

LAS VACACIONES EN TURNO
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EL EDITORIAL
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LAS PRIMERAS MONEDAS SALTILLENSES
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LA NACHA Y LAS MONEDAS FALSAS
Página 10
LA CASA DE LOS SANTOS ROJOS
Página 12
LA FOTOGRAFÍA Y EL BÉISBOL EN SALTILLO
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EMILIANO
“EL BILLETERO”
Página 16
EL SECUESTRO AL HIJO DE JUÁREZ
Página 18
EL ROBO DE LAS ALHAJAS
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CORPITOS
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TRIVIA SALTILLENSE
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OPERACIÓN DE BOCIO
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EFEMÉRIDES
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YO TAMBIÉN SOY DE SALTILLO
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AVISOS DE OCASIÓN
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SOPA DE LETRAS SARAPERA
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CUPONERA
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DIRECTORIO
Francisco Tobias Hernández
Director Editorial
Arq. Carlos Roldán Ilustraciones
Prof. Juan Campos Rodríguez Corrección Ortográfica
Victoria López García Diseño Gráfico y Fotografía Editorial
Yo Soy de Saltillo - La Revista Publicación mensual
JULIO 2025
Impresa en México en los talleres gráficos de Impresos Rivera
DERECHOS RESERVADOS
En esta ocasión te platico de como los trabajadores del municipio y los profesores se organizaron para tener vacaciones en diciembre de 1946, año en el cual se vaticinaba como cada año heladas en esta hermosa ciudad de Saltillo.
Año tras año, durante los meses de diciembre y enero, teníamos una postal envidiable, ya que se podía apreciar un manto blanco de nieve, en toda la sierra que encierra a esta hermosa ciudad de Saltillo.
Pues bien, la autoridad para evitar la propagación de enfermedades respiratorias, informó por medio de una circular que todo el personal de las escuelas de Saltillo tendría vacaciones por 10 días, iniciando el 23 de diciembre para reiniciar labores el 2 de enero de 1947.
Por su parte el ayuntamiento, cuyo alcalde era Don Evelio H. González Treviño, giró instrucción para que los trabajadores de la presidencia municipal de esta hermosa ciudad de
Saltillo, se turnarán en dos tandas para vacacionar, y así no dejar a los Saltillenses sin servicio y poder atender cualquier imprevisto que se presentara.
Las vacaciones invernales o de navidad como las conocemos del primer grupo de trabajadores iniciaron al igual que los profes el 23 de diciembre y concluyeron el 1 de enero, el segundo grupo descansó del 13 al 22 de enero ya del año de 1947.
En verdad espero que durante ese invierno el frío no haya sido muy crudo y que quienes tuvieron sus vacaciones las hayan disfrutado al máximo.
Y así fue como a finales de 1946 y principios del 47, los profesores y trabajadores del municipio de esta hermosa ciudad de Saltillo, tomaron sus vacaciones.
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Saltillo desde que mencionamos su nombre empieza a denotarse su peculiaridad. Cuando uno sale de viaje y dices de donde eres originario es difícil no llamar la atención. Desde el mal chiste de hacer alusión a que es un salto en diminutivo, hasta hacer referencia de la canción de Rosita Alvirez en voz del desaparecido Piporro o quienes hacen referencia al cronista de la ciudad Armando Fuentes Aguirre “Catón” y sus diversas columnas.
Hace poco me subí al tranvía que da un recorrido por parte del centro de la ciudad, siendo los puntos fuertes una parada en la Casa del Artesano y en el mirador. El guía y el chofer tienen muy bien ya su dinámica, parecía casi un standup relacionado a nuestra ciudad, contando con la experiencia del conductor que tiene más que escaneados baches, pozos y atajos. El vehículo iba lleno, con
público de todas las edades y me atrevería a decir que con un 50% / 50% entre foráneos y locales. Se habló de la catedral, las décadas que se tardó en ser terminada y las campanas castigadas. De las características arquitectónicas del Palacio de Gobierno, de la familia Purcell, pasando distintos recintos educativos como son la Escuela de Bachilleres Dr. Mariano Narvaez González, la Benemerita Escuela Normal de Coahuila sin el bellísimo Ateneo Fuente. Eso entre el olor a elotes, tacos y humo de motocicletas en lo que pasábamos por la Plaza Manuel Acuña conocida coloquialmente como “plaza de los huevones”, no queriéndole llamar así, pero la verdad es que en el rato que pasamos había más de un ejemplar.
En la Casa del Artesano más de uno se hizo del tradicional sarape, había de varios tamaños y precios. Casi se
pierde el pulmón en el Parque Mirador donde se suben más de 100 escalones, pero que la vista vale mucho la pena. Generando la reflexión de que hace falta hacer ejercicio.
Llegó un momento de vergüenza al tener los foráneos más datos de la ciudad que los propios locales. Además de que más de uno hace años o nunca había visitado alguno de los recintos que se conocieron durante el trayecto. Terminando con la reflexión de que no es que en Saltillo no existan cosas para visitar o presumir, es que no nos permitimos el conocerlo. Y en algunas ocasiones de valorarlo.
La capital de Saltillo va por su 448° aniversario. Envuelto en una gastronomía deliciosa como lo es el pan de pulque, el machacado y ¿Por qué no? Sus cervezas artesanales. Donde sus calles han inspirado a más de un escritor como Vito Alessio Robles, Julio Torri o Eugenia Estrada. Ser cuna de políticos importantes, cuyos nombres no mencionaremos para no caer en política.
Saltillo, feliz cumpleaños. Gracias por tu clima, por ser fuente de empleo. Un lugar seguro para trabajar, donde podemos ver crecer a nuestras familias y por ser parte importante de la historia de México.
En esta ocasión te platico del primer dinero, de las primeras monedas, vamos de la primera morralla Saltillense de la que hay documentación.
La historia es la siguiente: Allá por el año de 1812, para ser precisos el 14 de mayo, en plena lucha de la independencia, aquí en esta hermosa ciudad de Saltillo, llamada en ese entonces Villa de Santiago del Saltillo, “la morralla” escaseaba. Motivo por el cual el comerciante Juan Nepomuceno Sánchez, solicitó autorización al Sr. José Miguel Lobo Guerrero, alcalde de esta villa para la elaboración de monedas, dicha petición que fue realizada mediante oficio de cuartilla y media, el mercader Saltillense le dice a la autoridad lo siguiente: “En consideración de la gran escases de moneda menor que hay en este suelo de lo que resulta que infinitos pobres carezcan de aquellos efectos y víveres que necesitan para su
huso* y subsistencia; he penzado* fabricar 500 pesos de cuartillas en cobre con la marca de mi apellido y una contraseña que demarco a U.S.* para su inteligencia al margen de este”.
16 días después el alcalde le da visto bueno enviando dicha petición Saltillense al Gobernador de la Provincia de Coahuila, ya para el día 6 de junio del mismo año, por cierto, fue viernes, la autoridad de la provincia autoriza la solicitud del Saltillense Juan Nepomuceno, en un documento de seis líneas. Autorizando el alcalde al comerciante la fabricación monedas el día 12 del mismo mes, con la condición de responsabilizar al mercader y elaborador de monedas por aquellas que pudieran circular con su marca y fueran falsas.
Según especialistas en el tema como mi amigo Héctor Chapa, calculan que las monedas que se pudieron fabricar fueron alrededor de 16 mil, el material
con el que fueron elaboradas fue cobre. Cada una de estas monedas equivalían a 3 centavos de aquellos tiempos.
Estimada y estimado Saltillense, si tiene la duda de que, si alguien falsificó estas monedas, déjeme aclararle que no, pero al año siguiente es decir
en 1813 Toribio de Alcalá otro Saltillense pidió autorización, permiso otorgado, pero no corrió con la misma suerte, ya que a Toribio si le falsificaron sus monedas, hasta en un monto de $5,000 y la autoridad le embargo sus propiedades y riquezas, quedando en la pobreza.
@nacionnortenaa Nación Norteña
En esta ocasión te platico una historia de policías y ladrones que sucedió en esta bella ciudad de Saltillo, el día 22 de marzo de 1844 para ser precisos.
Y todo sucedió gracias a que la Saltillense María Ignacia Rodríguez, mejor conocido como “La Nacha”, denunció ante el sereno Santos García que en casa de ella se estaban fabricando monedas falsas. El sereno al estar enterado de este delito, inmediatamente fue ante el cabo de serenos quien se llamaba Mauricio Rendón.
Ambos serenos se apersonaron en la casa de “La Nacha”, encontrando a Quirino Jaime y José María García, con dos cajas de monedas y estaño.
Tanto fue el alboroto que ocasionó la detención de estos dos falsificadores de monedas que una señora
de nombre Pomposa Jacobina, tía de los artistas, cuando vio a “La Nacha” se le dejó ir encima dándole un certero derechazo y en dos moquetes la mandó al rincón, donde entre patada y patada, y desgreñándola, le reclamó por haber acabado de esa manera con la carrera profesional de sus parientes.
Tanto Quirino como José María quedaron en disposición de la comandancia militar, pero como la autoridad militar no supo que sanción aplicarles a los falsificadores, fueron devueltos a la cárcel pública.
Esta es una historia que sucedió en esta hermosa ciudad de Saltillo, una historia de policías, ladrones, chismosas y de la tía de los ladrones, donde afortunadamente las monedas falsas no circularon, como tampoco volvieron a circular los falsificadores de monedas.
En esta ocasión te platico de lo que tal vez es la casa más antigua que aún está de pie, aquí en nuestra hermosa ciudad de Saltillo. Su ubicación es envidiable, en pleno corazón de nuestra ciudad, en lo que hoy es la calle de Hidalgo, esquina con el Callejón Santos Rojos, a un costado de la Catedral de Santiago, me refiero a la casa que construyó y habitó el conquistador, comerciante y fundador de Saltillo, Santos Rojo, el mismo que en el año de 1607, trajo desde Jalapa, la imagen del Santo Cristo de la Capilla que se venera cada 6 de agosto.
Estimada y estimado Saltillense pero no vaya a creer que esta es una casa cualquiera, ya que además de tener las características de una casa de las de antes de aquí de esta hermosa ciudad, es decir con su patio central, con sus paredes doble ancho y construidas de adobe a cal y canto, contaba en la parte trasera, es decir por la calle en la cual Agustín Jaime bajaba,
es decir la de Bravo, sus caballerizas, esta construcción además cuenta con dos chimeneas, y en una de ellas, me aseguraron que se esconde una niña.
Una casa que era de dos pisos, cuenta con 12 puertas que dan a su patio interior y abajo, de ella atraviesan los túneles, tan místicos, del centro histórico de Saltillo, que van de una iglesia, a otra y demás construcciones.
El piso, el piso es el mismito que pisó mi General Francisco Villa, en mayo de 1914, ya que fue en esta casa donde se hospedó. Por cierto, fue en esa casa, más bien en esa cocina, donde dicen que a mi General Villa le cocinaron un león, que días antes se había escapado de un circo.
Un lugar en donde al caerse una barda, encontraron restos de mujeres, emparedadas, si mujeres que metieron vivas en las bardas, por
andar de mal portadas.
Hoy mi amigo Roberto García quien es un enamorado de nuestra ciudad y apasionado en el servicio al cliente, junto con su esposa Olga Leticia, sus 3 hijos, su nuera y su nieta, tiene un establecimiento de comida, con el nombre más idóneo para ese lugar, el restaurante la “Villa de Santiago del Saltillo”.
Este es un lugar que te transporta en el tiempo y en el espacio, un lugar muy Saltillense que tiene magia, que tiene historia.
Amiga y amigo Saltillense si en verdad quiere conocer una joya arquitectónica de nuestro Saltillo, y aprovechar para comer en el mismo lugar donde mi general Francisco
Villa se comió un león, no lo dude más y visite el restaurante “Villa de Santiago del Saltillo”, que se encuentra en la casa Pereyra, que antes fue de Santos Rojo, y que para el siglo XVIII le perteneció a Juan Sánchez, que también fue depósito de pólvora, de tabaco, papel sellado y naipes, además de escuela, centro de catecismo, y que fue además casa del Gobernador José Ignacio Arizpe, oficina de gobierno, en pocas palabras la casa más antigua que está en pie en nuestra hermosa ciudad de Saltillo, ahí en la calle de Hidalgo a un costado de nuestra Catedral.
Por cierto, un lugar que también fue sastrería, un lugar muy Saltillense que tenemos y que vale la pena presumir.
En esta ocasión te platico de dos acontecimientos que trajo la invasión norteamericana a esta bella ciudad de Saltillo.
Con la llegada de las tropas invasoras, que ocuparon lo que hoy conocemos como el mirador, allá en 1847 en el mes de febrero para ser más precisos, llegó el teniente Abner Doubleday, militar estadounidense quien alcanzó el grado de General por el bando de la Unión en la guerra de Secesión Norteamericana, pero no solo contaba con oficio castrense, ya que fue el inventor del béisbol.
Cuando la plaza de Saltillo fue tomada, las tropas norteamericanas practicaban dicho deporte, incluso el militar tuvo la oportunidad de convivir con niños Saltillenses a quienes les explicó las reglas del rey de los deportes.
Las evidencias dan por un hecho que aquí en Saltillo se jugó por primera vez el béisbol en México, mucho antes de que nacieran nuestros queridos Saraperos. Pero, no es todo, esa guerra tan desigual trajo consigo un artefacto novedoso y sumamente moderno para la época, me refiero a un aparato llamado “daguerrotipo” que al evolucionar se convirtió en lo que hoy conocemos como cámara fotográfica, con dicho aparato se captaron las primeras imágenes de esta ciudad de Saltillo, de los norteamericanos con bates de béisbol, y de las convivencias del entonces Tte. Doubleday con niños Saltillenses, pero se tomó una foto mucho más interesante y significativa para la historia de la fotografía. La historia no nos dice que aquí se haya tomado la primera fotografía en México, más si nos cuenta que la primera fotografía bélica en el mundo se tomó en
Saltillo precisamente en la Batalla de la Angustura. Por cierto, información proporcionada por el Museo de los presidentes.
Saltillo ha sido primero y último en muchas cosas, nuestra ciudad ha presenciado el paso del tiempo, de la historia, amigos y amigas Saltillenses, la intervención no fue buena y afirmar lo contrario sería antipa-
triótico y antimexicano, pero aquí en nuestra hermosa ciudad sucedieron cosas interesantes con la llegada del norteamericano invasor, llego el béisbol y la fotografía, además podemos presumir que Saltillo esta bella ciudad es la cuna del rey de los deportes en México, definitivamente aquí tenemos anécdotas que solo los Saltillenses podemos contar.
En esta ocasión te platico de un señor conocido por los amantes de la suerte y de la Lotería Nacional, me refiero a Don Emiliano Lara Puentes, quien desde que tenía 15 años se ha dedicado a la venta de cachitos, y enteros de la Lotería Nacional para la beneficencia pública, hoy cuenta con 67 años de edad. Al preguntarle, por sus inicios en este negocio fue claro y preciso al decirme que cuando terminó la secundaria, ya no quiso seguir estudiando, por lo que su señor padre le dijo: “Si no quieres estudiar, pues te vas a trabajar” y desde ese momento hasta estas fechas se dedica a la venta de cachitos de la lotería.
Cuando inició con la venta de cachitos, estos costaban tan sólo 2 pesitos, durante estos 52 años ha vendido 4 premios mayores.
Gracias a su trabajo diario con un
horario que inicia a las 9 de la mañana y concluye entre las 7 y 8 de la noche, les dio estudio a sus hijos 2 quienes hoy son profesores y a su hija quien es licenciada en enfermería.
Entre sus anécdotas más singulares, cuenta que un día de suerte, llegó a un restaurante llamado “Nuevo Potrero” y al entrar fue abordado por un caballero quien le pidió un cachito, el mismo comprador se dio cuenta que no tenía dinero para pagarlo, por lo que se lo pidió fiado, a lo que Emiliano se negó, pensando, “mejor me lo quedo y así fue, se lo quedó y lo guardo”, pasaron dos semanas con el boleto olvidado, el mismo señor le dijo: “que malo fue, a lo que Don Emiliano respondió, ¿Yo por qué? A lo que el comprador le dijo, pues el boleto que no me fio salió premiado, y con ese mismo boleto Don Emiliano ganó 3,000
pesos. En estos días saliendo de un restaurante conocido ubicado en la calle de Allende donde venden un delicioso y tradicional cabrito, decidió tomar el camión bajándose en otro conocido restaurante en el V. Carranza por ahí por el Tec. de Saltillo en donde vendió 13 boletos entre meseros y cocineros, boletos que salieron premiados, sin arrepentirse ni remordimiento, pensó si me los hubiera quedado me hubiera ganado 100 mil pesos.
Para Don Emiliano, no hay ritual, ni ceremonia, ni protocolo para la suerte, él cree en ella y la comparte con sus clientes, vendiendo los cachitos boletos a corazonadas. Les ha vendido a muchísimas personas presidentes municipales, gobernadores, doctores, abogados, arquitectos, ingenieros, licenciados. Autodenominándose “un vendedor de ilusiones”, aunque en realidad el vende boletos de lotería, las ilusiones nos la regalan.
Pescado y camarón por salado, mala suerte y hasta granito de sal le dicen
de manera cariñosa sus clientes a quienes venden lotería, muchos segundos y terceros premios ha vendido, guardando como un tesoro sus 4 premios mayores vendidos.
Si ve a Don Emiliano no dude en comprarle un cachito o una serie, yo mismo he sido un comprador afortunado de sus cachitos, ya que el día que lo entrevisté para hacerle su “Cápsula Sarapera”, le compré y repartí cachitos entre mis compañeros de trabajo quienes a los días me avisaron que habíamos ganado 500 pesotes cada quien.
Pero eso sí, lo que les aseguro es que mi premio mayor lo tengo en casa, y no es uno sino 3, mis tres princesas mágicas, mis hijas, ellas sin son aún más que el premio mayor.
Definitivamente en esta hermosa ciudad de tenemos a Don Emiliano, un Saltillense como muchos que tenemos y que vale la pena presumir.
En esta ocasión te platico de una anécdota familiar que le aconteció, sucedió y que vivió el presidente Juárez en su estadía en esta bella ciudad de Saltillo. Don Benito todos los días, caminaba por las pequeñas y angostas calles de Saltillo, además cada tarde aprovechaba para merendar en el “Merendero de Chonita”, si el mismo que hoy se encuentra frente al panteón Santiago y en donde elaboran un delicioso y tradicional pan de pulque.
Antes de su arribo, llegó su familia, Doña Margarita, y varios de sus hijos, ya que el matrimonio Juárez Maza, tuvo a 9 hijas y 3 hijos, el mayor de ellos también de nombre Benito, tenía entre 13 y 14 años cuando estuvieron aquí en esta hermosa ciudad.
Benito, hijo, hizo amistad con los jovencitos Saltillenses que vivían en
el barrio “San Luisito”, por el rumbo de su casa, la cual hoy conocemos como el recinto de Juárez.
Jóvenes al fin, tenían rencillas, pleitos o broncas con otros moceríos de esta hermosa ciudad de Saltillo, pero que eran vecinos del “Barrial”, barrio que era apodado como “El Andrajo”, entre ambos bandos se armaban unos pleitos, que parecían guerras campales y en donde sobraban las pedradas.
Un día por la tarde, al llegar a la casa, el Señor Presidente preguntó por su primogénito, quien no había llegado, por lo cual Doña Margarita pidió que fueran a buscarlo, al paso de los minutos llegó quien estaba buscando al joven Juárez, para informarle al “Benemérito de las Américas”, que su hijo era prisionero por los jóvenes del “Andrajo”, y que como rescate pedían una navaja,
a lo que Juárez contesto: “Sí esta es la ley no queda otro remedio que cumplir con ella”, momento en el cual se desprendió de una pequeña navaja. Objeto que le fue entregado a Francisco Sánchez Uresti, instante en el cual Benito Juárez Maza fue liberado.
Francisco Sánchez Uresti, con el paso de los años, se convirtió en maestro de dibujo del Ateneo Fuente, incluso fue él quien diseño
el escudo de dicho bachillerato, quien tuvo una hija y un hijo de nombre Adolfo Sánchez quien también fuera maestro del Ateneo pero impartiendo la clase de matemáticas y quien por cierto heredó la navaja con la cual un día el presidente Juárez pagó como rescate por la liberación de su hijo quien fue hecho prisionero por otros jóvenes, aquí en esta hermosa ciudad de Saltillo.
En esta ocasión te platico de un robo muy peculiar que sucedió en esta hermosa ciudad de Saltillo, cuando aún era la Villa de Santiago del Saltillo.
El 9 de abril del ya lejano año de 1760, el Saltillense Joaquín Gómez Galván desde muy temprana hora, a las 6 de la mañana para ser precisos, buscó al alcalde, para denunciar al indio José María, por el robo de varias alhajas, platos, cucharas y tenedores de plata.
El alcalde, quien se llamaba Juan Ángel de India, ni tardo ni perezoso, mando buscar al indio para que en el momento en que lo encontraran lo aprendieran, lo llevaran a la cárcel pública del real, y ya en prisión, el indio rindiera su declaración, dijera donde tenía lo robado y declarara si había o no cómplice alguno en esta fechoría.
El afectado Joaquín Gómez, declaró en el periódico de aquella época, que
la verdad le dolía el perder las alhajas, platos, cucharas y tenedores de plata, pero que el dolor era más grande y profundo al sentirse traicionado por el indio, quien desde muy joven trabaja en su casa y le había otorgado muchos beneficios.
Estimados Saltillenses esta es una anécdota más que sucedió en esta bella ciudad de Saltillo cuando aún no era ciudad y era la Villa, una historia donde un Saltillense salió perdiendo y un indio en prisión por robo y traición.
En esta ocasión te platico sobre Manuel Corpus Beltrán, mejor conocido como “Corpitos”, quien nació en 1912 y murió a las 10 horas con 26 minutos del día 10 de diciembre del 2001, su vida, su pasión, su profesión fue ser oficial de tránsito en esta bella ciudad de Saltillo, carrera iniciada el 1 de agosto de 1942, apasionado por la motocicleta, 59 años ininterrumpidos de agente de tránsito, nunca tuvo descanso y nunca gozo de sus vacaciones por decisión propia, en realidad amaba su trabajo y su vida era indiscutiblemente vigilar el cabal cumplimiento del reglamento de tránsito.
Hijo de Crescencio Corpus Ovalle, quien fuera teniente coronel y es héroe de nuestra revolución por lo que descansa en la Rotonda de los Coahuilenses Ilustres.
La primera bicicleta de tránsito en
Saltillo, marca Hércules, le fue entregada a “Corpitos”, medio de trasporte que nunca utilizó por su corta estatura.
Casado con Lucila Bocanegra Malacara con quien crio 3 hijos. Hombre de una sola pieza, íntegro y honrado, platican que un mismo día multó 2 veces a su propio hijo, en la segunda ocasión le dijo: “saliendo de la casa no soy su papá, yo tengo una responsabilidad ante la sociedad de Saltillo y como tú carro no tiene placas al corralón y tú, por ser mi hijo y conocer las de reglas de transito te vas conmigo” y lo dejo 3 días arrestado.
Cumplía tan bien su trabajo que en otra ocasión multó a nadie más y nadie menos que a Oscar Flores Tapia siendo éste Gobernador del Estado, quien al darse cuenta de la multa mandó llamar al oficial “Cor-
pitos”, y le preguntó que necesitaba para que le regresara su placa, a lo que “Corpitos” le dijo: “así sea usted el Presidente de la República usted cometió una falta, pague su multa y le regresó su placa”, después de esa platica el gobernador personalmente fue a pagar su multa y felicitó a “Corpitos, por el cumplimiento cabal de su responsabilidad.
El Saltillo del ayer lo recuerda siempre trabajando, impecable en su uniforme, aconsejando a los ciudadanos, en ocasiones con regaños y de igual forma y con la misma energía a sus compañeros de trabajo, para el servir a Saltillo era lo más
importante.
Un Saltillense que amó a Saltillo con tal pasión que 59 años de su vida a la ciudad le entregó trabajo, honestidad y lealtad, eso sí, multas también a todo aquel que violara las normas de tránsito.
Amigo Saltillense pregúntele a sus padres o abuelos, que seguramente lo conocieron, si se salvaron de un regaño, de una sanción o de una multa de “Corpitos”, un Saltillense de esos que tenemos y que vale la pena presumir.
¿Quién fue el primer alcalde d
la Villa de Santiago del Saltillo?
Respuesta a la trivia de junio 2025: Saltillo
En esta ocasión te platico sobre un acontecimiento hospitalario que provocó que el mundo médico centrara sus ojos en Saltillo, a principios del siglo XX, año 1902 para ser precisos, la primera tiroidectomía, conocida como operación de bocio, en toda América se realizó en nuestra hermosa ciudad.
Un oriundo de Saltillo lideró la intervención quirúrgica, el Dr. Anselmo Cabello Aguirre, quien realizó sus estudios de medicina en la Facultad de la Universidad de París, graduándose en 1890, siendo según lista de la misma Universidad un estudiante distinguido.
loable profesión hasta el último momento.
En esta primera operación de bocio realizada en América, el Dr. Anselmo, contó con la asistencia del Dr. Juan Cabello y como anestesiólogo, el doctor Pomposo García. La paciente una dama saltillense llamada Margarita Aparicio.
Crédito: Eugenio Galán de la Peña
El Dr. Cabello trabajó en el Hospital Peán en Paris durante 7 años, pero decidió volver a su terruño, rechazando una oferta importante en la ciudad de México, el quiso volver a su tierra, Saltillo donde ejerció esta
Horas duró la cirugía, los nervios invadían a los familiares de Margarita, en aquella época cualquier tipo de intervención quirúrgica era de un riesgo muy alto. El tiempo para los familiares era cada vez más largo, la espera se hacía eterna, hasta que vieron llegar al hombre vestido de camisa de vestir blanca, sus pasos parecían lentos, los familiares lo observaban con nervios, el galeno se mantenía con su rostro serio, se paró frente a ellos y todos con la mirada fija en él, atentos escucharon
la exclamación; ¡La operación fue un éxito! Según información del periódico “El Coahuilense”, Margarita logró recuperarse satisfactoriamente.
Un reconocimiento a los doctores asistentes de esta primera operación de bocio realizada en América y al Dr. Anselmo Cabello Aguirre, Salti-
llense distinguido que decidió volver a su tierra y en esta aplicar lo aprendido para bien de los Saltillenses. Una anécdota médica que quedará en la posteridad de nuestra ciudad, Saltillo.
25 de julio de 1577
25 de julio de 1736
25 de julio de 1888
25 de julio de 1914
25 de julio de 1915
25 de julio de 1930
El Capitán portugués Alberto del Canto funda la Villa de Santiago del Saltillo (hoy Saltillo, Coahuila) y funge como su primer Alcalde.
El Cabildo de la Villa de Santiago del Saltillo acuerda que la fiesta del Apóstol Santiago, patrono y titular de la Villa, fuese organizada por el propio cabildo en sustitución de Cristóbal De los Santos.
En el Teatro “Manuel Acuña” de Saltillo, Coahuila, se estrena el drama en verso “Reflejos de un Crimen”, obra del poeta Saltillense Jacobo M. Aguirre.
Don Venustiano Carranza, desde Saltillo, Coahuila, comisiona al General Álvaro Obregón para fijar las bases de la rendición del Ejército Federal.
Nace en Saltillo, Coahuila, Humberto Hinojosa Domínguez, quien sería impulsor del comercio en la capital de Coahuila.
Nace en Galway, Irlanda, Patrick Queen Martin, quien como sacerdote desarrollaría una destacada labor apostólica y social en Saltillo, Coahuila, desde 1964. Una calle en esa ciudad lleva su nombre.
¿Sabías qué Saltillo es conocido como TIERRA DE DINOSAURIOS?
¡Aquí te dejamos unos para colorear!
Alameda
Dinosaurio
Montañas
Ruta
Basket Ball
Jueves 29 y viernes 30 de septiembre a las 20 horas en la cancha de la sociedad mutualista Manuel Acuña
Reynosa, Campeón nacional petrolero de la 1ª fuerza vs Saltillo
Reynosa
Roberto Rodriguez Entrenador “Noqueador” Rodriguez
Roberto Ortiz
Rafael Gulmar
Roberto González
Raúl A. Cuevas
Rigoberto Gutiérrez
Francisco Mendoza A.
Eliseo L. Salazar
Cesáreo Ibarra
Saltillo
Rubén Gámez
Oscar Flores
Jesús Arreola
Ildefonso Fuentes
Francisco Brondo
Homero Gamez
Daniel del Valle
Alejandro Hernández
Conrado Rodríguez. Entrenador.
Comunico al alcalde de Saltillo que, por orden del gobernador, salieron de Monclova 164 esclavos de todos los sexos y edades para establecerse en la Hacienda de los Hornos.
Ellos se dedicarán a la agricultura y ayudarán a repeler las agresiones de los Barbaros de Texas. Se lo comunico para que esté al tanto del movimiento de esas personas que deberán tocar esa municipalidad.
Atentamente Juan Garza, desde Monterrey. Anuncio publicado en 1859.
¡Ya no duerma a la intemperie! Hágase de una gran casa. Grande y espaciosa. Se Ubica en la calle del Cerrito y cuenta con buenos vecinos. Por la módica cantidad de 2 mil pesos es suya. Piénselo es una inversión!
Atentamente Benigno Valdés
Anuncio publicado el 11 de octubre de 1865.
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Ejemplar de cortesía
Todo buen Saltillense debe saber...
Si ya la leíste ¡Rólala!