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Agua & Vida: Capítulo III

El Conde Rotena se despidió de su mujer, la Condesa Eldres, quien recibió el Título hace unos años por su servicio leal y destacado como Secretaria de Avallach cuando ya fue Lyonesse y ahora administraba los puertos interiores. Ambos condados estaban separados por las tierras del Conde Gerom, uno de los pocos nobles que no aceptaron la invitación de reubicarse, y que ahora estaba rodeado por dos Condes en matrimonio, cuyo hijo heredaría suficiente tierra para ascender a Marques si tuviera el visto bueno del Lyonesse, su padrino. Pobre Gerom ¿Qué Conde negaría la mano de su hija a semejante buen partido?, aún si el acomodo estaba dispuesto para que quien heredara semejante marca, jamás pudiera ser Duque, una forma astuta de disuadir que la ambición mellara el buen juicio de todos los involucrados en semejante suerte. Avallach era Avallach para todos, siempre.

La pareja caminaba por la playa, tomados de la mano cruzando las tierras del otro Conde como un elegante recordatorio de que este condado jamás tendría un puerto bajo el control Gerom, mientras hablaban de cualquier cosa excepto trabajo, al menos hasta que el trabajo se abrió paso.

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Ya estoy grande para actuar como si apenas me diera cuenta que Avallach es un genio de la política, lo que no entiendo y no me has respondido, es ¿por qué tienes que ir tú? se detuvo la Condesa en la arena.

Ya sabes cómo es, quiere a alguien de confianza cerca. No solo se trata de probar a los Fortelos, hay que encontrar a Nerum contestó Riuben sin detenerse, porque si lo hacía perdía.

¡Aluria guarde al muchacho! Tiene casi la edad de nuestro Néstor, pero si la mitad de lo que dicen de Las Colmenas es cierto, el lugar es tan peligroso que el joven debe estar muerto, y sí porque es un joven en gran condición, un Alajar de apellido y las Ocho Diosas le sonríen, continua vivo, ¿qué esperanzas tienes tú, un anciano, sin apellido y sin el favor de las Diosas de sobrevivir?.

Jamás le he faltado a Aluria precisó Riuben. Dejaste su servicio para ser un mercenario de favores en el bajo mundo.

No dejé el servicio, la sirvo de otra manera Corrigió pendiente de todos los sonidos a su alrededor.

¿Y por qué lo haces?

¿Cómo que porque lo hago? Es mi obligación contestó Riuben.

Tu obligación es administrar Rotena, no arriesgarte en un campo de batalla en una misión suicida

Ella torció el rostro ¿Qué esperas de todo esto?

Es algo que debo hacer.

Es algo demasiado peligroso para esa contestación, dime la verdad Riuben se detuvo en la playa jalando a su esposo ¿Es para levantarle el castigo a Néstor?

Riuben levantó la mirada al cielo y controló cada fibra de su ser, para contestar como lo hizo:

No hay ningún castigo sobre Néstor, mujer. Lo hemos hablado hasta el cansancio.

Pero... La Condesa entraba en modo madre, donde todo su temple y elocuencia se perdía.

Amor, Avallach es el Rey de Reyes de todo cuanto se conoce, no tiene tiempo de castigar un supuesto lio de faldas, y si lo tuviera, si el hombre más listo de esta Era pudiera entregarse a las banalidades, seguramente no lo haría contra su ahijado, porque sabría que todo el asunto, sin sentido como fue, no sería culpa de Néstor reanudó el camino.

El hombre más listo de la Era exilió a su propia hija porque su hermano mayor murió salvándola de las llamas cuando era una bebé.

Eso es un golpe muy bajo a pesar de que con toda justicia le temía, Avallach era su amigo además no la exilió, la mandó a las tierras de los elfos como embajadora, Reyes darían su brazo por ese mismo trato.

La madre de su hijo lo tomó del brazo buscando una seguridad:

Nos gastamos la vida sirviendo a un hombre que nunca dice lo que piensa para que nuestro hijo tuviera un futuro como el que nosotros no podíamos soñar, luego vino ella, y ahora nuestro hijo está en la frontera del mundo ¿Estás seguro que no se trata de esto? ¿Que no te está castigando a ti, o que tú estás tratando de compensar algo que ves pero que no quieres aceptar?

Te juro por la marea de la tarde, que desde el incidente, ni una sola vez, escucha, ni una sola vez Avallach ha mencionado el tema.

Eso no significa que no es fue interrumpida.

Eso significa que Néstor está donde el Lyonesse necesita que esté, para algo tan grande que no puede ser inmutado por una mujer que pasó por sus vidas.

La Condesa Eldres tuvo que creer eso, porque después del incidente tuvo un colapso nervioso temiendo que cualquier día el Cuerpo de Paladines iría por su hijo. Calmada, recordando la especie de cercanía que ella misma tenía con el Lyonesse, dejó de ser madre y regresó a ser esposa.

Y sigues sin explicar porque necesitas estar presente en una obvia misión de rescate fallida.

Ya te lo dije.

No lo has hecho. Y lo que has dicho no tiene sentido levantó la voz.

Necesitamos que testigos que no estén bajo el mando de la Gobernadora Ducase puedan declarar que hubo una misión de rescate, tal como se les diga, con resultados exactamente como se les diga.

Eso no explica lo más obvio, tardarás semanas en llegar al punto, y semanas en encontrarlo, cada una de las cuales tiene siete días en los que el muchacho tendrá que mantenerse vivo. Aún si planearan culpar a los Fortelo de un accidente, simplemente no tendrás tiempo de... Evelin Eldres se detuvo en seco, y Riuben Rotena supo que había perdido ira "ella". No hay otra explicación.

Riuben tenía un pacto con la verdad. Él no mentía a cambio de que Aluria perdonara y olvidara las muchas flaquezas cometidas por poder terrenal de uno de sus mejores Shamanes.

No lo sé. Avallach no me avisó que vendría no mintió, aunque la conclusión fuera obvia.

¿Qué otra forma tendrían de llegar?

Es Avallach, pudo haber mandado a construir un barco flotante diez veces más rápido que lo que conocemos, o financiar un cañón que nos lance hasta allá. No lo sé. Solo sé que si pretende que vaya, no me lo dijo.

Pero si va...

Bueno, si va no pasa nada. Néstor no está aquí. Pero... ¿y tú?

Riuben se quedó pasmado. La única razón por la que logró contestar es porque tenía tan ensayada la respuesta que era parte de su memoria muscular.

La conozco desde la escuela. Gracias por las flores que me lanzas, pero dudo que le interese un anciano. Edrissa le destrozo la vida a nuestro hijo porque le interesó otro anciano.

Sí, pero ese otro anciano es el hombre más poderoso del mundo. Cuando porta la Espada de Concordia, hasta yo me siento atraído por él bromeó como si nada Todo estará bien; además si fuéramos al infierno, Edrissa sería probablemente uno de los mejores guías, y al infierno que vamos, ella es la mejor guía.

Riuben sobrevivió al interrogatorio durante la caminata en la playa, y se despidió de una aprensiva esposa que tenía el mismo temor de perderlo ante la muerte que a Edrissa. Sin embargo, Riuben, después de tomar su equipo largamente guardado en la propiedad de su esposa, tras darse cuenta que apretaba un poco a los lados, partió directo al lugar de la cita, pues sabía que con Avallach no había despedidas ni mejores deseos, el Lyonesse ya había expresado su voluntad, y ahora solo esperaba a que quien estuviera a cargo, la llevara a cabo.

Bajo la amenaza del mando, fue conducido en balsa por costa hasta salir de Toscana, incluso un poco más, justo donde las piedras separan el mar de la playa y comienzan los feroces acantilados que no se detienen hasta Forli. Ahí, mientras las olas chocaban atronadoramente contra las piedras, encontró una caravana pequeña, con muchos hombres armados, en la que Rogerbar padre y el infante Rog, despedían a Roger, hombre grande que lucía una armadura funcional y quien junto a sus otros siete "primos" iba armado casi tan bien como un Legionario. Fiel a sus modos, pese la testosterona del lugar, Riuben fue encantador con todos, especialmente con el pequeño Rog, pues además de Aluria amaba a los niños por lo que pocas veces estos morían ahogados en sus aguas, el anciano siempre que veía a un niño, era atormentado por la idea de que no pasó el suficiente tiempo cerca de su propio hijo.

Gracias a su don de gentes, pronto los primos encontraron un Riuben muy diferente al anciano estirado que Roger Fortelo hijo les había descrito. Entonces, mientras charlaba y bebía sin desenfado al tiempo que todos los demás se preguntaban en silencio cuando partirían, escuchó entre el tronar del agua un sonido tenue pero inconfundible como el de un pajarillo, y así, sin chistar, tan preparado como estaba para todo, dijo: Hora de despedirse muchachos.

Sin la disciplina militar en su haber, los primos se tomaron un momento para mirarse incrédulamente y encontrar liderazgo en Rogerbar que los ignoraba mientras trataba de reprender a su hijo aun bebiendo, aquel, cuando encontró el rostro furibundo de su padre, más por las ganas de gritar que por el entrenamiento de legionario, ordenó a sus primos que se prepararan inmediatamente. Recogiendo sus cosas y despidiéndose como soldado, de su hijo.

No pases la oportunidad de un abrazo Roger. Uno nunca sabe cuándo, o si habrá otro exclamó Riuben porque lo siguiente que hiciera el mal encarado exlegionario, le diría más que todas las bravatas que iba a atestiguar en lo sucesivo

Rog no tiene nada que extrañar porque regresaré contestó Roger, pero por Aluria, Riuben le dio otra oportunidad.

No lo dudo, pero la infancia se acaba, y un día, los niños se hacen hombres y van por la vida creyendo que ya no se necesita tener abrazos.

Rogerbar empujó a su nieto para que abrazara a su padre, y Roger lo abrazó con gusto.

Gracias a que durante la breve farra, se compartió el cuenco, el ex-shaman sabía bien que aquel grupo no estaba realmente emparentado por sangre, pero le quedaba claro que sí tenían muy entendido el concepto de lealtad familiar, una de las cosas que más admiraba el Lyonesse, y una de las que más temía.

Rogerbar Fortelo padre se acercó:

Los caballos que solicitó, en verdad no podrán compararse con los de los establos del Rey de Reyes, pero ninguno de ellos tendría nada que envidiarle a los de cualquier Rey dijo el anciano Fortelo.

Muchas gracias Rogerbar.

El anciano lo tomó del brazo, y se acercó para que solo él escuchara.

Me esmeré en enseñarle a mi familia sobre la lealtad ciega; si se trata de eso, no hay necesidad de hacer ningún punto al respecto Riuben.

Están en el mismo riesgo que yo, si Alma nos cuida, volveremos todos.

Entiendo que no hay pago alguno que importe que no se haga con sangre. Estoy entregando la cuota, libremente, pero mi hijo es mi hijo. Así como yo te ayudé a llevar al tuyo a salvo cuando me los pediste, te pido que mantengas a mi hijo a salvo.

Es un hombre fue Él sabe cuidarse de los peligros. Yo te lo escondí de la furia del Lyonesse, te pido lo mismo.

Por el favor que me hiciste, te prometo que de mi mano, tu hijo no recibirá ningún mal Riuben no mentía. Gracias.

Unos momentos después, los primos, Roger y Riuben comenzaron su ascenso por los acantilados a lomo de caballo. En silencio, sin entender como unos monturas, por jóvenes que fueran, les permitirían llegar a una tierra tan lejana que no todo barco puede llegar, siguieron al anciano, no por su carisma, sino porque su cara reflejaba que estaba recibiendo instrucciones precisas, de esas que se siguen al pie de la letra, o cuestan la vida.

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