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Tres décadas de humor y picardía con la Tuna de Segreles

ó El espectáculo Segreles

XXX

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se presenta el 27 y 28 de mayo en el CBA de Santurce

Alexandra Acosta Vilanova >aacosta@elvocero.com

@Ale_AVilanova

La canción Despacito de Luis Fonsi y Daddy Yankee ha tenido múltiples versiones alrededor del mundo. Ahora imagina que la cantan más de una decena de hombres a la vez, vestidos a la moda del siglo 16, de chaqueta con hombreras, capa y pantalones bombacho. Tocan acordeón, guitarra, flauta, cuatro y otros instrumentos. Se trata de la Tuna de Segreles, que lleva tres décadas sin temer a ningún género musical.

El conjunto se caracteriza por el humor y la picardía que despliega en cada presentación. Durante su trayectoria se ha alzado con más de medio centenar de premios internacionales y lo más importante, ganó el respaldo y el cariño del público. Como agradecimiento a quienes dicen que es “la mejor tuna del mundo”, presentan el concierto aniversario Segreles XXX, en el Centro de Bellas Artes (CBA), en Santurce.

“Queremos hacer algo que la gente no piensa que un grupo como el de nosotros puede hacer. Es otra cosa para motivar a la gente que nos vaya a ver en un teatro con el calibre de Bellas Artes, y esas canciones que ya hemos hecho otras veces, que la gente está acostumbrada, por lo menos tendrá algún elemento de producción que saque este número a otro nivel”, destacó el director de la agrupación, Iván Calderón, sobre las funciones del sábado, 27 de mayo, a las 8:00 de la noche y el domingo, 28 de mayo, a las 3:30 de la tarde.

Pienso que hemos marcado un cambio, porque nosotros hacemos mucha música popular —que no es quizás la música típica de una tuna— y eso nos ha dado un alcance a un público general.

Frank Torres director musical y miembro fundador

Segreles combina la tradición tuneril con letras contemporáneas. En su repertorio incluye ritmos del altiplano andino, plena, rumba, jazz, salsa, pop, bolero y muchos más. Para el espectáculo prometen sorpresas, así como artistas invitados.

“Pienso que hemos marcado un cambio, porque nosotros hacemos mucha música popular —que no es quizás la música típica de una tuna— y eso nos ha dado un alcan- ce a un público general; o sea, desde niños hasta los mayores de la tercera edad”, sostuvo Frank Torres, director musical y miembro fundador.

La clave es la hermandad

Cuando ambos directores explican qué ha mantenido tantos años la tuna, se repite la palabra hermandad. Comenzó siendo un pequeño grupo de exalumnos de la Universidad del Sagrado Corazón, en 1993, y luego se integraron otros músicos. Actualmente son 22 miembros.

En tiempos en que se habla sobre la necesidad del afecto en los colectivos conformados por hombres, los Segreles aseguran que no les falta el amor, los abrazos y el apoyo. Unos son los padrinos de los hijos de otros, como muchos han estado presentes en cumpleaños, bodas y fechas especiales.

“El grupo deja de ser un grupo de músicos y compañeros, para nosotros es de hermanos; Frankie para mí es parte de mi familia, igual que los demás muchachos”, recalca Calderón.

“Ahora mismo la mamá de Iván nos echa la bendición a todos”, cuenta por su parte Torres y continúa: “Hemos tenido la oportunidad de viajar muchísimo con el grupo, a muchas partes del mundo y eso es maravilloso. Pero esa fraternidad es la clave, pienso, para mantenerse tanto tiempo”.

Boletos para Segreles XXX disponibles en Ticketera. El evento es para toda la familia.

Entretenimiento en pausa

Puede que en unos meses, tu rutina de sentarte a ver una serie favorita en una plataforma de ‘streaming’ se vea afectada por la huelga que iniciaron recientemente los miembros del Sindicato de Guionistas de Cine y Televisión, como medida de presión para la negociación de sus condiciones de trabajo con la Alianza de Productores de Cine y Televisión, que representa a los grandes estudios cinematográficos y productores.

Se trata de la reedición de la última huelga de este tipo, ya que la anterior tuvo lugar en 2007, y se extendió por 100 días, afectando la realización de varias películas y series.

En esta oportunidad, el conflicto laboral tiene varios puntos candentes que tienen que ver con mejoras salariales, pero también con un gran efecto de incertidumbre sobre lo que pudiera pasar en el futuro con el advenimiento de la inteligencia artificial. Algunas analistas atribuyen a una falta de confianza entre los trabajadores y la dirección justo en un momento de transformación masiva de la industria del entretenimiento.

Los primeros afectados han sido los ‘late shows’, por lo que el conductor de uno de los más vistos, Jimmy Fallon, fue tajante al señalar que “no soy nadie sin mis guionistas”.

Como periodista que estuve frente a la pantalla en calidad de entrevistador en el programa Cala, transmitido durante cinco años por CNN, puedo decir con propiedad que ciertamente ningún ancla puede mantener a flote ningún espacio sin el apoyo de las personas que se encargan de escribir las líneas que decimos frente a cámara. Y mientras el conflicto pareciera escalar, de hecho, al terminar de escribir esta nota, recibimos noticias de plataformas como Disney que suspenderán salarios del personal que cumple otras funciones —además de ser guionistas— en sus producciones; apelamos a que la neutralidad y la sindéresis prevalezcan en estos momentos de negociación.

También es un buen momento para recordar que toda película, serie o programa de televisión, primero parte de una idea escrita, por lo que debería existir equilibrio entre los beneficios que perciben quienes están detrás de las cámaras y quienes están delante de estas.

Hacemos votos porque este conflicto se resuelva pronto, pues soy consciente del papel del entretenimiento en las vidas de todos, pero también de la necesidad del equilibrio y la justicia en cuanto a salarios de todos los que hacen posible que la magia ocurra.

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