LA LIBERTAD
Barranquilla, Domingo 13 de Mayo de 2012
ANA BOLIVAR:DE CONSUEGRA
Una excelente madre detrasde una .gran ¡familia
*Mujer virtuosa ;,Quien la hallara? Porque su estima sobrepasa largamente las piedras preciosas. El corazon de su marido estd en ell a confiado y no carecerd de ganancia. Le da e/la bien y no ma/ todos los dias de su vida, busca Lana y lino y con voluntad trabaja todos los dias de su vida.
PorCARMENFERNANDEZURUETA Colaboradora Si algo debe resaltarse en la sociedad de. hoy, es el valor de las mujeres que eslructuran con su entrega y sacrificio, hogares en los que su esfuerzo se ve reflejado en cl resullado de poder mirar con suma alegria el fruto de su labor, forjaron hombres y mujeres con valores y gran sentido social, en los que se refleja el hibrido de lo intelectual y moral. Cuando tuve la oportunidad de conocer a dona Anita, como earlnosarnente Haman a la precursora de la educacion popular superior en la Region Caribe, no pude mas que confirmar lo que su glamorosa figura transmile a lo lejos, duena de una sencillez excepcional, una iluminada sonrisa, pero sobre todas las cosas de disciplina y capacidad de trabajo. el apoyo constante de su esposo en lo que al inicio se conctbio como un sueno y
que hoy dia es una bella realidad, que resplandece en al Viejo Prado de la bclla Barranquilla. Visiblemenle conlrario a lo que se concibe hoy dia como la mujer de exito. dona Ana de Consuegra pucde calificarse como una rnujer inlegral. que trabajo en union de su esposo y amigos no solo en consolidar una Universidad popular,¡ adernas sin descuidar ningun aspecto de su realizacicn como mujer, se entrego con igual esmero y amor al patrimonio mas importante para una madre, su familia, fruto del amor de una relacion sentimental que al inicio causo revuelo. pero con el tiempo se convirtio en una Ieliz historia de amor, en la que sus protagonislas han dejado una huella Imborrable de ejernplo y superacion no solo para su descendencia, tambien para la humanidad. Sus lres hijos. Jose, Ana e Ignacio, son la prueba que la responsabilidad profesional no es excusa para que la mujer de hoy forme