EPAIMAHAIAREN 1. SARIA
EL COLGANTE Sirina siempre ha sido una joven extrovertida y con ganas de descubrir cosas nuevas. Ella vive con sus abuelos en una casa pequeña pero acogedora, en un pueblo del norte de España, frente al puerto. El olor a mar entra por la ventana de la cocina a todas horas del día, y a Sirina este le encanta. Le hace sentir en casa. Sus dulces sueños terminan cuando nota una mano en su antebrazo. Miedosa, abre los ojos lentamente. Por suerte, es su abuelo sonriente con una bandeja entre sus manos. Aquí lleva el desayuno de cada día: chocolate caliente, unos gajos de mandarina y unas tortitas cubiertas de miel. Desde que sus padres y niñera murieron en un accidente automovilístico donde ella fue la única que sobrevivió, todas las mañanas se despierta sobresaltada. Sirina era muy joven cuando esto ocurrió; tan solo tenía 3 años. Le da los buenos días a su abuelo y, después de desayunar en la cama, hace la comida y la cena de ese mismo día. Como es domingo, cocina macarrones al horno con la receta de su madre. Para ella ese día de la semana es sagrado ya que lo pasa viendo películas de navidad. Especialmente hoy, le han salido realmente bien, y al terminar, se dirige al cuarto de baño. Se limpia los dientes, y a continuación, sube al desván. Coloca el DVD en el ordenador y ahí es cuando comienza la película. Aunque le esté gustando, su mirada solo se centra en una caja de madera. Sus abuelos siempre le han dicho que tiene totalmente prohibido abrirla, y ella, como no, siempre les ha hecho caso. Hasta ese momento. Cansada de reprimir sus sentimientos, se levanta del sillón y se dirige hacia esta. Cuidadosamente, la abre, y dentro se encuentra con fotos de sus padres el día de su boda; pero, mientras las va sacando, se encuentra con un collar de plata. El colgante tiene una piedra transparente aunque un poco amarillenta en el centro. Lo guarda en un puño y baja hacia su cuarto para dejarlo sobre la mesilla de noche. Sirina termina de cenar y se despide de sus abuelos dándoles un beso en la mejilla y deseándoles buenas noches. Hoy está bastante cansada aunque no ha hecho gran cosa durante el día. Se mete en la cama y apaga la lámpara, bostezando. Una brillante y amarilla luz que no sabe muy bien de donde proviene la desvela. Cuando abre del todo los ojos, ve que esta sale de la piedra del colgante. Antes de cogerlo, mira el reloj de la mesilla, y con dificultad, ve que es medianoche. Por segunda vez, su mirada se desvía, pero esta vez hacia la ventana. En el edificio de enfrente, en uno de los apartamentos, percibe una figura, aunque no consigue divisar su rostro por culpa de la luz encendida detrás de ella. 88