6 minute read

6.5 Tecnologías de apoyo a los pagos digitales

beneficiario. Con periodicidad mensual o trimestral, los beneficiarios reciben un mensaje de texto SMS en sus celulares donde les informan que el pago se ha acreditado en sus cuentas y retiran el dinero en franquicias usando una clave PIN de sus celulares. (2) Se distribuyen tarjetas de débito en función del calendario de pagos con una lista de beneficiarios aprobados. Las identidades de los beneficiarios se autentican usando su identificación nacional biométrica para poder ingresar al campamento. Un representante bancario en el campamento verifica las identidades y distribuye las tarjetas de débito, con las que los beneficiarios pueden retirar efectivo en cajeros automáticos. También se usan tarjetas inteligentes vinculadas a las cuentas de los beneficiarios para la provisión de pagos. La agencia de identificación (NADRA) emite las tarjetas y envía al banco la lista de tarjetas emitidas, donde se ocupan de vincularlas a las cuentas.

Análisis de las posibles mejoras del proceso

Las conciliaciones electrónicas en tiempo real muestran que el 87% de los beneficiarios retiran los pagos a través de tarjetas de débito dentro de las 72 horas siguientes a la transferencia de fondos a sus cuentas bancarias. Esto puede deberse al requisito de devolver a la cuenta LMA-1 los fondos que no se hayan retirado de las cuentas LMA-2 dentro de un plazo de 180 días desde el desembolso. Además, con estas cuentas LMA, los beneficiarios solo pueden retirar el valor total de la transferencia con las tarjetas de débito y las tarjetas inteligentes: No pueden realizar ninguna otra transacción financiera, transferencias a cuentas de ahorros ni transacciones entre pares, lo cual impide al programa mejorar los resultados de inclusión financiera. Convertir las cuentas virtuales en cuentas transaccionales abriría el acceso a otros servicios financieros, y el uso de operadores de sistemas de pago adicionales, tales como los agregadores de pagos, o avanzar hacia un sistema interoperable que utilice un conmutador nacional, ampliaría las opciones para que otros PSP distribuyeran las transferencias BISP. Los precios y servicios competitivos suponen un incentivo adicional para que los bancos existentes pasen a cuentas transaccionales o permitan ofrecer otras soluciones a los beneficiarios. La integración de los pagos G2P (pensiones, salarios y otras transferencias de asistencia social) ofrecería un argumento comercial para que los bancos y otras instituciones financieras trabajaran en soluciones interoperables.

6.5 TECNOLOGÍAS DE APOYO A LOS PAGOS DIGITALES

La rápida evolución de los avances financieros y tecnológicos, junto con la aparición de crisis covariables como la pandemia de COVID-19, dan un nuevo impulso a los países para salir de los enfoques tradicionales de los pagos de protección social para beneficiar a las personas que necesitan asistencia urgente.

Facilitar mejores procesos de pago de protección social a las personas mediante las nuevas tecnologías

Varios países están lidiando con el desafío de facilitar el pago de los beneficios de protección social a las personas pobres y a quienes viven en situaciones de fragilidad, conflicto y violencia, o de asegurar un pago 100 % digital en la era del COVID-19. A pesar de las inversiones para digitalizar la administración y la provisión de pagos, el tipo de interfaz de usuario que facilita las transacciones en plataformas digitales privadas, como Amazon, Alibaba, Gojek y Jumia, sigue siendo inaccesible para las personas pobres.

Mientras tanto, el uso de los pagos digitales va en aumento, según las encuestas Global Findex 2017 del Banco Mundial. En las economías en desarrollo, el porcentaje de adultos que utilizan los pagos digitales aumentó doce puntos porcentuales, hasta alcanzar el 44%.22 Los métodos de pago digitales ofrecen una alternativa a las tarjetas de débito y crédito, ya que se puede pagar desde una cuenta de dinero móvil, un teléfono celular o desde Internet. En las economías en desarrollo, el 19% de los adultos (el 30% de los titulares de cuentas) declararon haber efectuado al menos un pago directo utilizando una cuenta de dinero móvil, un teléfono celular o Internet.

En el espacio de los consumidores predominan diferentes modelos de servicios financieros digitales, dos de los cuales son las billeteras digitales y el dinero móvil. Si bien se puede acceder a las billeteras digitales desde el servicio móvil y desde la web (Internet), las cuentas de dinero móvil están vinculadas a un número de teléfono celular.

Billeteras digitales

En el ámbito web de los consumidores, cada vez son más las personas que adoptan soluciones de billetera digital gracias al auge de las innovaciones fintech, como las tecnologías P2P (persona a persona). China cuenta con Alipay y WeChat, donde, según algunos informes, se manejaron más de 37 billones de dólares en pagos móviles en 2018.23 Indonesia tiene Go-Pay y Ovo;24 India tiene Paytm;25 Nigeria tiene JumiaPay26 y Paga; y Colombia tiene DaviPlata. En este modelo, las aplicaciones para teléfonos inteligentes se vinculan a una cuenta de banco u otra institución financiera. Los usuarios almacenan crédito digital en la aplicación para pagar bienes y servicios dentro de la aplicación o en comercios asociados. El auge de Alipay y WeChat ha hecho posible pasar todo el día sin usar dinero en efectivo: Utilizan el teléfono móvil, un código QR (código de barras bidimensional) y autenticación biométrica para enviar y recibir pagos a particulares, empresas y gobiernos. Sin embargo, en la mayoría de los contextos, los gobiernos no utilizan billeteras digitales para transferir los beneficios de protección social.

Dinero móvil

Es un hecho ampliamente reconocido que los servicios financieros digitales son un catalizador clave de la inclusión financiera, pues ofrecen mayor comodidad y la posibilidad de incurrir en menos gastos que en la banca tradicional. Los puntos de acceso al dinero electrónico son los más numerosos, y la cantidad de usuarios de telefonía móvil supera la de titulares de cuentas bancarias y de instituciones microfinancieras (IMF), lo que convierte a la tecnología móvil en una de las herramientas más prometedoras para ampliar el acceso al financiamiento y alcanzar los objetivos de inclusión financiera. En África Occidental, por ejemplo, el Banco Central de los Estados de África Occidental adoptó, en 2015, un nuevo marco que permite otorgar licencias a los emisores de dinero electrónico. La penetración de la telefonía móvil en esta región representa la expansión potencial de los servicios de pago móviles que sirven como medios para aumentar la inclusión financiera en el país (Guven, 2019; Guven, Brodersohn y Joubert, 2018).

El dinero móvil se ofrece a través de los operadores de redes móviles cuyas cuentas no tienen que estar necesariamente vinculadas a una cuenta en una institución financiera. Algunos ejemplos son los servicios financieros móviles, como m-Pesa en Kenia, que ofrecen principalmente los operadores de redes móviles, pero que no se utilizan necesariamente para los pagos de protección social. En Kenia, la mayoría de los titulares de cuentas tienen una cuenta en una institución financiera y una cuenta de dinero móvil, y eso se refleja en la forma en que la gente efectúa los pagos móviles. Una de las dificultades consiste en que muchas cuentas de dinero móvil son sistemas de pago de «circuito cerrado», Es decir, si los beneficiarios reciben transferencias en dichas cuentas, necesitan retirar el dinero en efectivo para sus transacciones cotidianas. La interoperabilidad de los sistemas de pago de «circuito abierto», que permiten a los ciudadanos realizar transacciones cotidianas sin efectivo según su elección y conveniencia, es compleja y difícil de conseguir, pero es fundamental para lograr un sistema exitoso.

Varios países de África Occidental utilizan cuentas de dinero móvil para los pagos de protección social a sus beneficiarios, entre ellos, Costa de Marfil (recuadro 6.10), Benín, Chad, Níger, Togo y otros países de la Unión Económica y Monetaria de África Occidental (UEMOA). Togo puso en marcha un programa de transferencia monetaria de emergencia llamado Novissi, en respuesta a la crisis de COVID-19, utilizando una plataforma de dinero móvil, y aconsejaron a los beneficiarios efectuar transacciones electrónicas en lugar de retirar el beneficio en efectivo para evitar la saturación de los operadores de dinero móvil y mantener el distanciamiento social. Las medidas complementarias, como la mayor densidad de agentes de CICO y la proliferación de tecnologías de aceptación (como los códigos QR y NFC), podrían incentivar aún más las transacciones electrónicas y reducir la necesidad de extraer dinero, en consonancia con las medidas de distanciamiento social aplicadas (Boko et al., 2020).