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Trascienden nuevos detalles en juicio contra Verdejo
Istra Pacheco >ipacheco@elvocero.com @istrapacheco

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Félix Verdejo podía estar hasta una hora nadando en la playa como parte de su preparación de cara a un encuentro boxístico. En abril de 2021, su carrera estaba “bien encaminada a ser campeón mundial”, según su entrenador Cruz Manuel García Figueroa.
El 28 de abril de 2021, un día antes de que se reportara la desaparición de Keishla Rodríguez Ortiz, el exboxeador pasó de decirle a su exesposa Eliz Marie Santiago Sierra “ridícula”, a pedirle perdón en tono desesperado a través de mensajes de texto y decirle que no quería estar con Keishla “jamás en la vida”.
El 1 de mayo, día en el que aparecieron los restos de Keishla en la laguna San José, Verdejo se habría comunicado con su esposa poco después de la hora en que las autoridades dicen que se cometió el crimen: a las 10:27 de la mañana le preguntó por texto a Santiago Sierra si esa tarde tenía que buscar a la hija de ambos. Y a las 10:46 de la mañana, Verdejo le envió una foto del interior de su vehículo a Santiago Sierra diciendo: “Mira lo que encontré en la guagua loca”. Se trataba de un cepillo de dientes color rosa con dibujos.
Al arma Glock calibre 9 milímetros color marrón claro con magacín de 17 municiones que portaba Verdejo la madrugada del 2 de mayo, cuando la Policía corroboró que estaba en una casa en Caguas, le faltaban dos balas.
tuviera el hijo que esperaba de él, y aunque trató de convencerla de que no lo tuviera, Keishla estaba decidida a tenerlo. Después, cuando tampoco resultaron sus alegados intentos de que se hundiera en la laguna San José, donde habría arrojado el cuerpo aún con vida, el supuesto cómplice Luis Cádiz Martínez, por órdenes del exboxeador, presuntamente le hizo dos disparos a Keishla que no la alcanzaron. Fue entonces que –según se teoriza- Verdejo se lanzó al agua para arrastrar el cuerpo hasta debajo del puente Teodoro Moscoso para evitar que se viera.
La defensa de Verdejo preguntó a Manuel Colón Ruiz, de la División Especializada de Crímenes Mayores, y uno de los principales testigos de ayer, por qué tuvo a su cargo la pesquisa del asesinato, si tuvo conocimiento de que una guagua SUV roja se paró en el puente Teodoro Moscoso “algunos minutos antes de que la Dodge Durango se detuvo… exactamente en el mismo lugar”. El agente señaló que eso no se discutió.
Fotos desgarradoras
Casi al inicio de la jornada, al menos una de las integrantes del jurado cerró los ojos y se llevó ambas manos a la cara cuando desfilaron 11 fotos desgarradoras del cuerpo de Keishla, incluyendo el momento en que las autoridades la sacaron de la laguna el 1 de mayo de 2021. Cada persona del jurado tiene un monitor al frente a menos de un pie de distancia, donde se muestran las piezas de evidencia.
*Este programa es gracias a una subvención otorgada por la Comisión Especial Conjunta de Fondos Legislativos para el Impacto Comunitario

Esos fueron algunos de los datos más sobresalientes que trascendieron ayer en el quinto día del juicio federal contra la exestrella de boxeo acusado de cuatro cargos relacionados con la muerte de Keishla.
Los datos guardan relación con la teoría que estableció la fiscalía de que Verdejo no quería que Keishla llena de moretones negros y violeta y el alambre se notaba apretado contra la piel. Su brazo izquierdo tenía tantas marcas que parecía como si hubiese estado cubierto con tatuajes oscuros. Los restos estaban hinchados.




El papá de Keishla, José Antonio Rodríguez, intentó consolar al hermano de ella por parte de madre, Jonathan Román, colocándole la mano en la espalda, hasta que Román no pudo más, se levantó y salió de la sala a toda prisa.
Cuando terminaron de enseñar las imágenes, Rodríguez también salió de la sala brevemente acompañado de una oficial de la División de Servicios a Víctimas del Departamento de Justicia estatal.
Colón Ruiz fue el encargado de describir las fotos. “Presentaba en el área de la espalda un tatuaje de un diamante”, detalló el agente.
¿Dónde está?
Más tarde ese día, Colón Ruiz acudió al sector Antigua Vía en Caimito donde otros policías dieron con la guagua Dodge Durango negra que buscaban, propiedad del excampeón. Los vecinos le informaron que la guagua -en efecto- era la de Verdejo y que la madre y la abuela del exboxeador vivían en la casa cercana a donde estaba estacionada.
Aunque Colón Ruiz tocó a la puerta en esa casa, nadie contestó. Posteriormente, se hicieron las gestiones para obtener una orden de allanamiento de la guagua y se la llevaron.
En sala también hay dos pantallas en las que el público puede mirar el desfile de prueba.
En algunas de las imágenes se podía ver un alambre no muy grueso, color plateado, que rodeaba varias partes del cuerpo de la víctima. De ese mismo cable estaba sujetado un bloque de cemento.
Se pudo observar que la cintura de Keishla estaba
El agente dijo que ya en la madrugada del 2 de mayo tras recibir información “de inteligencia” acudió a la residencia en que se sabía que estaba Verdejo en la urbanización Golden Gate I en el barrio Bairoa de Caguas. Allí los recibió una mujer de nombre Jennifer Acevedo, cuya relación con el expúgil no se detalló, y quien supuestamente vestía ropa de dormir “como una ‘baby doll’” y les confirmó que el exboxeador estaba allí.
A preguntas del abogado
Jason González Delgado y mirando unas de las fotos de evidencia, Colón Ruiz reconoció que Acevedo vestía una camisilla y un pantalón, pero se reafirmó en que para él eso era una “baby doll” o ropa de dormir.
Verdejo salió posteriormente de uno de los cuartos y apenas vestía un pantalón corto, dijo Colón Ruiz. Allí se buscaba ocupar las llaves de su auto y el teléfono. A pesar que no era lo que buscaban, Verdejo entregó voluntariamente su arma. En cambio, alegó que el celular lo tenía su abogado.
Una de las pocas veces que el expúgil ha desviado su vista -que durante los cinco días ha mantenido firme hacia el frente- fue ayer cuando le mostraron el arma incautada a sus abogados.
Colón Ruiz indicó que de Caguas salieron a la casa de Santiago Sierra y allí ocuparon otra arma y varias cajas con municiones que estaban en una caja fuerte.
El 2 de mayo cuando Verdejo acudió al cuartel de Hato Rey Oeste junto a sus abogados Jorge Colina y Elí López Montes, sacó el celular del bolsillo derecho de su panta- lón, aseguró Colón Ruiz. La unidad tenía tanto la pantalla como la parte de atrás estilladas. Al mostrarlo como evidencia, se activó la pantalla en la que se podía ver una foto de Verdejo con los brazos flexionados hacia arriba y los puños cerrados mostrando los molleros.

Los mensajes De ese celular fue que Ricardo Díaz Torres, un perito con 10 años de experiencia como forense en equipos electrónicos, extrajo las conversaciones entre Verdejo y Santiago Sierra, a quien el exboxeador identificaba en la aplicación de WhatsApp como “Sufriendo mi esposa”.
Según se mostró, a las 4:27 de la tarde del 26 de abril de 2021 Santiago Sierra le dijo que le tendría que ver la cara por la hija de ambos pero que si fuera por ella, no se volverían a ver. Le indicó que tendrían que cuadrar los aspectos de la pensión y que no quería deberle nada, a lo que Verdejo le dijo: “… madura, ridícula”.
“No son chistes, ya se acabó esta mierda”, le escribió ella.
Varios minutos después, cerca de las 5:00 de la tarde de ese día, Santiago Sierra le muestra a Verdejo una captura de pantalla de una llamada que recibió por parte de Keishla. A partir de allí, le comenzó a escribir todo en letras mayúsculas lo que en la etiqueta de mensaje se interpreta como “gritar”.
“MAS DESCARADO QUE ERES SE VE Y ELLA MAS TODAVIA… METETE LAS DISCULPAS POR EL CU… Y ELLA QUE ESPERE MI VISITA… NO VALES NA ASQUEROSO… Y de aquí te vas hoy”, fueron algunas de las cosas que le escribió.

Ya para el 28 de abril de 2021, Santiago Sierra le dice a Verdejo que él escogió su “vida de soltero”, a lo que él responde que “no seas ridícula de verdad”.
“El ridículo eres tú que pierdes lo que no puedes comprar. Yo ya me harté de tus mentiras y ella no se va a quitar pero yo sí. Logró su cometido, te tiene completo. Ahora disfruten su vida y vayan a todos sus viajes sin misterio alguno”, le expresó Santiago Sierra.
A medida que continuaban los mensajes, aumentaban las promesas. Verdejo le escribió a Santiago Sierra que no tenerla le hacía daño, que con el alma le pedía una última oportunidad para tratarla como se merecía y que jamás pensó que estaría en una situación como la que atravesaba.
“Me creía que me las sabía todas. Ya veo que no. Dame una oportunidad y serás una reina como siempre pero con más cordura como en realidad mereces”, le imploró.
El juicio continúa hoy a las 9:00 de la mañana en la sala del juez federal Pedro Delgado.
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