IK 2.S
LO QUE NUNCA OLVIDARÉ El 5 de enero la noche de reyes estaba cenando en casa de mis abuelos con toda la familia. Empezamos a hablar de los regalos que nos gustaría recibir. Yo todos los años pedía un viaje a París, ese era mi sueño, pero nunca llegaron a regalármelo. Pero aun así no perdía la esperanza de que este año podría cumplir mi sueño. A la mañana siguiente vinieron mis primos a despertarme, como eran pequeños la navidad les ilusionaba más que a mí. Fuimos todos juntos a abrir los regalos, yo por ser la mayor de los primos fui la última en abrirlos. Cuando me tocó abrirlos solo vi una caja, estaba llena de papeles y entre ellos había un sobre. Lo abrí y por fin iba a poder cumplir mi sueño, me habían regalado los billetes para ir a París y también me habían reservado una casa para pasar allí las vacaciones. Despegué en el avión el 19 de junio a las 10:30, fui todo el viaje dormida y no me enteré de nada. Llegué a las 14:30 y fui directa a la casa en donde viviría durante tres meses. Empecé a tener problemas, no encontraba la casa, no existía. Me entró la melancolía porque pensaba que mi sueño no podía cumplirlo, en ese momento pensé “este regalo no era lo que me pensaba”. Llamé a mis padres llorando como nunca lo había hecho. Ellos me tranquilizaron y me dijeron que ellos me encontrarían otra casa para alojarme. De mientras me fui a visitar la Torre Eiffel para pasar el rato hasta que me llamase mi madre. Un rato después me llegó la llamada de mi madre. Me había conseguido una plaza en un hostal. Yo me emocioné porque estando en el hostal podría conocer a nueva gente y tener experiencias inolvidables. Pasaron los tres meses y el día que tenía que volver a casa decidí no hacerlo. Ese mismo día me fui a vivir a la casa de unos amigos que me hice en el hostal.
NEREA IRIONDO ARIZMENDI –DBH 4C57