Diario de una mariposa

CUADERNO DE:

Diario de una mariposa

PERTENECE A:

Susana

52

HOJAS

Diario de una mariposa Un accidente de tránsito pone en jaque la vida de Susana Valencia y la transforma para siempre. El desprecio de su familia y la posibilidad de perder un brazo la regresan al pasado lleno de recuerdos de su oscura niñez.

Una historia basada en hechos reales de la voz de la comunidad trans en Cali, el diario de vida de una de las primeras mujeres transgénero en Colombia que pudo cambiar su nombre, un ser humano vanidoso y pasional.

“O jalá podamos tener algún día una sociedad más igualitaria en la que nadie se crea superior a los demás y podamos vivir en paz respetando y amando” -Karla Sofía.

Mucho de lo que les voy a contar le ocurre a tantas mujeres trans en el mundo, que por buscar su propia identidad, deben sobrellevar la carga de una sociedad que las mira con desprecio, que las usa, las cohíbe, pero que sobretodo, les enseña que luchando es que los sueños pueden alcanzarse. Esta es la recopilación de mis vivencias.

Oruga 1980

29

julio

1980

Hoy es mi cumpleaños, el día más feliz de toda esta semana, mi mamá fue al centro por el pastel y mis hermanos están ordenando todo para celebrarme, frente al comedor pusieron un gran cartel que dice Feliz cumpleaños Alfre, en un lindo color azul oscuro, quiero ponerme el estrén y que me canten las mañanitas. Mi papá está hablando con los vecinos, contando las noticias y cosas así.

De mis hermanas, yo creo que soy la más bonita, soy delgadita delgadita y a pesar de que tengo sólo 7 años, soy muy vanidosa. Hoy tendremos una fiesta en mi casa, mi tía de los Estados Unidos me dio un dinero y con eso es que vamos a celebrar, porque si no, no se podría, somos gente sin mucha plata.

1

agosto

1980

Había olvidado que tenía este cuaderno, quedé en escribir lo que pasó en mi fiesta, pero no lo hice; fue súper bonito todo, vino mi mejor amiguito del barrio, estábamos todos bailando, comimos torta y helado. Mi mamá estaba rara y por eso tuvo que irse a dormir durante la fiesta, yo le llevé su torta a la cama, pero estaba dormida. Ese día yo debía ponerme un pantalón sastre de pana, color café y una camisa blanca, pero no me gustó, en la noche yo me había puesto la falda que le compraron a Margarita mi hermana, la blusa de Angélica y me veía mucho mejor, gracias a Dios no me pillaron, porque si no me matan.

Pero si, fue una fiesta bonita, me divertí mucho. Mi mamá lleva días ya en cama, cada día está más enferma, no entiendo qué le pasa, pero mi papá está muy ansioso, siempre que llega a la casa después del trabajo grita mucho; mi hermana Astrid, la mayor, ella tiene 14 años, es la que nos hace la comida, le queda muy rico todo, mi mamá fue la que le enseñó.

Hoy mi mamá tiene una cita con el doctor, ya casi se tiene que ir y como siempre está muy bonita, se puso el labial rojo carmesí y los zapatos de tacón, camina cojo, pero sigue teniendo la sonrisa que tanto me gusta verle.

Mis papás se fueron ya al doctor, yo sigo en la cama recostado y por ahí escucho que mi hermana puso en la grabadora “Morir de amor”, la canción que está pegando en la radio, me voy a parar un ratico a bailar, me encanta hacerlo, en el colegio me ponensiempre frente a los demás niños a hacerlo porque soy el mejor, ellos se burlan de mí, pero yo me siento muy feliz porque me encanta bailar.

Llegó mi mamá del doctor y está un poco alterada, nos hizo apagar la música y por eso me acosté otra vez en la cama a escribir aquí, siento que me está gustando esto del cuadernito, mi profe dice que lo que yo hago es llevar un diario. Mi papá está enojado en la mesa del comedor, se están gritando mucho, no entiendo que pasa, pero si me doy cuenta lo escribo aquí, mi hermana Margarita está en la cama de al lado y lleva días viéndome raro, ¿Será que se dio cuenta de que me le medí la falda? Igual ella sabe que se me ve mejor, ella a pesar de tener 5 años, es muy gordita y yo soy delgado, me luce más lindo a mí.

8

agosto

1980

Prometí escribir todos los días, pero es difícil hacerlo con tantos trabajos del colegio y porque mi mamá no puede pararse mucho, entonces tenemos que hacer el oficio entre mis 4 hermanos y yo, lo bueno es que somos varios. No le he dicho a nadie este secreto, el otro día vi un papelito encima de la mesa, fuera de un sobre que estaba al lado, entonces lo leí y estaba el nombre de mi mamá con un montón de números y de palabras que no entiendo, entonces las anoté en mi cuaderno para preguntarle a la profesora que es eso; porque si le pregunto a mi papá, él se va a enojar porque le cogí sus cosas.

Mi papá es un hombre muy alto, trabaja todo el día y siempre llega muy sudoroso y sucio, se mete a bañar y se acuesta a dormir, no hablamos mucho, pero no es mala persona; sólo una vez me pegó porque yo no quería orinar parado, él dice que los machos deben hacerlo así, que las que orinan sentadas son las nenas. La verdad no me gusta orinar parado, porque tengo que ver lo que tengo entre las piernas y no es muy bonito, hace días vi a Astrid desnuda cuando salió de la ducha y ella no tiene lo mismo que yo, sino que tiene cuca, yo quiero tener lo mismo que ella.

A mis hermanas les compran calzones de todos los colores y con flores bordadas, a mí siempre los mismos calzoncillos blancos o negros, no me parecen bonitos, pero no quiero

que me peguen si no me los pongo, entonces a veces entro al baño y me los quito antes de salir para el colegio, me siento mejor sin nada puesto. Muchas veces no entiendo porque mis hermanas tienen cosas que yo quiero tener, pero mi hermano no, él si es normal como me dice mi mamá, le gusta ver los partidos y a las niñas en el colegio.

18

agosto

1980

Ya le pregunté a la profe por el papel que encontré encima de la mesa, le mostré que decía “Cardiopatía isquémica”, pero no entiendo ninguna de esas palabras, de pronto es una gripa y yo todo preocupado. Mi profe me dice que ignore el papel y ya, que no pasa nada malo. Ahora que llegué a mi casa, mi mamá estaba en el teléfono hablando, alguien le dijo algo y la puso a llorar, pobrecita mi mami, ella es tan buena y me quiere tanto.

Me acosté al lado de ella en su cama y me dijo: “Alfredito mi amor, no puedes leer los papeles ajenos, eso no lo hace un buen niño. Yo te quiero mucho, nunca lo olvides, tu mamá te quiere como eres, como nadie nunca te querrá”.

Yo me hice el loco, era obvio que la sapa de la profesora la había llamado, lo que no entiendo es porque la hizo llorar, estoy muy confundido y quiero saber la verdad. Mi papá llegó del trabajo ya y nos pidió que nos sentemos en la mesa todos juntos a conversar, que nos va a decir algo muy importante. Yo lo veo muy preocupado, de pronto es que lo echaron del trabajo y nos quedamos sin qué comer, vamos a tener que empeñar la grabadora.

19

agosto

1980

Voy a escribir algo más antes de dormir, son la 1 de la mañana y nadie puede saber que sigo despierto, eso que mi papá tenía que decirnos es que mi mamá va a morir, que le queda muy poco de vida y que debemos acostumbrarnos a vivir sin ella. No sé cómo me siento, pero creo que fue una broma, voy a dejar de escribir por un tiempo y si pasa algo importante vuelvo a coger el cuaderno.

-S-

16

enero

1985

Me acordé de que tenía este cuaderno, no he escrito nada en mucho tiempo, pero pasaron tantas cosas, que creo que esta vez sí voy a estar un buen rato con el lapicero en la mano. Luego de la noticia de lo de mi mamá, todo en la casa cambió mucho, aunque seguíamos yendo al colegio, cada día mis hermanos se veían más tristes, mi papá más distraído y mi mamá más enferma. La verdad es que no me daban muchas ganas de estar en clase y mi profe lo notaba, entonces siempre me daba una palmadita en la espalda y me sonreía, para sentirme mejor, la verdad si funcionaba un poquito.

Los meses pasaron y en diciembre mi mamá no respiraba bien, se quedaba sin aliento todo el tiempo y su piel estaba pálida, por no decir que comía muy poquito. Yo estoy chiquito, pero entiendo todo, mis amigos y mis compañeros del colegio saben que soy muy inteligente; mi mamá se estaba muriendo lentamente. Llegó el 8 de diciembre, estábamos afuera de la casa con los vecinos poniendo velitas y mi papá empezó a gritar, decía que mi mamá no estaba respirando, que había que

correr con ella para la clínica; entonces mi tío se lo llevó en la chiva con la que hace trasteos para allá y nosotros nos quedamos esperando en la casa.

Mis hermanos y yo pasamos esa noche solos, nadie llamaba y estábamos muy asustados, Astrid estaba fuera de la casa con el novio que se había conseguido y llegó muy tarde, como a la 1 de la mañana, en un carrazo que yo jamás había visto.

Todos le contamos lo que había pasado y ella trató de calmarnos, nos dijo que fuéramos a dormir, que al otro día mi mamá iba a volver y la podíamos ver. Me fui a la cama ese día y me quedé dormido, pero toda la noche soñé con ella, no podía sacarla de mi mente.

Astrid nos levantó a las 8 de la mañana, seguía con la misma ropa de la noche y se notaba que había llorado mucho, en ese momento me di cuenta de que mi mamá no iba a sobrevivir.

Mi papá llegó, estaba muy callado, pero mi mamá no estaba con él, sólo le dijo algo a mi hermana mayor y se fue a la cama, ella quedó sorprendida y trató de contener sus lágrimas, nos sentamos todos en la sala y nos dijo: “Niños, nuestra mamá ahora está en el cielo, no la vamos a volver a ver, pero hay que despedirnos de ella, más tarde vamos a ir a un lugar para verla por última vez”.

Recuerdo todo con tanta frialdad, como si la advertencia de que iba a morir hubiera estado siempre, como si ese papel que encontré en la mesa fuera la sentencia de muerte de mi mami. Me aguanté las ganas de llorar, pero en la ducha no pude contenerme y lloré como nunca lo había hecho, mi mamá fue la mejor siempre, me amaba y yo a ella, nunca olvidaré sus besos y sus abrazos. No quiero contar cómo fue su velorio, porque quiero recordarla de otro modo.

No voy a olvidar ese olor a manzanilla de su cabello negro y ondulado, sus tacones color dorado, su colorete color rojo, como se pellizcaba las mejillas para verse más rojita o la cuchara que usaba para rizarse las pestañas. Nunca olvidaré cuando hacía empanadas para todos y comíamos con café en la tarde o esa vez que me llevó al centro a mí sólo y comimos helado de un puestico de la calle.

La quiero recordar así, como la mujer maravillosa que siempre fue con todos sus hijos, esa lucha que tenía por hacernos feliz con tan poco. Yo no he sido feliz sin ella todos estos años, he tenido que pasar por mucho, por maltrato y tantas cosas que me gustaría dejarla por escrito, porque si algún día me matan, queda constancia de lo que me han hecho.

18

enero

1985

Ahora si me atrevo a decir todo lo que han sido estos años, después de que mi mamá muriera, tuve que quedarme a cargo de mi padre y mi familia, unas personas que sólo están dispuestas a hacerme sentir menos por ser diferente. Al año luego de que mi mamá muriera, estábamos ordenando sus cosas, para tirar algunas y guardar otras, yo vi su cartera de maquillaje y saqué un labial rojo, para guardarlo en mi bolsillo y quedarme con él, pero mi hermana Margarita me vio haciendo esto y le dijo a mi papá, él se me acercó y me preguntó: “¿Dónde lo tienes? Yo sé que te guardaste el labial de tu mamá para poder echarte eso y seguir siendo igual de marica como siempre, compórtate como un varón y bota esa mierda ya mismo o si no te va a doler”.

Pero yo no quise darle el labial, lo negué todo, por lo que me pegó una muenda que jamás olvidaré, quedé con las piernas marcadas por el cinturón de mi papá, me caí y me lastimé también el codo; lo más importante es que no me pudo quitar nada y ese labial lo escondí entre mis cosas en el cuarto, lo usaba fuera de la casa cuando no estaba nadie de mi familia cerca, la gente en la calle tenía una razón más para burlarse de mí, ya no sólo era mi forma de caminar, sino también el labial rojo carmesí que tan lindo lucía en mis labios y mis mejillas; yo lo veía como un juego, sólo con ocho años uno no entiende lo que ocurre, pero ahora con 12 años, sé que mi forma de actuar fue el tema de conversación de toda la cuadra.

Eso no es nada comparado con lo que me dice mi hermana Astrid, ella me tiene envidia, sabe que puedo ser una mujer más bonita que ella, que sólo me falta desarrollarme y listo, su marido podría estar a mis pies. Se la pasa incitando a que mi papá me pegue para enderezarme, para hacerme un hombre; pero ella no sabe que yo no soy un hombre, porque aunque mi aspecto sea este, aunque me llame Alfredo Valencia Yepes, yo realmente quiero ser Susana, el nombre que escogí, para ser igualita a la reina de Colombia, Susana Caldas.

31

marzo

1985

Me acabo de dar cuenta de algo, la chismosa de mi vecina Hermilda Martínez, que no hace sino que meterse en la vida de todo el barrio, por fin sirvió para algo. Resulta que ella escuchó a mi papá y a Astrid hablando sobre mandarme a Estados Unidos donde mi tía, para enderezarme un poquito, entonces me decía la chismosa esta, que es muy buena decisión y que por acá a la orden me recibía cuando fuera y volviera como todo un ricachón gringo. Claro, la mujer no sabe que no tengo ni idea de que me van a mandar por allá, sin saberlo es mi tiquete de salida de este infierno de casa.

Ya estoy planeando cómo irme de aquí, sólo voy a guardar ropa, unas fotos de mi mamá y listo, me voy mañana para donde Yesenia, mi amiga del colegio, ella vive con sus tíos y me pueden ayudar, por lo menos por un tiempo mientras consigo trabajo, allá si me dejan ponerme la blusa y el pantalón bota campana que compré en el segundazo a 15 pesos, además del labial rojo, que compré del mismo tono en Jolie de Vogue, que usaba mi madrecita, que en paz descanse.

Sé que allá me voy a sentir mucho mejor, pero ojalá no me encuentren, porque esta vez, además de enviarme bien lejos, me van es a matar de los golpes. Yesse me dijo que ella venía por la maleta, para que no nos pillaran, ahora a las 4 de la tarde ella viene por eso y yo por la noche salgo de aquí y no me vuelven a ver nunca más, se les va a ir el marica que tratan de cambiar tanto.

28

junio

1985

Mi amiga y su familia son muy amables, me organizaron el cuarto que tenían para los chécheres y me pusieron un colchón para que pueda dormir bien, me dan las tres comidas y nos sentamos a charlar por las noches y a ver “La fiera”, con Victoria Ruffo, una novela que me fascina, porque los vestidos son tan hermosos, llenos de canutillos, de moños y olanes, los peinados son elegantes y las casas grandes y hermosas, como yo quisiera tener alguna vez con mi marido.

Estos días han sido muy felices para mí, siento que al fin soy fiel a mi propia esencia, Yesse a veces pasa por mi barrio y me trae los chismes más frescos, ahora llegó a medio día y me contó que mi familia me anda buscando, que están desesperados por mí, que tienen a mucha gente detrás mío porque siguen con la idea de llevarme a Estados Unidos; seguro se lo dijo la chismosa de Hermilda, que al menos me ha servido de informante de todo lo que pasa por allá.

Estos días me he tenido que encerrar en la casa y no salir por nada del mundo, porque si voy al centro y me ven, van a llevarme a la fuerza a la casa y peor aún, cuando vean que ya tengo cabello más largo y que uso esta ropa ceñida, van a pegarme por verme tan marica, entonces quiero evitar. Pero los tíos de Yesse me aconsejan que debo dar la cara o huir toda la vida, que si me quieren van a aceptarme como soy, sino que se vayan pa’ la mierda.

30

marzo

1986

A mí este cuaderno se me pierde a cada rato, no puedo ser constante escribiendo a diario, apenas he llenado unas ocho páginas, lo bueno es que siempre que vuelvo cuento lo que pasó cuando no escribía, para mantener bien el registro. Yo creo que mi profe estaría muy orgullosa de ver que sigo escribiendo, porque era uno de mis talentos más grandes.

En unos meses voy a cumplir 16 años y me tocó madurarme biche, porque la vida así me tocó y no puedo hacer más, en el colegio nunca me quisieron recibir de nuevo. A pesar de las buenas notas, el talento y las ganas que tengo, sólo les importa que el marica les puede dejar una mala imagen, porque es pecado ser un hijueputa afeminado y querer transformarme en quien realmente soy, ojalá nunca les pese en sus conciencias ese atropello.

Tuve que irme de donde Yesse porque vive muy cerca de la casa de mi papá, en mi nueva casa tuve que pasar al principio muchas dificultades, me tocó estar sin agua e irme a bañar por aquí cerquita, apenas si he comido bien algunas veces y me gustaría poder tener luz o un televisor para verme cualquier novela, por ahora sólo me queda escribir acá cuando me acuerde. Hace unos días vino un tipo en un carro muy bonito, parece que por acá cerca hay una finca grandota, no sé de qué cultivo, pero el señor siempre pasa cerca y cuando lo hace, yo me hago el que revisa afuera de la casa para que me vea; hay que hacerse desear.

Ayer se me acercó más y me preguntó qué hacía allí tan solito, fue mi oportunidad para quejarme y ver si me puede ayudar, me gusta cómo me mira, es morbo y dulzura a la vez, como que me desea pero no quiere parecer evidente. Me dijo que viene en estos días a ponerme agua y luz, para que me sienta más a gusto en la casita y que me pueda hacer bien la visita, a leguas se nota que no es de Colombia, tampoco es que sea el más guapo, pero se ve que tiene mucho dinero y eso es lo que más necesito ahora.

abril

2

1986

Hoy vino Rafita, como le digo de cariño y se estuvo todo el día conmigo, me puso una manguera para el agua y me instaló unas extensiones para la luz, me puso un bombillo y todo, ahora la casa se ve mejor y en la noche no voy a sentirme tan en la oscuridad.

Ahora noté mucho más que le gusto a Rafa, él se queda mirándome los labios, pero no me besa, ¿Será que le parezco muy joven?

Porque él debe tener unos 40 y tantos, pero yo me veo más grande, además que soy más alto que él, que es muy chiquito y panzón. Yo quisiera que mi caballero encantado fuera el mono divino que una vez vi en el balcón de la casa de Yes, pero no me da, aún no estoy al 100 % y los hombres no se fijan en mí mucho. Si no escribo tanto en el cuaderno, es porque no todos los días pasan cosas chéveres, a veces soy sólo yo todos los días en una silla sentado, espantando mosquitos y tomando agua a ver si me engordo algún día.

1

mayo

1986

Hoy fue día festivo acá en Colombia por el día del trabajo, entonces Rafa me mandó temprano una nota con el capataz de la finca donde decía:

Alfredito Ahora a medio día voy por usted, para que vayamos a almorzar a algún restaurante, luego nos comemos un helado y de ahí lo llevo a que se compre un poquito de ropa, porque veo que ya está escaso y crece cada día más. No se olvide ponerse muy elegante con lo que tenga, porque nos va a estar viendo toda la gente de la ciudad, usted sabe que debe controlar un poquito ese caminado y así se va a ver más bonito.

Ya sabe que me espera ahí en la puerta de su casa, sea puntual por favor, que en la noche debo ir a hacer negocios en la casa de un amigo y no puedo llegar tarde.

Con amor, Atentamente -R-

Yo la leí y me puse súper feliz, me arreglé lo mejor que pude, porque la verdad es que si estoy escaso de ropita, sólo tengo un par de camisas y la ropa de mujer que compré, pero aún no me la puedo poner con Rafa, porque se nota que no le gustan sino los hombres.

La pasamos muy rico, me llevó a un restaurante muy elegante y comimos pescado y patacón, luego nos comimos un cholao por las canchas panamericanas y finalmente me llevó a Unicentro, allá me compré como 3 muditas de ropa, zapatos, me hizo un mercado, comimos más en la tarde y todo, me paseó en su carro por todo Cali, yo me sentía como un rico.

Fue un buen día.

15

agosto

1986

En serio pido perdón a mi profesora por no escribir constantemente en el cuaderno, pero es que me distraigo con tantas cosas, estoy de un lado a otro con Rafael, ya conozco su casa, a sus amigos y su finca, todo es muy bonito, es gente muy rica y además son chéveres, me caen muy bien.

Hace 15 días que me fui de esa casa vieja, donde pasé muchas dificultades y tuve que hacer cosas de las que no me enorgullezco, incluso tuve que chupársela a hombres a cambio de un poco de dinero y así comer algo.

Gracias a Dios ahora vivo con Rafael en su casota, una casa hermosa en el sur que tiene muebles grandes y muchas cosas lindas, todos los días me trae comida rica, me compra ropa nueva y me llena de lujos.

Me siento bien aquí, la única condición es que me controle un poco, que no me vea tan afeminado y que, por favor, deje de escribir en este diario, porque dice él que eso me distrae mucho de mis responsabilidades en casa; lo único bueno es que me dejó conservar el cabello largo.

20 noviembre 1987 Ya hace más de un año que vivo con Rafael, hasta me había olvidado de este cuaderno, lo guardé con mis demás cosas viejas en un baúl de la bodega, pero esta mañana buscando unos papeles me lo encontré otra vez, entonces quise ponerme al día con lo que ha pasado, sólo por no perder la costumbre, voy a aprovechar que él no está y escribir todo lo que ha ocurrido.

Rafael es alguien muy dulce conmigo, me trata tan bien y es tan amable, pero también tiene un genio volado, cuando llega de malas del trabajo me grita mucho y a veces me ha pegado, pero al momentico va y me pide perdón; creo que no lo amo, ni estoy enamorado, pero siento que él de mí si, por la forma en que me mira, la forma en que me besa.

Lo más curioso es que cuando siente que se le va la mano y me toca demás, quita su cuerpo, es como si no quisiera comerme, así que me sigo manteniendo virgen, esperando al verdadero amor de mi vida.

Un día me mandó a comprarle trago a una licorera por aquí cerquita, pero me dio mucho dinero lo que se me hizo muy raro, lo bueno es que nunca pide factura, entonces todas las vueltas son mías. Yo iba caminando por el centro y pasé por la estética de Canelita, un gay que trabaja en el centro haciendo cortes del cabello y tintes; él puso una vitrina con maquillaje de Vogue y yo que tenía todo ese dinero le vacié eso, me llevé todo lo que pude, para echarme en la casa.

A mi Rafa me advirtió que no podía verme tan afeminado, pero cuando él no estaba, yo me paseaba por la casa con ropa de mujer y mucho maquillaje, ya tengo 17 años y me veo como modelo, toda una María Félix. Un día llegó temprano y me vio así, me dio una muenda que no voy a olvidar y me rompió todo el maquillaje, que al fin y al cabo fue comprado con plata de él.

Ahora en la tarde me dijo que esto no puede funcionar más, que hay una mujer normal que lo tiene enamorado y que ella va a ser la madre de sus hijos. Me advirtió que no puedo hablar de nada de lo nuestro, que por mi silencio me va a dar mucho dinero para que viva bien pero muy lejos de él.

13

junio

1988

Ya casi cumplo 18 años y gracias al dinero que me dio el patán de Rafael, estoy haciendo toda mi transformación, voy a convertirme en Susana Valencia, la mujer más famosa de Colombia, 1.80 de estatura, cuerpazo, rostro precioso y un cabello largo y rizado, nadie puede enterarse de mi secretito, porque ante los demás, soy una espigada jovencita.

a id l á s i r C

1989

30

julio

1989

Soy lo que se llamaría el sueño de todo hombre, un mujerón de 19 años, con toda la vida por delante y lo mejor de todo, con el dinero que nunca me falta. Mi sueño es ser la maquillista de las estrellas, luego una famosa vedette y al final, la esposa de un famoso que me llene de lujos.

Rafa me dejó joyas, porcelanas y objetos carísimos, que me han dado una vida lujosa todos estos años, con lo que he podido comprar maquillaje, vestidos, accesorios y muchas cosas más para verme siempre regia y estilizada, soy la envidia de muchas y el deseo de los hombres, sólo me cambiaría una cosita, la cual es mi martirio todos los días cuando orino, vamos a ver cuándo la elimino.

He aprendido el arte del maquillaje de la mano de mi amiguito Canela y todos los días lo hago mejor. Me gusta probar muchos colores en el cabello y ponerme muchas alhajas.

Hace poco me compré una moto para transportarme por la ciudad, nunca he sido una mujer de muchos vicios, pero si me gusta fumar marihuana, tengo a mi dealer de confianza y voy donde él a veces. De hecho, creo que debo ir ahora en la tarde porque ya me quedé sin yerba.

24 diciembre

1989

Mi amiga Yesse me trajo el cuaderno hasta acá y creo que la historia que debo escribir es más larga de lo que acostumbro. Un día estaba yendo por la avenida 10ª para encontrarme con la persona que me vendía normalmente la marihuana. Yo iba en la moto que me acababa de comprar, entonces unos tipos que iban en la calle se me acercaron e intentaron robarme, pero yo no quería quedarme con las ganas de tratar de hacer algo, entonces me abalancé sobre uno de ellos y por esquivarlo me caí de la moto sobre el brazo izquierdo y automáticamente dejé de sentirlo.

Después de eso no me acuerdo de mucho, sólo sé que me trajeron al hospital departamental y estoy aquí desde hace meses, el parte médico siempre ha sido muy malo porque constantemente me repiten que las fracturas en todo mi cuerpo me han dejado secuelas permanentes. Sin embargo, lo que más me afecta es ver como a los otros internos sus familias les traen comida, los apoyan y los quieren; mientras que mi familia se deja llevar por su rechazo y nunca ha venido a visitarme, a pesar de que sé que ellos están enterados de mí accidente.

Esta mañana, el doctor vino a verme, siempre se ha comportado muy respetuoso conmigo y es alguien muy amable, a diferencia de las enfermeras que se les nota por encima el odio que tienen hacia mí. El doctor llegó con una cara muy triste, yo ya sabía lo que iba a decir, porque es una realidad desde hace mucho tiempo, solo que me he negado a aceptarlo, aunque sé que mi brazo sólo cuelga de un tendón y que está prácticamente destruido, conservo la esperanza de poder recuperar la movilidad y el aspecto al menos en un porcentaje alto. Muchas veces he llegado a pensar que me estrello con la vanidad, que no estoy pensando en mi salud y que por culpa de esto voy a tener un daño peor.

Aún no concibo como por un error tan estúpido, por dejar que los objetos materiales fueran más importantes que mi vida, ahora esté en este hospital, prácticamente desahuciada y sin que nadie se preocupe por mí. Muchas veces he pensado que lo mejor es no vivir más, quitarle un peso de encima a mis amigas que me tienen constantemente en sus pensamientos.

La cobardía no me permite tener el valor de acabar con mi vida lo más rápido que pueda, porque desde el momento en que me echaron de mi casa, no me he sentido igual; por más objetos materiales y lujos, me hace falta lo más importante, la compañía y el amor de mi familia.

Cerca de mi habitación del hospital hay un árbol de Navidad, con colores rojo y verde, guirnaldas y muchas luces de colores, cuando me siento triste y creo que voy a desfallecer, me gusta salir y mirarlo, para recordarme que el sentido de la vida está en las cosas más pequeñas e insignificantes. Hace poco vino una psicóloga a evaluarme por los intentos de suicidio que he tenido, pero la noté muy rara, porque cuando le dije mi nombre ella sospechó un poco, tal parece que fue la única en este hospital que realmente se enteró de mi secreto.

Hoy en la tarde tengo una cita con ella y me imagino que me va a preguntar por este tema, la idea es que no se entere de nada y que yo siga siendo una mujer como cualquier otra.

31 diciembre

1989

Hoy se acaba el año, un año que ha significado para mí las peores experiencias hasta ahora vividas. Hace unos días tuve que ver una psicóloga, ella debía evaluarme por el tema del brazo que tienen que amputarme, pero las preguntas giraron en torno a mi vida personal, cuando nací, mi relación con mis padres y mi relación con mi propio cuerpo.

Hasta ese punto, yo entendía por qué lado iba esa entrevista, debió preguntarme directamente que tengo entre las piernas, aunque yo no lo hubiera respondido nada, pero hubiera detectado fácilmente sus intenciones.

La psicóloga no me caía mal, pero se le ve por encima que la manipulan y más que un interés por mí, lo que desea es decirles a todos los médicos qué es lo que realmente soy.

Desde muy chiquito he entendido que soy distinto, ahora sé que soy distinta, pero no me interesa que un médico evalúe la persona que soy, porque me construido a mí misma a través de los años y solo quiero que puedan ayudarme a recuperar.

La gran mayoría de las personas que comparten conmigo este hospital, están acompañados por sus familias, porque es lo debido considerando la fecha, pero como les dije anteriormente, la familia que me tocó no me acepta y ni siquiera se dignan a visitarme en la fecha más importante del año. El dolor físico no se compara con el dolor que siento en mi corazón, porque cada día me recuerdo como un niño feliz antes de que muriera mi madre y esas vivencias traen a mi mente un profundo dolor que sumado a la soledad, me están atormentando diariamente.

Todos los sueños que tenía en mi vida están frenados por culpa de unos desadaptados que vieron en mí la posibilidad y la fragilidad de ser una carnada fácil y poder conseguir un poco de dinero; no conozco sus intenciones o si estaban pasando hambre, pero agredir a una persona y quitarle lo que con el fruto de su esfuerzo ha logrado, no es perdonable o por lo menos no para mí, porque no soy Dios para juzgarlos.

20

enero

1990

Los días pasan y sigo internada en el hospital, hay días en los que no tengo ninguna noticia de los médicos y simplemente me acuesto a leer las pocas revistas que tengo en mi habitación para pasar el rato. Ya llevo 6 meses o no sé cuánto metida aquí y el desespero me gana, no me gusta sentirme encerrada y siento que el día que salga de aquí va a ser dentro de un ataúd, porque la espera, más que el dolor físico es la que va a matarme.

Nuevamente presiento que la psicóloga, está indagando en un tema que no le importa, pero lo hace con tanta paciencia, que empiezo a creer que sus intenciones son buenas.

Ayer se sentó al lado mío en mi cama y me comenzó a preguntar cómo me sentía, muy pocas veces alguien me lo había preguntado de manera tan sincera dentro de ese hospital, porque para las enfermeras no es más que rutina y para los doctores es parte de su profesión. A pesar de esto, ella lo hizo como una más de mis amigas y se sintió tan sincero que me vi vulnerable y tuve que abrazarla, para sentir un poco de calor humano y saber que al menos alguien se preocupa por mí. Ella se vio muy intrigada y me preguntó por mi familia, yo le dije la verdad, que ellos no me querían por ser diferente, en su cara se notó que entendía lo que estaba pasando, quizás mi aspecto ya empezaba a generar sospechas, era cuestión de tiempo para que el tema surgiera.

Yo me hacía la loca con sus preguntas y le cambiaba la torta constantemente, porque al primer indicio de que yo era hombre, esta mujer me iba a echar al agua y quién sabe qué iban a hacer conmigo. Por lo menos ayer me salvé, porque mi excusa fue mi familia y con ese tema pude evadir cualquier otra pregunta que me hiciera respecto a mi propio cuerpo.

23

enero

1990

Son las 8 de la mañana y hace poco me desperté, la enfermera se me acercó y me dijo que una mujer de unos 27 años había llegado muy temprano a visitarme y que como estaba dormida, no pudo molestarme. Quise dejar registro en este diario por si la mujer no vuelve, para al menos saber que una persona desconocida se fijó en mí y quiso venir a visitarme, en mi corazón presiento que es una de mis hermanas, de pronto la mayor, pero con todo el odio que sienten hacia mí dudo mucho que quieran visitarme.

Si pasa algo distinto a lo de siempre, estoy segura de que lo voy a escribir en este diario, pero hasta ahora, no hay nada relevante en mi día, entonces prefiero no escribir cosas aburridas y esperar al momento en que la misteriosa mujer regrese, al menos así sabría cuál es su interés o sus razones para venir a buscarme.

24

enero

1990

No terminé ayer de contarles lo que pasó durante el día porque el momento fue tan dramático que tuvieron que medicarme. La famosa mujer misteriosa era mi hermana, Astrid Carolina, que tiene más o menos unos 26 años como me había dicho la enfermera,

admito que cuando la vi me sentí muy feliz, porque desde el día que me fui de mi casa no la había visto, en ese entonces era la única de todas que estaba casada y parece que aún lo está.

Ella se me acercó y me miró fijamente a los ojos, pensé que me iba a preguntar cómo estaba, pero lo que hizo fue juzgarme y decirme que no podía creer la cosa en la que me he convertido, que su hermanito Alfredo ahora sea esto, que soy una vergüenza para mi mamá, para mi familia y que siente pena por mí. Yo empecé a gritar, quería matarla y que parara de decirme esas cosas tan feas, porque yo nunca le hice nada que justifique cómo me trató.

En ese momento llegaron las enfermeras rápidamente y me inyectaron morfina, me quedé dormida y al despertarme vi una hoja de papel al lado de mi cama. Astrid me dejó una nota, que dice así: Alfredo, Mi intención no era alterarte, pero debes entender que verte así me causa un profundo dolor y no puedo evitar decir lo que pienso, yo sé que ya no somos parte de tu vida y que tu decisión fue convertirte en eso, pero si todavía tienes un poquito de amor por nosotros, vas a irte por el camino correcto y considerar hacer lo que realmente eres.

Quiero que te cortes el pelo, que dejes de ponerte maquillaje, que aprendas a comportarte y con mucho gusto vas a tener un cuarto en mi casa, donde te voy a poder cuidar y darte lo que necesitas, pero bajo mis condiciones. Mi esposo está de acuerdo conmigo y sabe qué es lo mejor para ti, si aceptas mi propuesta me puedes llamar a este número 3308724, porque sé que la enfermera te deja hacer llamadas y vendré todos los días hasta que salgas del hospital.

Con amor, Tu hermana Astrid Carolina.

Todavía no sé qué voy a responder, o si voy a hacerlo, porque no pienso vivir bajo sus condiciones y mucho menos si no acepta como soy.

15

febrero

1990

Astrid es una mujer testaruda y mandona, ha sido así desde muy chiquita, pero ahora que tiene un marido rico se cree con el derecho de decirme cómo vivir mi vida, yo no voy a responder a su carta y ella no va a venir a buscarme más, porque al no recibir ninguna llamada mía va a entender que no quiero saber de ella, mucho menos después de haberme tratado así.

Ya estamos en un nuevo mes y sigo aquí sola, con pocas esperanzas, con un cuerpo que sana poco a poco y muchas preguntas sobre cómo va a ser mi vida después de esto.

Luego de insistir por mucho tiempo, el doctor finalmente aceptó que no quiero amputarme el brazo y qué voy a luchar por él hasta las últimas instancias, aunque sé que nada va a ser igual. Cuando entré al hospital, me puse el nombre de Susana Valencia, con la cédula de mi papá, para que no supieran mi verdadera identidad y parece que ya se están enterando de cierto secretico que tengo guardado, en cualquier momento va a pasar por esa puerta la psicóloga y va a ser muy directa con sus preguntas, yo no tengo nada que perder y pienso responderle cada una de ellas.

16

febrero

1990

Justo como les conté ayer, la psicóloga vino a mi cuarto, con registro en mano y me preguntó por qué puse ese número de cédula, yo la verdad no pienso ocultar nada más y le dije toda la verdad, que la cédula era de mi papá, que mi nombre en el registro no era el de mi cédula y que nací hombre, su expresión de sorpresa fue completamente fingida, porque ella ya lo sabía todo y era obvio que tenía que escucharlo de mí para asegurarse de que su teoría era verdad.

Esperanza Benavides es el nombre de mi psicóloga para que nunca lo olviden, porque ella fue la única que se enteró realmente de quién era yo y supo identificar los rasgos perfectamente para predecir la enfermedad mental que ella cree que tengo. Yo he vivido en una burbuja por muchos años, porque por culpa de mi colegio no tuve la oportunidad de educarme y soy ignorante de muchas cosas, entonces no sé ni cómo identificarme a mí misma.

3

marzo

1990

Mi psicóloga se cansó de mí, se cansó de insistir y de tratar de cambiarme el parecer, ante sus ojos yo dejé de ser una mujer y ahora soy un hombre vestido como mujer. Yo no voy a llevar la contraria, al fin y al cabo, ella es la profesional, pero siento que se deja llevar por su propia forma de pensar y no está siendo imparcial. Hace unos días finalmente la saqué completamente de mi corazón, cuando se atrevió a decirme que esto no es lo que Dios tiene preparado para mí, que nací hombre y que eso debo ser por el resto de mi vida, por lo que automáticamente le dije que no quería volver a saber de ella y que, por favor, me mandara al psiquiatra.

Ayer vi al psiquiatra por primera vez y por eso quise escribir un poco en este diario, me dejó pensativa lo que él dijo. Luego de un buen rato conversando, me preguntó si nací hombre o mujer y yo sin ningún problema le dije que nací hombre, pero que soy una mujer. Al final de la sesión me dijo que tengo transexualismo, que rechazo mi órgano reproductor y que además quiero verme como mi sexo opuesto. Hasta que él lo dijo yo nunca entendí nada, para mí soy y seguiré siendo siempre una mujer, por lo que el cuentico ese que se inventó no es para mí.

15

marzo

1990

Desde esta mañana un montón de psicólogos y psiquiatras, parecen practicantes, han estado rondando por mi cuarto y haciendo muchas preguntas, si no fuera porque estoy muy aburrida, no estaría respondiendo nada, porque dudo mucho que les importe mi vida.

Esta gente lleva mucho rato tratando de hacerme entender que no soy mujer, pero yo les sigo insistiendo que mi nombre es Susana y qué soy mujer porque a mí se me da la gana, pero parece que les entra por un oído y les sale por el otro.

Sin embargo, me llamó mucho la atención que me ofrecen unos medicamentos, que dicen ellos son hormonas y que me van a ayudar a verme mucho mejor, lo cual nunca había escuchado en mi vida.

Pensé que me iban a sacar de este hospital luego de lo que pasó con la doctora Benavides, porque la verdad mi accidente se volvió un tema poco importante y lo único que me preguntan es por mi pene. Yo no pretendo ocultar nada, por el contrario, estoy siendo muy sincera y no me voy de aquí hasta estar curada.

Mañana temprano tengo otra reunión con este equipo de gente a ver qué me dicen y si finalmente puedo escuchar algo alentador, hace un rato vi a la enfermera revisando mis cosas y tomó este cuaderno, lo empezó a leer y me puse furiosa; más le vale que no se le ocurra hacerlo de nuevo.

16

marzo

1990

Ya salí de mi reunión y los doctores siguen insistiendo en lo mismo, lo único que me parece alentador es que pueden quitarme lo que tengo entre las piernas, que me atormenta todos los días, pero el proceso va a ser largo y duro, además de que ya me quedé sin plata, por pagar tantas cirugías que me hicieron en el brazo, pero que gracias a Dios han funcionado y por lo menos tengo movilidad de él para sentirme normal.

Siento que me están pintando pajaritos en el aire y que al final no va a pasar nada bueno, que todo se va a quedar en ilusiones, que no me van a cambiar nada y que solamente me ven como una loca.

Hoy es mi salida del hospital y me siento feliz, por un lado, estoy mucho mejor de salud y por el otro, tengo la esperanza de que voy a poder ser finalmente Susana, sin pene, regia, bien vestida, elegante y con un hombre a mi lado.

a s o p i r a M

1993

26

julio

1993

Ya han pasado unos añitos desde la última vez que escribí en este diario, yo sé que solo lo hago cuando creo que es necesario y cuando mi corazón me dice que lo haga, hay mucho por contar, derrotas y victorias, amores y desamores, pero sobre todo una gran desilusión. Hace unos años un equipo de doctores afirmaban que me podrían cambiar el sexo, eran médicos extranjeros mucho más abiertos de mente, experimentados y con alternativas casi irreales para mí. Me empecé a ilusionar y dije, me voy a meter al gimnasio para que el cuerpo combine con mi nueva vagina, la cual nunca llegó.

Cuando ya estaba a punto de cumplir el sueño más grande de mi vida, mi médico me dice que antes que nada me debe valorar el doctor Eugenio del Mar, me llamó mucho la atención porque yo jamás hablé con este tipo, nunca me dijeron que mi cirugía dependiera de él y, sobre todo, cada vez pasaba más tiempo y la desesperación era demasiada.

Al final, se vieron mucho más las intenciones económicas y la mafia que hay en la cirugía de reasignación, porque este doctor solo me iba a operar si yo iba hasta su ciudad, aunque estuviera completamente sola y no conociera a nadie allá, además de que escuche el rumor de que me considera una persona problemática, a pesar de que siempre fui amable con él.

Yo la verdad después de tantos años ya no tengo la necesidad de cambiarme el sexo, porque sigo siendo una mujer, más allá de lo que tenga entre las piernas. En estos años me he dado cuenta de que soy deseada por los hombres, que soy bonita y que me quiero tal y como soy. Creo que el problema más grande por el que paso en este momento es la falta de dinero que todos los días me tiene más agobiada y que en cualquier momento me va a pasar factura, por lo que he tenido que volverme dependiente de lo que me dé mi pareja.

Sin embargo, este hombre me está engañando, no me da suficiente dinero y además me maltrata. Mi sueño es poder llegar al reinado en Cartagena, ser la primera mujer transexual en ganar como reina de Colombia, que todos me admiren y ser muy famosa. Canelita es un amigo mío de muchos años y nos hemos preparado para cuando yo sea una reina famosa y pueda saludar a todos mis seguidores, pero quizás allá descubran que era hombre, porque mi nombre en la cédula sigue siendo el mismo.

15

enero

1994

Me antojé de cambiarme el nombre, cuando yo saqué mi cédula venía con el nombre que me pusieron mis padres, cada vez que hago una diligencia deben mirar dos veces por qué la foto y el nombre no combinan; al fin y al cabo, sí me veo como mujer, no veo por qué no pueda obtener nombre de mujer. Hace unos años en Colombia instauraron una nueva Constitución, yo no tenía idea de esto hasta que la abogada que contraté para cambiarme el nombre me lo dijo, esta nueva Constitución trae algo llamado tutela, qué es una acción mucho más fácil que una demanda y que quizás pueda servirme.

El día de hoy voy a instaurar esa tutela junto con mi abogada para saber si finalmente puedo tener mi nombre en la cédula, por eso quise escribir en el diario, porque es un momento muy importante para mí y quiero dejar constancia. Me da mucha lástima que nunca pude terminar mis estudios y que en este momento no entiendo muchas cosas del mundo, pero ahora con todo esto de mi cambio de nombre quise mantenerme más informada, entonces leo y veo las noticias a diario para que no crean que soy una ignorante.

A pesar de todo, mi abogada me mantiene al tanto de lo que está pasando y me explica de una forma que pueda entender. Muchos canales de televisión se han visto interesados

en mi historia y he recibido algunos periodistas de medios locales que estaban interesados en hablar sobre transexualismo.

Cuando me di cuenta de esto, supe que lo que estoy haciendo es muy importante para mostrar que las mujeres transexuales en Cali quieren luchar por sus derechos. Últimamente estoy saliendo con un chico que estudia en la Universidad del Valle, él quiere que me eduque y me está ayudando a que termine el bachillerato.

21

mayo

1994

Hoy es la final de la copa del mundo de la comunidad LGBTT, otro nombre para referirme al Miss Universo, quizás el evento que más me gusta de todos, porque vuelan los canutillos, los trajes de baño y los peinados hermosos. Este año nos representa Carolina Gómez, una bogotana hermosa y muy espigada, llevamos dos años de virreinas y es el momento de que ganemos la corona.

Vinieron todas mis amigas del centro, mis amigos de la peluquería y nos sentamos a ver las noticias antes del reinado. Uno de los reporteros comentaba el caso del hombre que quería cambiarse el nombre a mujer y de repente salió mi foto; no sé si es ciego o qué, pero yo veo una mujer en la pantalla y siento que me está irrespetando. Pero bueno, ya en 5 empieza el reinado y me debo desconectar.

Se acabó el concurso y lo sufrimos mucho, por un momento pensamos que íbamos a tener nueva Miss Universo, pero todo se vio empañado cuando el presentador anunció que ganaba India, una mujer muy poco agraciada sinceramente, soy más linda yo. El próximo año será, o quizás cuando yo vaya si ganemos.

25

junio

1994

El camino no ha sido fácil, muchos de los jueces me han discriminado y me han tratado como un hombre vestido de mujer y no como la mujer que soy; yo realmente trato a todos con respeto a pesar de no recibir lo mismo. Luego de tanto tiempo, el juez que estaba llevando mi caso, no aprobó el cambio de nombre y decidió que si nací hombre y que en mi acta de nacimiento aparece sexo masculino, no tendría por qué llevar nombre de mujer.

Hace unos días me presenté en la notaría 3rª de Cali para mostrar mi caso y espero que pronto puedan resolverlo.

15

julio

1994

Recibí el fallo de la notaría 3rª de Cali en donde me dicen que mi petición para cambio de nombre en la cédula ha sido rechazada. Esto es un claro atentado contra mis derechos fundamentales y esos hijueputas no saben hasta dónde soy capaz de llegar por lo que quiero. Por eso, quiero apelar ante el juzgado 1rº municipal de Cali a ver si de pronto no son tan incompetentes y se dan cuenta de su error.

27 septiembre 1994 Nadie dijo que sería un camino fácil, pero es un camino que estoy dispuesta a sufrir, si puedo al final tener el nombre con el que me identifico. Me gusta escribir en este diario, porque quedan pruebas de todo por lo que he tenido que pasar hasta este momento, de que no solo tuve que sufrir discriminación por parte de mi propia familia, sino que también la sufrí por parte del Estado. El maldito juzgado 1rº municipal de Cali una vez más me demuestra que soy una ciudadana de segunda Clase, que no tengo los mismos derechos que el resto y que el desarrollo de mi personalidad no le importa. Sin embargo, Vamos a ver qué opina el Juzgado Tercero Civil del Circuito de Cali ante este atropello, a ver si un juez de familia finalmente aprueba lo que siempre debió ser.

16

diciembre

1994

Parece que por primera vez voy a pasar un diciembre decente, porque mi abogada me llamó esta mañana y finalmente aprobaron mi petición, que la acción de tutela que llevo años interponiendo, al fin dio frutos. Para una mujer como yo es muy importante ser llamada por el nombre con el que me identifico, pues en cierta medida es un modo de sentirme más mujer, de que toda la transformación de mi cuerpo finalmente sea reconocida por el resto de las personas y que ya no voy a tener que cargar con el yugo de ser ese hombre que mi familia quería imponer.

Creo que el día que la cédula llegue a mi casa va a ser como volver a nacer, como si hubiera vuelto el vientre de mi madre y ella me hubiera dado a luz nuevamente. Quizás lo que más me alegra es que es un triunfo para todas las mujeres transexuales en Colombia y que, aunque en un principio no entendía la magnitud de mis acciones, ahora sé que no soy la única que pasa por esto y que de algún modo pude aportar a las nuevas generaciones.

10

julio

1997

Me encantaría abrir este capítulo de mi diario personal para contarles una noticia feliz, sin embargo y como casi una predicción; termine en las calles, vendiendo lo que en algún momento fue lo más preciado para mí, qué es mi cuerpo, por el que luché durante tantos meses dentro del hospital departamental y durante tantos años con un grupo de psiquiatras, ese mismo cuerpo que aprendí a amar ahora es el producto que compran tantos hombres morbosos en las calles.

Hace unos meses, acompañé a mi amiga la Viena a la esquina en la que suele prostituirse, sin saber qué sería el primer día del fatídico trabajo qué tendría que desempeñar para no morir de hambre.

Como siempre, llevaba mi cabello largo y crespo suelto en la calle, un vestido negro al cuerpo y zapatos de plataforma, para estar a la altura de mi amiga, que gracias a su trabajo se ve bien vestida de pies a cabeza. Un hombre se acercó a nosotras y me pidió que me fuera con él en su carro, pero le expliqué que yo no era una prostituta, pero él siguió insistiendo y como era tan amable, acepté la propuesta.

El hombre y yo estábamos dando vueltas por todo Cali y la verdad yo estaba muy a gusto, pero llegó un momento en que me ofreció dinero si se la chupaba, a lo que me negué en un principio, pero que al final terminé accediendo. Ese fue el primer día que ejercí la prostitución y hasta ahora me ha ido muy bien.

1

septiembre

1998

Este mundo no es fácil, yo no esperaba que fuera fácil, pero tampoco me esperaba que pasara esto. Siempre he sido muy cuidadosa de mi cuerpo y no soy una santa, pero sé que debo cuidarme por mi bien y por el de la persona a la que estoy atendiendo, creo que este mismo mensaje no le llegó al tipo que sin darme cuenta se quitó el condón mientras lo atendía. En ese preciso instante yo supe que algo andaba mal, su trato hacia mí no me daba buena espina y notaba como me quería hacer daño, tuve que acceder porque esa noche no había ganado mucho, el daño físico que pensé que me causaría fue una ilusión, porque días después me di cuenta del verdadero daño que quería causarme.

Es usual que me haga chequeos médicos para saber cómo estoy y cómo va mi tratamiento hormonal, pero esta vez mis exámenes arrojaron un resultado muy distinto. Me pareció curioso que mi doctora pidiera acercarme a su consultorio una vez haya recibido mis resultados; en mi mente yo sabía lo que estaba pasando, pero me negaba a que fuera

una realidad. En las calles te arriesgas a muchas cosas y así como pueden asaltarte, darte una puñalada o violarte, también pueden transmitirte VIH, que fue justo lo que me pasó a mí.

Yo creo que mi vida nunca va a ser igual, pero también creo que es una inspiración para llevar mi mensaje y que todas las personas entiendan la importancia de cuidarse, porque si no las consecuencias pueden ser muy graves. Creo que mi sueño de ser la reina de Colombia ya se cayó, no podría porque todo lo que ha pasado en mi vida, me deja por fuera de las reglas que tiene este certamen.

5

mayo

2012

Han pasado muchas cosas durante estos años, he tenido que seguir ejerciendo el trabajo sexual he pasado por muchas cosas mientras lo hago, mi vida se ha puesto en riesgo muchas veces, pero mi prioridad es que Las mujeres transgénero y transexuales pueden encontrar en mí, una vocera ante los medios de comunicación, el Estado y todos aquellos que no entienden aún nuestro estilo de vida.

En estos años he dado múltiples entrevistas a canales de televisión, a universidades y organizaciones, con el objetivo de enseñar las personas y de igual forma, generar conversación alrededor de los temas de género y sexualidad, quiero ser una importante activista.

Espero alguna vez vender mi historia y que hagan mis memorias, porque puede ayudarme económicamente y además podría ser un ejemplo para las nuevas generaciones de chicas trans sobre cómo la vida da muchas vueltas. Nunca supe más de mi familia, ni de mis amores del pasado, mis amigas de toda la vida siguen a mi lado y me apoyan mucho.

31

marzo 2020

Creo que esta será la última vez que voy a escribir en este diario, porque mi profesora lo hubiese querido así, un diario con más de 40 años de anécdotas y vivencias, que creo que el pequeño Alfredo jamás hubiese imaginado tener que pasar. La vida de una mujer transexual en Colombia es mucho más dura que la de cualquier otro ciudadano, porque recibimos segregación, discriminación y odio, la primera vez que me dijeron que era transexual

no entendí, pero en este momento pienso que no hubiese querido nacer de otro modo, porque de una u otra forma me he construido a mí misma y la gente que está a mi alrededor sabe que a veces he sido feliz.

Atrás quiero dejar la muerte de mi madre, el desprecio de mi familia, mi accidente, las múltiples decepciones amorosas y todo el dolor que sentí por tantos años. No quiero vivir del pasado, no recomiendo vivir del pasado, pero no sería lo que soy ahora si no hubiese tenido que pasar por todo eso. Quizás la enseñanza más grande en mi vida es que la gente es hipócrita, de día los hombres nos miran mal, nos desprecian, nos tratan de subnormales y atentan contra nosotras; pero esos mismos hombres nos buscan en la noche para cumplir sus deseos.

Nunca me voy a olvidar de aquel día cuando estaba esperando clientes afuera del Teatro Municipal y un hombre pasó con su esposa agarrados de manos, ese mismo hombre volvió media hora después solo a buscarme. Me he convertido en el objeto de deseo los hombres insatisfechos con su propia vida, pero algo mucho más que eso, mi capacidad de análisis me permite no solamente conocer lo que acabo de contarles, sino también entender que la sociedad en la que estamos todo se actúa bajo cuerda.

Quiero terminar este último mensaje invitando a las personas a apoyar a las mujeres transexuales y transgénero, a las que están en nuestras familias, a las que vemos en las calles, las que nos han ayudado en algún momento y aquellas que quieren desarrollarse personalmente, porque nosotras no solamente queremos ejercer los mismos trabajos con los que nos relacionan, nosotras queremos un lugar de valor en la sociedad. Quién quita que, en algunos años, esos políticos incompetentes que en algún momento me rechazaron el cambio de nombre, sean reemplazados por la próxima generación, en donde mujeres transexuales puedan ejercer incluso cargos públicos, no sólo por ser transexuales, sino también por todas las capacidades que tienen y la empatía que han adquirido en la lucha por alcanzar su sueño, pasar de ser una oruga a una mariposa.

-S-

Diario de una mariposa 2020 Redactado y diagramado por: Sara Cadavid Hoyos Juan Diego Caicedo Holguín Violeta Mayorga Ramírez