Vivimos de los momentos más difíciles que desde hace mucho no había en la Península de Yucatán. El asesinato frío y premeditado contra la persona de Ema Gabriela Molina Canto ha dejado muda a la sociedad y a la vez indignada ante la pasividad de las autoridades de todos los rangos.
Luego de siete años de luchar contra su marido del cual fue víctima de violencia intrafamiliar y que le robara a sus hijos para apartarlos de su lado durante dos años, cuando creíamos que sí había justicia de parte de las autoridades y le devolvían a sus hijos, la asesinan a las puertas de su casa y teniendo como testigos a sus tres hijos pequeños y sus padres. Algo que creíamos que no pasaba en la tranquila Mérida.
¿Será suficiente todas las denuncias sociales y una marcha del silencio para hacer consciente a las autoridades de que Ema Gabriela nunca fue protegida con los derechos que le correspondían como mujer y madre? ¿Cuántas marchas más tenemos que realizar ... ?