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UN docente: un agente en la sociedad
Había llegado el momento de enfrentar mi segunda jornada de observación y práctica profesional como normalista. Esta vez, llevaba conmigo una secuencia didáctica planeada en torno a una nota periodística Se apoderó de mí una etapa de nervios, imaginando cómo sería impartir la clase y si fuera capaz de cumplir con mis objetivos educativos.
Sin embargo, decidí abordar la situación de manera reflexiva y buscar apoyo en mi compañera normalista. Juntos, llegamos a un acuerdo: ambos impartiríamos la clase y nos apoyaríamos mutuamente para asegurarnos de que los alumnos comprendieran las diferentes partes de la nota periodística.
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Trabajar con mi compañera normalista resultó ser una experiencia de confianza y colaboración Con determinación, nos dispusimos a llevar la clase a otro nivel. Aunque los alumnos mostraron momentos de indisciplina, en general lograron comprender los aprendizajes propuestos. Observar cómo se adaptaban a los nuevos conocimientos y habilidades fue satisfactorio y me hizo darme cuenta de que cada día me estoy formando como docente
Entendí que la práctica hace al maestro y que nosotros, como futuros docentes, tenemos el poder de tomar decisiones acertadas y llevar la educación a un nivel de excelencia Nos convertimos en agentes de cambio para esta sociedad A través de la enseñanza, podemos formar a los estudiantes no solo en aspectos académicos, sino también en valores y actitudes que contribuyan a su desarrollo como ciudadanos responsables y comprometidos.
