San Francisco se vio como un “hermano universal”, llamado a vivir en armonía con la gente y con el mundo que le circundaba ¿Cómo podemos nosotros reflejar mejor esa armonía en nuestras vidas, como creyentes, ciudadanos, trabajadores y consumidores?
Siguiendo el ejemplo de San Francisco y de tantos grandes santos, en especial de nuestra Santa Patrona Santa Teresita, con un sano equilibrio, que parta de mi relación con Dios, para buscar a Dios en el hermano y luego entre lo que el mundo produce y me ofrece para mi bien. Que de verdad mis actitudes muestren el Evangelio vivo, que no se apega a las cosas de este mundo y que trae la fuerza de la verdad, de la justicia, de la paz, de la esperanza.