misión de la mujer”, “La mujer obrera mexicana” y “Aptitudes de la mujer para las artes”. Entre sus colaboradores se encontraron las españolas Julia de Asensi, Joaquina Balmesada, Emilia Calé de Quintero, Josefa Pujol de Collado, Josefa Massanés de González y Rosario de Acuña de Iglesias, mientras que el grupo de latinoamericanas estaba integrado por la guatemalteca Carmen P. de Silva, la colombiana Soledad Acosta de Samper y las mexicanas María del Refugio Argumedo, Laureana Wright, Esther Tapia y Dolores Bárcena, por mencionar algunas. El Estado también se encargó de llegar a los estratos sociales bajos a través de La Mujer. Respaldada por la Escuela de Artes y Oficios para mujeres, dirigida por Ramón Mantoraral y Luis C. Rubin, esta publicación tenía como objetivo mejorar la condición de la mujer a partir del trabajo y la educación, como base fundamental para el fortalecimiento de la sociedad. Asimismo, se le recordó que debía seguir cultivando sus actividades tradicionales por medio de las lecciones de cocina, bordado y cuidado de los hijos, sin olvidar las recomendaciones de higiene y aprovechamiento literario. Semanalmente, se le hizo saber a la mujer trabajadora su utilidad como mano de obra en el proyecto de industrialización, así como su papel de trasmisora de valores, normas y

Prensa historia PRENSA Ee HISTORIA

. Periodismo y educación Violetas del Anáhuac reunió a un importante grupo de mujeres de la clase media interesadas en su superación educativa. Entre las principales colaboradoras se encontraron Catalina Zapata de Puig e Ignacia de Piña, profesoras que publicaron interesantes artículos enfocados a la enseñanza como “La mujer del siglo” y “Educación”, respectivamente. Otras utilizaron la poesía para plantear los logros de destacadas profesionistas, por ejemplo, Dolores Correa Zapata en la editorial del 25 de diciembre de 1887 dedicó una poesía en honor a Matilde Montoya,

quien fue la primera mujer que obtenía un título profesional en Medicina. En sus páginas también se escribió sobre bienestar familiar, hig iene y la importancia del matrim on i o c om o regulador de la sociedad. Por supuesto, no faltaron las crónicas que semanalmente se redactaban acerca de altruismo y las fiestas que se realizaban en los centros sociales más importantes de la capital del país, a las que asistía el presidente de la República en compañía de su selecto grupo de amigos. El Álbum de la Mujer y El Correo de las Señoras, editados por Concepción Gimeno y José Adrían María Rico, respectivamente, fueron dos publicaciones más de la época. Al igual que Violetas del Anáhuac, estaban coordinados por mujeres de la élite. Se buscaba la reafirmación del papel de la mujer dentro del seno familiar y elevación de ésta a través de la vida cultural. El Correo de las Señoras concentró en sus páginas disertaciones filosóficas e información de carácter histórico en torno al papel de la mujer en la familia y la sociedad. En este semanario la colaboración periodística estuvo a cargo de hombres y mujeres de diversos estados del país, como: Luz Trillanes y Arriaga, Catalina Zapata de Puig, Genoveva Cortés, Refugio Barragán de Toscano y José de J. Cuevas, quien redactó la mayor parte de los artículos

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