YO SOY DE SALTILLO ABRIL

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AGRADECEMOS A:

Contenido ABRIL 2025

EL ZORRO PLATEADO

Página 4

RESULTÓ SER

POCA PIEZA

Página 6

LOS LADRIYANKEES

Página 8

LOS DANESES Y EL TANQUE DE AGUA

Página 10

LOS CAMPEONCITOS

Página 14

LA PRIMERA PELEA DE BOX PROFESIONAL

Página 16

TRIVIA SALTILLENSE

Página 19

EL MACETÓN VS EL BÚFALO

Página 20

EL EQUIPO, EL RASTRO Y LOS 15 PESOS

Página 22

EL BÁSQUETBOL DEL ATENEO

Página 24

CORRIDOS DE LA CÁRCEL

Página 26

EFEMÉRIDES

Página 28

AVISOS DE OCASIÓN

Página 32

SOPA DE LETRAS SARAPERA

Página 36

CUPONERA

Página 38

DIRECTORIO

Francisco Tobias Hernández Director Editorial

Arq. Carlos Roldán Ilustraciones

Prof. Juan Campos Rodríguez Corrección Ortográfica

Victoria López García Diseño Gráfico y Fotografía Editorial

Yo Soy de Saltillo - La Revista Publicación mensual

ABRIL 2025

Impresa en México en los talleres gráficos de Impresos Rivera

DERECHOS RESERVADOS

EL ZORRO

PLATEADO

En esta ocasión te platico de un personaje nacido el 18 de marzo de 1953, en la arena de los comerciantes en pequeño que se encontraba ubicada en la zona centro de esta nuestra hermosa ciudad de Saltillo, ahí en la calle de Allende antes de llegar a Álvarez, ahí en ese lugar, específicamente en el vestidor antes de iniciar su primer batalla nació y fue bautizado el Zorro Plateado.

Su primer lucha fue contra el Príncipe Odín, inicio su carrera profesional desde abajo pero al demostrar su calidad luchística de manera vertiginosa subió para participar en las luchas estelares.

Su máscara era igual que la del famoso Santo, el Enmascarado de Plata, cuando el Santo llego un día a Saltillo, comentó que lo empezaron a confundir con el Zorro Plateado ya que de hecho, físicamente eran muy parecidos, el luchador Saltillense le explicó el motivo, expresándole que

usaba la máscara de El Santo, por lo que el ídolo le autorizó que usara su careta, con la única condición de nunca suplantarlo, textualmente le dijo: “tú eres el Zorro Plateado y yo soy El Santo”. En su primera presentación en Saltillo el Hijo del Santo le dijo al Zorro Plateado; “si mi papá lo autorizó, que siga adelante”.

Don José Aguirre Quirino que era el nombre de pila del luchador, trabajó en el banco Mercantil de Monterrey cuya ubicación estaba en la calle de Abbot, desempeñándose como cajero general.

El Zorro Plateado en 50 ocasiones veces expuso su máscara, entre sus trofeos se encuentra la cabellera del Bulldog, si ese, el de la canción, pero además llegó a compartió el ring, con El Santo, El Cavernario y Blue Demon.

Conocido en todo el norte del país, Saltillo, Nuevo Laredo y Monterrey sus plazas favoritas. Campeón de

peso ligero de Saltillo y de peso medio, también de semicompleto del Topochico de Monterrey, cinturones que nunca perdió.

Muchas veces al concluir su lucha fue sacado en hombros de las arenas, un hombre respetuoso de la lucha libre y de todo lo que encuentra alrededor de ella, su última lucha en Saltillo fue en 1993 y su despedida final en Dallas, Texas ese mismo año.

Padre de 4 hijas y un hijo, quien lleva el peso del legado del Zorro Plateado, hoy 3 nietos siguen sus pasos, el Zorro Plateado Jr, el Kikapu y el Kikapu jr.

Don José Aguirre Quirino se desempeñó como comisionado de Box y Lucha Libre en Saltillo desde el año 2003 hasta sus últimos días.

La vida le aplico un martinete y su tercera caída fue el 20 de agosto del 2011, Don José Aguirre Quirino dejo de existir para dejar en Saltillo la Leyenda del Zorro Plateado que entre llaves, candados y máscaras vivirá para siempre.

Don José Aguirre, el Zorro Plateado un personaje de esta hermosa ciudad de Saltillo como muchos otros que tenemos y que vale la pena presumir.

Deliciosos desayunos

Huevitos al gusto, guisos tortillas de harina y maíz café refill y ¡Mucho más!

¡Aquí siempre estarás en casa!

RESULTÓ SER POCA PIEZA

En esta ocasión te platico de una anécdota que sucedió aquí en esta hermosa ciudad de Saltillo, en la cual participaron dos fuereños en la disputa de un amor.

En los años 70´s cuando esta ciudad era habitada principalmente por estudiantes de la Universidad de Coahuila, hoy la autónoma, otros más de la Narro, por futuros maestros, es decir los alumnos y por supuesto alumnas de la Normal, sin olvidar a los burros pardos del Tec. Sucedieron anécdotas que quedaron para posteridad de nuestra ciudad.

Muchos estudiantes de fuera llegaron a Saltillo para estudiar, algunos como mi mamá tuvieron la fortuna de encontrar el amor verdadero en esta tierra y aquí se quedaron a vivir. También fue el caso del Profe. Alejandro Martínez Muñoz, oriundo de la capital de los precios bajos, Nueva Rosita, Coahuila.

Alejandro decidió ser maestro, motivo por el cual llegó a esta hermosa ciudad para estudiar en el emblemático edificio de la normal, cuando en aquellos años, las alumnas subían y bajaban por escaleras distintas a las de los alumnos. En aquella época en la cual los buitres de la Narro pretendían a las futuras maestras, acto o hecho a cuyos compañeros no les agradaba y buscaban maneras distintas de disputarse la sonrisa de las compañeras. En cierta ocasión los ánimos de calentaron y para darle formalidad al duelo, los alumnos de ambas instituciones organizaron una función de box, en la cual estaban invitadas las alumnas de la hoy Benemérita y Centenaria Normal, así como distintos periódicos de la localidad como “El Heraldo de Saltillo” y “El Sol del Norte”.

Alejandro joven de causas que reconocía ser parte, hombre grande, fuerte, que no mostraba miedo o

temor, quien siempre se encontraba dispuesto a defender y proteger a sus compañeras de banca se anotó para defender a su institución y a sus damas de las garras de los Buitres.

La función inició, pasaron varias peleas y por fin Alejandro subió a ring para enfrentar a un Buitre, ambos boxeadores chocaron guantes ante el referí previo al inicio del combate, sonó la campana y de manera inmediata Alejandro se abalanzó sobre el estudiante de agricultura, quien de manera rápida y ágil le coloco un derechazo sobre la mandíbula cayendo noqueado de forma recta, cual, si fuera una tabla, mientras el fotógrafo de “El Heraldo de Saltillo” tomaba las fotografías correspondientes.

Al día siguiente la sección deportiva del periódico era encabezada por la fotografía y el titulo que decía: “Resultó ser poca pieza”.

Para su fortuna Alejandro decidió dejar la vida del boxeo para dedicarse a la academia y a la lectura, convirtiéndose en una persona sumamente culta, tan culta que fue conocido como “Don Profundo”, ya que aseguraban que, “si le preguntabas la hora terminaba por platicarte la historia de los relojes”. De estas anécdotas de Saltillenses, de estudiantes está llena nuestra historia, una historia que como nuestra ciudad que vale la pena presumir.

LOS LADRIYANKEES

En esta ocasión te platico de un grupo de beisbolistas, quienes además de compartir la pasión por el llamado “Rey de los Deportes”, trabajaban en las ladrilleras, cuando estas se localizaban en Col. República Poniente, entre lo que hoy son las calles de Isidro López y la de Candela, allá por los 70s.

Este equipo era llamado “Ladriyankees” debido a que la mayoría de los integrantes de la novena trabajaban como ladrilleros, excepto 3, quienes eran vecinos de la en ese momento nueva, colonia República.

Los jugadores: “Luis López, Miguel Quiroz, Celestino Cruz, Juan Gaytán, Juan Carranza, Eulalio Flores, José Ángel García y su hermano Javier, además de Pepe Lara, Jesús Hernández y Santiago García”, quienes hacían las funciones de managers y “Dolores Hernández Saucedo”, quien me

compartió la historia que les platico.

El lugar donde entrenaban era en deportivo CINSA, “abajito” de donde se ubicaban las ladrilleras, espacio donde practicaban este deporte junto a otros beisbolistas. Un solar grande, que contaba con cuatro campos de béisbol, no tenía sombra alguna para resguardarse del sol, mucho menos de la lluvia y contaba con una gradería de madera. Era precisamente en ese lugar donde sin importar el nivel educativo, o los ingresos, o bien el lugar donde trabajaras todos se veían y trataban por iguales, como compañeros del juego de la pelota base.

Los “ladriyankees” jugaron en varias ligas, como lo fue la del seguro y la liga municipal, en donde se enfrentaron contra buenos equipos algunos de estos eran de empresas como la de “la Coca Cola, la Vulcanizadora Richard, los venados de riel”, integrado este último por ferrocarrileros y otros equipos de barrios y colonias como

“los Dodgers de la Col. Los Ángeles”.

Desde 1995 se han reforzado con el cambio generacional, de hecho hoy en la Liga de La Aurora participan nietos de los fundadores de esta novena beisbolera e histórica bajo el mismo nombre, los “ladriyankees”.

Esta es la historia de un grupo de deportistas, de un grupo de beisbolis-

tas, quienes con seguridad nunca se imaginaron que al iniciar sus entrenamientos en aquellos campos, que estaban en la orilla de esta hermosa ciudad, lograrían traspasar el tiempo y las generaciones con un sano entretenimiento, convirtiéndose ya en una tradición, familiar y del béisbol, siendo algo muy de Saltillo y que vale la pena presumir.

Marsa

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Mercado de Abastos (844) 412 2186

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Blvd. Colosio 1595

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LOS DANESES Y EL TANQUE DE AGUA

En esta ocasión te platico de una anécdota que involucra al Ateneo Fuente, al Tec Saltillo, un tanque de agua, al football americano y que sucedió en esta hermosa ciudad de Saltillo.

En la primavera de año de 1968 el Tec Saltillo tenía por nombre Tecnológico de Coahuila, ubicado siempre en las mismas instalaciones, en ese edificio tan bello y emblemático, el cual por cierto se empezó a construir, según me platicó el Ing. Luis Ríos Schroeder, años atrás para albergar lo que se suponía que sería la Universidad de Coahuila. Esta gran institución tenía como entrenador de football americano a mi amigo el Coach Agustín García, este equipo universitario que participaba, junto a otros dos equipos Saltillenses, “los Daneses del Ateneo Fuente” dirigidos por Don Juan Lobato Sánchez y “los Buitres de la Narro” cuyo entrenador era Don

Antonio “El Yaqui” Heredia, en una liga con otros equipos de Monterrey, de Tamaulipas y de la Laguna.

Don Juan Lobato oriundo de Colima, quien había jugado como receptor con el equipo del Politécnico Nacional, incluso fue de los jugadores que inauguraron el estadio universitario de la UNAM en 1952, casi un mes antes de llegar a esta hermosa ciudad para dirigir por 18 años a “los Daneses del Ateneo”, tiempo en el cual mostró sus dotes de liderazgo y estratega.

Tal vez muchos recuerden que el Tec de Coahuila contaba en sus instalaciones con un tanque de agua elevado, cuyo líquido era utilizado para los quehaceres diarios de los laboratorios y salones de la misma institución, tanque que sobresalía al alzar la vista, sólo imaginemos estimada y estimado Saltillense que en aquellos años nuestra hermosa ciudad terminaba hacia el norte a la altura de lo que hoy el Blvd.

Francisco Coss, donde estaba la Harvester hoy John Deere, para llegar al Ateneo o al Tec era necesario tomar la carretera, ambas instituciones estaban rodeadas de tierras para siembra, por lo que además de ver la majestuosidad de ambos edificios se podía divisar con facilidad el tanque de agua elevado del entonces Tec de Coahuila.

En cada jornada en la cual se enfrentaban los Daneses contra los Burros Pardos las comunidades estudiantiles se animaban más de lo normal, el entrenador y los jugadores, quienes por cierto dobleteaban, es decir jugaban tanto a la ofensiva como a la defensiva, recibían la presión de sus compañeros de aula para ganar en el emparrillado.

En marzo de ese año se llevaría cabo el clásico entre “los Burros y a los Daneses”, la semana previa al juego los entrenamientos fueron muy duros, casi casi cual si fueran militares, los jugadores tenían prohibido tomar agua durante la práctica, al final de un día de arduo entrenamientos el Coach Don Juan Lobato al estar rodeado de todos sus jugadores, dirigiéndoles un mensaje de motivación, no solo para el juego que estaba en puerta sino para la vida misma, les pidió a sus pupilos voltear a ver el tanque elevado de agua del Tec, asegurándoles que en

realidad era la torre desde la cual el Coach Agustín se subía cual si fuera una atalaya y desde esa altura con la ayuda de unos catalejos poder espiar a los Daneses y así conocer las jugadas que usarían en el juego. El encuentro deportivo se realizó el sábado 30 de marzo de aquel año, en el recién inaugurado Estadio “Olímpico”, el triunfo fue para “los Daneses” quienes pudieron anotarles 26 puntos a “los Burros” sin respuesta de los futuros ingenieros, con lo que se puede confirmar que el tanque elevado de agua del Tec, era simplemente eso un tanque de agua y no una estructura para espiar a “los Daneses” del Ateneo Fuente. Por cierto, el equipo rojiblanco en esa ocasión contó con un arma especial, de la cual les platicaré en otra ocasión. El tanque de agua elevado siguió de pie por varios años más en el mismo lugar, incluso llegaron a decir que ese era el casco del “Ursus”.

Agradezco mucho tanto al Coach Agustín García, a Víctor Manuel Pérez y a mi papá los datos e información que me proporcionaron para poder realizar esta Cápsula Sarapera.

LOS CAMPEONCITOS

En esta ocasión te platico de una novena de jóvenes Saltillenses que en el año de 1973 hicieron historia en el deporte del béisbol, me refiero a la Selección Saltillo, en la categoría Senior que representó a nuestro país en el mundial de la Pequeña Liga de Béisbol Williamsport, que se realizó en la ciudad de Gary, en el estado norteño de Indiana, en los Estados Unidos.

En aquellos años, en realidad no hace mucho, tan sólo 50 años, cuando sólo existían 10 equipo infantiles – juveniles de béisbol en nuestra hermosa ciudad, se formó una selección de 14 jugadores para representarnos en un torneo nacional que se realizó precisamente en el Parque Madero aquí en Saltillo. La novena sarapera logró el campeonato de forma invicta, “despachando a su casa” a los equipos de Nuevo León, Tamaulipas, San Luis Potosí,

Estado de México, Jalisco, Durango y Zacatecas. Los jóvenes se habían ganado a pulso el mote de los “Campeoncitos”. Después de triunfar en la final, ante el equipo de Nuevo Laredo, el siguiente destino era el mundial representando a México.

El miércoles 8 de agosto de 1973 a las 7 de la mañana 14 jóvenes Saltillenses acompañados de sus dos entrenadores y del delegado partieron de la central de autobuses Saltillo –Monterrey, que estaba ubicada en la calle de Abbott, rumbo al aeropuerto de Monterrey, ya en el aeropuerto tomaron un vuelo con destino a San Antonio, Texas, para después llegar a Fort Worth, también en territorio texano y de ahí surcar por los aires, volando 1,335 kilómetros para llegar, alrededor de las 8 de la noche, a la ciudad de los vientos, Chicago, Illinois, y continuar su traslado a Gary, Indiana, en autobús.

La primera noche fueron hospedados en un hotel de nombre “Ramada Inn”, al día siguiente fueron trasladados a una High School, donde estaban concentrados todos los equipos, de todos los países que jugarían en el mundial. Los salones de la escuela fueron acondicionados como habitaciones. Frente al salón –habitación de los Saltillenses estaban hospedados los jugadores representantes de China – Taipéi. El primer juego fue contra Puerto Rico, el Saltillense Juan Carlos Palacios fue el pitcher por parte de México, lanzó su bola favorita llamada “Knuckle Ball”, “bola de nudillos”, cuando el cátcher Victoriano Contreras, recibió la bola después de que el bateador boricua “abanicara”, observó que el jugador puertorriqueño brincó hacia atrás diciendo: “Chucha que fue eso”, asombrado por el tipo de lanzamiento que realizó el Saltillense. Ese partido fue suspendido por lluvia en la tercera entrada, dejó de llover y para asombró de los jóvenes Saltillenses se empezaron a utilizar dos helicópteros para secar el campo. El equipo representativo de México, el equipo Saltillense integrado por Álvaro Gaona (a) el indio, de quien después les platicaré no una, sino muchas anécdotas, Alfonso Tomatsú, Reynaldo Sánchez, quien también jugó football americano con los Burros Pardos, José Ortega,

Mario Bustos, Placido Hernández, José Juan Quiñonez, José Ruiz, Alfonso Cepeda, Victoriano Contreras, Juan Carlos Palacios y quienes a la postre sería jugadores de la Liga Mexicana de Béisbol Pablo López, Héctor Palacios y Ramiro Fraga, junto a sus dos entrenadores Armando Covarrubias y Manuel Camarena y a quien era el delegado Francisco Javier Robledo, pasaron literalmente de jugar en los campos de tierra, conocidos como “los Tristes 1 y 2”, donde hoy esta Merco Urdiñola o “el Chanquilón”, con un grupo de amigos, a un estadio con pasto y alumbrado con niños de todo el mundo. El segundo partido fue contra Alemania, llevándose el triunfo los Saltillenses por 6 carreras a 4. El tercer juego fue de nuevo contra Puerto Rico, quien volvió a ganar. El regreso desde Gary, Indiana hasta Saltillo, fue en autobús, me afirmaron que fue con el objetivo de conocer más ciudad de la unión americana, recorriendo de norte a sur esa nación partiendo el miércoles 15 de agosto a las 8:15 de la noche para llegar a Saltillo, el viernes 17 a las 5 de la tarde.

Esta es la historia de 17 Saltillenses quienes además de lograr una hazaña deportiva lograron poner en alto el nombre de México y de nuestra hermosa ciudad de Saltillo, y por supuesto que es una historia que vale la pena presumir.

LA PRIMERA PELEA DE BOX

PROFESIONAL

En esta ocasión te platico de la primera pelea de box profesional que se realizó en nuestra hermosa ciudad de Saltillo.

La pelea de box fue entre el Saltillense Ignacio Cerecero quien vivía en el barrio de Landín y Humberto Cid González, Saltillense por adopción quien era oriundo de Las Esperanzas mineral del Múzquiz, Coahuila.

Ambos peleadores vivían en Saltillo, ambos boxeadores habían hecho carrera boxística, los dos pugilistas tenían fama de ser muy buenos, ambos tenían aficionados. De hecho, la pelea se concretó gracias a que los Saltillenses que estaban a favor de Cerecero elaboraron unos volantes con una pelea ficticia entre ambos, ocasionando que los que estaban a favor de “El Relámpago” reaccionaran y le sentenciaran que,

a pesar de tener menos tamaño, peso y experiencia, el Cerecero era un barbaján y él no, enfatizando que tenía que pelear contra él y darle una lección.

Los ánimos se caldearon. Por un lado, los fanáticos de Cerecero afirmaban que éste era un digno represente mexicano pues había ya peleado en los Estados Unidos, afirmando que Humberto Cid era un afeminado, por su parte quienes estaban del lado de “El Relámpago” aseguraban que el del barrio de Landín era un “mugroso”.

El lugar del encontronazo fue la Plaza de Toros “Guadalupe”, por cierto, la plaza debía su nombre a que fue edificada en el lugar donde había una plaza pública llamada “De Guadalupe”, y fue inaugurada el 15 de noviembre de 1896. Pero volvamos a la historia, a la historia de los derechazos, ganchos al hígado y

más. La pelea de box, la cual sería la primera que se presentaría en Saltillo a nivel profesional se pactó para realizarse el domingo 18 de noviembre de 1923, precisamente el día en el cual nació Alan Shepard el primer norteamericano en salir al espacio exterior. Ese día cayó una torrencial lluvia en nuestra ciudad, ocasionando que la tan esperada pelea se pospusiera para el siguiente viernes 23 del mismo mes.

Llegó el día, Humberto Cid González “El Relámpago” pesando 60 kilogramos y con menos de 16 años de edad se presentaba con un pantaloncillo oscuro, mientras que Ignacio Cerecero quien tenía un peso de 72 kilogramos se presentó vistiendo un pantaloncillo blanco, el tercer hombre en el ring fue Samuel Ortega, quien fungió como referí. La pelea era a 12 asaltos.

Aseguran que al chocar los guantes antes de la primera campanada, el referí volteó a ver al “Relámpago” con algo de tristeza pues el oponente, el del Barrio de Landín se veía imponente.

La pelea llegó hasta el séptimo asalto en el cual Humberto, alias “El Relámpago” le dio un golpe con su mano izquierda a Ignacio Cerecero, quien dobló las rodillas, cayó a la lona y le dieron la cuenta de 10.

A pesar de que el box es un deporte demasiado longevo, pues la primera pelea se llevó a cabo en 1681, pasaron casi 2 siglos y medio para que esta ciudad tierra del sarape, pan de pulque y matachines tuviera la primera pelea profesional de boxeo. Es cierto que hay muchas historias del box en nuestra ciudad, pero la primera esta que te acabo de contar.

Medicina General Ozonoterapia
Medicina Estética
Mariano Matamoros 373, Zona Centro
¿Luchador

profesional Saltillense que contaba con la autorización de El Santo, el enmascarado de plata, para usar la misma máscara?

Respuesta a la trivia de marzo 2025: en el año 1800 concluyeron la construcción de la Catedral, la torre principal se terminó de construir en el año de 1897

EL MACETÓN VS EL BÚFALO

En esta ocasión te platico que como bien dice el dicho “un clavo saca a otro clavo” les puedo asegurar bien que “una historia saca a otra historia”, y todo esto viene a colación, aclarando que no me refiero a mi amigo Miguel Ángel Leal, sí el Saltillense que jugó football americano en Químicas y la Narro, estando a punto de firmar como pateador de los Broncos de Denver de la NFL pero volvamos a la historia, la historia que te platico ahora.

Y es que se acuerdan de la historia del maestro Alejandro quien por defender a sus compañeras de la normal resulto ser muy poca pieza para un estudiante de la Narro en una función de box. Pues que resulta que intentando conocer el nombre del estudiante de la Narro que noqueó de un solo golpe al futuro profesor, le pregunté a Miguel Ángel Leal si sabía de ese acontecimiento y del nombre del estudiante de agricultura que boxeó a lo que me aseguró que no tenía ni idea pero

que tenía una historia sensacional para compartir.

Era el mes de junio de 1979 cuando se anunció la visita del boxeador David “El Macetón” Cabrera, campeón nacional de los pesos crucero, a esta hermosa ciudad de Saltillo para realizar una función de box en apoyo a los niños del DIF. El campeón nacional en la visita a esta ciudad tendría tres combates el mismo día en el mismo lugar, la primera de exhibición contra un niño, la segunda contra un boxeador amateur y la estelar contra un estudiante de la Narro.

Don Luis Amarillas “El Pescador” manager de box de los Buitres decidió que un pupilo suyo, quien había enfrentado en varias ocasiones arriba del ring a internos del penal y quien había ganado de manera reciente el campeonato Saltillo fuera el representante de la Narro, siendo este Víctor Armando Jaramillo Ramírez, mejor conocido

como “El Búfalo”. El estudiante, el buitre que era conocido como “El Búfalo” se preparó fuertemente para hacer frente a “El Macetón”, el duelo sería en el Estadio Olímpico, de hecho, el cuadrilátero fue colocado en la pista de arcilla. El día llegó y Víctor, “el Búfalo”, llegó con hambre de triunfo pues le habían prometido una bolsa de 35 mil pesos de aquellos. Inició la función, subió un infante quien entre movimientos y golpes al aire, la raza empezó a gritarle al boxeador profesional, diciéndole que llegaría un “Buitre” para tumbarle los dientes, las porras para “el Búfalo” aumentaron de tono y volumen, motivo por el cual al terminar su pelea de exhibición con el niño, se dirigió al respetable y les dijo: miren jóvenes yo vengo a dar una función de exhibición, seguían los chiflidos, aquí con este muchacho, él no es profesional pero si creen que es muy bueno tráiganmelo de una vez para ver quién es quién. Juan Vielma, compañero “Buitre”, corrió al vestidor para avisarle a Don Luis y al “Búfalo” que su pelea se adelantaba, momento en el cual le avisaban al manager y al boxeador estudiantil que la bolsa nos seria de 35 mil sino de 500 pesos. “El Búfalo” llegó al cuadrilátero para enfrentar a un campeón nacional de pesos crucero, enfurecido, quien cojeaba de su pierna derecha, por un accidente en

motocicleta, durante el primer round “el Buitre” logró esquivar una avalancha de golpes marcados por parte de “El Macetón”, a los que los estudiantes de la Agraria Antonio Narro le gritaba a su compañero “tú pártesela” y otras cosas más que no puedo decir, comentarios que sólo lograron encender aún más la ira de quien en 15 días pelearía por el campeonato mundial crucero. Ya para el segundo round y último, sin que “el Búfalo” supiera el motivo de la furia del campeón nacional, decidieron dar por terminar la pelea después de un gancho al hígado por parte de “El Macetón al Búfalo” quien terminó en la lona. Sin embargo, me asegura “el Búfalo” que la raza empezó a decir que fue una lucha muy pareja y que la única manera de haber medio empatada era matándolo. A los quince días después de la exhibición de box en esta hermosa ciudad de Saltillo “el Macetón” perdió su pelea por el campeonato mundial crucero contra el norteamericano Marvel Camel. Por cierto, dijo Jorge “El Machorro” que todo fue una venganza de los dioses por haber derrumbado al “Búfalo”.

Esta es una historia que sucedió en esta hermosa ciudad de Saltillo, donde los protagonistas fueron un campeón nacional de box y “el Búfalo quien era Buitre de la Narro”. Pues que tanto se calentó “El Macetón” que hasta un mudo le grito.

EL EQUIPO EL RASTRO Y LOS 15 PESOS

En esta ocasión te platico que, en el mes de mayo del año de 1931, el ayuntamiento de esta hermosa ciudad de Saltillo, con el propósito de fomentar el deporte entre la juventud y alejarlos de los vicios, donó la cantidad de 15 pesos para el equipo de béisbol que se llamaba “El Rastro”.

Quien fuera el alcalde Francisco Garza, comentó a los medios de comunicación que la presidencia municipal trabajaba muy fuerte para apoyar el deporte en lo que era aquel pequeño pero hermoso Saltillo, por su parte el equipo de béisbol, manifestó que la novena estaba muy emocionada y contenta por el apoyo recibido, esto por medio de su vocero quien se llamaba Pedro Moreno.

El equipo o la novena “El Rastro”, en realidad tenía tiempo practicando el

llamado “rey de los deportes”, incluso ya habían participado en distintos torneos, pero siempre con equipo prestado, ya que no contaban ni con bates, ni con guantes, ni con almohadillas, es más ni con uniformes, motivo por el cual entrenaban con palos.

Con esa aportación económica de 15 pesos, los jugadores e integrantes del equipo “El Rastro”, iniciaron con mucho entusiasmo la preparación para participar en la liga de la segunda fuerza.

En verdad deseo que este equipo del rey de los deportes, llamado “El Rastro”, haya ganado su siguiente partido, ya que en la investigación que realicé, me enteré que a pesar de no tener uniformes la mamá de uno de los jugadores, ella de oficio costurera se había comprometido en hacerles los uniformes, claro siem-

pre y cuando ganarán el siguiente partido de 27 outs.

Definitivamente no sé si los 15 pesos que aportó el municipio haya sido, para aquellos tiempos mucho o poco dinero, pero de lo que si estoy

seguro es el amor con el cual jugaban béisbol los integrantes del equipo “El Rastro”.

Esta es una historia del siglo pasado que sucedió aquí en esta hermosa ciudad de Saltillo.

EL BÁSQUETBOL

DEL

ATENEO

En esta ocasión te platico de una historia muy Saltillense, una historia deportiva que vale la pena presumir.

Indiscutiblemente cuando hablamos de equipos representativos en el tiempo, nuestra mente vuela hacía “los Daneses de Ateneo Fuente”, y “luego, luego” pensamos en su equipo de football americano esto a pesar de que el primer equipo representativo de esta escuela de bachillerato fue una novena de jóvenes estudiantes que practicaron y jugaron el béisbol como representantes de esta institución en el año de 1906. Pero esa, es otra historia que te platicaré en otra ocasión, ya que ahora te platicaré de los equipos de basquetbol de “los daneses”, que han hecho historia.

El deporte ráfaga, el basquetbol en el Ateneo desde el año de 1948 hasta 1961 fue comandado por el entrenador Jesús Calderón Fuentes, siendo según el récord histórico del Ateneo

el primer entrenador de este deporte, periodo en el cual “los daneses” participaron en torneos locales y regionales.

Durante los siguientes cinco años el Profe. Rubén Gámez Valero, profesor normalista se hizo cargo de los mandos del equipo de basquetbol de esta institución ya centenaria. Durante este periodo sucedió un hecho impresionante el cual, se presume es único en el mundo, pues el estudiante y jugador de nombre Homero de los Santos logró encestar 100 puntos en un solo partido, por cierto, hoy Homero, el Saltillense récord es médico ya jubilado.

Para el año de 1966 la dirección del Ateneo contrata como entrenador de basquetbol al Profe. Manuel de Jesús Morales, sí el mismo que entrenó a aquel equipo campeón nacional infantil del Colegio Zaragoza. Durante casi dos décadas el

Profe. Morales se hizo cargo de la escuadra ateneísta. En el año de 1974 se conforma un excelente equipo, que logra arrasar en las ligas municipal y regionales, convirtiéndose en el primer equipo de basquetbol del Ateneo en realizar una gira nacional, jugando 15 partidos en el DF, Puebla y Acapulco, ganando 13 de estos encuentros. Por cierto, en esta gira cuando se encontraban en la Ciudad de México fueron presentados y entrevistados en el programa “Siempre en domingo” con Raúl Velazco y en el noticiero 24 horas con Jacobo Zabludovsky.

La segunda gira de los basquetbolistas del Ateneo se realizó en 1977 visitando la Ciudad de México, Veracruz y cruzando nuestro país de costa a costa tuvieron partidos en Mazatlán, Sinaloa, en esta ocasión de 15 partidos sólo fueron derrotados en una sola ocasión.

Tres años después se realizó, hasta lo que es hoy, la última gira nacional, la cual en un principio se programó para realizarse en algunos países de centro américa, como Nicaragua y Panamá, pero por el inicio de la revolución sandinista y su guerra de guerrillas se decidió tener 12 juegos en Ciudad de México, Querétaro, León, Colima y Manzanillo, donde los ateneístas terminaron invictos en sus compromisos sobre la duela.

En el marco del 150 aniversario del Ateneo Fuente el día 30 de octubre de este año, 2021, estas tres selecciones de basquetbol del Ateneo Fuente tuvieron un encuentro para recordar sus triunfos y éxitos deportivos. Definitivamente el Ateneo, sus equipos representativos del basquetbol son algo muy de Saltillo y que vale la pena presumir.

CORRIDOS DE LA CÁRCEL

En esta ocasión te platico de una anécdota que vivieron 12 jóvenes Saltillenses en el año de 1963.

Manuel Benítez, torero español, mejor conocido como “El Cordobés”, en el año de 1963 visitó nuestro país como novillero, presentándose en distintas plazas mexicanas, por supuesto que se contempló nuestra hermosa ciudad de Saltillo, para presentarse en lo que era la plaza de toros “Armillita”, pero le pido de favor estimada y estimado Saltillense que no se confunda con la que tenemos actualmente en los terrenos de la feria, esta plaza era de madera, ubicada al norte, sobre el Blvd. Constitución, hoy V. Carranza, muy cerca de donde se ubicaba un motel de nombre “Estrella”, para señas actuales saraperas, donde se encuentra el Hotel “El Imperial”.

brava estaban de fiesta, por supuesto muchos Saltillenses querían ver en acción a “El Cordobés”, quien precisamente ese año, 1963, habría de completar 203 corridas como novillero y quien venía de triunfar tanto en España como en otros países europeos.

Crédito: Eugenio Galán de la Peña

Entre los Saltillenses que no querían perderse la corrida de toros, estaban 12 estudiantes del Ateneo Fuente, quienes cursaban el bachillerato, y es que les recuerdo que en esos años en el Ateneo Fuente se daban también clases de secundaria, pero volvamos a la historia, a la historia de los 12 jovenzuelos, quienes estaban ansiosos por ver a “El Cordobés”.

Los amantes de la llamada fiesta

Cuando llegaron a la plaza de toros, la cartelera aún no daba inicio, vieron que podían brincarse una barda pequeña para así ahorrarse el

pago de la entrada, “uno a uno brincó la barda, uno a uno entró a la plaza y así de esa misma manera, uno a uno fue detenido por los elementos de la policía”. Ya los 12 cuando estaban en custodia de la autoridad fueron trasladados a los amparos de la cárcel municipal, para ser llevado ante el ministerio público.

Las instalaciones de la cárcel municipal, donde también se encontraba el ministerio público estaban sobre a calle de Bravo, casi esquina con Aldama. Al arribar, el ministerio público dio la orden a los guardianes de la ley para que los 12 jóvenes esperaran dentro de la cárcel, donde se encontraban algunas personas todavía bajo las influencias del alcohol.

Después de entrar, los 12 ateneístas se organizaron junto con los borra-

chines para empezar a jugar tocho, sí señor tocho, dentro de la cárcel municipal, después de tanto grito, y alboroto el mismísimo ministerio público corrió a los 12 jóvenes de la cárcel. Quienes al salir y darse cuenta de que todavía alcanzaban la corrida de toros, se regresaron a la plaza de toros para ahora si pagar sus boletos de entrada y ver al entonces novillero “El Cordobés”.

Esta es la historia de 12 Saltillenses quienes organizaron un juego de tochito con los borrachos de la cárcel y fueron corridos de la misma cárcel para alcanzar a ver la corrida de toros. De esas historias de que con seguridad sólo suceden en esta hermosa ciudad de Saltillo. Ajá como aquella en la cual se robaron el libro de los detenidos en la cárcel municipal, pero esa, esa es otra historia.

1 de abril de 1611

P RE S EN T A D A S P O R :

3 de abril de 1834

Se levanta acta del Cabildo de Saltillo en la que se corrobora la fundación de Saltillo, el fundador y el primer Alcalde de la ciudad, siendo éste Alberto del Canto, originario de Azores, Portugal. En el acta de fundación de Saltillo se consignan los siguientes nombres: Alberto del Canto (portugués), Juan Alonso, Julián Gutiérrez, Rodrigo Pérez, Cristóbal de Sagastiberri (vasco), Agustín de Villa Sur, Santos Rojo (vasco), Miguel de Zitúa, Juan de Erbáez (vasco), Manuel de Mederos (portugués), Antonio Hernández Grimón, Baldo Cortés, Juan Navarro (portugués), Mateo de Barrasa, Juan Pérez Chocallo (portugués) y Ginés Hernández (portugués).

El Cabildo de “Ciudad Leona Vicario” (hoy Saltillo) solicita al Congreso de Coahuila aumentar el

El Cabildo de la Villa de Santiago del Saltillo aprueba reformar la partida de 25 hombres que constituían la milicia encargada de defender y proteger a la Villa y su jurisdicción.

El Cabildo de la Villa de Santiago del Saltillo acepta condiciones impuestas por el Regidor Juan Landín, quien le prestara al Ayuntamiento 500 pesos para terminar de construir la pila en la Plaza Real.

El Cabildo de la Villa de Santiago del Saltillo toma la protesta de ley a José de Santibáñez y Cevallos, como Alcalde de Primer Voto.

El Cabildo de la Villa de Santiago del Saltillo, ante la necesidad de “contener los pecados públicos y escándalos de borrachos”, acuerda castigos para los infractores.

El Cabildo de la Villa de Santiago del Saltillo ordena a Domingo de la Fuente iniciar la construcción de la cárcel o que mandase a terceros a hacerla a su costa.

El Cabildo de la Villa de Santiago del Saltillo, ante la urgencia de comunicarse con el Gobernador y al no haber encontrado entre el vecindario persona que hiciera el viaje por menos de 100 pesos, contrata a Juan Domingo Flores para llevar la correspondencia por 92 pesos y 4 reales.

En la Renta del Salón

Ejemplar de cortesía

Todo buen Saltillense debe saber...

Cápsula Sarapera

Si ya la leíste ¡Rólala!

Francisco Tobias Hernández

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